10 de diciembre de 2013

HABRA UN ACTO EN EL MUSEO DEL BICENTENARIO Y UN FESTEJO CON NUMEROS MUSICALES.

HABRA UN ACTO EN EL MUSEO DEL BICENTENARIO Y UN FESTEJO CON NUMEROS MUSICALES
Los 30 años se celebran en la Plaza
A partir de las 15, arrancarán los variados números musicales en el escenario montado frente a la Casa Rosada. Cristina Kirchner hablará primero en el acto oficial y luego frente a la multitud en la Plaza.
Ayer terminaban de armar el escenario donde hoy desde las 15 desfilarán números musicales y de danza sobre el frente de la Casa Rosada.Imagen: DyN
Los 30 años de democracia tendrán hoy una celebración oficial encabezada por la presidenta Cristina Kirchner, dividida en dos partes. Por un lado, un acto formal en el Museo del Bicentenario que comenzará a las 18 y al que fueron invitados los ex presidentes. La segunda parte –que arrancará antes, pero terminará después que el otro– tendrá el esquema de “fiesta popular”, que el kirchnerismo ya transformó en costumbre para los grandes acontecimientos desde las celebración del Bicentenario. Habrá varios números musicales, de danza y de teatro a partir de las 15, y se espera que CFK hable alrededor de las 21. Será su primera aparición en un acto multitudinario luego del reposo obligado por la intervención quirúrgica.

Fallecido Raúl Alfonsín, la invitación recaló en su familia. El diputado Ricardo Alfonsín avisó que asistirá, lo mismo que el senador Adolfo Rodríguez Saá, quien también fue invitado pese a lo breve de su interinato en la Casa Rosada durante la crisis de 2001. “Asistirá con mucho agrado, porque es la primera vez que la Presidenta lo invita en su carácter de anterior jefe de Estado”, comentaron sus voceros.

En cambio, quien anticipó que no estará en el acto fue Eduardo Duhalde, de relación cortada con Cristina Kirchner. “Razones particulares me impiden asistir a los actos programados, como hubiera sido mi deseo. Le agradezco su invitación y le deseo lo mejor, tanto en su vida personal como en las altas responsabilidades que hoy está ejerciendo”, afirmó Duhalde en la nota que remitió a la Casa Rosada dirigida a la “señora Presidenta de la República Argentina”. “Los treinta años de democracia argentina merecen ser celebrados con grandeza de espíritu y manos extendidas a toda la sociedad. Es nuestro pueblo el que, con sus luchas, paciencia, y superando crisis que tenían destino de catástrofe, llega hasta hoy con las esperanzas firmes en un futuro mejor”, siguió Duhalde.

En tanto, Fernando de la Rúa estimó que participaría, aunque no lo dio por seguro. “Estimo que sí, tengo una audiencia por mi juicio a las 10 de la mañana y el acto es por la tarde, así que estimo que llegaré”, respondió ante una consulta. En Gobierno decían que no habían recibido respuesta a la invitación que le cursaron, por lo que imaginaban que finalmente no participaría.

En el Museo del Bicentenario –que queda abajo y detrás de la Casa Rosada–- también habrá funcionarios, gobernadores, intendentes, autoridades del Poder Judicial, las Fuerzas Armadas, la Iglesia, organismos de derechos humanos y muchos invitados especiales. Como música de fondo, probablemente llegue allí algo de lo que sucederá afuera, sobre Plaza de Mayo, donde ayer terminaba de levantarse el megaescenario que ocupará todo el frente de la Casa de Gobierno a lo largo de calle Balcarce.

Allí, desde las 15, dará comienzo la celebración denominada “Democracia para siempre. Fiesta popular”. Habrá números para todos los gustos. Para los chicos, con La asombrosa excursión de Zamba en la Democracia, con Karamelo Santo como invitado; para los amantes del dos por cuatro, con la Selección Nacional del Tango junto a Cacho Castaña, Adriana Varela, Susana Rinaldi, Rodolfo Mederos, Leopoldo Federico y Ariel Ardit; para los que gustan del folklore, con Horacio Guarany junto al Chaqueño Palavecino, Jaime Torres junto a Melania Pérez, Tukuta Gordillo y Daniel Vedia y el Chango Spasiuk; también la música popular y el rock con León Gieco, Víctor Heredia + Teresa Parodi, Gustavo Santaolalla junto a Man Ray y Kapanga; además habrá espacio para el pianista Horacio Lavandera, para el humor con los Ramonestones y para la particular mezcla del grupo Choque Urbano con la Fanfarria de Granaderos del Alto Perú.

A cargo de la organización del evento quedó el Grupo del Bicentenario, que reporta en la Secretaría General de Oscar Parrilli, de probada eficiencia en este tipo de celebraciones y que suele sorprender por los dibujos que trazan en los edificios históricos con la técnica del mapping 3D. Pero, obviamente, la atención estará centrada en el discurso que ofrecerá la Presidenta alrededor de las 21, en lo que será su reaparición en un acto masivo desde que hace dos meses fue sometida a una intervención quirúrgica, de la que ayer recibió el alta definitiva (ver nota: Un día cargado de sentidos).

