24 de septiembre de 2014

CUBA - DIFUSIÓN.

René González: “Ellos nos odian por la lección de dignidad que hemos dado”
Por Lilibet Enríquez Infante (ampliada por Cubadebate)

Antonio, Gerardo, Ramón, Fernando y René, cinco cubanos luchadores contra el terrorismo, juzgados en un proceso amañado y recluidos injustamente en cárceles norteamericanas, recibieron este sábado el Premio a la Dignidad que otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

Aprobada por la presidencia de la organización, a propuesta de la delegación provincial de Guantánamo, Antonio Moltó, presidente de la Upec entregó el Premio a la Dignidad a familiares de Antonio, Gerardo, Fernando, Ramón y al propio René.

En la presidencia de la actividad estuvieron también Miguel Barnet, integrante del Consejo de Estado de la República de Cuba y presidente de la Uneac ; Enrique Villuendas, funcionario del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, Ernesto Vera y Tubal Páez, presidentes de Honor de la Upec, así como directores de medios y colegas de la prensa.

La resolución que concede el reconocimiento a los héroes, leída por Aixa Hevia, vicepresidenta primera de la Upec, destaca que “ellos renunciaron al disfrute de sus vidas personales por cuidar las de todos nosotros sin siquiera conocernos; resistieron en silencio y sin una queja la prisión y la negación de derechos fundamentales; pusieron de moda el valor y se negaron a negociar su suerte con los enemigos de la Patria; le dieron contenidos nuevos y enaltecedores a la palabra dignidad, enorgulleciendo a su pueblo y todos esos méritos supieron expresarlos con palabras altas y hermosas, de reconocible raíz martiana y fidelista, en su Carta al pueblo norteamericano, en sus alegatos de defensa y en su correspondencia desde la cárcel con sus familiares, sus amigos y con la solidaridad cubana y universal”.

Luego, René intercambió con un grupo de reporteros, editores, fotógrafos y directivos de los medios de comunicación del país, respecto a los distintos momentos legales que vivieron él y sus hermanos desde el 12 de septiembre de 1998, fecha en que fue detenido.

René aseguró que el ilegal juicio al que fueron sometidos él y sus compañeros, es un proceso político, más que jurídico, en contra de la firmeza y posición inquebrantable de Cuba.

“Por eso nos odian: porque somos una expresión de la resistencia y fortaleza cubanas, por la lección de dignidad que hemos dado”, aseguró.

¿De qué está hecho un héroe?, preguntó José Alejandro Rodríguez. Y respondió René, con su modestia y sencillez: “En Cuba, cualquiera puede serlo, porque aquí los héroes salen de abajo de las piedras”.

Como dijera Luis Sexto, “uno siempre tiene de los héroes una visión más externa, pero yo quería saber por qué estaban actuando como lo hacían”. Una petición de René al trovador Vicente Feliú podía develar algo del misterio. “Longina, esa canción que es Cuba, representa nuestra identidad, la que necesitamos rescatar para nuestros hijos”.

La música de Feliú dio paso al espacio Catalejo, organizado por la Delegación Ramal de la Prensa Escrita de la Upec, del cual fue invitado especial el Héroe de la República de Cuba y uno de los Cinco luchadores antiterroristas que sufrió prisión en cárceles estadounidenses, René González.

El tema del encuentro fue apenas un pretexto para conocer mejor al hombre- héroe. Se habló del pago a periodistas radicados en Miami para influir en la opinión pública estadounidense y mundial en el caso de los Cinco, otro ejemplo de las arbitrariedades y manipulación hecha por el gobierno de Estados. Como comentara Arleen Rodríguez, en calidad de moderadora, hay que hablar del papel que jugó el “cierto periodismo” durante el juicio, el encarcelamiento y castigo brutal contra los Cinco.

Se habló también de lo que puede hacer la prensa para que los resultados de la lucha sean efectivos y de lo que significa para este ser humano la palabra dignidad.

“Amigos del gremio que nos han acompañado, somos hombres de carne y hueso, y la carne sufre y el hueso sufre, por eso agradecemos este Premio”, comentó René.

