La tortilla se dio vuelta
Año 6. Edición número 276. Domingo 1 de Septiembre de 2013
Por Elsa Osorio. Escritora
politica@miradasalsur.com
Año 6. Edición número 276. Domingo 1 de Septiembre de 2013
Por Elsa Osorio. Escritora
politica@miradasalsur.com
Contra la impunidad. Soledad Luque Delgado, Estela de Carlotto y Carlos Slepoy.
El Congreso dio un amplio apoyo al proceso judicial que investiga los crímenes de lesa humanidad en la dictadura franquista.
Lo hubiéramos soñado en aquella Plaza Colón, frente a la Audiencia Nacional de España, en 1998? No, si apenas podíamos creer lo que estaba pasando en Madrid, acostumbrados como estábamos a la impunidad de que gozaban en aquellos años los genocidas en nuestro país. Sin embargo, este miércoles 28 de agosto, a las 5 de la tarde, el Congreso de la Nación Argentina, de acuerdo a los principios de Memoria, Verdad y Justicia, firmó una declaración en la que manifiesta “su enérgico repudio a los crímenes de lesa humanidad cometidos en España por la dictadura franquista y a la impunidad de que gozan sus responsables”, se solidariza con las víctimas y apoya el proceso judicial abierto en nuestro país para investigar los crímenes del franquismo. ¡Hasta tal punto la tortilla se dio vuelta!
Mientras en España rige una ley de Amninistía, aprobada por una mayoría parlamentaria( también la Obediencia debida y el Punto Final fueron votados en Argentina, lo que no impidió que se anularan), en Argentina, un grupo de legisladores, presididos por Julián Domínguez y con miembros de las distintas agrupaciones políticas, pone el dedo en la llaga y hace uso de su derecho a reclamar por los crímenes de lesa humanidad cometidos en cualquier parte del mundo. Como corresponde, como dicen las leyes y los tratados internacionales, también los firmados por España, aunque su gobierno y el Tribunal Supremo, ciegos, sordos y necios, lo ignoren, como lo ignoraron muchos años gobiernos y jueces argentinos.
Los querellantes que viajaron desde España para “agitar las aguas”, dos presos políticos del franquismo, José María Galante y Josu Ibargutxi, integrantes de la Asociaciónes “La Comuna” de Madrid, y “Goldatu” del País Vasco, y una representante de Asociaciones de Niños Robados en España, Soledad Luque Delgado, muy contentos, y nosotros, argentinos, orgullosos.
“La querella argentina contra el franquismo es, por ahora, lo único que tenemos, la única causa abierta contra los crímenes del franquismo” dijo Soledad, en la conferencia de prensa que ofreció el jueves en la Sede de Abuelas de Plaza de Mayo, junto a Estela de Carloto, presidenta de Abuelas, Tati Almeida, integrante de Madres Línea Fundadora, Carlos Slepoy, abogado de la causa, y Darío Rivas, el primer querellante.
Soledad es la presidenta de la Asociación Todos los niños robados son también mis niños, la primera querellante de víctimas por el delito de apropiación ilegal de niños durante la dictadura franquista, y declarará mañana (el lunes) ante la jueza Servini de Cubría
Porque en España, según revelaron las investigaciones del juez Baltazar Garzón en el año 2008 (ex juez actualmente, ¡qué verguenza!) entre 1936 y principios de los años cincuenta habían desaparecido 30.000 niños. Y luego más, en un número que parece difícil de determinar, pero que podría ser decenas de miles. Una olla que se destapa en España, cuyos efluvios hieden, y que ya no podrán detener. Como no se detuvieron nuestras Abuelas ni Madres ante los múltiples escollos que les pusieron, leyes y respuestas imposibles de aceptar, demoras tramposas, indultos infames, jueces cómplices de los criminales: ellas no se rindieron. Y ahora pueden aportar toda su experiencia y darles ánimo para continuar: “La fuerza que tienen estos españoles con los que estamos completamente identificados –dijo Estela– es la de no bajar los brazos. Ahora nosotros estamos en otro ciclo, en otro tiempo, estamos bregando en la Argentina por una Justicia justa, digna, una Justicia que proceda de acuerdo a lo que corresponde que se haga”.
