18.02.2014
Ex obrero de IKA y delegado de Renault, el testigo resaltó la complicidad civil
Sobreviviente Daniel Carrasco: "El golpe fue contra la clase trabajadora, contra la sociedad"
Daniel "Renolito" Carrasco al entrar a la sala, para dar su testimonio.
Córdoba.- Un sobreviviente del Centro Clandestino de Detención "La Perla" habló en su testimonio de la "complicidad de empresarios y civiles" en la "persecución, secuestro y asesinato" de trabajadores y sindicalistas por parte de la última dictadura cívico militar en la provincia. Lo hizo al declarar hoy en una nueva audiencia del juicio oral que debate esa megacausa. Daniel `Renolito` Carrasco trabajó en la fábrica de IKA y luego fue delegado de la fábrica Renault y, junto a René Salamanca, integró la mesa de Gremios en Lucha que protagonizó la resistencia a la represión que comenzó a instalarse en 1974 con el denominado `Navarrazo`.
Ex obrero de IKA y delegado de Renault, el testigo resaltó la complicidad civil
Sobreviviente Daniel Carrasco: "El golpe fue contra la clase trabajadora, contra la sociedad"
Daniel "Renolito" Carrasco al entrar a la sala, para dar su testimonio.
Córdoba.- Un sobreviviente del Centro Clandestino de Detención "La Perla" habló en su testimonio de la "complicidad de empresarios y civiles" en la "persecución, secuestro y asesinato" de trabajadores y sindicalistas por parte de la última dictadura cívico militar en la provincia. Lo hizo al declarar hoy en una nueva audiencia del juicio oral que debate esa megacausa. Daniel `Renolito` Carrasco trabajó en la fábrica de IKA y luego fue delegado de la fábrica Renault y, junto a René Salamanca, integró la mesa de Gremios en Lucha que protagonizó la resistencia a la represión que comenzó a instalarse en 1974 con el denominado `Navarrazo`.
En ese contexto, se refirió a la persecución a los trabajadores, a los sindicalistas y a la intervención de las instituciones gremiales que se intensificó en Córdoba con el desembarco de Luciano Benjamín Menéndez como titular del Tercer Cuerpo del Ejército, el principal imputado en este proceso de enjuiciamiento que comenzó a ventilarse el 4 de diciembre de 2012.
Refiriéndose a los imputados presentes en la sala de audiencia, Carrasco sostuvo que "estos señores creen y dicen que son unos patriotas por derrotar a la guerrilla subversiva. Yo en mi vida he agarrado un arma. He sido toda mi vida un militante social y lo seguiré siendo, porque estoy convencido de que se puede luchar para modificar el mundo". "El golpe fue contra los dirigentes sociales y políticos, contra la clase trabajadora, contra la sociedad. La guerrilla había sido derrotada mucho tiempo antes", consideró Carrasco y luego precisó que fue secuestrado el 18 de marzo de 1977 y, tras padecer tormentos y torturas, fue liberado en 1978. Fue despedido de Renault y se exilió en México.
A partir de este testimonio, el abogado querellante Claudio Orosz solicitó a los jueces que remitan el testimonio a la Fiscalía de turno para que se investigue sobre la relación que existía entre la cúpula de las fábricas y la pata civil de la dictadura militar, en referencia a la persecución hacia los trabajadores. En ese sentido, recordó que ya fueron incorporados a la causa los registros que dan cuenta del intercambio de información entre los directivos de Renault y el general Menéndez sobre los domicilios de sus trabajadores, muchos de los cuales fueron perseguidos y secuestrados, sostuvo el letrado.
La jornada de hoy concluyó con el testimonio de Jorge Alberto Gómez Prat, en relación al asesinato de su hermano Tomás Eduardo ocurrido en La Perla y fraguado por los represores como muerte ocurrida en un enfrentamiento.
La víctima fue secuestrada en la misma noche del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y fue asesinado el 8 de abril. Luego de estos dos testimonios la audiencia pasó a cuarto intermedio hasta mañana a las 10 para continuar con la recepción de nuevos testimonios, en este juicio que acumula más de una veintena de expedientes, en todos los casos por delitos cometidos entre 1975 y 1976 mediante el Plan Sistemático de Exterminio diseñado y ejecutado por el poder cívico militar mediante el terrorismo de Estado.
Los hechos delictivos que se juzgan son privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados, aplicación de tormentos seguido de muerte, homicidio calificado, tentativa de homicidio calificado, sustracción de menor de 10 años, abuso
deshonesto y violación.
Fuente:Telam
Día 114: 12/02
14;17 Terminó el testimonio de Graciela deLucca de Bialet.
14:06 "Hemos sobrevivido con la estupida culpa de estar vivos"
"Elita me contó todo en una conversación de amigas, con un mate de por medio, ella estaba desgarrada. Y lo hizo para que si en este país alguna vez había algún viso de justicia, su testimonio pudiera servir".
13:49 Resistencia
Mario Bialet, el marido de Graciela, trabajaba en EPEC y era sindicalista en Luz y Fuerza. Sufrió un intento de secuestro en el trabajo en 1978, y luego intentaron llevarse a su madre del departamento en que se hallaba convaleciente, entubada, y al cuidado de una enfermera. "Ante la protesta de los vecinos y de un fiscal que había en el edificio la dejaron tirada en el hall central del edificio en el estado que estaba. Murió poco tiempo después y Mario no pudo siquiera ir a su entierro porque los secuestradores estaban ahí". También allanaron la casa donde ella estaba con sus pequeños, robaron y destruyeron todo, y Graciela perdió un embarazo de cinco meses.
Mario Bialet y Tomás Di Toffino eran compañeros de militancia y ambos fueron perseguidos por su actividad sindical en el gremio. Mario quería declarar en la causa por la desaparición de Tomás, pero no pudo hacerlo porque una enfermedad lo llevó a la muerte.
13:40 "Elita", el silencio del terror
"Un tal Manzanelli, uno de ellos, la subió a un auto una noche. Ella creyó que la iban a fusilar y lloró y suplicó por su hija. Manzanelli le dijo que la iba a soltar porque no quería tener ninguna deuda con un 'judío de mierda'. Esa misma persona la amedrentó durante su libertad, aparecía en su casa para amenazarla".
13:33 La Federación Juvenil Comunista
Junto a otros jóvenes integraban la Federación Juvenil Comunista. "En ese tiempo ser jóven era sospechoso, usar jean era sospechoso, llevar un libro bajo el brazo era sospechoso..."
13:29 Testigo 209: Declara la escritora Graciela De Lucca de Bialet
La testigo fue citada a declarar por la defensa y la querella en el marco del expediente Quijano. "Aunque me resulta raro estar citada por la defensa, estoy orgullosa de poder estar acá diciendo cosas que nunca pude decir".
13:13 "Noticias desde la maternidad".
La querella de Abuelas de Plaza de Mayo solicitó que se cite a esta persona a declarar.
13:09 Testigo 209: Declara Daniel Martínez
12:20 Cuarto intermedio de 15 minutos
12:00 Palabras finales
"Tanto mi madre como mi padre nos educaron en el respeto, la solidaridad y los valores de la libertad. respetando nuestras propias convicciones y las de los otros. Dede mis 17 años con mi familia buscamos a Silvina, Daniel y su hijito. Nuestra vida ha girado permanentemente en la búsqueda de ellos. Yo quiero pedirles a los señores allí sentados, que en un acto de piedad le digan a mi madre, que todavía está viva, dónde estan los restos de mi hermana y de Daniel y a quién le entregaron a mi sobrino. Creo que lo merece.
Ha buscado incansablemente toda su vida. Quiero decir tambien que mi padre, yo, mis hijos y los hijos de mis hijos, vamos a seguir buscando".
Con aplausos, culminó el testimonio de Giselle Parodi.
11:54 Niños NN
Mientras la Dra. Maria Teresa Sanchez interroga a la testigo, el imputado Barreiro bosteza desde su asiento de imputado.
- Qué pasó con el cuerpo de voluntarios?
- De un día al otro nos pusieron un candado y no nos dejaron entrar más.
11:53 "Subversivos"
A pesar de ello, Pancho se atrevió y logró ayudar a algunos de los secuestrados, portando mensajes escritos para su familia. Tal es el caso de Carlos Borobio, quien declaró por su propio hecho y por la desaparición de compañeros de militancia en esta causa.
11:35 Militancia

Daniel Orozco, desaparecido junto a su mujer Silvina Parodi, embarazada de seis meses
En su investigación, la familia reconstruyó el paso de Silvina por la D2, La Perla, UP1 y el Buen Pastor. "Mi madre Sonia Torres la buscó en todas las morgues, en todos los hospitales, tocó puertas de militares. Pese a la peligrosidad de la época la buscó en todos lados."
