18 de julio de 2014

AMIA: 20 AÑOS SIN RESPUESTA DE LA JUSTICIA.

18-7-2014
AMIA
Recordarán a las víctimas en cuatro actos
A 20 años del atentado a la AMIA: la Justicia sigue sin hallar a los culpables

Hoy se cumple un nuevo aniversario de la explosión que destruyó la sede de la mutual judía en el barrio de Once. El ataque dejó 85 muertos y más de 300 heridos. Todavía continúa impune.
A las 9.53 del lunes 18 de julio de 1994, una explosión sacudió el barrio porteño de Once con una onda expansiva que afectó a más de mil viviendas en seis cuadras a la redonda. Ochenta y cinco personas murieron. La gran mayoría de los más de 300 heridos fueron trasladados al Hospital de Clínicas, y en Ayacucho 632 se montó un centro de información sobre la suerte que habían corrido las víctimas.

El recuerdo del atentado que había sufrido la embajada de Israel, en marzo de 1992, aún estaba fresco en la memoria de los argentinos, que volvían a revivir con el ataque a la AMIA escenas de dolor, destrucción y muerte.

El entonces juez federal Juan José Galeano asumió la investigación. A los pocos días del hecho estableció que el ataque había sido perpetrado por un terrorista suicida que chocó una camioneta Traffic cargada de explosivos contra la entrada de la mutual. Esa línea investigativa se basó en el hallazgo, por parte de militares israelíes que participaron de las tareas de rescate, del block del motor de ese vehículo entre los escombros del edificio.

Por los datos extraídos del block se identificó al vendedor de la camioneta: Carlos Telleldín, un comerciante de autos usados que solía tener tratos con efectivos de la Policía bonaerense. A partir del rastreo telefónico se detectó que Telleldín habló una semana antes del atentado con Alberto Kannanore Edul, un empresario de origen sirio ya fallecido.

Entre la documentación que se le secuestró a Edul se encontró una agenda en la que figuraba el nombre de Moshe Rabbani, consejero cultural de la embajada de Irán. Con esa información, Galeano viajó a Venezuela, donde se entrevistó con un disidente y ex funcionario del régimen iraní llamado Manuchur Moatamer, quien le explicó cómo operaban las células dormidas que utilizaba Teherán en diversos países.

En base a esa información, el funcionario judicial avanzó sobre la hipótesis de un atentado ejecutado por la organización Hezbollah y financiado por el gobierno de Irán. El juez investigó las vinculaciones de Moshe Rabani, un clérigo persa, y conjeturó que había sido quien ideó el ataque a la AMIA desde Irán.

En 1997, el magistrado viajó a París y se reunió con integrantes del MKO, una organización opositora al régimen teocrático de Irán, quienes le suministraron los nombres de los funcionarios que habrían planeado la voladura de la mutual.

Galeano cometió numerosas irregularidades en la causa. Entre ellas, pagarle 400 mil dólares a Telleldín con fondos de la SIDE para que implicara a un grupo de policías bonaerenses (liderados por el subcomisario Juan José Rivelli) como armadores de la camioneta que estalló en la calle Pasteur.

En 2003, tras un proceso oral que se prolongó durante meses, Telleldín y los policías quedaron libres de culpa y cargo por el tribunal que los juzgó. Un informe de inteligencia estableció que el chofer suicida de la Traffic que estalló contra el edificio de la AMIA era Ibrahim Berro, un ciudadano libanés de 21 años.

El juez Galeano fue acusado por mal desempeño y en 2004 la comisión de juicio político lo destituyó. La causa pasó a manos del juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Alberto Nisman, quienes en 2006 cursaron un pedido de detención contra ocho funcionarios iraníes, entre ellos el ex presidente del país Alí Rafsajani; el embajador Hadi Soleinmanpur y el imán Moshen Rabbani.

Irán desestimó las acusaciones y rechazó los pedidos de captura por considerar que "no estaban correctamente fundados y no existían pruebas que los avalaran".

El año pasado, el gobierno argentino firmó "un memorándum de entendimiento" con Irán, que luego ratificó el Congreso Nacional, para que los acusados declaren en la causa. Dirigentes de la comunidad judía lo rechazaron y tramitaron ante la Justicia una declaración de inconstitucionalidad que resultó avalada por la Sala I de la Cámara Federal.

El Gobierno recurrió a esa decisión "por considerar que se trata de una medida arbitraria que invade las competencias del Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional".

En tanto, desde 2012, el juez federal Ariel Lijo mantiene los procesamientos del ex presidente Carlos Menen; el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy; Galeano y otros funcionarios por el delito de encubrimiento.

En enero de este año, la Cámara Federal porteña le pidió a Lijo que acelere la causa. El magistrado sobreseyó a Carlos Corach, ex ministro de Interior del menemismo en el momento del atentado.

La causa AMIA tiene más 250 mil fojas, divididas en 650 cuerpos de 400 páginas cada uno en los cuales se acumulan testimonios e informaciones de 20 años. Mientras tanto, los familiares de las víctimas luchan contra el olvido y aguardan por una justicia que castigue a los responsables de esta masacre.

Cuatro actos para recordar a las víctimas
El acto central, como todos los años desde ese 18 de julio de 1994, tendrá su escenario en la calle Pasteur al 600, donde está ubicado el edificio de la AMIA. A las 9.53 se escuchará la sirena que recuerda el momento de la explosión.

