EL TESTIMONIO DE ADRIANA ARCE, SOBREVIVIENTE DE UN CENTRO CLANDESTINO
Contar todo tal cual fue
"Es muy difícil olvidar la cara de quienes te han arruinado la vida", dijo Arce ante el tribunal que juzga a represores del II Cuerpo de Ejército, y señaló uno por uno a los imputados, a los que identificó por sus apodos.
Por Sonia Tessa
Arce, al salir de Tribunales, donde declaró ayer.Imagen: Alberto Gentilcore
Adriana Arce miró fijo varias veces a los imputados de la causa Porra, que ayer estuvieron en sus asientos por un pedido expreso del fiscal Gonzalo Stara. Al final de su declaración, la sobreviviente del centro clandestino de detención Fábrica de Armas señaló uno por uno a los integrantes del grupo de tareas del Batallón 121 del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército. "El de gafas es Armando", dijo por Alberto Pelliza; "el otro de gafas, sentado atrás, es el Barba", se refirió a Juan Cabrera. "Al lado está el Puma (por Ariel Porra) y en la misma línea Pepe (el alias que usaba Marino González). Capitán Mario es el señor que está sentado detrás de la defensora, con corbata", se refirió a Joaquín Gurrera. Maestra interina de la escuela 68, de Italia al 1200, Arce formaba parte de la comisión directiva del Sindicato de Trabajadores de la Educación el 11 de mayo de 1978, cuando fue secuestrada frente a la Terminal de Omnibus. Ayer relató las torturas y también el aborto que le hicieron, sin anestesia, en la cocina del centro clandestino que funcionaba en las caballerizas del edificio de la actual Jefatura de Policía de la provincia. "Siempre pensé que no me podía olvidar de nada. Los que hemos podido sobrevivir tenemos la obligación moral de contar todo tal cual fue", dijo mirando a los jueces.
Adriana Arce miró fijo varias veces a los imputados de la causa Porra, que ayer estuvieron en sus asientos por un pedido expreso del fiscal Gonzalo Stara. Al final de su declaración, la sobreviviente del centro clandestino de detención Fábrica de Armas señaló uno por uno a los integrantes del grupo de tareas del Batallón 121 del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército. "El de gafas es Armando", dijo por Alberto Pelliza; "el otro de gafas, sentado atrás, es el Barba", se refirió a Juan Cabrera. "Al lado está el Puma (por Ariel Porra) y en la misma línea Pepe (el alias que usaba Marino González). Capitán Mario es el señor que está sentado detrás de la defensora, con corbata", se refirió a Joaquín Gurrera. Maestra interina de la escuela 68, de Italia al 1200, Arce formaba parte de la comisión directiva del Sindicato de Trabajadores de la Educación el 11 de mayo de 1978, cuando fue secuestrada frente a la Terminal de Omnibus. Ayer relató las torturas y también el aborto que le hicieron, sin anestesia, en la cocina del centro clandestino que funcionaba en las caballerizas del edificio de la actual Jefatura de Policía de la provincia. "Siempre pensé que no me podía olvidar de nada. Los que hemos podido sobrevivir tenemos la obligación moral de contar todo tal cual fue", dijo mirando a los jueces.
Arce mencionó más de una vez a Rubén Rébora entre sus captores, y lamentó que no esté detenido. "Nunca me he considerado una víctima, soy una sobreviviente del terrorismo de estado que se aplicó con la complicidad de civiles, del poder económico y las corporaciones mediáticas", apuntó Arce en medio de su relato. "Más allá de lo que a mí me hicieron, importa lo que le hicieron al país", dijo la testigo, y pidió hacerlo "mirándolos a los ojos" a los acusados. También los increpó: "Ellos hacen un pacto de silencio y se niegan a hablar. Si les queda un poquito de dignidad, señores, sean capaces de asumir lo que hicieron. Eran muy valientes para agarrar a una maestra embarazada, eran muy valientes cuando nos tenían atados y nos daban picana, pero ahora se esconden para no hablar".