Otras voces

  • Eugenio Zaffaroni (juez de la Corte Suprema): “El cambio producido en estos 30 años es verdaderamente impresionante. Empezamos hace 30 años con el matrimonio indisoluble y terminamos con el matrimonio igualitario. La dinámica de la sociedad ha sido increíble. Si me decían hace 30 años que esto iba a suceder, yo no me lo creía. La importancia de lo que estamos viviendo radica en lo que advierto, en las cabezas abiertas de los jóvenes para pensar, que no tienen internalizadas censuras de ninguna naturaleza”.
  • Jorge Rivas (diputado, Frente para la Victoria): “Hace 30 años que nuestro país conquistó la democracia y podemos felicitarnos de que este aniversario nos encuentre llevando adelante un proyecto de reformas progresivas, de inclusión social y de ampliación de derechos, después de haber atravesado la sombría época del neoliberalismo que nos llevó a una crisis tan profunda como la de 2001. Es mucho lo que hemos alcanzado, en particular en los últimos diez años, pero no podemos perder de vista que sólo habremos construido una democracia genuina cuando eliminemos la desigualdad”.
  • Leandro Despouy (titular de la AGN): “Se ha concretado el mandato de Raúl Alfonsín de tener una democracia para siempre. Su legado ingresó en una de las experiencias de reconstrucción institucional y política más trascendentes de toda su historia y se enraizaron los cimientos que perduran y apuntalan la continuidad institucional hasta nuestros días”.
COMO FUE Y QUE PASO AQUEL 10 DE DICIEMBRE DE 1983
Un día cargado de sentidos
La manifestación popular en Plaza de Mayo, multipartidaria y festiva. La asunción de Raúl Alfonsín, su paseo en un Cadillac descapotable y su primer discurso como presidente. El lugar de Arturo Frondizi y María Estela Martínez de Perón. La repercusión mundial.
Por Sergio Wischñevsky
El dictador Reynaldo Bignone le entrega el mando a Raúl Alfonsín.Imagen: Télam
Una jornada brillante de sol la de aquel 10 de diciembre de 1983, en la que muchos escucharon, por primera vez en sus vidas, que era el Día Internacional de los Derechos Humanos. Incluso a pesar de que la Declaración Universal, que esa fecha conmemora, estaba cumpliendo 35 años.

Desde muy temprano, la Plaza de Mayo y los alrededores del Congreso empezaron a llenarse de gente. Las transmisiones televisivas de los pocos canales que existían se dedicaron de lleno a reflejar lo que ocurría y a recoger testimonios. Gente suelta, en familia, con su sindicato o con sus organizaciones acudieron en masa con la ilusión de no perderse un acontecimiento histórico, pero sobre todo con la emoción de una esperanza a la que se entregaban sin pudor. En ese clima, la primera explosión de júbilo ocurrió a las 7.57 de la mañana cuando el presidente electo, Raúl Alfonsín, arribó al Congreso para jurar ante la Asamblea Legislativa. A continuación, y en medio de ovaciones para él y su vicepresidente, Víctor Martínez, comenzó a leer el mensaje de asunción ante toda la Nación y 93 delegaciones extranjeras. En un sitial preferencial se encontraban los ex presidentes Arturo Frondizi y María Estela Martínez de Perón, quien se llevó gran parte de la atención de la jornada. Aplaudida por unanimidad, todo el bloque justicialista, uno por uno, se abalanzó a saludarla. Los cronistas aventuraron, con gran pifia, que sería la jefa de la oposición. En todo caso cotizaba muy alto sacarse una foto con ella.

En su primer discurso presidencial, Alfonsín sólo leyó 17 carillas de un total que tenía 72. El texto completo fue entregado para que quede en el diario de sesiones. La TV mostró claramente el momento en el que, al disponerse a leer, comentó: “Che, acá tampoco sirven agua”, disgustado por que siempre le daban soda. El mensaje hizo eje en un llamamiento al protagonismo popular como única forma de superar los momentos difíciles. A la necesidad de apegarse al estado de derecho. Y quiso ser concreto y claro al mencionar la deuda externa y la inflación. Un generalizado tarifazo fue el último regalito que dejó la dictadura.

La multitud bancó una larga espera que matizó con alegría, bailes y cánticos; como los que les dedicaron a los militares que pasaban: “Olelé, olalá, milicos y la cana tendrán que laburar”. La delegación chilena también fue blanco de críticas al dictador Pinochet, así como la británica y la estadounidense, con la guerra de Malvinas a flor de piel.