Bajo el lema "Ni un día de olvido", el acto de la AMIA-DAIA comenzará a las 9.30 y sus oradores serán el vicepresidente de la AMIA, Thomas Saieg; el familiar Luis Czyzewski y el periodista Alfredo Leuco, con la conducción de Mario Pergolini, y la participación de la cantante Julia Zenko.

Por su parte, la organización Memoria Activa hará otro acto a esa misma hora pero en Plaza Lavalle, frente a la sede de Tribunales, bajo la consigna "No nos falta memoria, nos falta Justicia". Harán uso de la palabra Diana Malamud; Taty Almeida (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora); Juan Carr, de Red Solidaria; el psicoanalista Natán Sonis; Sandra Mihanovich y el periodista Raúl Kollmann.

La Asociación 18J, Sobrevivientes, Familiares y Amigos de las Víctimas en el Atentado a la AMIA, que preside Sergio Burstein, realizará su propio acto en Plaza de Mayo a las 13. Según se adelantó, los oradores de este acto serán la Comunidad Sant` Egidio (amigo); Olga Degtiar (madre de Cristian, fallecido) y Hugo Fryszberg (sobreviviente), en tanto que el lema será "la reivindicación de la memoria, verdad y justicia".
A su vez, la Agrupación por el esclarecimiento de la masacre impune de la Amia (APEMIA), grupo que dirige Laura Ginsberg, se reunirá a las 18 frente al Congreso, en un acto en el que lo oradores serán el premio nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.




18-7-2014
AMIA
Actos por el 20 aniversario del atentado a la AMIA
"Nos deben respuestas a los que reclamamos justicia"

"20 años. Ni un día de olvido". Bajo ese lema se lleva a cabo el acto principal por el atentado a la AMIA en la calle Pasteur al 600. A las 9.53 se escuchó la sirena que recuerda el momento de la explosión.
La sirena sonó a las 9:53, como en cada aniversario. A esa hora, hace 20 años, la explosión de la AMIA provocó la muerte de 85 personas y dejó heridas a más de 300. En Pasteur al 600, en el acto central, la comunidad judía recordó a las víctimas bajo el lema: “20 años. Ni un día de olvido”.
“En este instante, hace 20 años, mataron a nuestros hijos y desde ese momento no podemos verlos crecer”, leyó Mario Pergolini, conductor del acto. “Para que nuestros muertos no mueran dos veces. Una vez por la bomba, la otra por el olvido y la indiferencia”.

Después de un minuto de silencio los familiares leyeron los nombres de las 85 víctimas.

“Queremos saber de una vez por todas que fue lo que pasó”, Ralph Thomas Saieg, vicepresidente de la AMIA. El referente de la comunidad judía reclamó que se avance en la conexión local del atentado. “Es una deuda legal y moral que nunca dejaremos de reclamar. Nos deben muchas respuestas a los que reclamamos justicia”, dijo.
Fuente:Infojus





A 20 años, la AMIA exigió "medidas concretas"
Se realizan cuatro actos para conmemorar el atentado perpetrado el 18 de julio de 1994 en el que murieron 85 personas y resultaron heridas más de 300. Con un memorando congelado y un abismo entre la sociedad y la política, la tragedia sigue tapando la verdad.
“En este mismo lugar, hace 20 años empezó un día igual a los demás. Pero en un instante todo cambió para siempre. Quienes tenemos más de 30 años recordamos exactamente que estábamos haciendo o donde escuchamos la noticia”.

Con esas palabras inició su discurso Ralph Thomas Saiegh, el vicepresidente en ejercicio de la AMIA, en el acto central por el 20º aniversario del atentado terrorista.

Se trata de “una bomba que atentó contra la Argentina representada en la AMIA”, indicó Saiegh, en tanto que exigió "medidas concretas" para enjuiciar a los culpables del atentado.

Antes de su discurso, a las 9.53 se escucharon las sirenas de emergencia que sonaron aquel 18 de julio de 1994 y se procedió a un encendido de velas encabezado por el conductor del acto, Mario Pergolini.

“El edificio de una institución que estaba celebrando los 100 años de su fundación estaba reducido a escombros. Un país mutilado”, remarcó el vicepresidente de AMIA. En referencia a la falta de justicia, señaló: “Desde el fallo de la Corte Suprema en el año 2009 que permitió reabrir la conexión local, es poco lo que se ha avanzado en el esclarecimiento de este hecho. Carlos Telleldín sabe indiscutiblemente y mucho. Creíamos que junto a él podíamos llevar a juicio a otros de los acusados: a quienes proveyeron el explosivo, a quienes ingresaron la camioneta Traffic que salió convertida en coche bomba hasta su destino final. Solicitamos un juicio a la mayor brevedad posible: queremos saber de una vez por todas qué es lo que pasó”.

“¿Por qué a 20 años sabemos tanto de la conexión internacional pero tan poco de la conexión local? Esa será una deuda moral y legal que nunca dejaremos de reclamar”, reclamó.