Justamente, Pelliza había alegado un pico de diabetes para no presenciar el testimonio de Arce. El médico del SIES que lo revisó, Rodolfo Ruggieri, consideró que tenía "un cuadro de diabetes con valores altos, pero no un cuadro agudo, sino una cuestión crónica", y diagnosticó que estaba en condiciones de presenciar la audiencia. Sobre este represor, que usaba el alias Armando, Arce rememoró que la hostigaba diciéndole "esta noche perdés conmigo" y también que la amenazaba con meterle ratas en la vagina, como hacían los nazis. Cuando el fiscal le preguntó si estaba en condiciones de reconocerlos, Arce fue contundente. "Es muy difícil olvidar la cara de quienes te han arruinado la vida".
Los integrantes del Tribunal Oral Federal de Rosario, los entrerrianos Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemí Berros miraron demudados a Arce cuando recordó que había logrado ver documentación del grupo de tareas que está siendo juzgado, ya que participó en allanamientos realizados por el juez Francisco Martínez Fermoselle en 18 casas operativas de la patota, pero un comando entró en los Tribunales provinciales, en la madrugada del 8 de octubre de 1984 y robó toda la prueba.
Carnero quiso saber, además, cómo había sido la relación de Arce con sus cuatro hijos mientras estuvo detenida. Arce pasó entre mayo y fines de junio en la Fábrica Militar, luego fue trasladada al Batallón 121 --donde sí pudo tener visitas del más pequeño de sus hijos-- y más tarde la llevaron a Villa Devoto, donde permaneció hasta 1982. "Parte del botín de guerra fue la pérdida de nuestra relación con nuestros hijos", dijo la militante sindical, que trabajó en España con el juez Baltasar Garzón y hoy es directora del Centro Internacional para los Derechos Humanos de Argentina, que funciona en el predio de la ex Esma, con el auspicio de la Unesco.
Antes de Arce había dado su testimonio otro sobreviviente de la Fábrica de Armas, Juan Rivero, que relató su secuestro y torturas, pero dejó un mensaje esperanzador, al definirse como "un hombre enteramente feliz, que disfruta de sus nietos y bisnietos".
Fuente:Rosario12
Juicio a represores de la dictadura en Rosario.
Nuevos testimonios en causa la Guerrieri II
“Nunca me consideré víctima sino sobreviviente”
19/09/2013
La sobreviviente de la última dictadura Adriana Arce declaró este jueves ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) de Rosario cómo perdió un embarazo durante la tortura cuando estuvo cautiva en un centro clandestino de detenciones donde, dijo, “me hicieron un aborto sin anestesia”. También brindó su testimonio el ex concejal Juan Rivero.
“Empezaron a pegarme y a picanearme, me dijeron que me desnudara”, contó la mujer sobre los tormentos que sufrió tras ser secuestrada el 11 de mayo de 1978, cerca de la terminal de ómnibus de Rosario, y trasladada al centro clandestino que funcionó en la ex Fábrica Militar de Armas “Domingo Matheu”.
“Para aplicarme la picana me la ponían debajo de las uñas, y así perdí a mi hijo, me hicieron un aborto sin anestesia”, abundó Arce ante los jueces entrerrianos Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemí Berros, integrantes del TOF1 de Rosario.
Arce, que fue asesora del juez español que investigó los crímenes de la dictadura Baltasar Garzón, declaró este jueves en el juicio oral por la causa conocida como Guerrieri II, en la que están acusados por delitos de lesa humanidad 12 militares y personal civil de inteligencia retirados.
Contó que era militante sindical del gremio docente en Rosario cuando se inició la dictadura y brindó detalles de su secuestro.
Corroboró que estuvo cautiva en el ex Fábrica Militar, en el Batallón de Inteligencia 121 y, tras ser sometida a Concejo de Guerra de las Fuerzas Armadas, estuvo detenida en la cárcel de mujeres de Villa Devoto hasta recuperar la libertad.
