EL CORTEJO PARTIO DEL CONGRESO, PARO EN EL SAN MARTIN Y FUE AL PANTEON DE ACTORES
Ultimo aplauso para Alfredo Alcón
En el Panteón de la Asociación Argentina de Actores, en el cementerio de Chacarita, ayer al mediodía.
Imagen: Télam
El gran actor fue despedido por su público y sus colegas, que siguieron el cortejo del Salón de los Pasos Perdidos a la Chacarita, con una parada frente al teatro donde tuvo algunos de sus mejores momentos.
Por María Zentner
“Yo pensaba ir a la Chacarita pero, ¿qué querés que te diga? Preferí venir al lugar en el que más lo disfruté, en el que más satisfacciones nos dio a todos”, explicaba una señora a su amiga. Las dos, expectantes, apretaban claveles rojos en la puerta del Teatro General San Martín, junto a decenas de personas que esperaban para saludar la partida de Alfredo Alcón. Eran casi las diez de la mañana y una lluvia pasajera humedecía el pavimento. La del San Martín fue una parada del cortejo fúnebre en su ruta desde el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso hasta el Panteón de la Asociación Argentina de Actores, donde el gran actor recibió sepultura ayer a las doce del mediodía. Norma Aleandro, Guillermo Francella, Joaquín Furriel, Peto Menahem, Pablo Codevilla, Julián Alvarez, Cecilia Rossetto, Adrián Suar, Oscar Ferrigno, Nicolás Cabré, Nora Lafón y Ana María Picchio fueron algunos de los amigos, colegas y personalidades presentes.
El color de las flores amontonadas en dos coches frente a la entrada lateral del Congreso se recortaba sobre el gris de los edificios y del cielo. A las nueve de la mañana todavía era posible entrar a la capilla ardiente donde se veló al artista desde el viernes a las dos de la tarde, por donde pasaron representantes de la cultura, la política y los derechos humanos. Sobre el féretro, un guardapolvo blanco del sindicato docente Ctera saludaba: “Maestro de la vida”.
“Se le pianta un lagrimón a Dios porque se despide a un grande”, declaró Julián Domínguez en referencia a esa tímida lluvia que cayó momentos antes de que arrancara el cortejo, y agregó: “Es un icono de nuestra generación. Seguramente, ya está allá arriba charlando con Borges y con Perón”. El presidente de la Cámara de Diputados obsequió, en nombre del Congreso y por considerarlo un referente cultural durante los treinta años de democracia, la bandera que cubría el cajón.
Frente al Parlamento, Juan Gil Navarro expresó admiración y tristeza por la pérdida de aquel que fue guía, maestro y ejemplo para generaciones de actores: “Ahora es una estrellita más en el cielo que nos dice hacia dónde ir”. El cortejo fúnebre se puso en marcha minutos antes de las 10 y media.
Mientras, la puerta del San Martín se había ido poblando poco a poco. Por los parlantes se oía la voz de Alcón recitando a Lorca, y la potencia de esas palabras colmaba el hall del teatro y la vereda. “Los caminos de Federico” fue la banda de sonido de esta puesta en la que el actor invitaba a su despedida.
En grupos de a tres o cuatro, se mezclaban con el público actores, directores y políticos, entre ellos el ministro de Cultura porteño Hernán Lombardi y el ex jefe de Gobierno de la Ciudad Aníbal Ibarra. Aquí y allá, los saludos y los abrazos se repetían. Se percibía un ánimo de celebración y respeto. Un grupo de diez adolescentes que pasaba por la calle fue aminorando la marcha hasta frenar justo frente a un parlante. La voz tronaba “¡Protesto, protesto!” y los pibes, hipnotizados, se quedaron mirando hacia adentro, sin hablar, escuchando el texto con expresión perpleja. Pasó un minuto y, como movidos por una fuerza invisible, volvieron a la marcha.