“Pedimos a nuestro gobierno que redoble los reclamos en el plano internacional para que los imputados iraníes sean sometidos a la justicia argentina. La AMIA, desde un principio, dijo que el acuerdo con Irán era inconstitucional, y que ninguna utilidad podía aportar a la causa. Tuvimos que ir a la justicia porque el Congreso, con un tratamiento express, convirtió el tratado en ley nacional. El fallo de la Cámara Federal lo dejó sin efecto. Por eso, le solicitamos la derogación expresa al Honorable Congreso”, agregó.

Y concluyó: “20 años, ni un día de olvido. No queremos permitir que a pesar de tanto tiempo nos hagan bajar los brazos. En estos 20 años, aprendimos que el dolor de los que perdieron a sus seres queridos es intransferible y una herida que nos atraviesa cada día. Aprendimos que tenemos la obligación de buscar los caminos para explicarles a las nuevas generaciones lo que sucedió aquí, aunque sea muy difícil encontrar las palabras para semejante aberración. No permitiremos que nuestra causa sea utilizada como bandera en ninguna disputa política, partidaria o electoral. El atentado no fue contra una minoría sino contra todos nosotros y el terrorismo no discrimina en su afán de sembrar el odio y la muerte. Aprendimos que es imprescindible que nuestro país y todos los estados del mundo repudien a quienes apoyan, financian y acompañan a las organizaciones terroristas. Aprendimos que el mejor homenaje es llegar a la verdad, encontrar a los culpables y que cumplan su condena”.

Por su parte, el periodista Alfredo Leuco sostuvo en su discurso: "Los muertos no tienen ni paz ni justicia. Nos explotaron argentinos en la cara y nos clavaron sus esquirlas. Los muertos son vidas inmoladas, almas en pena por la impunidad".

"La muerte no discriminó a las víctimas, ojalá que la vida tampoco los discrimine. La impunidad no es producto de una tormenta, es construcción nefasta del Estado nacional, entre la Justicia y el Parlamento. Es el atentado terrorista más grave de la historia argentina y el crimen antisemita mas grande desde la segunda guerra mundial", subrayó Leuco.

"Es como si 85 hermanos murieran todos los días, sus tumbas siguen abiertas. La bronca se multiplica por el pacto nefasto firmado con Irán. El canciller Timerman es actor intelectual de esta traición al pueblo hebreo", cerró el periodista.

En la jornada de hoy se realizan cuatro actos para recordar el trágico 18 de julio de 1994. Todos ellos tienen como centro de atención a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), aunque las diferencias entre las distintas asociaciones civiles y las facciones políticas por la ausencia de resolución judicial en lo que ya son dos décadas de historia han opacado lo que debiera ser un unido reclamo por verdad y justicia. El Memorando de Entendimiento con Irán, congelado.
Fuente:TiempoArgentino




20 AÑOS
Por Raúl Kollmann
A dos décadas del atentado a la AMIA, el mayor de la historia argentina, la investigación judicial está empantanada. No hay detenidos por el ataque en sí mismo y se sabe poco sobre quiénes y cómo actuaron en la Argentina. Está en veremos la “pista iraní” y el año que viene llegará a juicio el encubrimiento.


HOY SE CUMPLE EL VIGESIMO ANIVERSARIO DEL ATENTADO TERRORISTA CONTRA LA AMIA
Veinte años sin respuestas de la Justicia
A dos décadas del ataque no hay detenidos, poco se sabe de cómo y quiénes actuaron en la Argentina y se frenó el avance de la causa en lo referido a los sospechosos iraníes. El expediente por el encubrimiento fue elevado a juicio y el proceso podría empezar en 2015.
Por Raúl Kollmann

Miembros de la Asociación 18-J sobrevivientes, familiares y amigos del atentado a la AMIA con el cartel que exhibirán en el acto de hoy.Imagen: Télam
A veinte años del atentado, la trama del ataque contra la AMIA es una madeja que abarca, en esencia, dos procesos judiciales, con varios subprocesos, y ninguna claridad. Por el atentado en sí mismo no hay detenidos por lo que se llama la conexión local: no se sabe de dónde salieron los explosivos ni quiénes fueron los argentinos o brasileños que armaron la camioneta y actuaron en Buenos Aires antes y después del atentado. De todo eso, quedó ahora muy poco: un juicio contra el armador de autos truchos, Carlos Telleldín, hoy abogado. El fiscal Alberto Nisman lo acusa de haber entregado la camioneta sabiendo que se iba a usar para el atentado. El juicio está trabado por pedidos de nulidad que, seguramente, no van a prosperar, pero no será fácil condenarlo después de veinte años. La responsabilidad del ataque se le adjudica a Irán, aunque con pruebas dudosas y, sobre todo, basadas en informes de la CIA, el Mossad, la SIDE y el testimonio de opositores a Teherán. Para colmo, los sospechosos no pueden ser detenidos porque están en Irán o el Líbano y, además, se trabó el Memorándum de Entendimiento, firmado entre los cancilleres de la Argentina e Irán, con el que se aspiraba a interrogar a algunos de esos sospechosos. Existe una causa judicial referida a encubrimiento, que apunta al sembrado de pistas falsas y desvíos de la investigación. Están imputados desde Carlos Menem, pasando por el entonces juez Juan José Galeano, los fiscales, el titular de la SIDE y varios agentes, integrantes de la Policía Federal, como el comisario Jorge “El Fino” Palacios, y hasta Rubén Beraja, quien fuera titular de la DAIA. La causa está elevada a juicio, pero hay una apelación del ex juez a la Corte Suprema y, además, estará a cargo del mismo tribunal que tiene el proceso por las muertes en la estación de Once. Ese expediente se puso en marcha en el año 2000 y todo indica que el juicio podría empezar en 2015.