11:17 "Le toca a ésta"
Sonia Torres está en la sala acompañando el testimonio de su hija desde las butacas del público. La presidenta de Abuelas Córdoba fue una de las primeras en declarar durante esta causa, en el año 2013.
11:15 "El futuro es hoy"
La familia había sufrido un violento allanamiento en el año 1975, mientras estaban en una reunión de amigos. Rompieron todo a su paso, robaron lo que encontraron de valor, comieron su comida. "Se pusieron nerviosos y enojados cuando encontraron una pintada en la pared de mis hermanos que decía El futuro es hoy".
Silvina no había regresado de la facu. Se llevaron a todos los presentes, incluso a sus padres Sonia Torres y Enrique Parodi, detenidos al Departamento de Informaciones de la Policía, en el Cabildo. "Parte de la patota dijo que se quedarían a esperarla. Después la llevaron con nosotros y escuchamos cómo era torturada junto a mi hermano".
11:10 Recuerdo doloroso

Silvina Parodi está desaparecida desde el 26 de marzo de 1976. Estaba embarazada.
11:00 La búsqueda de su hermana y sobrino
La familia de Silvina no tenía noticias de ella ni de su marido, ya que estaban detenidos desaparecidos. No tenían conocimiento de su lugar de detención ni del estado de su embarazo. Por eso Giselle visitó la Cárcel del Buen Pastor al día siguiente, en compañía de la Madre Asunción Medrano.
"Nos recibió la Madre directora, quien confirmó en un cuadernito de tapas negras que Silvina había estado detenida allí, había parido un hijo varon y que había sido trasladada al sur junto a otras detenidas. Del niño no sabían nada".
10:55 Testigo 208: Declara Giselle Parodi
10:50 Comienza la audiencia de hoy
Habrá un cuarto intermedio hasta mañana a las 10:00. Declararán dos testigos.
"Vivimos mucho tiempo creyendo que las únicas víctimas fueron los desaparecidos, y durante años fuimos a declarar por ellos, por los que no estaban. Por eso hoy quiero aprovechar esta oportunidad para declarar el contexto de todo lo que vivimos en esa época". Así responde a una pregunta de la defensora oficial, Dra. Rojas, acerca de una supuesta contradicción en cuanto a la motivación de su declaración de hoy respecto de una declaración anterior.
Graciela cuenta que después de la desaparición de la mayoría de sus amigos y compañeros de militancia, la vida era muy dura resistiendo la impunidad de una dictadura cada vez más encarnizada.
Otra de sus amigas también fue secuestrada en La Perla, y pudo sobrevivir para contarle todo lo vivido allí. Elita describió con detalles la cuadra, los baños, y reconoció a muchos de sus compañeros en las más terribles condiciones. Pero le pidió a Graciela que guardara el relato en secreto; vivía atemorizada por las amenazas que recibió desde el momento en que la soltaron hasta poco antes de su fallecimiento por un cáncer.
Conoció a Hugo Kogan en el campo de deporte de la Asociacion Civil Israelita de Córdoba, en su época como estudiante de Ciencias de la Información. "Era una persona alegre, extrovertido, cantaba, silbaba, tenía un caracter intespestivo, fuerte", lo recuerda con cariño. En él se inspira el personaje Hugo, en su novela.
Graciela es una reconocida escritora de Córdoba, cuya obra incluye la novela infanto juvenil "Los sapos de la Memoria". Fue escrito basándose en las historias de sus amigos y compañeros desaparecidos y sobrevivientes de La Perla.
En el año 2010 el testigo compró un bar al frente de la Maternidad, frecuentado por los médicos de esa institución. "Había uno que siempre iba a cenar junto a un colega mas jóven". Una de las noches, por televisión transmitían una entrevista de Sonia Torres y en una mesa contigua, el testigo escuchó una conversación que ambos médicos mantenían: "A la hija de esta mujer la trajeron aca a tener el chico y después se la llevaron".
También declara en el marco del Expediente Díaz. Conoció a la familia de Silvina Parodi por mantener vínculo comercial con algunos de sus miembros y fue citado a declarar por un dato que obtuvo, por casualidad, sobre el nacimiento del hijo de la pareja
Como portando un legado de búsqueda, un mandato de memoria, así concluye la testigo su testimonio:
"Todo el personal estaba al tanto de que muchos de los niños que traían eran hijos de detenidos. Yo estaba en la búsqueda del hijo de Silvina, en los rótulos sobre las camas decía NN". Giselle describe el mecanismo mediante el cual militares vestidos con guardapolvos de médico custodiaban niños en salas especiales con acceso restringido.
A la fecha de los hechos Giselle estaba de novia con un joven a quien le decían Pancho, que estaba haciendo el Servicio Militar. En algunos establecimientos pudo ver personas detenidas, pero los oficiales lo alejaban amenazándolo: "Dejá de jorobar, sabemos que estas de novio con una subversiva".
Giselle cuenta que su hermana, Silvina, era "brillante en todo lo que hacía", que junto a su compañero eran personas excepcionales y tenían una conciencia e ideas muy fuertes. Si bien toda la familia tenía conciencia política, los que militaban en PRT-ERP eran Silvina y Daniel: "A ella le decían Cristina; a él, Sebastian".
El testimonio es desgarrador por el nivel de perversidad con el que fue tratada en la D2 a sus 16 años junto a toda su familia. Mientras se ensañaban con sus hermanos en la sala contigua, ella recibió patadas. "En un momento agarraron del hombro a mi madre, y dijeron, 'le toca a ésta, la matamos'."
Por su militancia, los hermanos Parodi ya habían sido señalados como "enemigos del régimen" por el Comando Libertadores de América, antes del golpe de 1976.
Giselle Parodi se conmueve con el recuerdo del día del secuestro de Silvina y Daniel. "Me llamó mi madre y me contó que Silvina había sido llevada por una patota, muy golpeada, envuelta en colchas... Ese día ella venía de la ginecóloga, por una consulta sobre su embarazo".
Durante los años que van de 1973 a 1977 la testigo participó en la Casa Cuna de un voluntariado que consistía en sacar los niños durante el fin de semana, para su atención y cuidado. "Desde la rebeldía, cuando comenzaron a retacearme los niños, le preguntéa la Madre Asunción Medrano el motivo. Ella me respondió que para qué quería llevar niños a mi casa si yo en mi casa tenía un niño que podía atender, refriéndose a mi hermana. Me dijo que lo sabía por haber sido invitada de honor a la sala de partos del Buen Pastor, donde estaba detenida Silvina, y que allí supo que había tenido un hijo varón"
Las preguntas corren por cuenta de las abogadas de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo Filial Córdoba, quienes citaron a la testigo para aportar prueba respecto del hecho de la desaparición de su hermana, Silvina Parodi.
Serán tres los testigos que declaren hoy, la primera de ellas es Giselle Parodi, hija de Sonia Torres y hermana de Silvina Parodi, hoy desaparecida, cuya causa investiga el secuestro de la pareja que conformaba junto a Daniel Orozco, con quien esperaban un niño de 6 meses de gestación.
Día 115: 13/02
12:28 Cuarto intermedio hasta el martes 18 de febrero
12:09 El tampierazo
Según el testigo, la editorial del Diario San Justo de fines de abril "directamente pidió la sangre de los organizadores de aquel acto, señalando como autor intelectual de los incidentes a Gallardo".
"Para nosotros quedó firme el tema de que fue una venganza, impulsada por Martínez y vaya a saber quien más. (...) Es evidente que se movieron porque alguien tenía que pagar por el Tampierazo".
12:01 Testigo 212: Declara Jose Castro
"Nos enteramos que junto con el matrimonio se habían llevado al encargado de la CGT en San Francisco, Oscar Liwaky, y al albañil Nestor Páez. Supimos que estaban en La Perla, y después no supimos más nada".
12:00 Culminó el testimonio de Silvio Mondazzi
11:49 Persecusión al movimiento obrero
11:25 El Partido socialista de la izquierda nacional.
11:44 "La desaparición de Gallardo se relaciona con el Tampierazo"
"Gustavo estaba en contra de esos excesos y desmanes, pero ese día lo asociaron con los incidentes, los caracterizaron como abogados revoltosos. Después hubo una editorial de La Voz de San Justo donde se incitaba a "limpiar los elementos subversivos, extremistas" y en esa editorial se lo señalaba particularmente a Gustavo Gallardo", afirma, y agrega que entre los miembros de la familia Martínez, dueño del periódico, había un miembro de los servicios de inteligencia del ejército.
El Dr. Orosz, querellante de H.I.J.O.S., solicita que se remita la información a la fiscalía para investigar la comisión de delitos por parte de los dueños de la Empresa La Voz de San Justo como la pata civil del plan sistemático de desaparición de personas.
"Los abogados laboralistas a veces tocan intereses, con los que no se juega. Con la Voz de San Justo no se Juega! Ese parece haber querido ser el mensaje que dejo la desaparición de los cuatro compañeros", sostuvo el testigo.
