6 de septiembre de 2013

JUJUY: Dos víctimas testimoniaron después de 37 años, reviviendo a los que no están-Claudia Scurta recordó el secuestro de su madre y Mario López relató su sufrimiento en cautiverio.

JUJUY
Dos víctimas testimoniaron después de 37 años, reviviendo a los que no están
“Volví a mi casa estaba toda dada vuelta, mi vida también”

05.09.13 
El Terrorismo de Estado desmembró familias, las víctimas sobrevivientes piden justicia por el daño que padecieron.
“Volví a mi casa estaba toda dada vuelta, mi vida también”
“Volví a mi casa estaba toda dada vuelta, mi vida también”



Una amplia oferta para todos los gustos
Por Mariana Mamani
“Pasaron 37 años. Años de terapia. Mi intención es colaborar con las justicia y dejar atrás los años del Terror”, así comenzó su testimonio ante el Tribunal Oral Federal, Claudia Scurta hija de la docente Dominga Álvarez de Scurta, en la segunda audiencia de este juicio oral y público.

Claudia relató la detención de su madre con mucho dolor y el terror que padeció. Dominga era maestra rural anegada a sus alumnos, hijos, y era militante del ERP.

El 26 de mayo de 1976, Claudia tenía 15 años, esa tarde esperaba a su madre que regresara de la escuela, le golpearon la puerta. Vio por el balcón de su casa a 30 personas. Vivía en avenida Fascio y estaba cortada entre Necochea y Lavalle.

Abrió la puerta y el comisario Ernesto Jaig, sin orden judicial ingresó con personal de la policía de la provincia. Se dirigieron al dormitorio de la madre, revolvieron por dos horas, encontraron papeles, rompieron carpetas del colegio que eran de Claudia. Habían policías hasta en el tanque de agua, recordó. La policía tomó de testigo del allanamiento al bioquímico Sleibe Rahe. “Llegó mi mamá dijo "es a mí a quien buscan’”. La docente se sintió mal y pidió ir al baño, la acompañó Claudia “me pidió un frasco de pastillas”, las ingirió y se desmayó. El bioquímico pidió que llamen a una ambulancia, los policías la alzaron y la subieron a un patrullero la llevaron a la guardia del hospital Soria para un lavaje, y a Claudia en otro patrullero que esperó afuera del hospital. Fue espantoso “yo deseaba que se muera”.

Luego llevaron a Claudia al Comando Radioeléctrico incomunicada hasta el otro día. Jaig la llevó a su oficina donde ella vio en el perchero el tapado de su madre. Y al preguntar cómo estaba, le dijo “se ha salvado”, y le advirtió que si se involucraba en cuestiones políticas, le pasaría lo mismo. “Volví a mi casa estaba toda dada vuelta y mi vida también”.

Al otro día fue con su abuelo Secundino Álvarez a ver a su mamá, Jaig le permitió verla “estaba golpeada, me contó que por la noche habían ido militares y uno de ellos era Rafael Braga (condenado a prisión perpetua en el primer juicio de lesa humanidad en Jujuy) quienes la golpeaban”. Había intentado suicidarse. “Yo le pedí que aguante y me dijo que no podía” y tras una semana la llevaron al Servicio Penitenciario.

Relató que su abuelo hizo muchos trámites presentó Habeas Corpus, “fue un peregrinar”, hasta había escrito una carta a Videla; pero no tuvo respuesta. “Mi abuelo estaba destruido”. Al tiempo se enteraron que mataron a su madre. El cuerpo apareció, un mes después, lo encontraron unos baqueanos y lo llevaron a la morgue. Luego la enterraron como NN en Yala. “El cuerpo tenía el abrigo, era el mismo”.

“Eramos muertos en vida”

Luego testimonio Mario López, militante del PRT ERP, detenido el 6 de junio de 1975 en San Pedro de Jujuy, tenía 18 años. Su declaración fue extensa y desgarradora ya que su compañera Juana Torres y el hermano Pedro Torres siguen desaparecidos, y su lucha por recuperar a su hija Laura, que en ese momento era un bebé, y el cura Labarta pretendía quedársela. La familia Torres Cabrera había sido diezmada. López padeció golpes, torturas en comisaría, en Jefatura de Policía y en el Penal de Gorriti. Relató que “el Golpe de Estado se anticipó, porque en noviembre del 75 la cárcel se vistió de verde”, reordenaron el penal. Allí lo ubica a Antonio Vargas que luego fue interventor del Penal. Tenían un régimen de incomunicación. Los visitaba el obispo Miguel Medina y el cura Labarta. En mayo lo pudo ver a Pedro Torres. Le contó “me van a matar, Juana también está detenida”. Juana no había podido buscar a la bebé del hospital, es ahí donde al enterarse el cura Labarta pretende apropiársela y después de 7 meses recuperó a la niña. López describió a los Ortíz y a Zárate como verdugos en el penal.
Fuente:ElTribuno
Envío:Agnddhh