Sensaciones
Según reconoció el Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con la firma del presidente Néstor Kirchner, no hubo prevención después del atentado contra la Embajada de Israel en 1992, no se tomaron las medidas de seguridad para evitar ese segundo atentado y en el ataque a la AMIA fracasó además la investigación, por lo que hubo “denegación de justicia”. El Estado le puso así la firma a un hecho evidente: no hubo voluntad política de investigar el atentado, algo señalado por el Tribunal Oral Federal 3 tras el juicio que duró tres años y es hasta hoy el más largo de la historia argentina. Los jueces calificaron la investigación como “un armado al servicio de políticos inescrupulosos”.

Como lo señaló el Tribunal Oral y el posterior reconocimiento del Estado, la investigación fue un fracaso, con base en lo ocurrido en los primeros días: no se pudo determinar prácticamente nada de la conexión local. La guía de la pesquisa fue el motor encontrado entre los escombros y que había sido usado por Telleldín para armar una camioneta con partes robadas. El Tribunal Oral sostuvo que el atentado se cometió con ese vehículo: se basó en las declaraciones de efectivos de la Federal que firmaron unas 150 actas de secuestros de partes de la Trafic, unos veinte peritos, ingenieros de la fábrica Ciadea-Renault y forenses que encontraron, por ejemplo, un amortiguador en el cuerpo de Ramón Nolbelto Díaz y un acople de columna de dirección en el de Gregorio Melman. La cuestión es discutida por algunos aún hoy, pero para la Justicia eso quedó firme y por ello es el juicio contra Telleldín.

Más allá de eso se pudo avanzar muy poco. No se pudo determinar, por ejemplo, dónde estuvo la camioneta en buena parte de los ocho días anteriores al atentado, cómo y dónde se armó el vehículo-bomba, cuál fue el origen de los explosivos y, fundamentalmente, quiénes fueron los que participaron del ataque en la Argentina.

Iraníes
El fiscal Nisman conduce las investigaciones desde 2004, aunque ya había intervenido antes. Desde el principio, los cañones del juez Galeano y de los servicios de inteligencia –norteamericanos, israelíes y la SIDE– apuntaron contra Hezbollah, una organización libanesa vinculada con Irán. La acusación venía de la época del atentado contra la Embajada de Israel.

El problema de esa hipótesis es que se basa en dichos de los iraníes Monoucher Moatamer y Abol-ghasem Mesbahi, opositores al régimen de los ayatolás y poco confiables. Mesbahi, por ejemplo, sostuvo que también el atentado contra las Torres Gemelas lo impulsó Irán cuando en el análisis del recorrido de los 19 suicidas que se estrellaron en Nueva York, el Pentágono y Pensilvania no aparece ningún vínculo serio con Teherán.

El resto de las pruebas surge de informes de inteligencia de la CIA, el Mossad y la SIDE. Por ejemplo, Nisman sostiene que el atentado fue cometido por un suicida llamado Ibrahim Berro. No hay evidencias de su llegada a la Argentina ni el nombre con el que ingresó ni el lugar por el que entró al país. Tras un viaje a Estados Unidos, el fiscal afirmó que dos de sus hermanos, que viven en Chicago, confirmaron la versión, pero si se lee la declaración de ambos, más bien dicen lo contrario: que Ibrahim murió en el Líbano combatiendo contra fuerzas israelíes. La otra prueba de la participación de Berro es que desde Buenos Aires hubo llamadas a su familia en el Líbano y a una oficina de Hezbollah, pero semejante información proviene de informes de inteligencia.

Para Nisman, el hombre clave del atentado fue el ex agregado cultural de Irán en la Argentina, Mohsen Rabbani, quien cobijó a la supuesta célula terrorista. El marido de una de sus secretarias, un hombre llamado Salman el Reda, habría actuado de artífice de la organización en Buenos Aires, mientras que todo estuvo coordinado por un sujeto –no se pudo determinar quién– que operó desde la Triple Frontera con un celular a nombre de un tal André Márques. Nuevamente la clave para hilvanar todas estas piezas son los teléfonos y las supuestas llamadas al Líbano, en algunos casos desde locutorios en Buenos Aires e incluso cercanos a la AMIA. Como se sabe, los entrecruzamientos son realizados por la SIDE y la identificación de los números en el Líbano como pertenecientes a Hezbollah o a tal o cual persona surgen de los informes de la CIA y el Mo-ssad. Aun así, funcionarios que pasaron por el Ministerio de Justicia en la última década y tuvieron una mirada independiente sobre el caso –Nilda Garré, Alejandro Rúa–, piensan que la pista de Rabbani merece ser profundizada.

Con los elementos existentes, se libraron las órdenes de captura contra los principales funcionarios iraníes, entre ellos hasta del presidente en la época del atentado, Alí Rafsanjani, hoy líder del ala moderada de Irán, porque los testigos-disidentes afirmaron que se le dio el visto bueno al ataque contra la AMIA en una reunión del más alto nivel en la ciudad de Ma-shad, en Irán.

