24 de septiembre de 2014

OLAVARRÍA-MONTE PELONI: CUATRO REPRESORES CALLADOS.

EL JUICIO ORAL POR CRIMENES DE LESA HUMANIDAD EN OLAVARRIA
Cuatro represores callados
Los acusados por los delitos cometidos en el centro clandestino Monte Peloni se negaron a declarar. El abogado de uno de los imputados le dijo al juez: “Dentro de veinte años usted puede estar sentado en el banquillo de los acusados por su participación en estos juicios”.
El general retirado Ignacio Aníbal Verdura, uno de los acusados, ante el tribunal.
Los cuatro imputados en el juicio por delitos de lesa humanidad que comenzó esta semana en Olavarría, que se desarrolla en la Universidad Nacional del Centro (Unicen), se negaron a declarar ante el Tribunal Federal Oral de Mar del Plata. El general Ignacio Aníbal Verdura, el sargento Oscar Antonio Ferreyra (Pájaro), el capitán Walter José Grosse (Vikingo) y el teniente primero Horacio Rubén Leites, todos retirados del Ejército e imputados por delitos en el centro clandestino Monte Peloni, pasaron uno a uno ante el tribunal para decir que prefieren guardar silencio. Las notas de color de la jornada las protagonizó el abogado Claudio Castaño, defensor de Leites, quien equiparó los delitos de su cliente con el trabajo de los jueces. “Dentro de veinte años usted puede estar sentado en el banquillo de los acusados y respondiendo por su participación en estos juicios”, le dijo al presidente del tribunal, Roberto Falcone.

El tribunal que también integran Néstor Parra y Mario Portela terminó de leer las imputaciones contra los militares, acusados de más de 20 casos de privaciones ilegítimas de la libertad y tormentos. Verdura, mandamás de la represión ilegal en Olavarría durante el terrorismo de Estado y acusado además por dos homicidios, fue el primero en sentarse ante los jueces para ratificar su decisión de no hablar. Mientras el militar caminaba hacia el estrado, Castaño pidió al tribunal que el viejo represor no declarara, por su edad, para “evitar una situación inhumana”. “Pudo caminar hasta acá”, le contestó Falcone, mientras la defensora oficial María Isabel Labattaglia, que asiste a Verdura y a Ferreyra, ratificó que Verdura les comunicaría a los jueces su decisión de guardar silencio, tal como hizo de inmediato.

El siguiente pedido de Castaño, aceptado por el tribunal, fue que “los particulares presentes en las audiencias no les sacaran fotos a los imputados”. Más tarde pidió a los jueces que respondieran un recurso de queja que había elevado en representación de sus defendidos. Falcone le indicó que remitiría ese pedido a la fiscalía. Castaño protestó y el presidente del tribunal le respondió cortante: “Doctor, usted no está en uso de la palabra. Continuemos con el debate por favor”.

Luego se produjeron las negativas a declarar de los otros tres acusados y Falcone anunció un cuarto intermedio hasta hoy. Sin embargo, a pedido del abogado Gerardo Ibáñez, defensor de Grosse, se leyó la declaración indagatoria del represor ante el juez federal de Azul, Juan José Comparato, en 2009, en la que negó los hechos que se le imputan. Más tarde, a pedido de la fiscalía, se leyeron los testimonios del resto de los imputados durante la etapa de instrucción en el juzgado de Comparato, hace ya un lustro.

Cuando el presidente del Tribunal anunció el final de la audiencia de ayer, Castaño volvió a pedir la palabra: adujo que por “razones humanitarias” pedía permiso para cenar con su cliente, que está preso, ya que necesitaba “constatar si se encontraba en buenas condiciones”. Falcone le recordó que su tarea era “resguardar los procedimientos y plazos del debido proceso” y que las condiciones de alojamiento del acusado dependían del Servicio Penitenciario. Pero el abogado insistió. Dijo que el tribunal tenía “competencias para mejorar las condiciones de detención” de los acusados y entonces advirtió: “Le pido que tenga en consideración este pedido humanitario, ya que dentro de veinte años usted puede estar sentado en el banquillo de los acusados y respondiendo por su participación en estos juicios”, dijo. “Lo que suceda dentro de dos décadas es una cuestión conjetural”, le recordó el juez, de larga trayectoria en procesos de lesa humanidad, y puso fin a la audiencia.

Ferreyra, Grosse y Leites estaban presos en el penal de Sierra Chica y, antes del inicio del juicio, fueron trasladados a la Unidad Penitenciaria 14 de General Alvear. Verdura, de 82 años, goza de arresto domiciliario. El juicio continuará hoy, cuando comiencen a declarar los testigos.
Fuente:Pagina12





Extraños pedidos de los abogados defensores y amenazas al presidente del Tribunal
Monte Peloni: se negaron a declarar los cuatro acusados
Enfrentan un proceso por el secuestro y tormento a 21 personas en el centro clandestino.
Monte Peloni: se negaron a declarar los cuatro acusados
Ignacio Aníbal Verdura - Era la principal autoridad del Área militar 124.
Los cuatro acusados por delitos de lesa humanidad en Olavarría se negaron a declarar ayer en la segunda jornada del juicio oral por el secuestro y tormentos de 21 personas en Monte Peloni. Los abogados defensores se destacaron con pedidos extraños e incluso una amenaza: “Dentro de 20 años tendrá que rendir cuenta por su participación en estos procesos", advirtió el abogado Claudio Castaño al presidente del Tribunal Oral Federal de Mar del Plata.