Claudia Scurta recordó el secuestro de su madre y Mario López relató su sufrimiento en cautiverio
06/09/2013


CLAUDIA SCURTA
En la segunda audiencia del 2° Juicio por delitos de lesa humanidad en Jujuy se escucharon los testimonios de dos testigos-víctima, Claudia Scurta, hija de Dominga Álvarez de Scurta docente detenida en mayo de 1976 y Mario López ex detenido en 1975 quien recordó sus años de cautiverio en la cárcel de Gorriti y los malos tratos recibidos por parte de los hermanos Ortiz, Zárate, Vargas (condenado a 25 años de cárcel en el primer juicio de lesa humanidad en Jujuy), imputados en este juicio, y Eduardo Bulgheroni condenado a perpetua en el 1° juicio de lesa humanidad en esta provincia. Las audiencias se reanudarán la semana que viene el día miércoles 11 de septiembre a las 9 y 30 horas en el Colegio de Abogados de Jujuy.

Claudia Scurta: “Mi intención es colaborar con la justicia y dejar atrás los años de terror”


Al comenzar su testimonio Claudia aclaró que le costaba mucho poder contar lo que había pasado cuando detuvieron a su mamá, ya que solo tenía 15 años y fue detenida junto a ella: “Mi intención es colaborar con la justicia y dejar atras los años del Terror”, dijo.

Dominga Álvarez de Scurta era maestra rural, militaba en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y fue secuestrada de su domicilio el 26 de mayo de 1976, luego de un gran operativo de la policía provincial montado en las calles aledañas a la vivienda, en avenida Fascio: “Ví por el balcón a 30 personas, y el comisario Jaig, sin orden judicial ingresó a mi casa, revolvieron papeles de mi madre, rompieron carpetas del colegio que eran mías, y ordenó que esperaran a mi madre en la puerta, habían policías hasta en el tanque de agua” recordó Claudia.

Cuando llegó Dominga dijo, es a mí a quien buscan, Jaig le dijo que encontraron documentos que eran suficientes para detenerla, Dominga pidió ir al baño y Claudia la acompañó, tomó un frasco de pastillas y se desmayó. El bioquímico Sleibe Rahe, tomado como testigo por la policía, pidió una ambulancia, los policías la subieron a un patrullero de la guardia del Hospital y a Claudia también la subieron a otro patrullero.

Luego llevaron a Claudia al Comando Radioeléctrico incomunicada hasta las 9 del otro día. Jaig la llevo a su oficina donde ella vio en el perchero el tapado de su madre. Y al preguntar cómo estaba Jaig le dijo  “se  ha salvado”. En ese momento le advirtió que si se involucraba en cuestiones políticas, le pasaría lo mismo. “Volví a mi casa estaba toda dada vuelta y mi vida también” continuó la testigo.

Al otro día, su abuelo, Secundino Álvarez fue a ver a Dominga y se lo permitieron “estaba golpeada, me contó que por la noche habían ido militares y uno de ellos era Rafael Braga (condenado a prisión perpetua en el primer juicio de lesa humanidad en Jujuy) quienes la golpeaban”, relató Claudia.

“Fue un peregrinar, mi abuelo estaba destruido. Al tiempo nos enteramos que mataron a mi mamá, el cuerpo apareció, un mes después, lo encontraron unos vaqueanos y lo llevaron a la morgue pero mi abuelo no quería admitir que era su hija. Luego la enterraron como NN en Yala. El cuerpo tenía el abrigo, era el mismo” contó.

Claudia describió a Jaig como un sujeto prepotente, violento, mal educado. Y al ser consultada si durante el tiempo que estuvo en la Central de Policía vió a alguien mas dijo que si, que pudo ver a Alicia Ranzoni tirada en un colchón muy asustada.
Mario López: “En el penal los verdugos eran los hermanos Ortíz, Zárate, Vargas y Bulgheroni”

MARIO LOPEZ Y SU HIJA
Cuando lo detuvieron Mario tenía 18 años, fue en el año 1975 cuando se lo llevan a la comisaría de San Pedro donde lo interrogan para preguntarle por sus actividades y por determinadas personas a lo que Mario respondía que no sabía, que no conocía, que no. Y ante la negativa fue golpeado con puños y patadas. Luego lo tiraron en un calabozo.