11:23 La Perla

Nació el 10 de marzo de 1943 en Córdoba. Estaba casado y tenía un hijo de 3 años. Era abogado laboralista y dirigente del Frente de Izquierda Popular. Fue secuestrado junto a su esposa Nora Graciela Peretti en la madrugada del 12 de mayo de 1976 de su casa en la ciudad de San Francisco, Córdoba, en el mismo operativo que Oscar Ventura Liwacki y Néstor Cármides Páez. Permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio “La Perla”. Tenía 33 años. Aún continúa desaparecido.
11:00 Testigo 211: Declara el Dr. Silvio Mondazzi
10:44 Comienza una nueva audiencia
Ver más sobre el caso
Es un hecho que guarda la memoria colectiva de San Francisco, y tuvo su origen en una protesta gremial del día 30 de julio de 1973. La Fábrica Tampieri fue tomada por sus empleados con apoyo de la CGT local quien convocó a un paro activo con movilización. En el acto Oscar Liwaky dio el discurso acompañado de Gallardo en el escenario. El episodio dio lugar a fuertes desmanes, y las instalaciones del Diario La Voz de San Justo y la vivienda de Martínez, su dueño, fue incendiada.
El testigo es también amigo de Gustavo Gallardo. Narró los mismos hechos que el testigo anterior: el Tampierazo, la editorial del diario, las amenazas y detenciones temporales, el secuestro del 12 de mayo de 1976, la aparición de los documentos de Gustavo en el auto accidentado.
"Me hubiera gustado traer algo escrito para ser más coherente, me he olvidado ciertas cosas pero no el hecho fundamental, que tengo la seguridad de que fueron asesinados y que podemos decir al Ex Gral. Menéndez, que ha sido secuestrador del padre de un niño de tres años. Martín se quedó sin sus padres".
La Dra. María Teresa Sánchez pregunta al testigo si considera que este hecho está relacionado con la voluntad de desarticular y desarmar el movimiento obrero en el país. El testigo asiente: "El coordinador de esa política fue Martínez de Hoz, murió el año pasado, y hasta su muerte siguió sosteniendo su tradicional planteo de ideas, que hay que liquidar a la industria y así liquidar al mismo tiempo al movimiento obrero".
El testigo adjunta una invitación que recibió un año antes del golpe de parte del ex Gral Menendez. donde se lo invitaba, como presidente del Comité Provinicial del Partido a una "formación especial de iniciación del año militar". "Nuestro partido era absolutamente legal, formábamos parte del estatuto de los partidos".
Silvio Mondazzi confirma la hipótesis que el testigo Saíz ya había instalado en una audiencia anterior: la participación y visibilidad de Gallardo y Liwaky en los conflictos con la fábrica Tampieri, en una jornada que culminó con algunos desmanes de los manifestantes quienes intentaron incendiar las instalaciones del diario La Voz de San Justo, fue el motivo de su persecusión hasta la muerte.
Los cuatro secuestrados en San Francisco fueron llevados al Ex Centro Clandestino La Perla, y ello fue atestiguado por Piero Di Monte, también secuestrado y sobreviviente de ese lugar.
El testigo conoció a Rodolfo Gustavo Gallardo y su mujer por ser compañeros del Partido Socialista de Izquierda Nacional desde la Facultad de Abogacía. Por ello fue testigo de las amenazas y persecusiones que sufrieron en relación a su actividad sindical, como la detención temporal que padeció el mismo 24 de marzo de 1976 cuando fue llevado a La Ribera, anterior al secuestro definitivo.
Declaran dos testigos: José Castro y Silvio Mondazzi. Sus testimonios se dan citados por la fiscalía en relación de la causa Vega, en la cual se juzga el secuestro, tortura y desaparición de cuatro personas que fueron llevadas de San Francisco a La Perla.
Día 116: 18/02
16:00 Cuarto intermedio hasta mañana a las 10.
15:50 Reconoció a su captor en un desfile militar
15:40 El cantor
15:35 Enfrentamiento fraguado
15:20 Tomas Eduardo Gomez Prat
15:18 "De tu generación no va a quedar casi ninguno"
15:13 "Pude ver a mi hermano en uno de los camiones"
15:00 "Quedan todos detenidos"
14:58 Testigo 214: Declara Jorge Alberto Gomez Prat
13:40 Cuarto intermedio hasta las 14;30
13:19 Complicidad civil
13:09 "Vos estás acá porque sos un zurdo de mierda".
13:03 Por segunda vez mi hija tuvo que presenciar el secuestro de uno de sus padres
12:36 "Si el 24 de marzo sale un piojo a la calle, vos también sos boleta".
12:24 "Nos llegamos a entusiasmar con la idea de hacer un nuevo Cordobazo y que lo íbamos a correr a Videla".
12:06 Testigo presencial
12:04 La Mesa de los Gremios en Lucha
12:00 Pasar a la clandestinidad
11:55 Testigo 213: Declara Daniel Carrasco
11:50 Declararán tres testigos por el expediente Romero
"Vivimos mucho tiempo creyendo que las únicas víctimas fueron los desaparecidos, y durante años fuimos a declarar por ellos, por los que no estaban. Por eso hoy quiero aprovechar esta oportunidad para declarar el contexto de todo lo que vivimos en esa época". Así responde a una pregunta de la defensora oficial, Dra. Rojas, acerca de una supuesta contradicción en cuanto a la motivación de su declaración de hoy respecto de una declaración anterior.
Graciela cuenta que después de la desaparición de la mayoría de sus amigos y compañeros de militancia, la vida era muy dura resistiendo la impunidad de una dictadura cada vez más encarnizada.
Otra de sus amigas también fue secuestrada en La Perla, y pudo sobrevivir para contarle todo lo vivido allí. Elita describió con detalles la cuadra, los baños, y reconoció a muchos de sus compañeros en las más terribles condiciones. Pero le pidió a Graciela que guardara el relato en secreto; vivía atemorizada por las amenazas que recibió desde el momento en que la soltaron hasta poco antes de su fallecimiento por un cáncer.
Conoció a Hugo Kogan en el campo de deporte de la Asociacion Civil Israelita de Córdoba, en su época como estudiante de Ciencias de la Información. "Era una persona alegre, extrovertido, cantaba, silbaba, tenía un caracter intespestivo, fuerte", lo recuerda con cariño. En él se inspira el personaje Hugo, en su novela.
Graciela es una reconocida escritora de Córdoba, cuya obra incluye la novela infanto juvenil "Los sapos de la Memoria". Fue escrito basándose en las historias de sus amigos y compañeros desaparecidos y sobrevivientes de La Perla.
En el año 2010 el testigo compró un bar al frente de la Maternidad, frecuentado por los médicos de esa institución. "Había uno que siempre iba a cenar junto a un colega mas jóven". Una de las noches, por televisión transmitían una entrevista de Sonia Torres y en una mesa contigua, el testigo escuchó una conversación que ambos médicos mantenían: "A la hija de esta mujer la trajeron aca a tener el chico y después se la llevaron".
También declara en el marco del Expediente Díaz. Conoció a la familia de Silvina Parodi por mantener vínculo comercial con algunos de sus miembros y fue citado a declarar por un dato que obtuvo, por casualidad, sobre el nacimiento del hijo de la pareja
Como portando un legado de búsqueda, un mandato de memoria, así concluye la testigo su testimonio:
"Todo el personal estaba al tanto de que muchos de los niños que traían eran hijos de detenidos. Yo estaba en la búsqueda del hijo de Silvina, en los rótulos sobre las camas decía NN". Giselle describe el mecanismo mediante el cual militares vestidos con guardapolvos de médico custodiaban niños en salas especiales con acceso restringido.
A la fecha de los hechos Giselle estaba de novia con un joven a quien le decían Pancho, que estaba haciendo el Servicio Militar. En algunos establecimientos pudo ver personas detenidas, pero los oficiales lo alejaban amenazándolo: "Dejá de jorobar, sabemos que estas de novio con una subversiva".
Giselle cuenta que su hermana, Silvina, era "brillante en todo lo que hacía", que junto a su compañero eran personas excepcionales y tenían una conciencia e ideas muy fuertes. Si bien toda la familia tenía conciencia política, los que militaban en PRT-ERP eran Silvina y Daniel: "A ella le decían Cristina; a él, Sebastian".
El testimonio es desgarrador por el nivel de perversidad con el que fue tratada en la D2 a sus 16 años junto a toda su familia. Mientras se ensañaban con sus hermanos en la sala contigua, ella recibió patadas. "En un momento agarraron del hombro a mi madre, y dijeron, 'le toca a ésta, la matamos'."
Por su militancia, los hermanos Parodi ya habían sido señalados como "enemigos del régimen" por el Comando Libertadores de América, antes del golpe de 1976.