La cuestión de fondo es cuánto pesan las pruebas y testimonios existentes. Uno de los imputados fue el entonces embajador iraní en Buenos Aires, Hadi Soleimanpour, quien estuvo detenido en Londres en 2003. Galeano mandó un expediente de 400 páginas y en dos oportunidades el juez inglés Justice Royce consideró que no había evidencias contra el embajador. Hay quien sostiene que la Justicia inglesa no quería problemas con Irán y por eso dictaminó de esa manera. Incluso se trató de relativizar el fallo de Royce diciendo que no se pronunció sobre las evidencias. Lo cierto es que sí afirmó que no había evidencias suficientes y Soleimanpour fue liberado, lo indemnizaron con unas 20 mil libras y se volvió de Londres a Teherán.

Tampoco el juez argentino Rodolfo Canicoba Corral fue demasiado enfático sobre las pruebas: “Por ahora esto es una hipótesis”, sostuvo hace poco.

Pantano
El problema más serio es que el expediente sobre el atentado en sí mismo tiene pocas chances de avanzar. Es que los imputados están en Irán o el Líbano (por ejemplo Salman el Reda) y ambos países consideran que la investigación en la Argentina es un armado falso, orientado por la política, la SIDE y los servicios de inteligencia de Washington y Jerusalén. En Teherán siempre insistieron en que no tuvieron nada que ver con ningún atentado y que Estados Unidos utiliza la acusación de Buenos Aires para sus intereses geopolíticos vinculados al petróleo.

Para sumar más obstáculos a la situación, Irán tiene prohibido por ley extraditar a sus ciudadanos, una medida que existe en muchos países. En Brasil, por ejemplo, esa prohibición figura en la Constitución. Una salida que se buscó fue que el juez viajara a Teherán, por lo cual se firmó el Memorándum de Entendimiento, considerado inconstitucional por la Cámara Federal. El proceso continúa ahora en Casación, pero mientras tanto ni la Justicia argentina tiene chances de interrogar a los sospechosos ni éstos se mueven de Irán o el Líbano.

El resultado parece ser claro: se llega a este vigésimo aniversario con las manos vacías.



EL JUICIO CONTRA LOS QUE DESVIARON LA INVESTIGACION DEL ATENTADO
Los encubridores al banquillo
Entre los imputados están el ex presidente Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano y el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy. El debate oral se haría el año que viene. En el fondo apunta a responder por qué nunca se supo la verdad sobre el ataque a la AMIA.
Por Raúl Kollmann

Hugo Anzorreguy, Carlos Menem, Juan José Galeano y Jorge “el Fino” Palacios.
Se habla de marzo 2015. Para esa fecha, con 15 años de demora, se iniciaría el juicio oral contra quienes el juez Ariel Lijo, con confirmación de Cámara, considera responsables de las irregularidades, desvíos y pistas falsas de la causa AMIA. Entre los imputados están el ex presidente Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano, los fiscales que actuaron en el caso, Eamon Mullen y José Barbaccia, los dos policías federales que más intervinieron en la investigación, Jorge “el Fino” Palacios y Carlos Castañeda; el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy y varios de los integrantes de esa secretaría; el armador de autos truchos Carlos Telleldín; su esposa, Ana Boragni, y el ex titular de la DAIA Rubén Beraja. En el fondo, el juicio tratará de responder por qué nunca se supo la verdad sobre el atentado, quiénes y cómo desviaron la investigación.
El juicio, que estará a cargo del Tribunal Oral Federal 2, que hoy encabeza el proceso por las muertes en Once, pondrá bajo la lupa numerosas movidas sospechosas que hubo en la investigación AMIA:

- El freno a los allanamientos que se estaban por hacer a un ciudadano de origen sirio-libanés, Alberto Kanoore Edul. Hay llamadas del padre de Kanoore Edul, amigo de Menem, y una visita a la Casa Rosada para detener los allanamientos que iban a estar a cargo del Fino Palacios.

- El pago de 400 mil dólares a Carlos Telleldín para que declare contra policías bonaerenses, responsabilizándolos de haber entregado la camioneta para hacer el atentado. Lo más serio en esta imputación es que hay un video donde, presuntamente, el juez Galeano le indica a Telleldín qué fotos debe marcar, es decir a qué policías apuntar como los que recibieron la Trafic ocho días antes del ataque.

- Al juez, a los fiscales y a Beraja se les adjudica haber dado su acuerdo para ésta y otras maniobras. En el juicio oral del caso AMIA se detallaron otras ilegalidades que incluyen hasta privaciones ilegales de la libertad de algunos testigos.

- Al comisario inspector Castañeda, de la Policía Federal, se le imputa la desaparición de 66 casetes de grabaciones del teléfono de Telleldín. Y, además, se esfumaron otras evidencias.

En las últimas semanas se conoció la existencia de un agente de inteligencia de la Policía Federal que le confesó a dos periodistas –Miriam Lewin y Horacio Lutzky– que estuvo infiltrado en la comunidad judía durante casi dos décadas. Después que la historia se publicara en un libro del periodista Gabriel Levinas, el fiscal especial del caso AMIA, Alberto Nisman, le tomó declaración. Iossi Pérez –el nombre del agente– afirmó que la Federal tenía los planos de la AMIA y que seguramente sabía del atentado, porque sus dos hombres de custodia no estaban en sus puestos en el momento de la explosión. También manifestó sus dudas sobre la existencia del coche-bomba. Por ahora, Nisman les ve poca entidad a los dichos de Pérez, a los que ve como especulaciones, pero el sujeto reportaba a Castañeda, imputado en el juicio que se viene. Tal vez pueda aportar sobre lo que tiene que ver con el desvío de la causa AMIA. La infiltración en sí misma es investigada por el juez Sebastián Ramos.