A los pocos días lo trasladan a la Jefatura de Policía de San Salvador de Jujuy donde, cuenta Mario, también lo interrogaron duramente: “Sabían que yo tenía actividades políticas, 10 personas me golpearon allí, uno por uno”. A la media noche lo llevan encapuchado en una camioneta a la orilla del río donde lo golpearon varias horas, luego lo vuelven a llevar a la central.

“En la central me quisieron hacer firmar una declaración falsa, y no firmé porque no escribían la parte de mi declaración donde contaba que me torturaban, me hostigaban, me toman las huellas digitales, me sacan fotos y me trasladan al penal de Gorriti”

Mario dijo que para él y sus compañeros de celda el golpe militar había comenzado en 1975, porque los presos políticos fueron separados de los presos comunes y que incluso él que estaba en el pabellón de menores luego fue trasladado al famoso pabellón 3 donde estuvieron detenidos la mayoría de los detenidos desaparecidos y ex detenidos de Jujuy. Pero que en marzo de 1976 se incrementó el número de presos políticos y el ejército invadió el penal.

“Habían dos tipos de personal penitenciario: los que aceptaban el diálogo y los verdugos, entre ellos estaban los hermanos Ortíz, Zárate, Vargas (condenado a 25 años de cárcel en el 1° juicio de lesa humanidad en Jujuy) y Bulgheroni (condenado a cadena perpetua en el 1° juicio de lesa humanidad en Jujuy)” explicó el testigo.

Relató que en el régimen del penal podían ir al baño una vez por día, y que en uno de esos momentos pudo ver a su cuñado, Pedro Torres entre el montón, y que en ese momento lo encerró en el baño para poder hablar con él, preguntarle cómo estaba y que en ese momento Pedro le contó que estaba muy mal, muy golpeado y que quienes le pegaban ahí en el penal le habían dicho que iban a matarlo. Mario trató de calmarlo, Pedro le contó también que allí también estaba detenida su hermana, Juana, la compañera de Mario. “Luego supe que a Pedro lo sacaron y no volví a verlo nunca mas”.

De Juana solo supo que fue trasladada a la cárcel de Devoto porque pudo leer su nombre y el de sus hermanas y su madre en una hoja de diario que llegó por casualidad a sus manos en el penal.

El testigo contó que quienes visitaban el penal periódicamente eran el Obispo Medina y el cura Labarta y que en una oportunidad Labarta le dijo que su compañera, Juana Torres, estaba muy preocupada por su hija recién nacida que estaba internada en el hospital, y Mario le dijo que deseaba que la niña esté al cuidado de sus abuelos, pero Labarta le comentó que una hermana de él, soltera, estaba interesada en cuidarla, y Mario le dijo que no. A los pocos dias Labarta volvió con papeles para hacerle firmar a Mario por la tenencia de su hija y Mario se negó a firmarlos.

Los suegros de Mario no pudieron hacerse cargo de la niña ya que casi toda la familia estaba detenida, y quedó en manos de la hermana del cura, luego pudo recuperar a su hija.

La comunicación hacia el interior del penal con los demás detenidos y hacia el exterior con la familia era casi imposible, describe el testigo, “inventamos un buzón que estaba escondido en el baño allí había una lapicera y papel, nos escribíamos todo lo que veíamos y escuchábamos, nos descubrieron, después mediante golpes en la pared, nos descubrieron y nos separaron celdas de por medio para evitar que nos comuniquemos, después inventamos un alfabeto con silbidos y así nos comunicábamos, no nos guardábamos nada, teníamos que contarnos todo quien entraba y quien salía de los militares”.

Luego de unos años en el penal de Gorriti finalmente Mario y un compañero, Colauti, fueron trasladados al penal de la ciudad de Salta, donde al poco tiempo fueron liberado, quien los trasladó fue Bulgheroni quien les dijo que estaban a salvo y que sean agradecidos y que no lo busquen para matarlo, a lo que Colauti le dijo: “¡me extraña!, ¿donde se ha visto a un militar que le tenga miedo a la muerte?” y Bulgheroni no dijo nada y se fue.