Giselle Parodi se conmueve con el recuerdo del día del secuestro de Silvina y Daniel. "Me llamó mi madre y me contó que Silvina había sido llevada por una patota, muy golpeada, envuelta en colchas... Ese día ella venía de la ginecóloga, por una consulta sobre su embarazo".
Durante los años que van de 1973 a 1977 la testigo participó en la Casa Cuna de un voluntariado que consistía en sacar los niños durante el fin de semana, para su atención y cuidado. "Desde la rebeldía, cuando comenzaron a retacearme los niños, le preguntéa la Madre Asunción Medrano el motivo. Ella me respondió que para qué quería llevar niños a mi casa si yo en mi casa tenía un niño que podía atender, refriéndose a mi hermana. Me dijo que lo sabía por haber sido invitada de honor a la sala de partos del Buen Pastor, donde estaba detenida Silvina, y que allí supo que había tenido un hijo varón"
Las preguntas corren por cuenta de las abogadas de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo Filial Córdoba, quienes citaron a la testigo para aportar prueba respecto del hecho de la desaparición de su hermana, Silvina Parodi.
Serán tres los testigos que declaren hoy, la primera de ellas es Giselle Parodi, hija de Sonia Torres y hermana de Silvina Parodi, hoy desaparecida, cuya causa investiga el secuestro de la pareja que conformaba junto a Daniel Orozco, con quien esperaban un niño de 6 meses de gestación.
Día 115: 13/02
12:28 Cuarto intermedio hasta el martes 18 de febrero
12:09 El tampierazo
Según el testigo, la editorial del Diario San Justo de fines de abril "directamente pidió la sangre de los organizadores de aquel acto, señalando como autor intelectual de los incidentes a Gallardo".
"Para nosotros quedó firme el tema de que fue una venganza, impulsada por Martínez y vaya a saber quien más. (...) Es evidente que se movieron porque alguien tenía que pagar por el Tampierazo".
12:01 Testigo 212: Declara Jose Castro
"Nos enteramos que junto con el matrimonio se habían llevado al encargado de la CGT en San Francisco, Oscar Liwaky, y al albañil Nestor Páez. Supimos que estaban en La Perla, y después no supimos más nada".
12:00 Culminó el testimonio de Silvio Mondazzi
11:49 Persecusión al movimiento obrero
11:25 El Partido socialista de la izquierda nacional.
11:44 "La desaparición de Gallardo se relaciona con el Tampierazo"
"Gustavo estaba en contra de esos excesos y desmanes, pero ese día lo asociaron con los incidentes, los caracterizaron como abogados revoltosos. Después hubo una editorial de La Voz de San Justo donde se incitaba a "limpiar los elementos subversivos, extremistas" y en esa editorial se lo señalaba particularmente a Gustavo Gallardo", afirma, y agrega que entre los miembros de la familia Martínez, dueño del periódico, había un miembro de los servicios de inteligencia del ejército.
El Dr. Orosz, querellante de H.I.J.O.S., solicita que se remita la información a la fiscalía para investigar la comisión de delitos por parte de los dueños de la Empresa La Voz de San Justo como la pata civil del plan sistemático de desaparición de personas.
"Los abogados laboralistas a veces tocan intereses, con los que no se juega. Con la Voz de San Justo no se Juega! Ese parece haber querido ser el mensaje que dejo la desaparición de los cuatro compañeros", sostuvo el testigo.
11:23 La Perla

Nació el 10 de marzo de 1943 en Córdoba. Estaba casado y tenía un hijo de 3 años. Era abogado laboralista y dirigente del Frente de Izquierda Popular. Fue secuestrado junto a su esposa Nora Graciela Peretti en la madrugada del 12 de mayo de 1976 de su casa en la ciudad de San Francisco, Córdoba, en el mismo operativo que Oscar Ventura Liwacki y Néstor Cármides Páez. Permaneció cautivo en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio “La Perla”. Tenía 33 años. Aún continúa desaparecido.
11:00 Testigo 211: Declara el Dr. Silvio Mondazzi
10:44 Comienza una nueva audiencia
Ver más sobre el caso
Es un hecho que guarda la memoria colectiva de San Francisco, y tuvo su origen en una protesta gremial del día 30 de julio de 1973. La Fábrica Tampieri fue tomada por sus empleados con apoyo de la CGT local quien convocó a un paro activo con movilización. En el acto Oscar Liwaky dio el discurso acompañado de Gallardo en el escenario. El episodio dio lugar a fuertes desmanes, y las instalaciones del Diario La Voz de San Justo y la vivienda de Martínez, su dueño, fue incendiada.
El testigo es también amigo de Gustavo Gallardo. Narró los mismos hechos que el testigo anterior: el Tampierazo, la editorial del diario, las amenazas y detenciones temporales, el secuestro del 12 de mayo de 1976, la aparición de los documentos de Gustavo en el auto accidentado.
"Me hubiera gustado traer algo escrito para ser más coherente, me he olvidado ciertas cosas pero no el hecho fundamental, que tengo la seguridad de que fueron asesinados y que podemos decir al Ex Gral. Menéndez, que ha sido secuestrador del padre de un niño de tres años. Martín se quedó sin sus padres".
La Dra. María Teresa Sánchez pregunta al testigo si considera que este hecho está relacionado con la voluntad de desarticular y desarmar el movimiento obrero en el país. El testigo asiente: "El coordinador de esa política fue Martínez de Hoz, murió el año pasado, y hasta su muerte siguió sosteniendo su tradicional planteo de ideas, que hay que liquidar a la industria y así liquidar al mismo tiempo al movimiento obrero".
El testigo adjunta una invitación que recibió un año antes del golpe de parte del ex Gral Menendez. donde se lo invitaba, como presidente del Comité Provinicial del Partido a una "formación especial de iniciación del año militar". "Nuestro partido era absolutamente legal, formábamos parte del estatuto de los partidos".
Silvio Mondazzi confirma la hipótesis que el testigo Saíz ya había instalado en una audiencia anterior: la participación y visibilidad de Gallardo y Liwaky en los conflictos con la fábrica Tampieri, en una jornada que culminó con algunos desmanes de los manifestantes quienes intentaron incendiar las instalaciones del diario La Voz de San Justo, fue el motivo de su persecusión hasta la muerte.
Los cuatro secuestrados en San Francisco fueron llevados al Ex Centro Clandestino La Perla, y ello fue atestiguado por Piero Di Monte, también secuestrado y sobreviviente de ese lugar.
El testigo conoció a Rodolfo Gustavo Gallardo y su mujer por ser compañeros del Partido Socialista de Izquierda Nacional desde la Facultad de Abogacía. Por ello fue testigo de las amenazas y persecusiones que sufrieron en relación a su actividad sindical, como la detención temporal que padeció el mismo 24 de marzo de 1976 cuando fue llevado a La Ribera, anterior al secuestro definitivo.
Declaran dos testigos: José Castro y Silvio Mondazzi. Sus testimonios se dan citados por la fiscalía en relación de la causa Vega, en la cual se juzga el secuestro, tortura y desaparición de cuatro personas que fueron llevadas de San Francisco a La Perla.
Día 116: 18/02
16:00 Cuarto intermedio hasta mañana a las 10.
15:50 Reconoció a su captor en un desfile militar
15:40 El cantor
15:35 Enfrentamiento fraguado
15:20 Tomas Eduardo Gomez Prat
15:18 "De tu generación no va a quedar casi ninguno"
15:13 "Pude ver a mi hermano en uno de los camiones"
15:00 "Quedan todos detenidos"
14:58 Testigo 214: Declara Jorge Alberto Gomez Prat
13:40 Cuarto intermedio hasta las 14;30
13:19 Complicidad civil
13:09 "Vos estás acá porque sos un zurdo de mierda".
13:03 Por segunda vez mi hija tuvo que presenciar el secuestro de uno de sus padres
12:36 "Si el 24 de marzo sale un piojo a la calle, vos también sos boleta".
12:24 "Nos llegamos a entusiasmar con la idea de hacer un nuevo Cordobazo y que lo íbamos a correr a Videla".
12:06 Testigo presencial
12:04 La Mesa de los Gremios en Lucha
12:00 Pasar a la clandestinidad
11:55 Testigo 213: Declara Daniel Carrasco
11:50 Declararán tres testigos por el expediente Romero
Con aplausos culminó el segundo testimonio de la jornada.
El Dr. Orosz de la querella de H.I.J.O.S. solicitó que se incorpore el video de un registro de un desfile militar realizado en el año 1976, a donde el testigo congurrió como abanderado de su escuela. En su testimonio, Jorge Alberto narró que participó como abanderado en un desfile militar en una plaza y que allí pudo reconocer, entre los cinco militares que abrían el desfile, a quien había allanado su casa el día 24 de marzo.
Según el abogado querellante, se trataría del imputado Herrera.
En La Perla lo apodaron "El Cantor", porque toda la cuadra lo escuchó cantar la Marcha Internacional Socialista manteniendo su postura aún hasta el momento de su muerte. Eso fue lo que Elmer Fessia, sobreviviente de La Perla (ya fallecido) le contó a la familia.