El momento de mayor fervor se vivió cuando, desde un Cadillac descapotable, el novel presidente recorrió el trayecto entre el Congreso y la Plaza de Mayo. Banderas argentinas que flameaban, boinas blancas a granel, bombos radicales y también peronistas que no se privaron de tocar la Marcha. Alfonsín avanzaba a paso de hombre (hombre lento) y repartía sonrisas y su saludo característico, con los brazos cruzados.
En la Casa Rosada recibió los atributos de mando de manos del dictador saliente, Reynaldo Bignone, y luego les tomó juramento a sus ministros y secretarios de Estado. Entre ellos, el ministro del Interior, Antonio Tróccoli; Educación, Carlos Alconada Aramburu; Relaciones Exteriores, Dante Caputo; Economía, Bernardo Grinspun; y Defensa, Raúl Borrás, entre otros de un total de ocho ministerios y treinta secretarías de Estado.

En la Plaza, todo el mundo se puso a saltar: no había más remedio, pues se entonó: “El que no salta es un militar”. Se armó una gran batucada multipartidaria. Banderas rojas y blancas, junto a las del PJ, el Partido Intransigente y el Socialismo Popular. Rememorando aquello, ¿cómo no pensar en qué debería ocurrir hoy para conjugar semejante consenso? Se vieron estandartes de paraguayos en el exilio “30 años de dictadura”, banderas chilenas y madres de desaparecidos uruguayos. Los jóvenes armaron guitarreadas y, como en una compulsa dionisíaca, canciones rockeras y folklóricas se daban paso mutuamente.

Un momento de la transmisión televisiva registró la llegada de una delegación con un cartel con la leyenda “Nación Kolla”, integrada también por grupos provenientes del Chaco y de Neuquén, pero sobre todo de Tilcara, Jujuy. Entrevistados por un movilero, dijeron que era la primera vez que venían a Buenos Aires y la primera vez que veían a un presidente: “Queremos una radio de onda corta en cada valle para comunicarnos con una radio central, porque cuando ocurre cualquier eventualidad estamos aislados”.

Desde el balcón del Cabildo, Alfonsín se dirigió a la multitud; pudo hacerlo desde el balcón de la Casa Rosada, pero el día estaba lleno de gestos, mensajes políticos. Y allí terminó recitando el preámbulo de la Constitución a coro con los presentes, como si fuera un concierto.

Por la tarde, el presidente recibió a las delegaciones extranjeras y conversó con el entonces vicepresidente de EE.UU., George Bush, y los primeros ministros Bettino Craxi, de Italia, y Felipe González, de España, quien se convirtió en una de las estrellas más buscadas junto a Daniel Ortega, que aportaba la mística de la revolución sandinista de Nicaragua.

Fue muy amplia la repercusión mundial del regreso a la democracia en la Argentina. Los diarios londinenses pidieron en sus editoriales un acercamiento con la Argentina. Margaret Thatcher envió un mensaje, festejando el acontecimiento “más allá de nuestras diferencias”, a lo que el gobierno argentino contestó con un proverbio inglés: “Cuando hay voluntad, hay solución”. O el proverbio es falso o no hubo voluntad.

Por la noche se organizó una función de gala en el Teatro Colón, un ecléctico programa que incluyó obras de Ginastera, un concierto de Piazzolla y el “Himno a la Alegría” tocado por la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires.

La noche también cobijó los festejos populares a lo largo de todo el país. Recitales y bailes en plazas públicas y clubes barriales. Por algunos pasó a saludar el presidente. A otros acudieron los gobernadores, que asumieron sus cargos en los días sucesivos.

La unanimidad casi total, ese instante de ilusión ilimitada en el futuro, se empieza a poner a prueba en el momento en que la democracia pasa de potencia a realidad. Sólo cinco días después de asumir, Alfonsín da un paso trascendental. Les quita a los militares la posibilidad de juzgarse a sí mismos y crea la Conadep.

Abre las puertas en la Justicia civil para que por primera vez en la historia los golpistas sean enjuiciados.

Envía al Congreso un proyecto de ley para reformar el funcionamiento de los sindicatos. Su ministro de Economía, Grinspun, intentará renegociar la deuda externa, declara que la inflación es un problema prioritario a resolver y que el gobierno revitalizará los salarios para fortalecer el mercado interno. Alfonsín había dicho en el Congreso que se iban a levantar las cortinas de las fábricas cerradas.

Tanta alegría, tantas promesas, tanta ilusión parecen, a la vista de los hechos, de una inocencia insuperable.
Pero, treinta años después, la democracia sigue dando muchas de esas batallas. Sin la ilusión de esas promesas sería imposible pelearlas.

Un pedido para posponer
El diputado Ricardo Alfonsín pidió anoche vía Twitter “posponer los festejos callejeros” por el 30º aniversario democrático debido a las protestas policiales. En cambio, no dijo nada del acto en el Museo del Bicentenario, al que prometió asistir. “Tenemos que tener una actitud seria y responsable ante la grave situación del país”, consideró. Con todo, el radicalismo realizará sus propias celebraciones por los 30 años del retorno democrático y la llegada de Raúl Alfonsín a la presidencia. En la ciudad de Buenos Aires, el acto que organiza la UCR Capital comenzará a las 15 en la sede de Alsina al 1700. Según se informó en un comunicado, el evento estará encabezado por el presidente de la UCR Capital, Emiliano Yacobitti, y por el titular de la AGN, Leandro Despouy.
Fuente:Pagina12

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