Para Mario el plan de las fuerzas armadas fue un plan macabro: “querer acabar con gente que quiere cambiar la sociedad a mi modo de ver no lo lograron, tengo la esperanza que este juicio pueda mostrar que hubo resistencia y lamento mucho por los que no están para poder verlo, y si los militares no quieren decir donde están nuestros compañeros desaparecidos, la historia va a posibilitar encontrarlos”
Por Equipo de Comunicación y Apoyo a los juicios por delitos de lesa humanidad en Jujuy
Envío:Agnddhh









JUJUY
Hoy se desarrollará la segunda audiencia, a partir de las 14
Se juzga a responsables del Penal de Gorriti del 76

04.09.13 
Hoy se escucharán testimonios de la defensa, y de la fiscalía Claudia Scurta hija de Dominga Álvarez de Scurta, entre otros.
Se juzga a responsables del Penal de Gorriti del 76
Se juzga a responsables del Penal de Gorriti del 76
Ayer se inició un nuevo proceso después de años de retrasos judiciales en esta provincia, las causas que se investiga son para reconstruir los hechos en perjuicio de víctimas de la dictadura cívico militar: Dominga Álvarez de Scurta y Osvaldo José Gregorio Giribaldi, Jaime Rafael Lara Torrez, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera y Jorge Ernesto Turk Llapur.
En este juicio a diferencia del anterior el inicio fue rápido, a pesar de los planteos en las cuestiones preliminares realizadas por la defensa. También se escucharon tres testimonios.

Familiares directos, amigos víctimas, organismos históricos de Derechos Humanos, Programa Verdad y Justicia y organizaciones sociales participaron de esta audiencia levantando las banderas de la memoria, la verdad y la justicia.

El Tribunal Oral Federal está presidido por la jueza Fátima Ruiz López, los vocales Daniel Morín y Federico Díaz, y suplente Marcelo Juárez Almaráz quienes juzgarán por delitos de secuestro, tortura y homicidio a represores que actuaron en el Servicio Penitenciario de Gorriti.

El Ministerio Público Fiscal está representado por Francisco Snopek y el ad hoc Pablo Pelazzo, las querellas particulares representadas Paula Alvarez Carreras, María José Castillo y Ariel Ruarte; la querella por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación representada por Juan Manuel Sivila, y por el Codesdh, Liliana Molinari y Martín Patiño.

El Ministerio Publico de la defensa está representada por Matías Gutiérrez Perea por la defensa del acusado Antonio Vargas, el abogado Luis Casares por la defensa de Gutiérrez y Díaz, y el abogado Ricardo Vitellini por la defensa de los hermanos Ortíz, Zarate, aunque el defensor titular es Carlos Rodríguez Vega.
Respecto a los acusados Luciano Benjamín Menéndez, fue apartado de la causa “no tiene un día libre” porque afronta juicios en otras provincias, mientras que las causas en Jujuy “van a quedar por cuerdas separadas”, dijo la jueza Ruiz López.

En tanto que Antonio Vargas condenado a 25 años de prisión siguió el debate desde la Unidad Penal de Ezeiza por videoconferencia. Mientras que los imputados Carlos Ortíz, Ricardo Ortiz, Mario Gutiérrez, Herminio Zárate guardiacerceles, y César Díaz oficial del ejército estuvieron en la sala durante la lectura del requerimiento fiscal, se negaron a declarar por ahora; y luego decidieron estar en la sala contigua.

Planteo de nulidad

En las cuestiones preliminares la defensa de Vargas, planteo la nulidad de la conformación del tribunal; pidieron la recusación al juez Morín por ser juez en el primer juicio y al fiscal ad hoc Pelazzo por haber sido querellante. Además pidió la nulidad del proceso y absolución de los cargos a Vargas, al que adhirió el defensor Casáres. El Ministerio Público Fiscal respondió cada nulidad rechazandolas por ser tardías, incongruentes y destacó que las subrogancias son válidas, la misma posición sostuvo Pelazzo. Adhirieron las querellas argumentando el rechazo.

El Tribunal resolverá este punto más adelante, tras escuchar los argumentos de Rodríguez Vega.

