Boudou, las inquietudes y las certezas
Año 6. Edición número 282. Domingo 13 de Octubre de 2013
Por Eduardo Anguita
eanguita@miradasalsur.com
Año 6. Edición número 282. Domingo 13 de Octubre de 2013
Por Eduardo Anguita
eanguita@miradasalsur.com

(TELAM).
Entonces, vale la pena acotar cuáles son los escenarios de conflicto y las dudas que aparecen en el horizonte cercano para no perderse en especulaciones que sólo pretenden abonar fracturas en la vida democrática. La primera pregunta que surge, y que todavía no es fácil de contestar, es cuándo podrá la Presidenta retomar plenamente sus funciones. Desde el lunes 7, la información sobre la operación tuvo como fuente a los médicos de la Fundación Favaloro y eso aventó cualquier especulación sobre si la operación era una cirugía o un avieso maquillaje como pretendieron al principio algunas usinas de desinformación. En ese intento destructivo, lo más patente fue la foto de mal gusto que reprodujeron los medios –en todo el mundo– donde puede verse el gesto de angustia de Cristina. Esa foto –obtenida por un reportero gráfico de la agencia DyN, del grupo Clarín– muestra lo que no debería mostrarse por respeto a la intimidad en un momento difícil. Pero eso es un código de honor y no una prescripción legal.
Sin embargo, ya publicada y reproducida hasta el cansancio, esa foto revela dos cosas. La primera es que la propia Presidenta no evitó que la retrataran, iba sentada en el asiento delantero donde los fotógrafos pueden apuntar con facilidad y no hubo ningún operativo para evitar la escena tal cual era. Y lo segundo: a la clínica ingresó un ser humano, con las vulnerabilidades lógicas del momento que vivía. La fortaleza de Cristina debe alimentarse de darle importancia a las cosas importantes, que en cada momento son diferentes.
Parafraseando al dramaturgo romano Terencio, nada de lo humano le es ajeno a Cristina en este trance. Y las muestras de cariño ante la enfermedad trascienden los marcos institucionales: ponen en condición similar a personas que en circunstancias normales (¿qué es la normalidad?) pueden resultar tan diferentes.
Yendo al plano político, ¿qué encuentra Boudou en esta imprevista llegada al ejercicio temporal de la Presidencia? En primer lugar, la certeza de que no tiene margen para tomar decisiones de magnitud durante el interinato. En los últimos días se mencionaron muchos posibles cambios en cargos ministeriales. Esos escenarios de cambios están impulsados por los previsibles resultados electorales, negativos, pero también con rectificaciones de asuntos de fondo, sobre todo en materia económica y financiera.
No son cambios que pueda encarar Boudou. Es difícil arriesgar cuántos días demorará el regreso de Cristina. El escenario más optimista para el kirchnerismo es el del 22 de octubre cuando el programa Pro-Crear realice el sorteo de las 130.000 viviendas. Pero alguno más realista y moderado podría extender los plazos hasta mediados o fines de noviembre. Dependerá de los consejos de los médicos que la atienden.
Sean 15 ó 60 días, la realidad es que la Presidenta estará en la Quinta de Olivos, que tendrá actividad moderada y que no podrá tener actividad pública exigente, pero que es probable que pueda estar en contacto con sus colaboradores más estrechos, entre los cuales, desde ya, se contará Boudou. Respecto de si la figura del vicepresidente incidirá en el humor de los votantes, cuando al Frente para la Victoria no le sobra ni un voto, la respuesta, cruda, debería ser: es lo que hay, lo que hay institucionalmente. Cualquier desvío de los protocolos establecidos por la Carta Magna afecta mucho más la salud de la República. Por otra parte, es bastante perceptible que dentro del kirchnerismo hay distintas visiones y que hay internas políticas y por cuotas de poder. Tan cierto como que la fuerte impronta presidencial funcionó por encima de cualquier interna, tanto en el mandato de Néstor Kirchner como en los dos de Cristina.