Para cuando llegó el cortejo fúnebre, las dos veredas de la avenida Corrientes al 1500 estaban atestadas de gente. Un aplauso cerrado que duró más de cinco minutos y una lluvia de flores fueron la manera, el tributo, el saludo, la prueba de admiración y agradecimiento que acompañaron la despedida en ese espacio sagrado para Alcón, escenario de algunas de sus más memorables interpretaciones. La voz amplificada, firme, del actor aclamaba: “A las cinco de la tarde./Eran las cinco en punto de la tarde./Un niño trajo la blanca sábana/a las cinco de la tarde...”, en los versos de “La cogida y la muerte”, de Federico García Lorca.
Frente a una de las fotos del artista ploteadas en las puertas principales del teatro, una mujer, apoyada en el vidrio y con la mirada empañada detrás de los lentes oscuros, recitaba de memoria las estrofas del poema.
El cortejo siguió su camino hasta el cementerio de la Chacarita, adonde llegó a las once y media de la mañana. A su paso, en las esquinas de la avenida Córdoba, se sucedían aplausos y muestras de afecto.
Previo a la sepultura definitiva, tuvo lugar una breve ceremonia religiosa en la capilla central. Cada entrada y salida del féretro de escena era acompañada por pequeñas multitudes que aplaudían en silencio. El Panteón de la Asociación Argentina de Actores estaba rodeado de personas y de cámaras que intentaban registrar los últimos momentos de la partida del actor. En uno de los laterales, en un arranque de cholulismo necrofílico, una mujer le pedía al marido que le sacara una foto con la corona de flores que había enviado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Los restos mortales de Alfredo Alcón ingresaron al panteón a las doce del mediodía. El saludo final, el último adiós: un aplauso. Telón.
Fuente:Pagina12
TATY ALMEIDA RECORDO A ALCON DESDE ITALIA
La integrante de la línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo, Taty Almeida, expresó desde Torino, Italia, su dolor ante el fallecimiento del actor Alfredo Alcón, ocurrido en la madrugada de ayer a los 84 años.
"Siempre que lo invitamos, allí estaba, solidario, generoso.
Es una pérdida tremenda no sólo como actor -que fue de lo mejor que hemos tenido- sino como ser humano", resumió Almeida en diálogo con Télam desde Italia, adonde viajó el pasado 2 de abril para ofrecer charlas sobre derechos humanos a las que fue invitada.
Almeida vive a cuatro cuadras del domicilio donde vivió Alcón y estableció con el actor un fuerte vínculo a partir de su participación en la grabación de poesías escritas por su hijo, Alejandro Almeida.
"Hacía un tiempito que no lo llamaba por teléfono y sabiendo de su enfermedad, antes de irme le dejé grabado un mensaje en el contestador. Me respondió su amigo Jorge que me dijo que cuando Alfredo se enteró de que lo había llamado, pidió que me preguntaran si no quería pasar a darle un beso, que me adoraba...", relató Taty, quien al otro día fue a visitarlo por última vez llevando un ramo de flores.
"Desde su cama me regaló una sonrisa hermosa, lo besé en la frente y me dijo `gracias por venir` y yo le contesté: `por favor, me matás con esa voz... ¡cuántas hemos suspirado y lo seguimos haciendo!` y él se reía", contó Almeida.
Fuente:Telam
Durante el velatorio en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso y hoy en Chacarita, distintos artistas y personalidades se hicieron presentes para un último adiós a uno de los más grandes actores de todos los tiempos del teatro argentino.
Su ex esposa, amiga y compañera Norma Aleandro, Joaquín Furriel -quien compartió con él su última puesta, "Final de partida" en 2013 en el teatro San Martín-, Luis Brandoni, Graciela Borges, Susú Pecoraro, Juan Palomino, Antonio Gasalla y Estela de Carlotto, fueron algunos de los que se acercaron hasta el velatorio en el Congreso.