Para este hombre, dignidad implica sobreponerse a ese sufrimiento ante los intentos de un montón de seudoperiodistas de tratar de arrebatárnosla. Siempre que hablo del caso sale a relucir esa palabra, porque el papel fundamental de los fiscales fue degradarnos, arrebatarnos la dignidad. Nuestra lucha fue por no perderla, porque el pueblo cubano hizo una Revolución para que mujeres y hombres tuviéramos dignidad.

“A veces hablamos de los éxitos de la Revolución en la educación, la salud, la cultura, pero lo que realmente hizo la Revolución fue rescatar la dignidad del pueblo cubano. En el fondo, lo que Estados Unidos quiere quitarle a Cuba es eso”. Querían denigrar a la nación y nosotros teníamos que resistir. Eso fue lo que hicimos los Cinco. Los fiscales, aunque no lo asuman, también están recibiendo una lección de dignidad.

Cuando usamos esa palabra tenemos que hablar de los periodistas pagados, agregó. A través de Radio y Televisión Martí, muchos recibieron dinero para envenenar la atmósfera del juicio y amenazar al jurado. Firmaban las placas de sus carros, asegurando así que la decisión no fuera favorable a los Cinco, explicó. Pero ninguna de las quejas del jurado, que constan en las actas del juicio, tuvo ningún impacto.

Hubo un silencio absoluto sobre el caso. Si nos acusaban de asesinato, peligro para la seguridad nacional, espionaje, terrorismo, ¿por qué no decir nada en los medios estadounidenses? El periodismo que tanto vemos en las películas ya no existe. Y 16 años después del arresto aun estamos tratando de dar a conocer el caso en la sociedad de ese país, dijo René.

Para eso contamos con la prensa cubana y los medios alternativos. Quiero agradecer a todos por lo que han hecho por los Cinco, pues enfrentando limitaciones, lo han hecho bien. Ahora debemos ver qué nos haya faltado por hacer, cuando Obama tiene una decisión que tomar. Llevar el caso de los 5 a la sociedad norteamericana es imprescindible.

Cuando nos arrestaron vivíamos en un mundo diferente. La realidad latinoamericana era otra, donde el neoliberalismo imperaba. Hoy esos países insisten en cambiar, como existen presiones para cambiar las relaciones de Estados Unidos con Cuba. Además, han llegado muchos mensajes de personalidades de dentro y fuera del país al Presidente estadounidense. Por eso todas las posibilidades indican que Obama tomará una decisión y debemos luchar para que sea a nuestro favor, empujarlo a la decisión correcta.

Hemos escrito mucho sobre los Cinco, comentó Boris Fuentes, pero nos ha faltado contar historias interesantes, no solo al público cubano también para llegar a la opinión pública norteamericana. ¿Cómo podemos hacerlo?

El interlocutor precisó que no siempre es fácil renovarse, encontrar los códigos correctos para hablar de un tema. Hemos hecho mucho, pero hemos sido lentos en proponernos llegar a las audiencias norteamericanas, hay que acercarse a los segmentos que pueden ser decisores.

El momento en que los medios de Estados Unidos hablaran del caso fue durante el juicio y no pasó. Aprendieron mucho del caso de Elián, porque si se hubiera hecho público el juicio, los norteamericanos hubieran provocado un escándalo. “Por eso hay que meterse en las redes sociales”.

En materia de comunicación, como aseguró Raúl Garcés, hacen falta acciones concretas con audiencias específicas. Cuando se acerca la Cumbre de Las Américas, por ejemplo, ¿este es un buen escenario que si se aprovecha bien puede tener gran impacto? ¿Es posible que con una fuerte tensión social Obama decida?

“El tiene la presión y yo tengo la esperanza”, respondió René. Por eso hay que insistir, pues el discurso hacia Cuba está cambiando y apunta hacia esa posibilidad.

Es un misterio qué sabe y qué puede hacer Michelle Obama en el caso de los Cinco, comenta Pedro de la Hoz, vicepresidente de la Uneac y miembro del Comité Nacional de la Upec.

“Para mí también lo es”. Las cartas públicas puede que no las haya visto, porque no tienen un impacto inmediato. Por eso una vía son las redes sociales u otros canales que puedan llegar, para buscar el apoyo de presidentes de la región, como Rafael Correa, que se ha pronunciad a favor de la causa.