Como ya habían adelantado sus defensores, los cuatro acusados rechazaron ayer hacer uso de la palabra. Uno a uno fueron desfilando desde sus asientos hasta el estrado: el capitán retirado Walter Jorge "El Vikingo" Grosse, el sargento retirado Omar "Pájaro" Ferreyra y el teniente primero retirado Horacio Rubén Leites. Al turno del teniente coronel retirado Ignacio Aníbal Verdura, principal autoridad del Área militar 124, de la que dependía Monte Peloni, el  defensor Claudio Castaño, quien representa a Leites, comenzó con sus exabruptos. El abogado pidió que “no se someta a Verdura a un papel indigno" de hacerlo pasar al estrado, lo que provocó el abucheo del público presente.

Minutos después, Castaño, quien suele polemizar sobre la legalidad de los juicios por delitos de lesa humanidad, reclamó por "razones humanitarias" poder cenar con su defendido Leites en la cárcel para poder constatar su estado de salud.

El Tribunal rechazó el extraño pedido al considerar que las condiciones de detención dependen del Servicio Penitenciario, pero el abogado insistió y redobló la apuesta: "Dada la situación que vivimos le pido que tenga en consideración este pedido humanitario, ya que dentro de 20 años usted puede estar sentado en el banquillo de los acusados y respondiendo por su participación en estos juicios", le advirtió al titular del Tribunal, el juez Roberto Falcone. La respuesta del juez fue tajante. Le aclaró que había sido un "comentario impropio" y le adelantó que si continúa con sus excesos le quitará la palabra.

Como los imputados se negaron a declarar, se realizó una lectura de las indagatorias durante la instrucción de la causa realizada en 2009. El juicio continuará hoy desde las 10 con las declaraciones testimoniales. El primero en declarar será el sobreviviente Carmelo Vinci, titular de la Comisión por la Memoria de Olavarría.

El juicio oral, el primero que se desarrolla en Olavarría, comenzó el lunes con la lectura de las acusaciones por el secuestro y tormentos a 21 personas que pasaron por el centro clandestino de detención de Monte Peloni. Verdura, además, está acusado por el homicidio de dos personas.

El rol de Verdura como máxima autoridad represiva quedó acreditado en la acusación de la fiscalía: "Ha quedado establecido que las privaciones ilegales de la libertad, tormentos y homicidios investigados en esta causa formaron parte de un mismo accionar represivo que se orientó a eliminar a la Juventud Peronista de la ciudad de Olavarría, tarea para la cual estaba directamente comprometida la Jefatura del Área 124 a cargo de Verdura." «

Sigue firme el caso Bottinelli
La suerte de Agustín Bottinelli, el primer periodista imputado por crímenes de lesa humanidad mediante el ejercicio de su profesión, está echada. El viernes pasado la Cámara de Casación declaró "mal concedido" un recurso interpuesto por la defensa del periodista que pedía el cierre del expediente por  considerarlo "cosa juzgada". Así, se dejó firme el planteo que había realizado el juez federal Sergio Torres, quien avanza con las citaciones de los testigos. La semana pasada, el magistrado concluyó las entrevistas con los declarantes que propuso el periodista.  A Bottinelli, jefe de redacción de la Revista Para Ti en 1979, se le imputa haber publicado un artículo con la intención de ocultar la situación de detención de personas secuestradas en la ESMA.
Fuente:TiempoArgentino





24-9-2014
Olavarría
Tercera audiencia del juicio
Monte Peloni: Carmelo Vinci, el primer testigo cuenta su cautiverio

A partir de las 9 de la mañana declara el primero de los sobrevivientes del centro clandestino de detención. Para el día de hoy están previstos doce testimonios. Carmelo habló con Infojus Noticias.
Por: Juan Carrá, desde Olavarría
Fotos: Sol Vazquez
Hoy Carmelo Vinci se reencuentra por primera vez con los represores que lo tuvieron cautivo en Monte Peloni. Será el primero de los doce testigos previstos para la tercera jornada del juicio que juzga a cuatro ex militares por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención de Olavarría durante 1977 y 1978. Poco antes de declarar frente al Tribunal Oral Federal 1 de Mar del Plata, Carmelo dice que está tranquilo, que para él, lo que le tocó vivir en Monte Peloni no es un tabú y que ya lo ha contado muchas veces. “Mi mujer y  mi hijo, de 13 años, saben todo lo que me pasó y cada vez que vamos al Monte les cuento la historia”, dice.