No parece haber temas urgentes en la agenda económica y eso permite que este tiempo de espera hasta el retorno de Cristina no debería provocar zozobras. Está votado el presupuesto para 2014, que además contó con votos de varios sectores opositores. Respecto del fallo de la Corte de Estados Unidos, si bien rechazó la apelación de la Argentina contra los fondos especulativos, queda en suspenso el fallo de Thomas Griessa respecto de embargar pagos de títulos vía el Banco de Nueva York; esto es, no hay riesgo de default técnico en los próximos meses. Bajó el volumen del conflicto de UPM y no hay tensión en Gualeguaychú ni chisporroteos con las autoridades uruguayas.
Lo importante. La pregunta que muchos se formulan es si el kirchnerismo está en condiciones de avanzar en las medidas de redistribución del ingreso o si debe preverse un avance de tipo conservador una vez pasadas las elecciones. Hay un encadenamiento de asuntos que tienen que ver: inflación, restricción de divisas, déficit comercial energético creciente, escasez de divisas vía turismo al tiempo que aumentan los gastos de dólares de viajes de argentinos en el exterior, bajo nivel de reservas del Banco Central y falta de inversiones así como de créditos externos. No obstante lo preocupante de lo mencionado, el crecimiento de la producción, del consumo, del saldo comercial externo favorable y la buena recaudación tributaria permiten que las cosas marchen sin salirse de cauce.
Ahora bien, las preguntas que despierta este escenario encuentran a un equipo económico que fue detrás de medidas que no dieron resultados, como las restricciones a la compra de divisas, pero también por cuestiones que fueron encaradas pero que requieren tiempos que van más allá de la gestión de un período. Concretamente, Vaca Muerta podrá servir para ayudar al autoabastecimiento de gas y petróleo dentro de ocho o diez años, y este año el déficit comercial energético estará cerca de los 15.000 millones de dólares.
En materia de inflación, el plan lanzado en mayo pasado y que entró en vigencia el 1º de junio (Plan 500 productos) que contemplaba el acuerdo voluntario de las grandes cadenas de supermercados no dio resultados positivos. Toda la información recolectada por la Subsecretaría de Defensa del Consumidor, más los aportes de miles de militantes juveniles que recorrieron las góndolas forma parte de una cantidad de expedientes e informes que no tomaron estado público. Las incógnitas que pudiera despejar el informe público, si es que llega, no alcanzan para reparar en tres cosas evidentes. La primera es que los grandes comercios no respetan lo pactado. Lo segundo es que se trató de un acuerdo de partes, no hay ley que permita una sanción ejemplar. Lo tercero es que los estudios de cadenas de valor deberían ser tan potentes como las cadenas de las fuerzas patriotas en La vuelta de Obligado, no alcanza con tener gabinetes académicos por un lado y al secretario de Comercio por otro.
El blanqueo de capitales no funcionó. La extensión hasta fin de 2013 se abrió con el anuncio de que el grupo Bulgheroni se sumaba, ingresando 500 millones de dólares. En efecto, el grupo Bridas afirmó que compraría bonos para el desarrollo energético (Baade) para invertir en Vaca Muerta. Sin embargo, en un comunicado, la empresa dijo que los dólares ingresarán “por residentes en el exterior, no estando sujeta a ningún régimen de exteriorización de divisas”. Alejandro Bulgheroni parece haberse desmarcado del blanqueo. Por otra parte, los inversionistas, muchos de ellos especuladores con dólares en el colchón o el exterior, están esperando algún “tuneo” de los Baade. Lo que esperan es poder hacerlos circular en un mercado secundario donde la cotización no sea al dólar oficial sino a un valor cercano al dólar paralelo. Una concesión en ese sentido puede ser visto como algo pragmático, pero implica un desdoblamiento cambiario en los hechos y sin una lógica que beneficie a las pymes o las economías regionales o sectores exportadores. La lista de asuntos importantes es menos importante que la necesidad de reformular un plan económico, con figuras de peso, con una conducción intermedia (ministerial) de peso, con interlocución y con el equilibrio que requiere defender un proyecto nacional al tiempo que se utilizan las herramientas que cada coyuntura exige.
Heterodoxia es una palabra muy utilizada en estos años kirchneristas. Así como es preciso terminar con los superbeneficios en la formación de precios (leche, pan y carne entre otros) y para eso es preciso que el Estado incida fuertemente cortando nichos de intermediación, también hay que recuperar mercados de capitales o subsidiar sectores dinámicos de la producción con mecanismos transparentes.
Fuente:MiradasalSur
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