La asociación que preside Soledad , y otras nueve que representa, se sumarán a la querella que se interpuso en abril del 2010 ante un juzgado en lo penal de Argentina por genocidio y/o crímenes de lesa humanidad cometidos en España por la dictadura franquista (entre el 17 de julio de 1936, y el 15 de junio de 1977) y a la que ya se han presentado víctimas, represaliados en la última etapa de la dictadura, y familiares de víctimas, asociaciones culturales, sociales y sindicales.
La querella se fundamenta en el principio de justicia universal: los tribunales de Justicia de cualquier país pueden y deben actuar cuando se cometen crímenes que afectan a la comunidad internacional.
Como en mi juventud creía en la revolución, ahora creo en la justicia universal.
“Tengo una enorme esperanza en la querella argentina contra los crímenes del franquismo, y en toda la organización del movimiento popular que desde aquí pueda impulsar la justicia”, dijo Soledad Luque, emocionada, en la Casa de las Abuelas.
Y vino a mi memoria esa noche en Madrid donde toda nuestra esperanza estaba puesta en la decisión que al día siguiente debía tomar la Audiencia Nacional de España: si era o no competente para juzgar los crímenes de las dictaduras argentina y chilena. La plaza Colón estaba colmada de argentinos, latinoamericanos y españoles que apoyaban la causa, y fue conmovedor y vital para la lucha ese abrazo en aquella plaza con el pueblo español. Un poderoso empujón. Vigilia, llamamos a esa movilización: “Una noche sin dormir para poder dormir tranquilos” era el lema. El pleno de la Audiencia Nacional española aprobó que la Justicia podía juzgar los crímenes contra la humanidad cometidos durante las dictaduras argentina y chilena. Fue el juez Garzón quien condujo esos juicios de Madrid que tanto habrían de colaborar en el avance de la Justicia argentina. Carlos Slepoy fue el abogado de la acusación popular y hoy es uno de los abogados de la querella argentina contra el franquismo. Lo novedoso era poder juzgar con independencia de la nacionalidad de la víctima y del victimario.
Unos pasos certeros en la ancha avenida de la justicia que empezábamos a transitar, y hoy, con más de 400 condenados y más de 200 en juicio, como dijo Estela de Carlotto, Argentina lleva la bandera.
El tiempo pasó, y el mismo Tribunal Supremo de España que condenó al represor Scillingo a más de mil años de prisión y dictó tantas órdenes internacionales de detención, desaforó al juez Garzón, que osó meterse con el franquismo. Que se juzgaran sus propios genocidas, que se revolvieran sus trapos sucios, que se tocaran sus intereses corporativos, fue inaceptable para algunos sectores del poder.
El delito de robo de niños –explica Soledad Luque– ni el Ministerio de Justicia ni la Fiscalía General del Estado lo consideran delito de lesa humanidad producido en el seno de una atroz dictadura, sino que se declaran como delitos puramente económicos, no mencionan ni asumen la existencia de una trama y un plan sistemático. No se ha cumplido ninguna de las promesas que ha hecho el ministro de Justicia de España, Ruiz Gallardón, a las víctimas, no tienen casi información, las causas se archivan, son pocas las que llegan a juicio.
Pero con idas y vueltas, avances y retrocesos, la Justicia Universal avanza, y hoy nos toca a nosotros, argentinos, apoyar a los españoles. Se está organizando una Plataforma de apoyo a la Querella contra el franquismo en la Argentina, como las que han surgido en distintos lugares de España. Participarán de ella diversas organizaciones sociales, sindicales, culturales, y personas independientes. Habrá una reunión informativa el martes 3 de septiembre a las 19 en la Federación de Sociedades Gallegas - Chacabuco 955.
Están invitados a participar. Ayer por nosotros, hoy por vosotros, compañeros de España.
Fuente:MiradasalSur
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