Adrián Suar, Pablo Codevila, Guillermo Francella, Nicolás Cabre, Ana María Piccio, Oscar Ferrigno, Roberto Antier, Cristina Banegas, Nora Lafón, Peto Menahem, Marta González, Cecilia Rosseto, María Onetto y Alejandra Darín fueron algunos de las personalidades artísticas que le tributaron un último adiós en la Chacarita.
La procesión arrancó a las 10.30, cuando Nicolás Cabré y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez -entre otros- cargaron el féretro de Alcón que, envuelto con la bandera argentina, fue saludado por sus seguidores en la puerta del Congreso, al grito de bravos y vivas.
Aplausos cerrados, flores arrojadas sobre el coche fúnebre y la tristeza general coronada con lágrimas, acompañaron el inicio del cortejo, despedido desde la avenida Rivadavia con pétalos de rosas blancas y rosas.
Aníbal Ibarra, Susana Rinaldi, Hernán Lombardi, público en general y trabajadores del San Martín aguardaron el paso del cortejo fúnebre por ese teatro porteño, en Corrientes al 1500, donde era esperado con el audio en off de obras que Alcón protagonizó en las salas de ese complejo.
Mientras que a su paso por las avenidas de la ciudad rumbo a la Chacarita, la procesión fue saludada desde las esquinas por grupos de público que demostraban su dolor y exteriorizaban gestos de afecto.
El cortejo llegó a la Chacarita a las 11.30 donde luego se le tributó un responso religioso y luego se lo trasladó a su destino final.
Dentro del Panteón de Actores se realizó una ceremonia íntima a pedido de los familiares más cercanos, donde Joaquín Furriel leyó una carta y Carolina y Marcelo Gómez -dos amigos de Norma Aleandro-, entonaron el Ave María.
Alcón falleció en la madrugada de ayer a los 84 años en su domicilio a causa de una grave insuficiencia respiratoria y después de haber estado internado durante cuatro meses en el Sanatorio de la Trinidad.
Considerado el actor emblemático del teatro argentino, calificado por casi todos -colegas y críticos- como el mejor, Alcón fue sin dudas el más mimado, envidiado y el que marcó más de medio siglo el teatro, el cine y la TV argentina.
Especializado en los clásicos -Shakespeare y Lorca, sobre todo-, tuvo también un especial amor por Samuel Beckett, de quien dirigió dos obras, y una estelar carrera cinematográfica con títulos como "Piel de verano", "Martín Fierro", "El santo de la espada", "Los siete locos", "El pibe Cabeza", "Prisioneros de una noche", "¿Qué es el otoño?" y "Nazareno Cruz y el lobo", entre otros.
"Siempre que lo invitamos, allí estaba, solidario, generoso.
Es una pérdida tremenda no sólo como actor -que fue de lo mejor que hemos tenido- sino como ser humano", resumió Almeida en diálogo con Télam desde Italia, adonde viajó el pasado 2 de abril para ofrecer charlas sobre derechos humanos a las que fue invitada.
Almeida vive a cuatro cuadras del domicilio donde vivió Alcón y estableció con el actor un fuerte vínculo a partir de su participación en la grabación de poesías escritas por su hijo, Alejandro Almeida.
"Hacía un tiempito que no lo llamaba por teléfono y sabiendo de su enfermedad, antes de irme le dejé grabado un mensaje en el contestador. Me respondió su amigo Jorge que me dijo que cuando Alfredo se enteró de que lo había llamado, pidió que me preguntaran si no quería pasar a darle un beso, que me adoraba...", relató Taty, quien al otro día fue a visitarlo por última vez llevando un ramo de flores.
"Desde su cama me regaló una sonrisa hermosa, lo besé en la frente y me dijo `gracias por venir` y yo le contesté: `por favor, me matás con esa voz... ¡cuántas hemos suspirado y lo seguimos haciendo!` y él se reía", contó Almeida.