Al detallar los tormentos que sufrió a manos de “la patota” del Batallón 121, entonces dirigido por el ahora imputado Pascual Guerrieri, dijo que por el embarazo que cursaba “seguía con perdidas, así que me hicieron un aborto sobre la mesa donde comían (sus verdugos), donde me tenían de brazos y piernas”.
El represor que la atendió “me dijo: ‘No tengo muchas posibilidades, yo no te puedo operar por abdomen, te voy a limpiar, pero no te puedo asegurar que no te vayas a morir’”, recordó Arse.
“Yo me desmayé. Nunca más pude quedar embarazada”, le dijo al tribunal.
También puntualizó sobre el ‘botín de guerra’ que los represores ahora juzgados “robaban cosas de las casas y se las repartían y se peleaban por esta repartija”.
“Yo nunca me consideré una víctima sino una sobreviviente de la dictadura que hubo, con la connivencia civil y de los grupos económicos”, contextualizó.
Y refiriéndose a los militares retirados sostuvo: “Teníamos un ejército libertador y ustedes lo convirtieron en un ejército de asesinos que se peleaban por lo que nos robaban”.
Mirando a los imputados a la cara, agregó: “Ustedes que eran tan valientes para secuestrar y torturar a una maestra de colegio como era yo, a ver si son tan valientes para hacerse responsables de lo que hicieron”.
En la audiencia también declaró Juan Rivero, sobreviviente del centro clandestino de la ex Fábrica de Armas, al igual que Arce, de quien entonces era cuñado.
Rivero contó que trabajaba en una fábrica, era delegado gremial y los fines de semana era árbitro del fútbol infantil.
“Tengo secuelas en el hombro derecho e izquierdo por las ataduras y la picana. Después de mucho tiempo me han vuelto a salir esos dolores, perdí la fuerza, se me traba el pie izquierdo”, relató Rivero sobre las marcas que le dejaron las torturas.
Contó que estuvo entre mayo y julio de 1978 en la Fábrica Militar de Armas, donde fue torturado y “colgado de una argolla de una caballeriza”, para luego pasar al Batallón 121 de Rosario y, tras ser sometido a un juicio, fue blanqueado en una cárcel común.
Reconoció que entre los secuestrados y torturados en el centro clandestino estuvieron Arce, la pareja conformada por Ariel Morandi y Susana Miranda (que están desaparecidos) y la enfermera Olga Moyano.
Este viernes precisamente será el turno de escuchar la declaración testimonial de Olga Moyano y también de Ramón Verón, los sobrevivientes del centro de detención Fábrica Militar y además querellantes en la causa.
Fuente:RedaccionRosario
Se trata de Adriana Arce, que militaba en el gremio docente
Rosario: Una sobreviviente relató que abortó por las torturas y nunca más pudo quedar embarazada
Adriana Arce, militante del gremio docente que sufrió la prisión clandestina y la tortura.
La sobreviviente de la última dictadura Adriana Arce declaró hoy ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) de Rosario cómo perdió un embarazo durante la tortura cuando estuvo cautiva en un centro clandestino de detenciones donde, dijo, "me hicieron un aborto sin anestesia". Arce declaró hoy en el juicio oral por la causa conocida como Guerrieri II, en la que están acusados por delitos de lesa humanidad 12 militares y personal civil de inteligencia retirados. "Empezaron a pegarme y a picanearme, me dijeron que me desnudara", contó la mujer sobre los tormentos que sufrió tras ser secuestrada el 11 de mayo de 1978, cerca de la terminal de ómnibus de Rosario, y trasladada al centro clandestino que funcionó en la ex Fábrica Militar de Armas "Domingo Matheu".
Rosario: Una sobreviviente relató que abortó por las torturas y nunca más pudo quedar embarazada
Adriana Arce, militante del gremio docente que sufrió la prisión clandestina y la tortura.