Y esta puede ser una vía también para responder a la necesidad de hablar del contexto, pensar en cómo podemos explicar el caso de los Cinco para que los jóvenes, que eran muy niños ese momento, entiendan cómo ocurrieron los hechos. Para que comprendan que “el juicio fue la manera que algunos actores del gobierno encontraron de proteger a sus terroristas, para evitar que ambos países se acercaran para luchar contra el terrorismo”.

¿Cómo ser héroe todos los días, con tantas cosas que pretenden cambiar a la revolución?, se insistió en el auditorio “A nosotros nos puso en esta posición un revés. No lo elegimos, pero nos tocó asumir la responsabilidad social de representar a esos héroes cotidianos, como reivindicación de esos que tanto dieron sin pedir nada.

Las otras preguntas navegaban por el público antes de decirlas en voz alta. ¿Vas a escribir tus memorias?

La historia de mi vida es como otra cualquiera, por eso prefiero hacer la crónica del juicio. “Hice un diario durante ese tiempo, que por razones legales no fue conveniente publicar en ese momento, pero que saldrá a la luz próximamente. Además, preparamos otro texto con comentarios a las caricaturas de Gerardo y un trabajo de compilación de documentos del caso, como una WIKI, para que los interesados puedan encontrar ahí toda la información.

¿Cuáles son tus proyecciones, además de la causa? El mundo que veo ahora no es el mismo que dejé cuando me fui. El país que estamos construyendo, sin manuales, nos obliga a correr riesgos. Pero no queda más remedio que hacerlo, porque la solución es renovar, diagnosticarnos, conciliar todas las Cuba(s) para que participen en esta construcción.

“Quisiera estar volando un avión”. Pero uno es un soldado de la Revolución, siempre lo he sido. Comprendo la necesidad de lo que estoy haciendo. Aunque ya he pensado en algunos proyectos económicos pilotos en localidades para estimular la productividad, porque hay que desarrollar la democracia desde las bases.

Un joven de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) indagó sobre el impacto de las redes sociales en la movilización social por la causa, y René reiteró que Cuba tiene muchos que ofrecer, mucho pensamiento e ideas, y este es un campo que tenemos que tomar. Es un verdadero campo de batalla.

El Premio a la Dignidad se otorga por la UPEC a profesionales de la prensa, honrados e íntegros, que con su acción heroica o una trayectoria de vida extraordinaria al servicio del periodismo y de la Patria, se han convertido en paradigmas.

Por el camino que han recorrido en defensa de la integridad, independencia y el derecho a la defensa de Cuba, Los Cinco han merecido una distinción que ostentan el Comandante en Jefe Fidel Castro, Armando Hart Dávalos, Melba Hernández, más los periodistas Ernesto Vera, Carlos Lechuga, Virgilio Martínez y la Brigada Artística Martha Machado, entre otros pocos.


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(Papo)
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Fernando González Llort ha pasado los últimos días en Madrid. Libre. Y lo que podría parecer algo banal para muchos, no lo es para él.

