A partir de un convenio, el INTI, colaborará con el Equipo Argentino de Antropología Forense, en la identificación de víctimas de la última dictadura militar. El convenio tiene como objeto que el Instituto brinde asistencia técnica.

El acuerdo establece que el INTI brindará apoyo tecnológico y asistencia  en aquellas áreas que son de su competencia y que resultan de interés para el EAAF.

Durante la firma, la ministra Giorgi sostuvo -en un acto realizado en el Salón Malvinas Argentinas del Palacio de Hacienda- que “de la misma forma que hubo un Estado genocida, hoy hemos revalorizado este tipo de organismos, como el INTI, a través de cuya mano ejecutora hay un Estado presente”.

El convenio establece el compromiso de ambas organizaciones en brindarse la mayor cooperación recíproca en el desarrollo de actividades conjuntas tendientes a cumplir un servicio de interés social, el asesoramiento mutuo para el aprovechamiento de las capacidades científicas, tecnológicas y socioculturales, como así también la experiencia adquirida en sus respectivos campos de actuación.

El antropólogo Carlos Somigliana, integrante del EAAF afirmó que “la firma de este convenio nos permite dar un salto de calidad en las investigaciones y en las posibilidades que se abren para profundizar las investigaciones que estamos llevando a cabo”. Y agregó: “Es muy importante el rol del Estado en el esclarecimiento de la verdad y en la posibilidad, en la medida que se pueda, de alcanzar la justicia que corresponde frente a estos hechos que sufrió la sociedad”.

Por su parte, el ingeniero Oscar Galante, gerente de Asistencia Tecnológica para la Demanda Social de INTI sostuvo que “a uno lo conmueve el hecho de que desde esta estructura tecnológica hayamos podido colaborar. A raíz del trabajo que el INTI ya viene realizando con el EAAF, y que se formaliza con la firma del convenio, nuestra participación es activa en cuestiones de derechos humanos y otras causas que están en plena investigación”

Al cierre, la ministra de Industria Débora Giorgi señaló que el Estado, en la actualidad, ha abocado recursos para el desarrollo del país,  y remarcó que  “el INTI, junto a la totalidad de los organismos descentralizados, ha tenido una revalorización de su participación en la sociedad. En este proyecto político las capacidades científicas están en el centro de la escena y eso se conjuga con un gobierno que llevó adelante una política de derechos humanos como nadie lo ha hecho hasta ahora”.

Y agregó: “Nuestros recursos están orientados a tener un organismo de excelencia que hoy presta un servicio que revaloriza un Estado presente tanto en derechos humanos como en el reconocimiento del aporte de la tecnología y el conocimiento para alcanzar una sociedad más justa; este es el principio de un trabajo conjunto que nos pone muy orgullosos a todos”.   

El caso Jesús Cejas Arias
A raíz de la investigación que lleva adelante el juez federal Daniel Rafecas en el marco de la “megacausa” por delitos de lesa humanidad cometidos en la órbita del Primer Cuerpo de Ejército, el EAAF identificó en abril pasado los restos del diplomático cubano Jesús Cejas Arias, desaparecido durante la última dictadura cívico-militar, que había sido ocultado en un tambor metálico de 200 litros de capacidad y rellenado con cemento en un predio de la localidad de Virreyes, en el partido bonaerense de San Fernando, donde se vienen realizando excavaciones en búsqueda de víctimas, en colaboración con Vialidad Nacional y el INTI.

El EAAF convocó al INTI para la realización de una serie de estudios en los tambores de acero, con cemento, tosqueras y análisis de terrenos, que involucró el trabajo de los Centros de Construcciones, Mecánica y Procesos Superficiales.

Con la colaboración del INTI se logró identificar a uno de los diplomáticos cubanos desaparecidos.
Carlos Somigliana, manifestó durante la firma del convenio, que “el trabajo de INTI realizado para la identificación del diplomático cubano Cejas Arias fue de una calidad pericial excepcional”.  

Cejas Arias fue secuestrado el 9 de agosto de 1976 en el barrio porteño de Belgrano, junto con su compatriota Crescencio Galañena Hernández, y ambos fueron mantenidos en cautiverio ilegal y sometidos a apremios ilegales en el centro clandestino de detención y tortura Automotores Orletti, en el marco del denominado Plan Cóndor.

Por otra parte, los restos de Galañena Hernández habían sido encontrados en junio del año pasado en el mismo predio en el que se concretó el hallazgo reciente, junto con los cadáveres de los argentinos María Rosa Clementi de Cancere -empleada de la Embajada de Cuba en nuestro país- y Ricardo Manuel González, también secuestrados durante el mes de agosto de 1976, y hasta ese momento desaparecidos.

En las tareas actuales de remoción de suelos y búsqueda de restos ordenadas por el juez Rafecas, intervienen el EAAF, personal técnico de la Dirección Nacional de Vialidad y profesionales del INTI con la colaboración logística de la Municipalidad de San Fernando y la custodia de Gendarmería Nacional.
Fuente:BienUrbano