La cuestión de Kanoore Edul tiene su importancia, más allá de que nunca se pudo determinar su responsabilidad. En la puerta de la AMIA se colocó un volquete que, según la hoja de ruta del camión que lo dejó allí, había pasado antes por un terreno lindero con una propiedad de Kanoore. Además, el hombre registra una de las pruebas más asombrosas de toda la causa: una semana antes del atentado, llamó por teléfono a Carlos Telleldín. Kanoore primero negó la comunicación y después no la pudo explicar.

La mayoría de los familiares de las víctimas afirman que nunca se investigó como correspondía la llamada pista siria por los intereses del gobierno de Carlos Menem y los servicios de inteligencia.

Tampoco se pudo ahondar en la trama de grupos más locales, argentinos o brasileños, al estilo de los que perpetraron los atentados contra las Torres Gemelas en 1993 (no el de 2001), en Londres al año siguiente o mucho más tarde en la estación de trenes de Atocha en Madrid y nuevamente en Londres.

Tal vez el juicio de 2015 eche luz sobre algunos de los episodios más oscuros del expediente.




EL EXPEDIENTE SOBRE EL MEMORANDUM CON IRAN
La palabra ahora la tiene Casación
Por Raúl Kollmann


La Sala II de la Cámara de Casación Penal recibió recién este miércoles el expediente referido al Memorándum de Entendimiento firmado entre Argentina e Irán para que el juez del caso AMIA, Rodolfo Canicoba Corral, viaje a Teherán a tomarle declaración a los iraníes sospechosos. La Cámara Federal declaró inconstitucional el Memorándum, el Gobierno apeló el 30 de mayo último y los camaristas tardaron un mes y medio en bajar el expediente los dos pisos que hay hasta la Casación.
Aunque hay dudas, serían los jueces Angela Ledesma, Juan Carlos Gemignani y Luis Cabral los que deberían resolver si el texto es constitucional o no. El caso les llega como un amparo, por lo que no deberían tardar demasiado en decidir.

El memorándum tuvo el objetivo de sortear la barrera establecida por los sistemas judiciales de Argentina e Irán. Este último país tiene prohibido por ley extraditar a sus ciudadanos y en la Argentina está vedado el juicio en ausencia. No obstante, dos camaristas federales, en su fallo, sugirieron juzgar a los iraníes en ausencia.

La fórmula que se encontró para que el juez viaje a Teherán a interrogar a los sospechosos fue la creación de una Comisión de la Verdad que, según los camaristas, se metía en el terreno judicial. Desde el Gobierno contestaron que los camaristas invadieron las facultades del Ejecutivo, ya que éste es el único que ejerce las relaciones exteriores y el memorándum es un acuerdo firmado entre países. Para el oficialismo, la Comisión de la Verdad apuntaba a encontrar un camino para compatibilizar los sistemas judiciales de ambos países, facilitar la declaración de los sospechosos y salir de la parálisis de la causa. Llegado el momento, el juez Canicoba Corral podrá determinar si las condiciones del interrogatorio se compadecen o no con una indagatoria y tendrá en sus manos la decisión de llevarla a cabo o desestimarla.

Hoy en día se espera lo que resuelva la Casación, pero no aparece en el horizonte ninguna vía para avanzar hacia una indagatoria de los imputados.



Aniversario con varios actos
La dirigencia de la comunidad judía, junto con integrantes de la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA, encabezará desde las 9.30, en la reconstruida sede de Pasteur 633, el acto principal por los veinte años del atentado. A las 9.53, tras hacer sonar la sirena, se leerán los nombres de las víctimas del ataque. Mario Pergolini conducirá la ceremonia, en la que hablarán el periodista Alfredo Leuco; el vicepresidente de la AMIA, Thomas Saiegh, y el familiar Luis Czyzewski. Memoria Activa, por su parte, comenzará su acto a las 9.30 en la plaza Lavalle, donde entre los oradores estarán Diana Malamud; el periodista Raúl Kollmann; Juan Carr, de Red Solidaria; y Taty Almeyda, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. A las 18, en tanto, frente al Congreso nacional, tendrá su acto la entidad Apemia, creada por Laura Ginsberg. Por su parte, la agrupación 18-J, que tiene entre sus referentes a Sergio Burstein, hará su homenaje a las 13 en la Plaza de Mayo.



HABLAN DIRIGENTES DE MEMORIA ACTIVA Y DE 18-J, A VEINTE AÑOS DEL ATENTADO A LA AMIA
La voz de los familiares de las víctimas
DIANA MALAMUD
“Mucha bronca”

Por Laura Vales
El día del atentado, Diana Malamud escuchó el estallido de la bomba desde su casa. “Yo vivía a unas veinte cuadras de la sede la AMIA; mi marido, el arquitecto Andrés Malamud, trabajaba en unas obras de refacción del edificio. Fue tan fuerte el ruido de la bomba que salí al balcón, pensando que algo había sucedido en mi manzana”, recuerda. En los veinte años que siguieron, mientras criaba a sus dos hijas, que entonces tenían dos y cinco años, Malamud se convertiría en una de las referentes del reclamo de justicia de los familiares de las víctimas, desde la agrupación Memoria Activa. La voz ya no le tiembla al hablar de cómo el 18 de julio del ’94 corrió a la AMIA para confirmar que su marido había quedado sepultado por los escombros; pero cuando habla de las trabas, desvíos y caminos sin salida de la investigación, todo en ella transmite impotencia. “Siento bronca, vergüenza por la Justicia que tenemos”, resume.

