27 de septiembre de 2013

JUJUY: Desgarrador testimonio de Mercedes Zalazar, ex presa política.

Una testigo relató que vio a tres víctimas en su lugar de detención
2º juicio mercedes zalazarEn una nueva audiencia por el segundo juicio oral y público por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la provincia de Jujuy, declaró Mercedes Susana Zalazar, quien fue apresada en 1975 y pudo ver durante su detención a tres de las víctimas cuyas causas se ventilan en estas audiencias. 

Mercedes Susana Zalazar, quien ya había declarado en el primer juicio por delitos de lesa humanidad en Jujuy como testigo de contexto histórico, relató hoy ante el Tribunal Oral Federal en lo Criminal Nº 1 de Jujuy su largo cautiverio en calidad de detenida-desaparecida, que se inició en 1975. 

Testimonió que el primero de junio de 1976 vio entrar a la cárcel de Villa Gorriti a Dominga Álvarez de Scurta, Juana Francisca Torres Cabrera y María Alicia del Valle Ranzoni, entre otros detenidos, y que durante los diez días posteriores las mujeres eran sacadas de penal para ser torturadas. "Siempre regresaban muy golpeadas, y estaban amenazadas de muerte", recordó. Contó luego que un día vio cómo un policía se llevaba a las tres mujeres, y nunca las volvió a ver. 


Zalazar dijo que luego, por comentarios de las celadoras, se enteró de que las habían entregado al comisario Ernesto Jaig, que era el enlace entre la fuerza policial jujeña y el ejército argentino que operaba en la provincia.


Juana Francisca Torres Cabrera y María Alicia del Valle Ranzoni permanecen aún en calidad de desaparecidas, mientras que el cuerpo de Dominga Álvarez de Scurta fue identificado en 1984 en el cementerio de Yala, donde había sido depositado como NN. 


En la época de su detención, Zalazar pertenecía a la Juventud Peronista, lo que era "una molestia" para el comisario Morales, el jefe policial de San Pedro de Jujuy, y para el dirigente político Eusebio Macías. 


Su detención se produjo en 1975 en la ciudad de Libertador Gral. San Martín, cuando fue a preguntar por el paradero de su novio, Francisco Gallardo, que habia sido apresado. En ese momento, el jefe de la seccional policial de esa localidad, de apellido Lescano (actualmente preso), la detuvo. "Me apuntó con un arma y me amenazó, me dijo que si no hablaba, me violaban. Ese hombre cumplió con su palabra”, narró Zalazar.


Luego fue trasladada junto a su novio, que estaba muy golpeado por los tormentos sufridos, y Juan Giménez, a San Pedro de Jujuy. Más tarde, la llevaron al hogar El Buen Pastor y posteriormente a la cárcel de Villa Gorriti, donde fue alojada en un pabellón junto a Dora Weisz, que tuvo a su hija en cautiverio, Soledad López, Gladys Artunduaga, Ninfa Coffler, Martina Chavéz e Hilda Figueroa.


Relató que cada vez que podía se subía a un banco que había en su celda para ver cómo Dora criaba a su hija 'Poty' en el patio de la cárcel.


Reveló que luego del golpe cívico militar del 24 de marzo de 1976, las celadoras contaron que algunos oficiales del servicio penitenciario habían ido al regimiento militar a ocupar puestos de inteligencia y actuar como nexos entre el penal y el Área 323, que comandaba en el Regimiento de Infantería Mecanizada 20 el coronel Carlos Bulacio. Tres de estos oficiales eran Ricardo Ortiz, su hermano Carlos y Herminio Zárate, tres de los acusados en este proceso.


Finalmente, la mujer relató que en octubre de ese año fueron trasladadas a Villa Devoto en avión, y que durante el vuelo, además de castigarlas físicamente, las amenazaban con tirarlas al vacío. 


El segundo testimonio de la jornada fue el del penitenciario Santos Jesús Vásquez, quien calificó a los procesados Ricardo Ortiz, Carlos Ortiz, Herminio Zárate y Mario Gutiérrez como "excelentes compañeros de trabajo”. 


Sin embargo, aseguró no recordar los hechos de aquellos tiempos, aunque ante la insistencia del tribunal evocó que el 25 de marzo de 1976 prestaba servicio en la guardia externa del penal, que todos los puestos allí estaban ocupados por soldados y que un oficial de guardia, cuyo apellido olvidó, le había dicho que no podían "tomar contacto con los presos políticos".


Antes de finalizar la audiencia, el fiscal ad hoc Pablo Pelazzo pidió al tribunal la comparecencia de Ninfa Coffler y Martina Chávez, ambas exdetenidas que actualmente viven en Francia y podrían testimoniar por videoconferencia gracias a un acuerdo que existe con el Consulado de ese país. 


