Hace unos años en una reunión de amigos en la Casa de Trenque Lauquen en Buenos Aires surgió la idea de colocar alguna referencia del paso de los tres jóvenes trenquelauquenses desaparecidos durante la última dictadura militar. Pensando y analizando, el grupo llegó a la conclusión de que podía sumarse a la iniciativa que ya estaba instaurada de colocar baldosas en la vereda.
El domingo pasado, 10 de noviembre, al cumplirse 35 años de la desaparición forzada de Ricardo Frank, Sergio “Yoyi” Martínez y Natalio “Titín” Mirabelli, tres jóvenes hijos de nuestra ciudad detenidos desaparecidos desde el 10 de noviembre de 1978, vistos por última vez en la Escuela de Mecánica de la Armada, se realizó un acto homenaje en la Casa del Estudiante en Buenos Aires.
Estos nombres estarán unidos para siempre en la memoria y en el pedido de Justicia, no serán separados ni olvidados. Unidos a ellos, se sumó el de Dina Nardone, compañera de Titín.
Convocado por Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad, Pompeya No Olvida, Comisión x la Memoria San Telmo-La Boca (Integrantes de la Coordinadora de Barrios x Memoria y Justicia) Centro de Estudiantes Trenque Lauquen Buenos Aires (CETBA), Comisión de Apoyo a Centros de Estudiantes (CACE), se llevó adelante un acto con características muy particulares.
Encuentro
Se trató de un encuentro de compañeros y amigos que se acercaron desde distintos puntos del país, que no se veían desde hacía muchos años; esto hizo que la emoción y el recuerdo de aquellos militantes con quienes compartieron su juventud marcaran lo emotivo del mismo. Más de cien personas se acercaron a dar su presente en una tarde que se prolongó más de lo habitual.
Conducido por Carlos Rojas Surraco, integrante de Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad, cedió en primer término el micrófono a Osvaldo López uno de los ideólogos de la actividad de las baldosas y a sus palabras le siguieron las de Andrea Bello, sobreviviente de la ESMA, quien recordó haber conocido al “grupo de Trenque Lauquen” dentro de ese centro clandestino de detención.
También Lidia Frank, hermana de Ricardo; Adriana Clemente (actual Vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA), quien había participado de algunas actividades previas a la detención de los trenquelauquenses y vuelve a encontrárselos en cautiverio a quien ellos le dicen “nos vemos afuera”, se sumaron con sus palabras al emotivo acto. En tanto Enrique Fukman, sobreviviente e integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, recordó una vez más el espíritu jovial y la actitud positiva que mantenían, los chistes y las canciones que este grupo permanentemente hacía escuchar. De Madres estuvo presente María Adela Antokoletz cuyo hermano desapareció en la misma fecha un año antes.
Siguió un recordatorio a Esther Pastorino, compañera militante, uno de los pilares de la actividad de Barrios x la Memoria y Justicia, quien falleció hace un par de meses. José Recoulat y Francisco “Pancho” Rossi los recordaron como amigos y compañeros. También se sumó con sus palabras Javier Gortari.
Símbolo
Con aplausos y ‘Presentes’ se descubrieron las baldosas que son ya un símbolo de la memoria, que marcan sus pasos, por allí estuvieron, por allí lucharon, por allí disfrutaron de charlas, de guitarreadas y veladas, de proyectos que no pudieron ser.
Concluido el acto, dentro de la Casa de Trenque Lauquen y con autoridades del CACE, destacándose la presencia de Alberto Seguí, Rubén García, Gerardo Otero, “Tato” Navarro muy amigo de los chicos, Pancho Rossi, José Recoulat, Pedro Bauducco y Teresa Bauducco y Carita Gómez con su familia, entre otros, se pudo ver la gigantografía en homenaje a Celestino Contepomi "Tino", fundador de la Casa.
Los presentes también pudieron apreciar una exposición de arte con las obras donadas por artistas plásticos, cuatro murales recordando a los compañeros desaparecidos con fotos de sus vidas y posteriormente se realizó una jornada cultural, en la que participaron en canto Eluney Caputto junto a su novio, su hermano y su padre Ruben Caputto; Kevin Joyce, habitante de “La Casita”, interpretó en órgano una pieza de su autoría “Canción deshabitada” y también recitó un poema suyo; y María Laura García y acompañante bailaron un par de tangos.
Al finalizar y cuando ya muchos de los presentes se habían retirado, se organizó una rueda de mate en la que se contaron anécdotas, historias, miedos, desengaños en un clima de camaradería que duró hasta altas horas de la tarde.
Es de destacar el trabajo y la solidaridad de los estudiantes de la Casa, quienes en todo momento participaron y acompañaron con su espíritu juvenil uniéndose al recuerdo de los que, muchos con lágrimas en los ojos, nombraban a los “chicos” que siempre estarán en esas paredes marcándoles quizás un camino de compromiso que perdurará por siempre.
Fuente:LaOpinion