Fuente:Telam
12.04.2014
despedida
Conmovedora y multitudinaria despedida a los restos de Alcón
despedida
Conmovedora y multitudinaria despedida a los restos de Alcón
Los restos mortales del gran actor argentino Alfredo Alcón fueron depositados en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita.
Amigos, familiares, compañeros de trabajo, personalidades de la cultura y la política, y público en general, acompañaron el cortejo fúnebre en medio de muestras de dolor, y una constante caída de flores sobre el automóvil fúnebre que transportaba el ataúd.
Amigos, familiares, compañeros de trabajo, personalidades de la cultura y la política, y público en general, acompañaron el cortejo fúnebre en medio de muestras de dolor, y una constante caída de flores sobre el automóvil fúnebre que transportaba el ataúd.
Durante el velatorio en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso y hoy en Chacarita, distintos artistas y personalidades se hicieron presentes para un último adiós a uno de los más grandes actores de todos los tiempos del teatro argentino.
Su ex esposa, amiga y compañera Norma Aleandro, Joaquín Furriel -quien compartió con él su última puesta, "Final de partida" en 2013 en el teatro San Martín-, Luis Brandoni, Graciela Borges, Susú Pecoraro, Juan Palomino, Antonio Gasalla y Estela de Carlotto, fueron algunos de los que se acercaron hasta el velatorio en el Congreso.
Adrián Suar, Pablo Codevila, Guillermo Francella, Nicolás Cabre, Ana María Piccio, Oscar Ferrigno, Roberto Antier, Cristina Banegas, Nora Lafón, Peto Menahem, Marta González, Cecilia Rosseto, María Onetto y Alejandra Darín fueron algunos de las personalidades artísticas que le tributaron un último adiós en la Chacarita.
La procesión arrancó a las 10.30, cuando Nicolás Cabré y el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez -entre otros- cargaron el féretro de Alcón que, envuelto con la bandera argentina, fue saludado por sus seguidores en la puerta del Congreso, al grito de bravos y vivas.
Aplausos cerrados, flores arrojadas sobre el coche fúnebre y la tristeza general coronada con lágrimas, acompañaron el inicio del cortejo, despedido desde la avenida Rivadavia con pétalos de rosas blancas y rosas.
Aníbal Ibarra, Susana Rinaldi, Hernán Lombardi, público en general y trabajadores del San Martín aguardaron el paso del cortejo fúnebre por ese teatro porteño, en Corrientes al 1500, donde era esperado con el audio en off de obras que Alcón protagonizó en las salas de ese complejo.
Mientras que a su paso por las avenidas de la ciudad rumbo a la Chacarita, la procesión fue saludada desde las esquinas por grupos de público que demostraban su dolor y exteriorizaban gestos de afecto.
El cortejo llegó a la Chacarita a las 11.30 donde luego se le tributó un responso religioso y luego se lo trasladó a su destino final.
Dentro del Panteón de Actores se realizó una ceremonia íntima a pedido de los familiares más cercanos, donde Joaquín Furriel leyó una carta y Carolina y Marcelo Gómez -dos amigos de Norma Aleandro-, entonaron el Ave María.
Alcón falleció en la madrugada de ayer a los 84 años en su domicilio a causa de una grave insuficiencia respiratoria y después de haber estado internado durante cuatro meses en el Sanatorio de la Trinidad.
Considerado el actor emblemático del teatro argentino, calificado por casi todos -colegas y críticos- como el mejor, Alcón fue sin dudas el más mimado, envidiado y el que marcó más de medio siglo el teatro, el cine y la TV argentina.
Especializado en los clásicos -Shakespeare y Lorca, sobre todo-, tuvo también un especial amor por Samuel Beckett, de quien dirigió dos obras, y una estelar carrera cinematográfica con títulos como "Piel de verano", "Martín Fierro", "El santo de la espada", "Los siete locos", "El pibe Cabeza", "Prisioneros de una noche", "¿Qué es el otoño?" y "Nazareno Cruz y el lobo", entre otros.


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