Perteneciente al grupo conocido como Los Cinco, disfruta de la libertad desde hace apenas seis meses después de haber pasado más de 15 años encerrado en una prisión de Estados Unidos acusado de conspiración para cometer espionaje.
Junto a René González -en Cuba desde 2013-, es el único que ha podido salir de la cárcel. Los otros tres, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, llevan confinados desde que el FBI detuviera a los cinco en 1998 y una jueza de Miami les sentenciara tres años después tras un proceso judicial, todavía vivo, con más sombras que luces.
Considerado todo un héroe en su país por su trabajo dedicado a neutralizar las actividades de las “organizaciones terroristas” anticastristas, Fernando agradece las muestras de apoyo y solidaridad que han servido para que el caso de Los Cinco, “impregnado de la influencia de la política”, no se quedara en el olvido. En pleno proceso de readaptación a la vida fuera de prisión, su mensaje es claro: su lucha continuará y sólo concluirá cuando sus tres compañeros vuelvan a casa.
¿Cómo está siendo su vuelta a la libertad?
Estoy en un proceso para, después de 15 años de prisión, aclimatarme de nuevo a la vida cotidiana. Pero me siento bien, me siento que estoy haciendo algo útil, que estoy contribuyendo con mi pedacito a la causa de la liberación de los compañeros y eso me hace sentirme satisfecho. Y, por supuesto, mi libertad y la de René, ambos lo hemos dicho, no será completa hasta que Gerardo, Antonio y Ramón no estén de regreso.
¿Cuál es la situación de sus compañeros que aún siguen presos?
Se encuentran bien, muy optimistas, llenos de energía, confían en que vamos a ganar esta batalla. Luego, desde el punto de vista legal, el caso se encuentra en un impasse. La jueza tiene en sus manos un recurso desde hace cuatro años y no ha decidido todavía. Los tres ya han cumplido 16 años en prisión y Gerardo lleva todo este tiempo en una prisión de máxima seguridad. Nos parece que ya ha pasado tiempo suficiente para que la jueza tome una decisión que bien podría cambiar su vida.
¿En qué se basa la apelación?
Fundamentalmente, el recurso trata sobre las evidencias que ya existían en el momento del juicio pero que se conocen ahora y que podrían haber afectado al proceso. Concretamente, se está hablando de un grupo de periodistas del sur de Florida que desde que se nos arrestó hasta que recibimos la sentencia, producían material tendencioso respecto a nosotros y respecto a todo lo que pudiera afectar a la imagen de Cuba y del Gobierno revolucionario. Ese material se presentaba como periodístico, sin embargo, después de determinados procesos se ha obtenido la información de que estaban recibiendo pagos de una oficina del Gobierno de EEUU que se dedica a la propaganda contra Cuba
¿Usted se considera un preso político de EEUU?
Considero que nosotros cinco somos presos políticos de EEUU porque nuestro arresto, la manera en que se encaminó todo el proceso y el juicio han estado impregnados de la influencia de la política, más allá de las consideraciones jurídicas o de las supuestas violaciones jurídicas que hubiéramos cometido de las leyes de EEUU.
¿Usted o alguno de sus compañeros han sido maltratados alguna vez en prisión?
Nosotros nunca fuimos maltratados físicamente. A nosotros no se nos dio ningún golpe, no se nos torturó cuando fuimos arrestados por el FBI, pero sí creo que sufrimos maltrato psicológico. Específicamente durante los 17 meses en los que se nos sometió a un régimen de aislamiento que nos impuso unas condiciones de vida muy restrictivas y crueles. Fue un intento de presión psicológica para tratar de quebrantar nuestra voluntad de enfrentarnos a las acusaciones. No lo puedo interpretar de otra manera. Después, en el año 2003, cuando ya estábamos los cinco en diferentes prisiones de EEUU, se nos volvió a someter al aislamiento, y aún mucho más restrictivo que el de Miami. No eran más que consideraciones políticas. Ninguno de nosotros había violado el reglamento, no había ninguna razón para que nos mantuvieran en esas condiciones, sin embargo desde Washington llegaba la orden de aislarnos. Sólo salimos del hueco cuando demandamos en la Corte Suprema a las autoridades del centro de detenciones federales.
¿Qué hay de verdad en las acusaciones que les impusieron?
De verdad está el hecho de que nosotros realmente estábamos vinculados con el Gobierno de Cuba y que estábamos obteniendo información en territorio de EEUU. Pero no la información que dice EEUU. Buscábamos información sobre las acciones violentas que se planifican y se financian desde territorio estadounidense contra Cuba y contra intereses cubanos en terceros países. Son organizaciones que todavía están activas en Miami y que, cuando tienen oportunidad, ejecutan sus planes.