En este juicio se están ventilando las causas por el secuestro y asesinato de Dominga Álvarez de Scurta, una docente miembro del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) cuyo cuerpo apareció en el cementerio de Yala, y “Giribaldi, Osvaldo Gregorio y otros”. En esta última causa, se investiga la detención y desaparición de, además de Giribaldi, de Jaime Lara Torres, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera y Jorge Turk Llapur.


La próxima audiencia será el miércoles venidero, donde testimoniará otro testigo-vícitma del horror y ex miembros del servicio penitenciario, que son convocados por la defensa de los procesados.

Fuente:ElSubmarino
Envío:Agnddhh


Jujuy
“Nada, ni nadie nos va a devolver el estado anterior”, dijo Mercedes Zalazar
Desgarrador relato de una testigo víctima

26.09.13 
La próxima audiencia será el miércoles a las 9.30, se escuchará un testigo víctima y testigos de la defensa.



    Los exmineros que volvieron a El Aguilar

    Mariana Mamani

    Se escuchó ayer el fuerte testimonio de Mercedes Zalazar, expresa política, quien ya declaró en el primer juicio como testigo de contexto. Relató lo padecido en 1975, y “en la actualidad no deja de ser una tortura porque siguen las fuerzas policiales reprimiendo con los mismos métodos a los jóvenes marginales en las seccionales de San Pedro”.

    Inició su relato ante el Tribunal “tengo mucha sed de justicia, que sea realidad para calmar nuestro ser. Es parte de una reparación. Nada ni nadie nos va a devolver el estado anterior”, expresó emocionada.

    Era militante de la JP y fue detenida en 1975, en Ledesma, cuando fue a preguntar por un exnovio que había sido detenido. Ahí, el comisario Lezcano la detuvo, “me apuntó con un arma”, amenazándola que si no hablaba la violaban. En este testimonio se visibilizan las atrocidades cometidas por las fuerzas represivas y que las víctimas después de tantos años pueden exteriorizar con dolor.

    En su extenso relato recordó nombres de personas que aún no declararon en la justicia y que fueron ejecutores de secuestros, torturas.

    Fue traslada a la Capital y llevada al Buen Pastor. Allí, Mercedes se encuentra con Dora Weisz, esposa de Jorge Wiez sindicalista de Ledesma detenido-desaparecido. También con Soledad López, Gladys Artunduaga, Ninfa Coffler y Martina Chavéz. En noviembre de ese año, “el ejército se hizo cargo de las presas”, dijo Mercedes. Fueron al Buen Pastor armados y las trasladaron al penal de Gorriti. Las celdas tapiadas con maderas y plagadas de chinches, sólo podían salir al baño. En varias partes de su relato dejó ver las secuelas que le dejaron los ruidos de la cárcel, los encierros y las voces de personajes que su memoria guarda.

    Recordó a varias celadoras que cumplían órdenes: una tal Juana, Raquel Temer y Claure. Así también a Singh que entraba al pabellón y se pavoneaba gritando y amenazando.

    Cuando se produce el golpe cívico militar en 1976, se enteran por las celadoras que el personal del Penitenciario eran nexo entre el penal y el RIM 20 entre ellos Orlando Ortiz, imputado en este juicio; que también entraba al pabellón.

    Después del golpe llegaron al penal Mirta Ibañez, Olga Demitropulos, Hilda Figueroa, Eublogia Garnica quien estaba muy lastimada y habían estado en el Centro Clandestino de Guerrero. Yolanda, una señora de Palpalá y una joven de 16 años de Ledesma, Marina Vilte.

    En junio llevaron a Dominga Scurta, Juana Torres y Alicia Ranzoni al penal muy golpeadas y torturadas por el comisario Ernesto Jaig en la central de policía, y dijo que más de una semana estuvieron en el penal. Mercedes relató que el día que se las llevaron fue un movimiento en el pabellón. “Vi un hombre de azul” y era Jaig, se lo confirmaron las celadoras. No vio cuando las sacaron, pero luego se enteró que Juana le entregó una cadenita a Artunduaga para su hija bebé-Laura López que ayer presenció el fuerte testimonio.

    En octubre trasladan a las detenidas en avión a Villa Devoto, en esa unidad penal recibieron el mismo trato.

    El segundo testimonio fue de un penitenciario, Santos Vásquez quien dijo que los Ortíz, Herminio Zaráte y Mario Gutiérrez “fueron excelentes compañeros de trabajo”.