La sobreviviente de la última dictadura Adriana Arce declaró hoy ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) de Rosario cómo perdió un embarazo durante la tortura cuando estuvo cautiva en un centro clandestino de detenciones donde, dijo, "me hicieron un aborto sin anestesia". Arce declaró hoy en el juicio oral por la causa conocida como Guerrieri II, en la que están acusados por delitos de lesa humanidad 12 militares y personal civil de inteligencia retirados. "Empezaron a pegarme y a picanearme, me dijeron que me desnudara", contó la mujer sobre los tormentos que sufrió tras ser secuestrada el 11 de mayo de 1978, cerca de la terminal de ómnibus de Rosario, y trasladada al centro clandestino que funcionó en la ex Fábrica Militar de Armas "Domingo Matheu".
"Para aplicarme la picana me la ponían debajo de las uñas, y así perdí a mi hijo, me hicieron un aborto sin anestesia", abundó Arce ante los jueces entrerrianos Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemí Berros, integrantes del TOF1 de Rosario.
Arce, que fue asesora del juez español que investigó los crímenes de la dictadura, Baltasar Garzón, contó que era militante sindical del gremio docente en Rosario cuando se inició la dictadura y brindó detalles de su secuestro.
Corroboró que estuvo cautiva en la ex Fábrica Militar, en el Batallón de Inteligencia 121, y tras ser sometida a Concejo de Guerra de las Fuerzas Armadas, estuvo detenida en la cárcel de mujeres de Villa Devoto hasta recuperar la libertad.
Al detallar los tormentos que sufrió a manos de "la patota" del Batallón 121, entonces dirigido por el ahora imputado Pascual Guerrieri, dijo que por el embarazo que cursaba "seguía con pérdidas, así que me hicieron un aborto sobre la mesa donde comían (sus verdugos), donde me tenían de brazos y piernas".
El represor que la atendió "me dijo: `No tengo muchas posibilidades, yo no te puedo operar por abdomen, te voy a limpiar, pero no te puedo asegurar que no te vayas a morir`", recordó Arce.
"Yo me desmayé. Nunca más pude quedar embarazada", le dijo al tribunal.
También puntualizó sobre el `botín de guerra` que los represores ahora juzgados "robaban cosas de las casas y se las repartían y se peleaban por esta repartija".
"Yo nunca me consideré una víctima sino una sobreviviente de la dictadura que hubo, con la connivencia civil y de los grupos económicos", contextualizó.
Y refiriéndose a los militares retirados sostuvo: "Teníamos un ejército libertador y ustedes lo convirtieron en un ejército de asesinos que se peleaban por lo que nos robaban".
Mirando a los imputados a la cara, agregó: "Ustedes que eran tan valientes para secuestrar y torturar a una maestra de colegio como era yo, a ver si son tan valientes para hacerse responsables de lo que hicieron".
En la audiencia de hoy también declaró Juan Rivero, sobreviviente del centro clandestino de la ex Fábrica de Armas, al igual que Arce, de quien entonces era cuñado.
Rivero contó que trabajaba en una fábrica, era delegado gremial y los fines de semana era árbitro del fútbol infantil.
"Tengo secuelas en el hombro derecho e izquierdo por las ataduras y la picana. Después de mucho tiempo me han vuelto a salir esos dolores, perdí la fuerza, se me traba el pie izquierdo", relató Rivero sobre las marcas que le dejaron las torturas.
Contó que estuvo entre mayo y julio de 1978 en la Fábrica Militar de Armas, donde fue torturado y "colgado de una argolla de una caballeriza", para luego pasar al Batallón 121 de Rosario. Tras ser sometido a un juicio, fue blanqueado en una cárcel común.
Reconoció que entre los secuestrados y torturados en el centro clandestino estuvieron Arce, la pareja conformada por Ariel Morandi y Susana Miranda (que están desaparecidos) y la enfermera Olga Moyano.
Fuente:Telam



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