No hay nada de real en las acusaciones que le hacen a Gerardo, a Ramón y a Toni de conspirar para cometer espionaje y, mucho menos, hay algo de real en la acusación que se le hace a Gerardo de conspiración para cometer asesinato. Algo que el propio Gobierno de EEUU reconoce. Al concluir el juicio, los mismos fiscales elevaron una petición a la Corte Superior pidiendo que les permita cambiar la acusación porque no podían probarla y, sin embargo, paradójicamente, el jurado regresa con un veredicto de culpable. ¿Cómo se puede comprender? La única explicación posible es que el juicio se realizó en Miami.
¿Esas organizaciones cuentan con la complicidad o, incluso, el apoyo del Gobierno de EEUU?
Yo no puedo decir que Washington, en este momento, les brinde apoyo. Lo que sí creo es que EEUU ha sido demasiado permisivo con ellas. Además, los individos que forman parte de estas organizaciones fueron formados en las escuelas del Gobierno estadounidense en los años 60. Estuvieron vinculados a la CIA y a otros órganos de las fuerzas especiales estadounidenses y de la comunidad de Inteligencia de EEUU.
¿Hasta qué punto EEUU trata de controlar Cuba?
No puedo decir que EEUU tenga espías en Cuba, pero asumo que así es. Tienen una comunidad de Inteligencia bien poderosa, con muchos recursos y yo parto de que mantienen ese tipo de operaciones en Cuba. Antes las realizaban agencias de Inteligencia y hoy, de cara a la opinión pública, las hacen la agencia para el Desarrollo. Siguen siendo acciones destinadas a subvertir el orden en Cuba y en otros países. EEUU va a seguir tratando de crear las condiciones que permitan influir de alguna manera en la destrucción del proyecto social que tenemos nosotros. Es nuestra tarea de cubanos evitar que eso suceda. En Cuba hay una experiencia histórica de más 50 años de enfrentamiento y neutralización de las actividades subversivas que provienen tanto de las organizaciones privadas como del Gobierno de EEUU. Nos adaptaremos a los nuevos medios que se utilicen y estoy seguro de que vamos a salir victoriosos.
¿Existen presos políticos en Cuba?
Creo que en Cuba existen presos por actuar a favor de los intereses de una potencia extranjera que está abiertamente trabajando por destruir nuestro proyecto social en el que estamos involucrados los 11 millones de cubanos. En Cuba hay personas que están presas porque se alían a ese Gobierno extranjero y reciben instrucciones y pagos para actuar en función de su política exterior. Uno puede discrepar de medidas que pueda tomar el Gobierno revolucionario de Cuba, pero yo creo que para ninguno cubano con dignidad sería una opción aliarse a un Gobierno que históricamente no ha deseado nada bueno para Cuba, que se ha tomado la tarea de tratar de destruir lo que nosotros hacemos.
¿Qué Cuba ha encontrado al regresar a casa?
Me he encontrado a una Cuba en proceso de renovación, en proceso de cambios, de estructuras y de esfuerzos por alcanzar los mayores niveles de eficiencia en economía. Una Cuba en la que se lucha por salir adelante en el mundo en el que vivimos hoy, que es un mundo muy complejo. Una Cuba en la que hay expresiones en economía diferentes a las que yo había dejado, con una iniciativa privada a pequeña escala, que le imprimen características un poco diferentes a la vida, a la ciudad. Sin embargo es el mismo pueblo, con el mismo nivel de compromiso, con el mismo nivel de deseo de salir adelante, de cambiar lo que necesite ser cambiado, de perfeccionar nuestra sociedad, de hacerla cada vez más eficiente y también más justa y salir adelante con nuestro proyecto social.
¿Usted se considera un héroe?
Yo no me considero un héroe, yo me considero una persona que puesta en ciertas circunstancias hizo lo que vio en ese momento que era su deber.
¿Se arrepiente de algo?
Sigo creyendo que era mi deber actuar de esa manera. No lo veo como una cosa excepcional, no veo que hayamos hecho otra cosa que no hubieran hecho millones de cubanos puestos en la mismas circunstancias.
Tras 15 años encerrado, ¿aún se puede creer en la justicia?
No creo que exista sistema judicial, como sistema creado por los humanos, que sea perfecto. En cada sistema siempre va a haber errores, cosas que se pueden hacer mejor. Lo que sucede con el de EEUU es que está totalmente inclinado a favor de un sector minoritario de la población. Además, el sistema judicial también se utiliza en EEUU, y con excesiva frecuencia, para acallar manifestaciones de lucha social. Lo que nosotros pedimos ya no es justicia, porque justicia a estas alturas ya no existe. Nosotros pedimos el derecho de estos tres compañeros a disfrutar de la libertad porque nunca debieron estar ni un minuto en la prisión. Justicia se debería haber hecho hace muchos años. Son 16 años de su vida alejados de su familia, separados de sus hijos. Eso no se recupera.
Sergio León / Público
 




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Asociacion Ex Presos Politicos Cordoba
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