    Al otro día del golpe tomó su guarida y todos los puestos estaban ocupados por soldados. Dijo que habían presos “especiales” del golpe.
    Fuente:ElTribuno
    Envío:Agnddhh



    26.09.2013

    Su testimonio desbarata la estrategia de sostener que eran "administrativos"
    Jujuy: Susana Mercedes Salazar no ahorró detalles al señalar a torturadores y violadores

    Dominga Álvarez de Scurta, militante del PRT-ERP secuestrada y desaparecida 
    Jujuy.- El Tribunal Oral Federal de Jujuy escuchó hoy el relato de una testigo víctima de la dictadura cívico militar, quien dijo haber visto en la cárcel de la capital jujeña a tres detenidas desaparecidas devastadas por la tortura de los represores. Mercedes Susana Salazar contó que el día que sacaron del penal a Dominga Álvarez de Scurta, Juana Francisca Torres Cabrera y María Alicia del Valle Ranzoni, ella subida en un banco, vio a un policía, y luego por los dichos de celadoras supo que era el comisario de enlace con el Ejército en el Área 323, Ernesto Jaig. Salazar dijo que el período que va del 1 al 10 de junio de 1976 las víctimas fueron sacadas de la celda, a la que retornaban por la noche, destruidas por la sesiones de tortura a las que eran sometidas por Jaig, quien les había dicho que "las iba a matar".

    Las tres mujeres estaban "aisladas" porque eran consideradas "peligrosas" por lo represores, subrayó el testigo. Cuando era sacada del penal por última vez, Juana le entregó a Gladys Urtunduaga, también detenida en el penal, una cadenita de oro para que se la entregara a su hija cuando saliera de la cárcel, pero esta última no pudo hacerlo porque cuando fue trasladada desde Jujuy a Devoto, allí "se la robaron".

    El testimonio de Salazar resultó valioso porque declaró que en el penal se encontraban también otras detenidas como Mirta Ibáñez, Olga Demitrópulos, Hilda Figueroa, la dirigente sindical de los maestros, Marina Vilte, también desaparecida y Eulogia Garnica, quien tiene dos hijos desaparecidos de los secuestros en Ledesma. Con la desaparición de Dominga, Juana y Alicia, se creó un mito en el interior del Penal, ya que las celadoras no querían ingresar a la celda, porque decían que "sentían" el espíritu de las víctimas.
       
    Salazar había sido detenida antes del golpe militar, cuando fue a Libertador a buscar a su novio Francisco Gallardo, que estaba desaparecido, a la comisaría de Ledesma, y fue retenida por un comisario de apellido Lescano, hoy preso, quien la hizo víctima de abusos sexuales por parte de efectivos de Gendarmería, a cargo de la custodia de la empresa y con asiento al lado de la sede policial, relató.
       
    La mujer tuvo un largo peregrinar por la comisaría de San Pedro, la antigua cárcel de mujeres del Buen Pastor, luego la cárcel de Gorriti, hasta el traslado a devoto, recordando también en las cárceles jujeñas a Soledad López, a Margarita Azize de Weis y a su hijita apodada "Poti", quien nació en cautiverio.

    Las causas que se ventilan en este juicio son las de los desaparecidos Dominga Álvarez de Scurta, Osvaldo Gregorio Giribaldi, Jaime Lara Torres, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera y Jorge Turk Llapur. Los integrantes del grupo fueron detenidos entre el 23 y el 28 de mayo de 1976, y muertos por los represores entre el 1 y 10 de junio del mismo año. Todos eran militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-ERP).
       
    Salazar ya declaró en el primer juicio de lesa humanidad y en esta oportunidad ratificó el mal trato que recibían todas las detenidas, la tortura psicológica y sexual "como una práctica del aparato represivo" en manos de Antonio Orlando Vargas, interventor en el Penal, dijo a Télam el abogado de la querella Ariel Ruarte.
       
    También son sindicados como torturadores los hermanos Carlos y Ricardo Ortiz, penitenciarios ambos, al igual que Herminio Zárate y Mario Gutiérrez, todos imputados en este segundo juicio. Con el testimonio de Salazar, se marca el contraste a lo que intenta la defensa de los imputados y los declarantes, de presentar a los represores de la cárcel como "empleados administrativos", que recibían ordenes de Gendarmería y el Ejército, alternativamente.
       
    El TOF está integrado los jueces Fátima Ruiz López, Daniel Morín, Federico Díaz y Marcelo Juárez Almaraz. Los imputados son Antonio Orlando Vargas, oficial del Ejército que fue interventor del Servicio Penitenciario provincial, condenado en el primer juicio a 25 años de prisión, y los agentes penitenciarios Carlos Ortiz, Ricardo Ortiz, Mario Gutiérrez, Herminio Zárate y César Díaz.
    Fuente:Telam              

    1 comentario:

    Martina dijo...

    Por favor corregir no se trata de Azisze de weisz, sino de Dora Weisz. la madre de Martina Weisz "Poti"
    Martina Chavez