–¿En qué va a poner el acento este año el acto de Memoria Activa?
–En que queremos que se inicie ya el juicio por encubrimiento. Pusimos mucho esfuerzo en eso y, dadas las condiciones que hoy tenemos en la causa AMIA, es una de las maneras en que por primera vez podemos tener algo de justicia, por lo menos con respecto a por qué se encubrió... Y a lo mejor también empezamos a conocer por qué motivos hubo semejante maniobra por parte de los poderes del Estado. El Poder Judicial, el Legislativo, la Secretaría de Inteligencia, el ex presidente... todos encubrieron. Están acusados, van a ser enjuiciados, es evidente que algún motivo hubo.

–¿No se puede pensar en ineficiencia o desidia como toda explicación?
–No, por ineficientes podrían no haber investigado, pero no pueden decir que por ineficientes pagaron con fondos del Estado a personas para que indicaran culpables falsos. Eso no es ineficiencia, es encubrimiento: hay una diferencia grande entre las dos cosas. Está comprobado que hubo una intencionalidad, eso ya lo comprobó el Tribunal Federal Nº 2 en 2003. Hubo un juicio de tres años y lo comprobó un tribunal, no es que lo digo yo, y por eso mandó a iniciar la causa judicial.

–¿Se sospecha quién y por qué decidió el pago a Carlos Telleldín para que hiciera la acusación falsa contra los policías bonaerenses?
–Quedan muchas preguntas para las que no tenemos respuesta; lo que es claro es que querían cerrar la causa AMIA y una manera de hacerlo era acusando a los policías. Qué los llevó a eso, no lo sabemos.

–También va a haber un nuevo juicio a Telleldín. ¿Puede llevar a algún resultado?
–No, no... a ninguno.

–¿Por qué no?
–Porque Telleldín estuvo ocho años preso y no dijo nada, ¿qué va a decir ahora?

–¿Qué quedó del intento de un entendimiento con Irán?
–Hoy es un tema pasado y bastante irrelevante, ya que Irán nunca ratificó el memorando, con lo que nunca llegó a tener validez. A nosotros nos parecía que era una posibilidad para realizar indagatorias a la gente que está acusada, para saber si las pruebas existen, si valen y sirven. Por otro lado, era la única oportunidad, porque Irán no va a entregar a esta gente acusada de haber sido la autora ideológica del atentado a la AMIA.

–¿Qué les ha ido diciendo a sus hijas en estos años, a medida que fueron creciendo, para explicarles lo que pasó?
–Nunca les oculté nada; les fui hablando de todo, me pareció que ésa era la mejor manera, contarles la verdad. Para un chico es muy difícil vivir sin su padre, sabiendo que fue asesinado de un modo tan terrible, tan traumático. La dificultad es explicarles cómo puede ser que ningún responsable haya sido juzgado, que nadie haya pagado por ese crimen tan espantoso. La verdad es que hay cosas que uno puede explicarlas, pero uno no puede hacerse cargo de lo inexplicable que ha sucedido aquí.

–¿Cómo se paran frente al atentado las nuevas generaciones?
–Muchos jóvenes se han ido sumando a Memoria Activa, lo que fue una sorpresa. Algunos son hijos de las víctimas, otros no. Mayoritariamente, vienen de clubes y escuelas judías, en edad universitaria. Participan de los actos, están interesados, traen sangre nueva, ideas nuevas.

–Memoria Activa apoyó la creación de una fiscalía especial para el caso AMIA, pero hoy cuestiona la falta de resultados. ¿Por qué tampoco pudo avanzar la fiscalía especial?
–Queremos que saquen al fiscal (Alberto) Nisman y pongan a alguien capaz de investigar. Es claro que Nisman responde a los intereses de la SIDE. Nos parece que tiene que intervenir un fiscal independiente.

–¿Cuándo hace su acto Memoria Activa?
–El viernes (por hoy), a las 9 y 30, en Plaza Lavalle. Va a ser la primera vez que vamos a hacerlo en paralelo con el que hace la dirigencia comunitaria en Pasteur.

–¿Por qué?
–Queremos homenajear a nuestros muertos en el día y a la hora en que fue el atentado. Si la dirigencia comunitaria lo hace al mismo tiempo... bueno, habrá dos actos.

–¿Qué significa en lo personal veinte años sin justicia?
–Es espantoso, horrible... me da mucha bronca y también mucha vergüenza. Por la Justicia que tenemos, por el Ministerio Público Fiscal que tenemos, por todos los que pasaron por esta causa y lo único que hicieron fue burlarse de las víctimas y los familiares.