Fessia contó que en el centro clandestino estuvo junto a una chica de apellido Barrios y un muchacho de apellido Esma, y que habían sido muy maltratados por la patota. Los tres aparecieron en el supuesto enfrentamiento, fraguado en Barrio Santa Isabel.
Esta práctica usual para sembrar el terror en la sociedad por parte de los ejecutores del Sistema Clandestino de Represión durante la última dictadura militar fue dejada en evidencia gracias a la investigación de la familia. Ellos pudieron entrevistarse consobrevivientes del ex Centro Clandestino La Perla que les confirmaron su paso y las torturas que recibió allí hasta su muerte. También visitó el barrio donde supuestamente había sucedido el enfrentamiento, y se entrevistó con vecinos que lo desmintieron.
Fue asesinado brutalmente en La Perla y su crimen fue encubierto bajo la forma de un enfrentamiento fraguado, informado en La Voz del Interior.
A comienzos de abril, desde la morgue avisaron a la familia de Tomás Eduardo Gomez Prat que había un cadaver con su apellido. El familiar que reconoció el cuerpo dijo que estaba completamente desintegrado.
Les entegraron el cuerpo el 8 de abril y durante todo el día lo velaron, en una ceremonia que fue ampliamente concurrida debido a la visibilidad de la familia.
"El velorio fue a cajón cerrado. Lo quisimos abrir a la medianoche y algunas personas que aparentaban ser militares o policías de civil nos dijeron que no lo hicieramos porque iban a eliminar toda la familia". "¿Esas personas estaban en la sala velatoria?" pregunta el juez incrédulo. Eso sucedió con muchas familias de víctimas de Enfrentamientos Fraguados, quienes debieron soportar la presencia de los asesinos en el velorio.
"Cuidate chico, tus padres mas que nunca te van a necesitar, de tu generación no va a quedar casi ninguno. No te metas en cosas raras". Así despidieron a Jorge Alberto de La Ribera. Le alumbraron la salida con reflectores, y el salió sin documentos ni dinero para llegar a su casa.
Era el 26 de marzo. Ahí empezó la búsqueda desesperada de la familia, por encontrar a su hermano, Tomas Eduardo.
El testigo Jorge Alberto Gomez Prat relata con detalles cada uno de los instantes en que pasó secuestrado, primero junto a sus padres y luego en soledad, en Campo de la Ribera. Allí pudo ver cómo llegaban prisioneros en camiones y en uno de ellos pudo reconocer a su hermano. "Había personal militar marcando el paso, y me golpearon cuando quise mirar lo que sucedía"."El que mira es hombre muerto", le ordenaron. Jorge Alberto fue retenido cuando dijo que estaba terminando el bachillerato en el
El mismo 24 de Marzo de 1976, apenas provocado el Golpe de Estado, la familia Gomez Prat seguía las noticias por la televisión. Esa misma noche miembros del Ejército allanaron violentamente el domicilio y anunciaron que "cerca del canal" habían detenido a su hermano, Tomás Eduardo. Secuestraron pertenencias de la familia y les anunciaron que todos quedaban detenidos.
"En camiones cargaron muchas cosas, la bandera de remate de mi padre, que era martillero, porque decían que era una bandera rja, cmunista. Llevaron también todos los objetos de valor que encontraron".
Viene a declarar por el caso de su hermano, Tomas Eduardo Gomez Prat, asesinado en La Perla, y por su propio caso en tanto él mismo fue secuestrado en Campo de La Ribera.
El testimonio de Sara Castro será prescindido por ahora. Después del cuarto intermedio escucharemos el testimonio de Gomez Prat.
El Dr. Claudio Orosz, querellante por H.I.J.O.S. y Familiares dijo que el testimonio de Carrasco debe contribuir a dilucidar la relación que existía entre la cúpula de las fábricas y la pata civil de la dictadura militar, en referencia a la persecución de los trabajadores . Agregó que ya han sido incorporados a la causa los registros que dan cuenta del intercambio de información entre los directivos de Renault y el ex general Luciano B. Menéndez de los domicilios de sus trabajadores, muchos de los cuales fueron perseguidos y secuestrados, tal como el testigo que está declarando.
Daniel estaba encapuchado. Muchos de sus compañeros estaban desaparecidos, él no sabía cuál sería su destino. Uno de sus verdugos se arrimó bien cerca de su cara, para que Daniel pudiera sentirlo. "Vos estás acá porque sos un zurdo de mierda".
Daniel reflexiona sobre esa frase: "Estos señores creen y dicen que son unos patriotas por derrotar a la guerrilla subversiva. Yo en mi vida he agarrado un arma. He sido toda mi vida un militante social y lo seguire siendo, porque estoy convencido de que se puede luchar para modificar el mundo. El golpe fue contra los dirigentes sociales y politicos, contra la clase trabajadora, contra la sociedad. La guerrilla había sido derrotada mucho tiempo antes".
Daniel fue liberado bajo amenazas en 1978, al tiempo recibió un telegrama de despido de Renault y se exilió a México junto a su familia. El abogado Claudio Orosz solicitó se remita a la fiscalía el testimonio de Daniel Carrasco, para que investigue los hechos de los que él mismo fue victima. Es un caso más de un testigo que, en la instancia de su declaración en el debate oral, abre la instrucción de nuevas causas de las que se constituyen como víctimas de hechos que no fueron denunciados.
Daniel ya había sido legalizado como preso político. Estaba alojado en la UP1 y en ocasión de una visita de su esposa y su hija, la mujer fue sacada de la fila. La mantuvieron secuestrada y fue sometida a brutales tratos. "Mi hija, de tres años, quedó sola en la fila. Como ya había sucedido el 18 de marzo, tuvo que presenciar nuevamente el secuestro de uno de sus padres. Quedó con unos amigos en un bar, hasta la noche. Eso a mí me marcó, pero creo que a ella la marcó más".
Las hijas y la esposa de Daniel están entre el público. El testimonio ilustra el trato que recibieron las familias de las víctimas del Terrorismo de Estado en Córdoba.
Después de su secuestro, el 18 de marzo de 1977, fue llevado a un lugar donde recibió tormentos y tratos inhumanos. "Acá lo matamos a Requena, y si el 24 de marzo sale un piojo a la calle, vos también sos boleta".
Daniel baja el volumen y el ritmo de su relato, para recordar los lamentos que pudo registrar de un muchacho que estaba tirado en la colchoneta de la izquierda. "También recordaré a una persona que me atendió y me trató cariñosamente. Le decían Tita".
El testimonio de Daniel es valiente y aporta no sólo al hecho por el que viene a declarar. También corrobora lo dicho por muchos testigos en audiencias anteriores y contribuye a reconstruir lo que fue el horror del terrorismo de Estado en Córdoba.
La vida de Daniel Carrazco cambió en paralelo a la profundización de la represión de los trabajadores en Córdoba. Después de los secuestros de otros miembros de la Mesa de Gremios en Lucha decidieron irse a Santiago del Estero durante seis meses. "Después de ese tiempo no me pregunten porqué, pero sentí que debía vovler a la fábrica". En marzo de 1977 junto a otros trabajadores planificaban la reorganización sindical de los trabajadores y estaban armando un acto en repudio del primer aniversario del golpe. "Nos llegamos a entusiasmar con la idea de hacer un nuevo Cordobazo y que lo íbamos a correr a Videla".
"El 18 de marzo, sabiendo que corría un riesgo importante, fui a visitar a mi esposa embarazada y mi hijita de dos años en una piecita donde vivían. Decidí quedarme a pasar la noche con ellas, porque sentí esa necesidad. A la madrugada la patota copó la casa. Había hombres apuntando a la cuna de mi hijita, a mi esposa la empujaron, la tiraron sobre la cama".
Después del 24 de marzo del 76 la persecusión se agudizó. En julio de 1976 Carrasco recibió una convocatoria de Requena, para reorganizar la Mesa de Gremios en Lucha. "Me citó a un bar al que yo no solía frecuentar. Era complicado para mí moverme en la ciudad, intentaba no hacerlo, pero ese día fui hasta el barde la Calle Colón porque consideraba que era necesario".
En ese bar, ese día la patota de la perla montó un operativo que terminó con el secuestro de Eduardo Requena y Roberto Julio Yornet (Expte. Romero).
"Requena me hizo una seña, con la mirada me avisó levantando las cejas, indicandome que estábamos en peligro. Su actitud extraña me erizó, pude corroborar que había gente sentada detrás de él, y también ubiqué en el bar a una compañera, Dana, a la que le estaban pidiendo los documentos. Entonces compré cigarrillos en el mostrador, salí del bar y volé. Cuando me di cuenta ya estaba en el Bulevar San Juan y volví como pude a mi casa".