Testimonios

Testimonió el bioquímico Eduardo Sleibe Rahe quien relató que la policía le pidió que fuera testigo de un allanamiento.Ingresaron sin orden judicial a una casa de calle Fascio y requisaron una habitación y llegó la maestra Scurta a quien conocía ya que era paciente. La joven pidió ir al baño e ingirió comprimidos y terminó el procedimiento. Sugirió que la llevaran al hospital Soria para una lavaje. Al tiempo se enteró que encontraron el cuerpo.

Luego, el exjuez Hugo Mezzena dijo que con la asunción de los militares “nos pusieron restricciones para ingresar a ver a los detenidos”. Todo dependia del Area 323. “No se sabía lo que estaba pasando”.
Fuente:ElTribuno
Envío:Agnddhh

Hija de desaparecido destacó que se pierde el miedo y se recupera la esperanza
Jujuy: Comenzó el segundo juicio por delitos de lesa humanidad

         
Jueza Fátima Ruiz López. Nacida en Barcelona, vecina de Buenos Aires Jujuy.- 
La Justicia Federal inició hoy el segundo juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Jujuy, que incluye las desapariciones de Dominga Alvarez de Scurta, Osvaldo Giribaldi y otros opositores a la última dictadura. El Tribunal oral que juzga por delitos de secuestro, tortura y homicidio a represores que actuaron en el servicio penitenciario provincial, resolvió apartar de este juicio al ex general Luciano Benjamín Menéndez, que era jefe del III Cuerpo de Ejército y del Area 323 de la represión terrorista estatal. "No tiene un día libre" porque afronta juicios en otras provincias, mientras que las causas en Jujuy "van quedar por cuerdas separadas", dijo sobre Menéndez la jueza Fátima Ruiz López, quien integra el TOF junto a Daniel Morín y Federico Díaz.

En este juicio, que acumula varias causas, está también imputado Antonio Vargas, ex oficial del Ejército e interventor del Servicio Penitenciario provincial, condenado por otros delitos a 25 años de prisión en el primer juicio de lesa humanidad realizado en la provincia.

También están procesados Carlos Ortiz, Ricardo Ortiz, Mario Gutiérrez, Herminio Zárate y César Díaz, quienes formaron parte de los grupos de represión en el penal de Villa Gorriti, que fue un  centro clandestino de detención de la dictadura en Jujuy.

"Vemos con satisfacción el comienzo del juicio, estamos esperanzados en que se hará justicia porque hay pruebas contundentes para sentenciar a los represores", dijo Claudia Alejandra Scurta, hija de Dominga, en declaracines a Télam.

Tras la requisitoria fiscal, los imputados se negaron a declarar y optaron por presenciar el juicio desde una sala contigua al recinto de las audiencias, salvo en el caso de Vargas, que lo hará desde la cárcel de Ezeiza, donde está internado.

Sus abogados cuestionaron la integración del Tribunal, con el argumento de que "no son jueces naturales" el juez Morín y el fiscal ad hoc Pablo Pelazzo, y pidieron la nulidad del juicio y la absolución de Vargas.

El fiscal Francisco Snopek respondió que tal pedido de la defensa fue "extemporáneo, tardío e incongruente", y subrayó además que las subrogancias son "absolutamente válidas", la misma posición
que expresó luego Pelazzo.

Liliana Molinari, querellante del movimiento CODESEDH, afirmó que es incuestioble la participación de Morín en un segundo juicio porque las víctimas son otras y a Vargas se lo juzga por los mismos delitos pero cometidos en perjuicio de otras personas.

Ante la ausencia de uno de los abogados de los acusados, el Tribunal anunció que resolverá sobre este punto dentro de dos semanas, tras escuchar los argumentos de ese letrado y la respuesta de Pelazzo, quien la semana próxima estará ausente.

Además del caso de Scurta, en este juicio se investiga también la responsabilidad de los imputados en la desaparición de Osvaldo Giribaldi, Jaime Lara Torres, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera y Jorge Turk Llapur.

Todos fueron detenidos a fines de mayo de 1976, torturados en dependencias clandestinas y trasladados al penal de Villa Gorriti a comienzos de junio del mismo año.

Después, fueron retirados de esta prisión, y desde entonces ppermanecen desaparecidos, por orden del ahora prófugo Juan Carlos Jones Tamayo, que era capitám del Ejército, y Ernesto Jaig, en esa época un comisario policial.

Claudia Scurta expresó a esta agencia que "no tenía esperanza de que llegara el juicio pero ahora es un hecho" y que el mismo permitirá "demostrar que en Jujuy también existió el terrorismo de Estado" para que "los represores se pudran en la cárcel".

