14 de junio de 2014

SAN LUIS: REQUISAS, VEJACIONES y ESPERAS SIN RESULTADO ERAN LA RUTINA PARA FAMILIARES DE DETENIDOS.

13.06.2014
Así se desprende del testimonio de María del Carmen, hija de Andrónico Agüero
San Luis: Requisas, vejaciones y esperas sin resultado eran la rutina para familiares de detenidos
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San Luis.- La hija de un detenido por la dictadura militar afirmó hoy ante el Tribunal Oral Federal, que juzga en San Luis a 29 acusados por crímenes de lesa humanidad, que mientras allanaban la casa de su padre vio como "(David) Becerra disparaba contra un auto estacionado frente a la casa, de donde sacaron un cuerpo y lo tiraron dentro de un camión militar". María del Carmen Agüero, hija de Andrónico Agüero, detenido el 20 de setiembre de 1976 por la dictadura militar, hizo un relato de todo lo vivido a partir de ese hecho que marcó su adolescencia y la de sus hermanos.

Ante la presidencia de Marcelo Alveró, la mujer relató con detalle cómo mientras se producía el primer allanamiento en su domicilio, vio que al llegar un auto Gordini al frente de su casa "Becerra comenzó a dispararle con un arma que tenía colgada en el cuello, como una escopeta. Minutos después vi que soldados rodeaban el auto", dijo. "Sacaron a un chico delgado y crespo del lugar del conductor y lo tiraron al piso, después creí que traían un perro -describió- porque cargaban el bulto de los pies y de los brazos, lo balancearon frente al camión y lo tiraron adentro. Me dí cuenta que era una persona cuando lo vi de cerca y tenía una camisa clara y el pecho ensangrentado", recordó la mujer. "A los pocos minutos supe que era Raúl Cobos, un amigo de mi padre, porque el mismo Becerra se lo dijo al capitán Plá delante mio", aseguró.

El relato continuó con las penurias de todo tipo que debió vivir la familia luego de la detención de Agüero. "Mi madre estaba muy enferma y al ver que mi papá no volvía me pidió que lo fuera a buscar. Yo tenía 15 años y comencé a buscarlo por la comisaría segunda que era la de mi barrio",dijo. Agregó que "allí me dijeron que fuera a Jefatura Central, donde pasé meses esperando verlo. Me hacían sentar como indio en una habitación desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche y después me decían que volviera otro día".

"Nunca participaron mujeres en la requisa -sostuvo- siempre había varones y me requisaban de gusto porque al final no podía verlo. El día que me dejaron, lo encontré esposado, sin dientes con el rostro golpeado y todo mojado. Me dijo que le dijera a mi madre que estaba bien y que no le contara como lo había visto".
   
Entre llantos, la mujer afirmó que luego no pudo volver a verlo porque Velázquez, Becerra y Garro, la obligaron a un peregrinaje, sin resultados, por comisarías y el ejército, hasta que volvió a encontrarlo en la penitenciaría local.
   
María del Carmen relató las vicisitudes que debió sortear la familia luego de la detención, las persecuciones policiales que les impedía ir a la escuela porque "donde nos encontraban nos llevaban y siempre estaban ahí", el hambre y las necesidades materiales a las que fueron expuestos y que llevaron a uno de sus hermanos a "robar para comer".

"Sólo nos asistió por unos meses la Cruz Roja Internacional a la que escribí una carta pidiendo ayuda, porque hasta la luz nos habían cortado. Nos enviaban una caja con alimentos que a veces no la dejaban en la casa porque no estaba yo para recibirla y es que si buscaba a mi papá no podía quedarme a esperar la ayuda", rememoró.

Señaló que "dos años después cuando lo dejaron en libertad no era el mismo -aseguró-, cayó enfermo y se aislaba, nunca pudimos hablar de lo que había pasado porque el tema estaba prohibido".

Declaró luego Daniel Tomás Agüero, hermano de María del Carmen, quien no se encontraba en su casa en el momento del primer allanamiento y al regresar al otro día fue recibido por un policía que lo encañonó en la cabeza.
   
El hombre que en ese momento tenía 13 años, corroboró en todo las declaraciones de su hermana y agregó que tanto él como su madre fueron trasladados a la Jefatura de Policía, interrogados, amenazados y obligados a reconocer fotos de personas bajo presión de tortura.
   
Daniel recordó que "salíamos a buscar trabajo y no nos daban porque nos ligaban a la subversión y esto duró hasta 1990". "Vivíamos muy mal, un auto de la policía pasaba todos los días por la casa, teníamos mucho miedo y nuestra familia jamás volvió a ser la misma, aún cuando regresó mi padre", indicó.
   
David "el japonés" Becerra fue condenado por privación ilegítima de la libertad agravada; tormentos agravados; homicidio doblemente agravado por alevosía y premeditación por 3 hechos en concurso real en perjuicio de Fiochetti, Ledesma y Alcaraz calificados como delitos de lesa humanidad, en 2009 y murió poco después cumpliendo su condena.

Por su parte, Armando Nicolás Martínez (subteniente del GADA 141), quien comandaba el allanamiento en la casa de Agüero, se encuentra procesado en este juicio por su participación en la desaparición de Pedro Valentín Ledesma, el asesinato de Raúl Sebastián Cobos y las torturas a Juan Cruz Sarmiento.
Fuente:Telam

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