"Me relacioné con Eduardo Requena en esa instancia, nos reuníamos numerosos gremios para debatir las estrategias que podíamos llevar adelante los sindicatos para resistir la represión creciente".
El relato del testigo Carrasco ahonda en la difícil realidad de los trabajadores perseguidos en Córdoba. "Después que Armentano me amenazó de muerte diciéndome que ellos habían venido a terminar con los zurdos como yo, pasé a la clandestinidad con la ayuda de mis compañeros". Estaba casado, tenía una hija pequeña, pero debió vivir más de un año huyendo, alternando entre las casas de sus compañeros solidarios y hasta llegó a quedarse oculto en la fábrica Renault.
Le dicen "Renolito", fue delegado de la fábrica Renault junto a René Salamanca. Protagonizó la resistencia de la represión como integrante de la mesa de Gremios en Lucha y
"Comencé a trabajar en IKA-Renault en 1972, en un nuevo turno que se abría, un turno de pintura y como yo tenía ciertas habilidades, me incorporé junto a otros compañeros". Allí conoció a René Salamanca y otros trabajadores que lo contagiaron en su mirada combativa y la defensa del trabajo. "Todo cambió en 1974, cuando se dió el Navarrazo, el primer desembarco de la represión organizada en Córdoba".
El testigo relata la persecusión a trabajadores, la intervención de gremios, las amenazas a delegados como la que él mismo sufrió. El imputado Villanueva asiente desde el banquillo de los acusados.
El primero de ellos es Daniel "Renolito" Carrasco, quien viene a declarar por el hecho del que resultó víctima Eduardo Requena. Luego declaran Sara Castro y Carlos Gomez Prat.
Fuente:DiariodelJuicio
El Dr. Orosz de la querella de H.I.J.O.S. solicitó que se incorpore el video de un registro de un desfile militar realizado en el año 1976, a donde el testigo congurrió como abanderado de su escuela. En su testimonio, Jorge Alberto narró que participó como abanderado en un desfile militar en una plaza y que allí pudo reconocer, entre los cinco militares que abrían el desfile, a quien había allanado su casa el día 24 de marzo.
Según el abogado querellante, se trataría del imputado Herrera.
En La Perla lo apodaron "El Cantor", porque toda la cuadra lo escuchó cantar la Marcha Internacional Socialista manteniendo su postura aún hasta el momento de su muerte. Eso fue lo que Elmer Fessia, sobreviviente de La Perla (ya fallecido) le contó a la familia.
Fessia contó que en el centro clandestino estuvo junto a una chica de apellido Barrios y un muchacho de apellido Esma, y que habían sido muy maltratados por la patota. Los tres aparecieron en el supuesto enfrentamiento, fraguado en Barrio Santa Isabel.
Esta práctica usual para sembrar el terror en la sociedad por parte de los ejecutores del Sistema Clandestino de Represión durante la última dictadura militar fue dejada en evidencia gracias a la investigación de la familia. Ellos pudieron entrevistarse consobrevivientes del ex Centro Clandestino La Perla que les confirmaron su paso y las torturas que recibió allí hasta su muerte. También visitó el barrio donde supuestamente había sucedido el enfrentamiento, y se entrevistó con vecinos que lo desmintieron.
Fue asesinado brutalmente en La Perla y su crimen fue encubierto bajo la forma de un enfrentamiento fraguado, informado en La Voz del Interior.
A comienzos de abril, desde la morgue avisaron a la familia de Tomás Eduardo Gomez Prat que había un cadaver con su apellido. El familiar que reconoció el cuerpo dijo que estaba completamente desintegrado.
Les entegraron el cuerpo el 8 de abril y durante todo el día lo velaron, en una ceremonia que fue ampliamente concurrida debido a la visibilidad de la familia.
"El velorio fue a cajón cerrado. Lo quisimos abrir a la medianoche y algunas personas que aparentaban ser militares o policías de civil nos dijeron que no lo hicieramos porque iban a eliminar toda la familia". "¿Esas personas estaban en la sala velatoria?" pregunta el juez incrédulo. Eso sucedió con muchas familias de víctimas de Enfrentamientos Fraguados, quienes debieron soportar la presencia de los asesinos en el velorio.
"Cuidate chico, tus padres mas que nunca te van a necesitar, de tu generación no va a quedar casi ninguno. No te metas en cosas raras". Así despidieron a Jorge Alberto de La Ribera. Le alumbraron la salida con reflectores, y el salió sin documentos ni dinero para llegar a su casa.
Era el 26 de marzo. Ahí empezó la búsqueda desesperada de la familia, por encontrar a su hermano, Tomas Eduardo.
El testigo Jorge Alberto Gomez Prat relata con detalles cada uno de los instantes en que pasó secuestrado, primero junto a sus padres y luego en soledad, en Campo de la Ribera. Allí pudo ver cómo llegaban prisioneros en camiones y en uno de ellos pudo reconocer a su hermano. "Había personal militar marcando el paso, y me golpearon cuando quise mirar lo que sucedía"."El que mira es hombre muerto", le ordenaron. Jorge Alberto fue retenido cuando dijo que estaba terminando el bachillerato en el
El mismo 24 de Marzo de 1976, apenas provocado el Golpe de Estado, la familia Gomez Prat seguía las noticias por la televisión. Esa misma noche miembros del Ejército allanaron violentamente el domicilio y anunciaron que "cerca del canal" habían detenido a su hermano, Tomás Eduardo. Secuestraron pertenencias de la familia y les anunciaron que todos quedaban detenidos.
"En camiones cargaron muchas cosas, la bandera de remate de mi padre, que era martillero, porque decían que era una bandera rja, cmunista. Llevaron también todos los objetos de valor que encontraron".
Viene a declarar por el caso de su hermano, Tomas Eduardo Gomez Prat, asesinado en La Perla, y por su propio caso en tanto él mismo fue secuestrado en Campo de La Ribera.
El testimonio de Sara Castro será prescindido por ahora. Después del cuarto intermedio escucharemos el testimonio de Gomez Prat.
El Dr. Claudio Orosz, querellante por H.I.J.O.S. y Familiares dijo que el testimonio de Carrasco debe contribuir a dilucidar la relación que existía entre la cúpula de las fábricas y la pata civil de la dictadura militar, en referencia a la persecución de los trabajadores . Agregó que ya han sido incorporados a la causa los registros que dan cuenta del intercambio de información entre los directivos de Renault y el ex general Luciano B. Menéndez de los domicilios de sus trabajadores, muchos de los cuales fueron perseguidos y secuestrados, tal como el testigo que está declarando.
Daniel estaba encapuchado. Muchos de sus compañeros estaban desaparecidos, él no sabía cuál sería su destino. Uno de sus verdugos se arrimó bien cerca de su cara, para que Daniel pudiera sentirlo. "Vos estás acá porque sos un zurdo de mierda".
Daniel reflexiona sobre esa frase: "Estos señores creen y dicen que son unos patriotas por derrotar a la guerrilla subversiva. Yo en mi vida he agarrado un arma. He sido toda mi vida un militante social y lo seguire siendo, porque estoy convencido de que se puede luchar para modificar el mundo. El golpe fue contra los dirigentes sociales y politicos, contra la clase trabajadora, contra la sociedad. La guerrilla había sido derrotada mucho tiempo antes".
Daniel fue liberado bajo amenazas en 1978, al tiempo recibió un telegrama de despido de Renault y se exilió a México junto a su familia. El abogado Claudio Orosz solicitó se remita a la fiscalía el testimonio de Daniel Carrasco, para que investigue los hechos de los que él mismo fue victima. Es un caso más de un testigo que, en la instancia de su declaración en el debate oral, abre la instrucción de nuevas causas de las que se constituyen como víctimas de hechos que no fueron denunciados.
Daniel ya había sido legalizado como preso político. Estaba alojado en la UP1 y en ocasión de una visita de su esposa y su hija, la mujer fue sacada de la fila. La mantuvieron secuestrada y fue sometida a brutales tratos. "Mi hija, de tres años, quedó sola en la fila. Como ya había sucedido el 18 de marzo, tuvo que presenciar nuevamente el secuestro de uno de sus padres. Quedó con unos amigos en un bar, hasta la noche. Eso a mí me marcó, pero creo que a ella la marcó más".
Las hijas y la esposa de Daniel están entre el público. El testimonio ilustra el trato que recibieron las familias de las víctimas del Terrorismo de Estado en Córdoba.
Después de su secuestro, el 18 de marzo de 1977, fue llevado a un lugar donde recibió tormentos y tratos inhumanos. "Acá lo matamos a Requena, y si el 24 de marzo sale un piojo a la calle, vos también sos boleta".
Daniel baja el volumen y el ritmo de su relato, para recordar los lamentos que pudo registrar de un muchacho que estaba tirado en la colchoneta de la izquierda. "También recordaré a una persona que me atendió y me trató cariñosamente. Le decían Tita".