Rosana Giribaldi, hija de Osvaldo, dijo que, al hacerse justicia, "paralelamente se reconstruye la verdad y se reorganiza la identidad, perdida por el silencio de la sociedad. Creo que se pierde el miedo a la militancia, es una vuelta a la esperanza".

El abogado Juan Manuel Sivila representa en este juicio a la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y sus colegas Ariel Ruarte, María José Castillo y Paula Álvarez Carreras, a la de familiares de las víctimas.

Siendo niña, vio cómo la patota del comisario Jaig destrozaba su hogar y familia
Jujuy / Testimonio de Claudia Scurta: "Mi casa estaba dada vuelta y mi vida estaba dada vuelta"

El recuerdo de Dominga en las baldosas de la plaza 
Jujuy.- El Tribunal Oral Federal de Jujuy escuchó esta tarde el testimonio de la hija de una víctima de la dictadura cívico militar, en el marco de la audiencia del segundo juicio de lesa humanidad que se lleva a cabo en Jujuy en las causas Dominga Alvarez de Scurta y Osvaldo Gregorio Giribaldi y otros, todos fallecidos. El Tribunal que preside Fátima Ruíz López e integran los vocales Daniel Morín y Federico Díaz, escuchó al comienzo el testimonio de Claudia Scurta, hija de Dominga, militante del ERP, quien fue secuestrada de su casa en avenida Fascio el 26 de mayo de 1976. Claudia, que en ese entonces tenía 15 años, contó que aquella tarde vio al comisario Ernesto Jaig, el más temido represor que tuvo la policía, quien luego de golpearle la puerta de calle, ingresó y le pidió que lo llevara hasta el dormitorio de su madre. Relató que "revolvieron todo" en dos horas y encontraron libros y documentos, pero evidentemente no conocían a su madre. Recordó que la policía hizo subir al bioquímico Sleibe Rahe para que sirviera de testigo del allanamiento, y cuando llegó su madre se presentó diciendo "a mí es a quien buscan".

En medio de la tensión, Dominga pidió ir al baño y se hizo acompañar por Claudia, y luego ingirió todas las pastillas de un frasco que identificó como un sicofármaco, "lo que me pareció una locura", dijo. En un patrullero la llevaron al Hospital "Pablo Soria" para hacerle un lavaje, y mientras estaba esperando por ella "tuve una sensación espantosa", contó. La joven Claudia fue llevada hasta el Comando Radioeléctrico, en la central de policía, permaneciendo en el lugar hasta el día siguiente, en que la liberaron alrededor de las 9. A su regreso, dijo, "mi casa estaba dada vuelta y mi vida estaba dada vuelta".

Su abuelo Secundino Alvarez, relató, la llevó a los dos días a ver a su madre en la policía y la vio "golpeada", pero además le habían roto los lentes de contacto y una astilla se le incrustó en un ojo. "Yo le pedí que aguante y ella me dijo que no podía" y tras una semana la llevaron al Servicio Penitenciario. Un mes más tarde supieron que la habían matado y el cuerpo apareció en Alto Padilla, una zona rural de jurisdicción del Ejército.
   
"Nadie quiso reconocerlo, creo que mi abuelo no quiso enfrentar la realidad" y lo que había pasado se hizo evidente en 1984, cuando su cuerpo fue exhumado en el cementerio de Yala y tenía puesto el abrigo que Claudia vio colgado en la oficina policial.

"Mi abuelo fue a hablar con Bulacio (Néstor) jefe del Area 23, y Braga (Mariano), condenado a prisión perpetua en el primer juicio (por crímenes de lesa humanidad en la provincia), e incluso le escribió una carta a Videla, que no contestó", dijo.
   
Además del caso de Scurta, en este juicio se investiga también la responsabilidad de los imputados en la desaparición de Osvaldo Giribaldi, Jaime Lara Torres, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera y Jorge Turk Llapur, sacados del penal de Gorriti el 10 de junio de 1976.
   
Los procesados son Luciano Benjamín Menéndez, apartado del juicio, ex interventor del Servicio Penitenciario, Antonio Orlando Vargas, y los guardia cárceles Carlos Ortiz, Ricardo Ortiz, Mario Gutiérrez, Herminio Zárate y César Díaz, quienes formaron parte de los grupos de represión en el penal de Villa Gorriti, que fue un  centro clandestino de detención de la dictadura en Jujuy.
Fuente:Telam
Envío:Agnddhh

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