SERGIO BURSTEIN
“Un vacío absoluto”

Por Adriana Meyer
“La dignidad de los muertos no se la van a devolver un gobierno, un decreto o una ley, sino la justicia”, dice Sergio Burstein a Página/12, pocas horas antes del 20º aniversario del atentado contra la AMIA. “La muerte de Rita me obligó a estar de pie en un país en el que, si no luchás, no tenés justicia, donde no hubo tiempo para el duelo porque tuviste que salir a la calle a controlar, a exigir, a golpear puertas y te convertís en un luchador con costos altísimos”, cuenta sobre cómo cambió su vida tras el ataque a la mutual judía.

–¿El acto de hoy tendrá alguna característica especial por los 20 años?
–Con la agrupación 18-J, de familiares y amigos de las víctimas, hacemos un acto independiente en Plaza de Mayo, a las 13, para no coincidir con Memoria Activa y con el denominado acto central. Ante la censura de las instituciones lo hacemos en otro horario. El hecho de que sea un número redondo tiene una connotación diferente, pero sigue la certeza de que la mamá de mis hijos mayores no está, que hubo una bomba que mató a 85 personas y dejó más de 300 heridos en la AMIA. Todo lo demás es una nebulosa total, un vacío absoluto y el mismo reclamo de justicia y de que se les devuelva la dignidad a los masacrados en la AMIA.

–¿Por qué habla de censura de las instituciones?
–Para AMIA durante 17 años tuvimos el derecho adquirido lamentablemente por ser familiares, y ante un discurso que les molestó nunca más nos permitieron hablar, nos expulsaron adueñándose del acto que pertenece a los familiares. Dada la fecha pensamos que iban a tener la honestidad de convocar a todas las agrupaciones, pero no fue posible. En los actos que hicimos en conjunto nunca dejamos de decir nuestra opinión sobre la dirigencia comunitaria y es evidente que molestó mucho. El año pasado ellos permitieron que se dijera que todos aquellos que estábamos de acuerdo con el Memorándum (con Irán) habíamos negociado la sangre y vendido la memoria de nuestros muertos. Por eso es imposible pararse al lado de esa dirigencia comunitaria, que es encubridora del encubrimiento, son los que se rasgaron las vestiduras hablando de justicia, pero no presentan pruebas, salieron de defensa del ex juez Juan José Galeano en su momento. Nosotros no queremos quedar bien con nadie.

–¿En ese momento fue señalado como oficialista?
–Me han dicho de todo, a esta altura lo único que me importa es la mirada y la palabra de mis hijos. Quienes nos cercenan la palabra son los mismos que hoy pregonan un juicio en ausencia. No defiendo a los iraníes, pero no voy a aceptar que se haga un juicio sin que alguien tenga derecho a la legítima defensa. Ya nos pasó de suponer que los policías eran culpables y luego nos pudimos enterar de que era todo una mentira en aras de conseguir cerrar el caso y, de paso, quedar bien con la derecha israelí.

–¿Pero usted cree que con el Memorándum se iba a llegar a otro resultado?
–Lo del Memorándum ya no tiene sentido. Los iraníes pueden pensar que hay falta de seriedad, el juez que los convoca termina enjuiciado por encubrir, así se caen las alertas rojas. Luego se cae el Memorándum y así los iraníes se aprovechan. Ellos tienen su cuota de responsabilidad por no haber colaborado, pero es lo mismo que el Estado de Israel. Dijo que iba a colaborar, quisimos interrogar a Itzak Avirán por decir que ellos sabían quiénes fueron y ya se habían encargado, es decir que los ejecutaron. Respondieron que ya le habían preguntado, que no tenía sentido volver a hacerlo.

–¿Sí tiene esperanza en el juicio oral a los encubridores?
–En esta farsa tenemos la esperanza de que en el juicio a los que pagaron y a los que encubrieron pueda haber alguna pista. En este carnaval de ver quién llora más en el gran acto central, donde algunos farsantes van a lamentarse por los muertos que no les importan, espero que los familiares que los acompañan los denuncien. Uno no está acá para quedar bien con la gente sino para decir la verdad. Si a la gente no le gusta escuchar que los responsables de que no se sepa nada son la querella de la AMIA-DAIA, que vaya al expediente.

–La Justicia hasta ahora resultó cómplice del encubrimiento. ¿Qué rol tuvo el poder político?
–Cuando voy a dar charlas en el exterior se me cae la cara de vergüenza de decir que el ex presidente (Carlos Menem) va a juicio por encubrir el atentado. Fernando de la Rúa siguió haciendo la plancha y llegaron al juicio pensando que iban a condenar a todos. Pero en una habitación oscura se prendió una vela y nos iluminó a todos, se llamó Néstor Kirchner y habilitó la posibilidad de que declararan los agentes de la SIDE y así se cayó la mentira.

–¿Cómo cambió usted en estas dos décadas?
–Me lo dijo un amigo, la muerte de Rita te hizo mejor persona. No sé si es cierto, sí sé que nos hicimos militantes por la vida. Demanda tiempo, compromiso y soportar cosas terribles, como el intento de secuestro de un hijo, que te pinchen los teléfonos. Alguno de mis hijos me dijo: “Papi, es hora de que te acuerdes de los vivos, dejá un poco a los muertos, quiero tener a mi papá”. No sé en qué cambié, sé que soy distinto, que mi compromiso es con la verdad y que cuando me encuentre con Rita donde ella esté la voy a poder mirar a los ojos.
Fuente:Pagina12

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