El testimonio de Daniel es valiente y aporta no sólo al hecho por el que viene a declarar. También corrobora lo dicho por muchos testigos en audiencias anteriores y contribuye a reconstruir lo que fue el horror del terrorismo de Estado en Córdoba.
La vida de Daniel Carrazco cambió en paralelo a la profundización de la represión de los trabajadores en Córdoba. Después de los secuestros de otros miembros de la Mesa de Gremios en Lucha decidieron irse a Santiago del Estero durante seis meses. "Después de ese tiempo no me pregunten porqué, pero sentí que debía vovler a la fábrica". En marzo de 1977 junto a otros trabajadores planificaban la reorganización sindical de los trabajadores y estaban armando un acto en repudio del primer aniversario del golpe. "Nos llegamos a entusiasmar con la idea de hacer un nuevo Cordobazo y que lo íbamos a correr a Videla".
"El 18 de marzo, sabiendo que corría un riesgo importante, fui a visitar a mi esposa embarazada y mi hijita de dos años en una piecita donde vivían. Decidí quedarme a pasar la noche con ellas, porque sentí esa necesidad. A la madrugada la patota copó la casa. Había hombres apuntando a la cuna de mi hijita, a mi esposa la empujaron, la tiraron sobre la cama".
Después del 24 de marzo del 76 la persecusión se agudizó. En julio de 1976 Carrasco recibió una convocatoria de Requena, para reorganizar la Mesa de Gremios en Lucha. "Me citó a un bar al que yo no solía frecuentar. Era complicado para mí moverme en la ciudad, intentaba no hacerlo, pero ese día fui hasta el barde la Calle Colón porque consideraba que era necesario".
En ese bar, ese día la patota de la perla montó un operativo que terminó con el secuestro de Eduardo Requena y Roberto Julio Yornet (Expte. Romero).
"Requena me hizo una seña, con la mirada me avisó levantando las cejas, indicandome que estábamos en peligro. Su actitud extraña me erizó, pude corroborar que había gente sentada detrás de él, y también ubiqué en el bar a una compañera, Dana, a la que le estaban pidiendo los documentos. Entonces compré cigarrillos en el mostrador, salí del bar y volé. Cuando me di cuenta ya estaba en el Bulevar San Juan y volví como pude a mi casa".
"Me relacioné con Eduardo Requena en esa instancia, nos reuníamos numerosos gremios para debatir las estrategias que podíamos llevar adelante los sindicatos para resistir la represión creciente".
El relato del testigo Carrasco ahonda en la difícil realidad de los trabajadores perseguidos en Córdoba. "Después que Armentano me amenazó de muerte diciéndome que ellos habían venido a terminar con los zurdos como yo, pasé a la clandestinidad con la ayuda de mis compañeros". Estaba casado, tenía una hija pequeña, pero debió vivir más de un año huyendo, alternando entre las casas de sus compañeros solidarios y hasta llegó a quedarse oculto en la fábrica Renault.
Le dicen "Renolito", fue delegado de la fábrica Renault junto a René Salamanca. Protagonizó la resistencia de la represión como integrante de la mesa de Gremios en Lucha y
"Comencé a trabajar en IKA-Renault en 1972, en un nuevo turno que se abría, un turno de pintura y como yo tenía ciertas habilidades, me incorporé junto a otros compañeros". Allí conoció a René Salamanca y otros trabajadores que lo contagiaron en su mirada combativa y la defensa del trabajo. "Todo cambió en 1974, cuando se dió el Navarrazo, el primer desembarco de la represión organizada en Córdoba".
El testigo relata la persecusión a trabajadores, la intervención de gremios, las amenazas a delegados como la que él mismo sufrió. El imputado Villanueva asiente desde el banquillo de los acusados.
El primero de ellos es Daniel "Renolito" Carrasco, quien viene a declarar por el hecho del que resultó víctima Eduardo Requena. Luego declaran Sara Castro y Carlos Gomez Prat.
Fuente:DiariodelJuicio
15-2-2014Lesa Humanidad CórdobaInspección ocular por la Megacausa
Juicio La Perla: viaje a los túneles de una cárcel dentro de otra
Juicio La Perla: viaje a los túneles de una cárcel dentro de otra
Entre grilletes que ya no están, túneles que terminan en una pared y leyendas tumberas, en los últimos años, el lugar de la cárcel cordobesa donde varios testigos señalan que hubo un centro clandestino de detención sufrió modificaciones.
Por: Alexis Oliva
Hasta había olor a cemento fresco, pilas de arena y escombros y algunas herramientas tiradas en el túnel que recorrieron los jueces y las partes, guiados por un funcionario del Servicio Penitenciario y los testigos Luis Miguel Baronetto y Ricardo Vissani, ex presos políticos de la ex Unidad Penitenciaria Nº1 (UP1) de Córdoba.
En la inspección ocular, los miembros del Tribunal Oral Federal Nº 1 (TOF 1) encontraron un escenario con huellas de haber sido modificado varias veces en los últimos años. Sin embargo, hay cada vez más evidencia de que durante la dictadura coexistieron en esa esa prisión edificada en el siglo XIX presos comunes y políticos y un centro clandestino de detención de prisioneros cuyo destino fue la desaparición.
“Estando acá nos enteramos por otros presos políticos que en el subsuelo había gente encerrada. A nosotros mismos, desde el D2 -Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba- nos traían sin ningún tipo de causa, hasta que nos legalizaban. Así que en esos días la cárcel funcionaba también como centro clandestino de detención”, relató Vissani, secuestrado el 14 de abril de 1976 cuando militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores.
A pesar de haber sido detenido el 15 de agosto de 1975, aún durante el gobierno constitucional, Baronetto -entonces militante de la JP y Montoneros- vivió una experiencia similar: “Me traían encapuchado y me metieron tapado con una colcha en una celda donde no había ni noche ni día. Solo abrían para tirarme un plato de comida, hasta que unos diez días después me sacaron, me llevaron a las oficinas de adelante y me legalizaron”.
Durante la intendencia de Luis Juez (2003-2007), Baronetto fue director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba, cargo en el que se dedicó a “visitar las cárceles”. En una recorrida, un preso veterano de la penitenciaría de barrio San Martín le reveló que durante la dictadura el subsuelo había sido utilizado para alojar a prisioneros políticos. “Ahí había visto a los guerrilleros, decía él, en el túnel”, relató el testigo.
Al entrar con la comitiva judicial al subsuelo, Baronetto se detuvo frente a una pared donde se apreciaban varios parches de cemento reciente. Durante la visita que había realizado en 2004, en ese lugar vio otra cosa: “Los grilletes estaban a esta misma altura, y el revoque era mucho más viejo que este”, dijo señalando a las paredes.

El subdirector de Operaciones Silvio Ayala, quien ofició de anfitrión, aseguró desconocer que en algún momento de la historia de la penitenciaría se haya alojado a internos -políticos o no- en el sótano. Además, admitió que en esa área “se han hecho muchos cambios”.
El predio que ocupa la cárcel de San Martín tiene dos cuadras de frente por tres de fondo. El edificio tiene 150 metros de ancho por 250 de largo y abarca tres centros de pabellones, pero el túnel que corre en sentido longitudinal se interrumpe con un muro, aproximadamente a los 60 metros, a la altura del segundo centro.
-¿Qué hay detrás de esta pared? –preguntó el fiscal Facundo Trotta.
-No sé–contestó Ayala.
El presidente del tribunal, Jaime Díaz Gavier, intervino:
-Estamos bajo tierra, o sea que detrás sigue el túnel o hay tierra.
El funcionario penitenciario se encogió de hombros y el fiscal meneó la cabeza. Al salir, la abogada Marité Sánchez, representante de Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba, razonó: “Si se construye un túnel, es para que pase de un lugar a otro. No para terminarlo en una pared”.
Una fuente reservada a la que accedió Infojus Noticias narró que a principios de 2008, antes de que comenzaran los juicios de lesa humanidad en Córdoba, las autoridades de la cárcel “ordenaron a unos presos limpiar todo y quitar los grilletes de las paredes (del túnel). Cuando removieron la tierra, hallaron huesos y partes de un cráneo, que se los hicieron retirar. Les decían que eran de animales, pero eran humanos”.
Lo de los huesos humanos podría ser una leyenda “tumbera”, por lo que ninguna fuente judicial habla públicamente del tema, pero tampoco lo descartan. Incluso, Baronetto recuerda que cuando aún era funcionario municipal un interno le relató que el hallazgo se había producido justo debajo del aula del “primer centro” en la que estaban. Lo cierto es que los ocho grilletes que vio en aquella otra visita ya no están.
En 2010, durante el juicio “Videla”, que investigó los fusilamientos por “ley de fugas” de una treintena de presos políticos en 1976, el mismo Tribunal realizó dos visitas a la ex UP1, pero esta es la primera vez que los jueces ingresan al subsuelo donde habrían escondido a prisioneros que luego serían asesinados.
