29.05.2014
Un juez español, Fernando Abreu, condujo los interrogatorios
Dos nonagenarias contaron sus cuitas durante la larga noche franquista ante Servini de Cubría
Teresa Álvarez Alonso entra al juzgado del brazo de su abogada. "Es el día más feliz de mi vida porque alguién me ha escuchado", dijo. Y así titulo su crónica el diario Público.es. Foto EFE
Madrid.- La jueza argentina María Romilda Servini de Cubría y un juez de la Audiencia Nacional de España, Fernando Abreu, tomaron hoy declaración en Madrid a dos ancianas víctimas de la dictadura franquista que, por primera vez, fueron escuchadas por la Justicia. "Es el día más feliz de mi vida. La justicia está más cerca, lo malo es que los que nos hicieron tanto daño no están vivos", dijo una de las víctimas, Teresa Álvarez Alonso, de 93 años, tras prestar su testimonio en la Audiencia Nacional. El juez Abreu estuvo a cargo de los interrogatorios, que se realizaron en el marco de la investigación abierta por la jueza argentina por crímenes de lesa humanidad y/o genocidio cometidos en España durante la guerra civil (1936-1939) y la posterior dictadura franquista, en un período de más cuarenta años.
Un juez español, Fernando Abreu, condujo los interrogatorios
Dos nonagenarias contaron sus cuitas durante la larga noche franquista ante Servini de Cubría
Teresa Álvarez Alonso entra al juzgado del brazo de su abogada. "Es el día más feliz de mi vida porque alguién me ha escuchado", dijo. Y así titulo su crónica el diario Público.es. Foto EFE
Madrid.- La jueza argentina María Romilda Servini de Cubría y un juez de la Audiencia Nacional de España, Fernando Abreu, tomaron hoy declaración en Madrid a dos ancianas víctimas de la dictadura franquista que, por primera vez, fueron escuchadas por la Justicia. "Es el día más feliz de mi vida. La justicia está más cerca, lo malo es que los que nos hicieron tanto daño no están vivos", dijo una de las víctimas, Teresa Álvarez Alonso, de 93 años, tras prestar su testimonio en la Audiencia Nacional. El juez Abreu estuvo a cargo de los interrogatorios, que se realizaron en el marco de la investigación abierta por la jueza argentina por crímenes de lesa humanidad y/o genocidio cometidos en España durante la guerra civil (1936-1939) y la posterior dictadura franquista, en un período de más cuarenta años.
Es que Servini investiga crímenes cometidos incluso hasta dos años después de la muerte del "generalísimo" Francisco Franco, supuestamente ungido "caudillo de España por gracia de Dios", lo que ocurrió tras larga agonía en 1975.
La jueza argentina se encuentra desde hace días en España junto al fiscal del caso, Ramiro González, tomando declaración a víctimas y testigos de los hechos que investiga que -por su avanzada edad o problemas de salud- no han podido viajar a Argentina.
Tras su paso por el País Vasco y Andalucía, la magistrada se dirigió a Madrid, donde escuchó los testimonios de Teresa Álvarez y Faustina Romeral; y luego acudió al Archivo Nacional en busca de documentación.
"Estoy satisfecha", afirmó Servini al abandonar la sala luego de asistir a los interrogatorios conducidos por el togado Abreu.
Para las víctimas, ambas de más de 90 años, era la primera ocasión en la que relataban su propio padecimiento y el de sus familias ante un tribunal.
Se trata de una paradójica inversión de roles: en la segunda mitad de la década de los '90 y comienzos del nuevo siglo, en la práctica a la única justicia a la que podían recurrir las víctimas de la atroz dictadura cívico-militar (1976-1983) era la impartida desde su despacho de la Audiencia Nacional de España, el juez Baltasar Garzón Real.
El abuelo, padre y dos hermanos de Teresa Álvarez fueron capturados por el "bando nacional" del dictador Francisco Franco y estuvieron recluidos en el penal de la isla de San Simón, en Pontevedra, Galicia, donde fueron torturados.
"Desapareció un hermano, otro fue capturado y después fue a un batallón de trabajadores (esclavos). Mi padre estuvo en la cárcel, fue torturado y le metieron una varilla de paraguas por los oídos. Quedó sordo para toda la vida", contó la mujer a la prensa a su salida del tribunal.
Por su parte, la familia de Romeral intento huir de España al finalizar la guerra civil, pero fueron apresados.
El padre de Faustina, que era alcalde socialista fue fusilado; su madre encarcelada; y ella se quedó en la calle hasta que logró reunirse con otros miembros de su familia. Uno de sus tíos murió en la cárcel y después ella misma, con 15 años, estuvo detenida durante seis años (1947-1953) por ser un enlace del PCE (Partido Comunista Español).
Faustina no quiso hacer declaraciones a la prensa, más allá de responder "eso ya lo veremos", cuando se le preguntó si creía que el proceso serviría para algo.
Las declaraciones de estas dos ancianas se producen después de que la propia Audiencia Nacional rechazó extraditar a la Argentina a dos represores franquistas, el ex inspector de policía Antonio González Pacheco, alias "Billy El Niño", de 67 años; y el ex capitán de la Guardia Civil Jesús Muñecas, de 77 años.
A pesar de ello, el abogado Carlos Slepoy, uno de los impulsores de la querella, destacó que las declaraciones de Teresa y Faustina son positivas para la causa, que sigue adelante pese a la negativa a las dos extradiciones reclamadas por Servini de Cubría.
"Es la pauta de que algo profundo está cambiando, nos acercamos al momento del fin de la impunidad, los jueces están muy determinados a que se haga justicia. Estamos en una situación increíble", dijo "Carli" Slepoy a los periodistas al salir del tribunal.
Fuente:Telam

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