Esta prisión, que actualmente aloja a unos 800 internos, es la misma que en mayo de 2013 estuvo en el centro de la polémica, luego de que durante una inspección encabezada por el fiscal de la Procuraduría de Violencia Institucional de la Nación, Abel Córdoba, se encontraron dos camastros de hierro y 17 cadenas, elementos con que los presos eran “estaqueados”, lo que motivó una denuncia por presuntas torturas ante el Juzgado Federal Nº 1 de Córdoba.
En esta ocasión, la inspección fue solicitada por la querella de Abuelas Córdoba, que representa a la pareja de militantes del PRT-ERP Daniel Orozco y Silvina Parodi, secuestrados el 26 de marzo de 1976 cuando ella estaba embarazada de seis meses y medio. Después de pasar por el campo de concentración de La Perla, fueron llevados a la UP1 y allí estuvieron por lo menos hasta mediados de mayo, cuando Orozco fue trasladado y fusilado, y su esposa llevada a la cárcel del Buen Pastor, donde un mes después tuvo a su hijo y luego fue asesinada.
Los padres de Silvina, Enrique Parodi y Sonia Torres -hoy titular local de Abuelas- averiguaron en los días posteriores que el matrimonio estaba en la cárcel. A partir del dato brindado por un médico del Hospital Militar allegado a la familia, Parodi se entrevistó con el entonces director de la UP1, comandante de Gendarmería Ricardo Montamat, quien “le dijo que estaban ahí y que estaban bien”, lo que luego pudo corroborar a través del capellán militar Francisco Luchesse, según relató Torres al testificar en una de las primeras audiencias del juicio.
El caso Parodi-Orozco pertenece al Expediente N° 17.552 “Díaz Carlos Alberto y otros sobre privación ilegitima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados, sustracción de menor de 10 años, homicidio Agravado”, uno de los 16 casos de esta megacausa que comprende a 41 imputados y 416 víctimas, entre asesinados, desaparecidos y sobrevivientes.
Más allá de que la inspección no colmó sus expectativas, al finalizar el fiscal Trotta valoró: “Lo importante es que quedó claro que en un lugar legal como una cárcel había gente encerrada clandestinamente. Y por la disposición del subsuelo, es muy difícil creer que eso haya sido usado sólo como depósito y que termine en esa pared”.
Fuente:Infojus
Envío:Agnddhh
En la inspección ocular, los miembros del Tribunal Oral Federal Nº 1 (TOF 1) encontraron un escenario con huellas de haber sido modificado varias veces en los últimos años. Sin embargo, hay cada vez más evidencia de que durante la dictadura coexistieron en esa esa prisión edificada en el siglo XIX presos comunes y políticos y un centro clandestino de detención de prisioneros cuyo destino fue la desaparición.
“Estando acá nos enteramos por otros presos políticos que en el subsuelo había gente encerrada. A nosotros mismos, desde el D2 -Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba- nos traían sin ningún tipo de causa, hasta que nos legalizaban. Así que en esos días la cárcel funcionaba también como centro clandestino de detención”, relató Vissani, secuestrado el 14 de abril de 1976 cuando militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores.
A pesar de haber sido detenido el 15 de agosto de 1975, aún durante el gobierno constitucional, Baronetto -entonces militante de la JP y Montoneros- vivió una experiencia similar: “Me traían encapuchado y me metieron tapado con una colcha en una celda donde no había ni noche ni día. Solo abrían para tirarme un plato de comida, hasta que unos diez días después me sacaron, me llevaron a las oficinas de adelante y me legalizaron”.
Durante la intendencia de Luis Juez (2003-2007), Baronetto fue director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba, cargo en el que se dedicó a “visitar las cárceles”. En una recorrida, un preso veterano de la penitenciaría de barrio San Martín le reveló que durante la dictadura el subsuelo había sido utilizado para alojar a prisioneros políticos. “Ahí había visto a los guerrilleros, decía él, en el túnel”, relató el testigo.
Al entrar con la comitiva judicial al subsuelo, Baronetto se detuvo frente a una pared donde se apreciaban varios parches de cemento reciente. Durante la visita que había realizado en 2004, en ese lugar vio otra cosa: “Los grilletes estaban a esta misma altura, y el revoque era mucho más viejo que este”, dijo señalando a las paredes.
El subdirector de Operaciones Silvio Ayala, quien ofició de anfitrión, aseguró desconocer que en algún momento de la historia de la penitenciaría se haya alojado a internos -políticos o no- en el sótano. Además, admitió que en esa área “se han hecho muchos cambios”.
El predio que ocupa la cárcel de San Martín tiene dos cuadras de frente por tres de fondo. El edificio tiene 150 metros de ancho por 250 de largo y abarca tres centros de pabellones, pero el túnel que corre en sentido longitudinal se interrumpe con un muro, aproximadamente a los 60 metros, a la altura del segundo centro.
-¿Qué hay detrás de esta pared? –preguntó el fiscal Facundo Trotta.
-No sé–contestó Ayala.
El presidente del tribunal, Jaime Díaz Gavier, intervino:
-Estamos bajo tierra, o sea que detrás sigue el túnel o hay tierra.
El funcionario penitenciario se encogió de hombros y el fiscal meneó la cabeza. Al salir, la abogada Marité Sánchez, representante de Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba, razonó: “Si se construye un túnel, es para que pase de un lugar a otro. No para terminarlo en una pared”.
Una fuente reservada a la que accedió Infojus Noticias narró que a principios de 2008, antes de que comenzaran los juicios de lesa humanidad en Córdoba, las autoridades de la cárcel “ordenaron a unos presos limpiar todo y quitar los grilletes de las paredes (del túnel). Cuando removieron la tierra, hallaron huesos y partes de un cráneo, que se los hicieron retirar. Les decían que eran de animales, pero eran humanos”.
Lo de los huesos humanos podría ser una leyenda “tumbera”, por lo que ninguna fuente judicial habla públicamente del tema, pero tampoco lo descartan. Incluso, Baronetto recuerda que cuando aún era funcionario municipal un interno le relató que el hallazgo se había producido justo debajo del aula del “primer centro” en la que estaban. Lo cierto es que los ocho grilletes que vio en aquella otra visita ya no están.
En 2010, durante el juicio “Videla”, que investigó los fusilamientos por “ley de fugas” de una treintena de presos políticos en 1976, el mismo Tribunal realizó dos visitas a la ex UP1, pero esta es la primera vez que los jueces ingresan al subsuelo donde habrían escondido a prisioneros que luego serían asesinados.
Esta prisión, que actualmente aloja a unos 800 internos, es la misma que en mayo de 2013 estuvo en el centro de la polémica, luego de que durante una inspección encabezada por el fiscal de la Procuraduría de Violencia Institucional de la Nación, Abel Córdoba, se encontraron dos camastros de hierro y 17 cadenas, elementos con que los presos eran “estaqueados”, lo que motivó una denuncia por presuntas torturas ante el Juzgado Federal Nº 1 de Córdoba.
En esta ocasión, la inspección fue solicitada por la querella de Abuelas Córdoba, que representa a la pareja de militantes del PRT-ERP Daniel Orozco y Silvina Parodi, secuestrados el 26 de marzo de 1976 cuando ella estaba embarazada de seis meses y medio. Después de pasar por el campo de concentración de La Perla, fueron llevados a la UP1 y allí estuvieron por lo menos hasta mediados de mayo, cuando Orozco fue trasladado y fusilado, y su esposa llevada a la cárcel del Buen Pastor, donde un mes después tuvo a su hijo y luego fue asesinada.
Los padres de Silvina, Enrique Parodi y Sonia Torres -hoy titular local de Abuelas- averiguaron en los días posteriores que el matrimonio estaba en la cárcel. A partir del dato brindado por un médico del Hospital Militar allegado a la familia, Parodi se entrevistó con el entonces director de la UP1, comandante de Gendarmería Ricardo Montamat, quien “le dijo que estaban ahí y que estaban bien”, lo que luego pudo corroborar a través del capellán militar Francisco Luchesse, según relató Torres al testificar en una de las primeras audiencias del juicio.
El caso Parodi-Orozco pertenece al Expediente N° 17.552 “Díaz Carlos Alberto y otros sobre privación ilegitima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados, sustracción de menor de 10 años, homicidio Agravado”, uno de los 16 casos de esta megacausa que comprende a 41 imputados y 416 víctimas, entre asesinados, desaparecidos y sobrevivientes.
Más allá de que la inspección no colmó sus expectativas, al finalizar el fiscal Trotta valoró: “Lo importante es que quedó claro que en un lugar legal como una cárcel había gente encerrada clandestinamente. Y por la disposición del subsuelo, es muy difícil creer que eso haya sido usado sólo como depósito y que termine en esa pared”.
Fuente:Infojus
Envío:Agnddhh


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