Además de Carmelo, tendrá que declarar su hermana, Rosalía. Esos dos testimonios, junto al de Osvaldo Roberto Fernández –sobreviviente de Monte Peloni y hermano de Jorge, víctima de uno de los asesinatos por los que está imputado el ex teniente coronel Aníbal Verdura–, Leticia Graciela Fernández de Vivas y Gerardo Oscar Vivas serán durante la mañana. Mientras que para la tarde se prevén siete testigos más, entre los que se destacan dos familiares del matrimonio Villeres, quienes fueron trasladados a La Plata y aún permanecen desaparecidos.

Todo remite a Monte Peloni
Carmelo tiene una gráfica en el centro de Olavarría. Ahí trabaja junto a su mujer, pero hace unos días que el horario del negocio no concuerda con el que figura en el cartelito que cuelga de la puerta de entrada. “Los clientes ya saben”, dice Carmelo, casi siempre con la sonrisa a flor de boca. Solo la pierde cuando le llega a la cabeza el recuerdo de algún compañero que ya no está.
En la pared hay un pequeño marco de madera con una foto en blanco y negro: los trabajadores con los pantalones arremangados hunden sus pies en la fuente de la Plaza de Mayo. De fondo, se asoma la Casa Rosada sobre un mar de hombres y mujeres que piden la libertad de Juan Domingo Perón. Carmelo Vinci mira la foto, sonríe. Como si encontrara en el fondo de esa imagen la explicación de todo. Sabe que por su militancia peronista le tocó vivir el peor momento de su vida, allá por 1977 cuando fue secuestrado y llevado a Monte Peloni junto a sus compañeros. También sabe que su militancia es la que le permite afrontar la vida con la entereza y la tranquilidad de que tarde o temprano la Justicia llega.

Para Carmelo el juicio comenzó mucho antes y eso se nota en su lugar de trabajo.

Carteles, volantes, imágenes. Todo remite a Monte Peloni. Él fue uno de los que trabajó incansablemente para instalar el tema en la ciudad del cemento. “Estoy esperando que termine para descansar un poco. Ando con somnolencia… me acuesto tarde, me levanto temprano…   No estoy nervioso, pero internamente debe haber algo…”, cuenta.

Para él, una de sus expectativas sobre el juicio, además de las condenas a los imputados, es que empiecen a surgir datos para poder investigar a los responsables ideológicos de lo que ocurrió en Olavarría.

Con la declaración de Carmelo el juicio entra en su etapa más fértil de acumulación de prueba. El cronograma se extiende por unas seis semanas y se esperan unos cincuenta testigos.
Fuente:Infojus






22.09.2014
Parlamentarios pidieron crear una Bicameral que investigue la complicidad civil
Olavarría: Con la lectura de la elevación a juicio, comenzó el debate oral por "Monte Peloni"

Los cuatro acusados comparecen ante el TOF, esta mañana 
El TOF de Mar del Plata, compuesto por los jueces Néstor Rubén Parra, Roberto Atilio Falcone y Mario Alberto Portela dio comienzo al juicio oral en la causa por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención de Monte Peloni, cerca de Olavarría, durante la última dictadura cívico militar. En horas de la mañana, la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento bonaerense emitió un dictamen recomendando la creación de una comisión bicameral que investigue la complicidad empresarial y civil con la última dictadura. Al final del día, la ciudad de Olavarría, que recientemente se vio conmovida pór la aparición del nieto apropiado de Estela Barnes de Carlotto y que ahora comienza a seguir las alternativas del juicio, asistió a un festival impulsado por el colectivo de DDHH.

Los imputados en la causa "Monte Peloni" son el sargento Omar Antonio Ferreyra ("Pájaro"), el capitán Walter José Grosse ("Vikingo"), el general Ignacio Aníbal Verdura y el teniente primero Horacio Leites, quienes están acusados de "homicidio agravado con ensañamiento; privación ilegal de la libertad y torturas" en más de 20 casos.

Ellos, los acusados, ingresaron al auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro (Unicen), en Olavarría, pasadas las 15, y con gesto adusto escucharon durante más de dos horas la lectura de los fundamentos del juicio. Al dar comienzo a la lectura de los argumentos del proceso y nombrar a los acusados, se escucharon silbidos por parte de algunos de los presentes, lo que originó la rápida advertencia del presidente del Tribunal, Roberto Atilio Falcone.

"Estamos en un juicio oral y público dentro de una instancia que tiene que ver con el legítimo proceso. Si se producen incidentes o alteraciones al orden vamos a tener que proceder a desalojar la sala", advirtió Falcone. Restablecido el orden, un funcionario judicial leyó los fundamentos de la causa y toda la jurisprudencia en la que se basa el proceso oral.

El Tribunal dio cuanta del proceder de las fuerzas represivas en los centros clandestinos de detención y señaló que en ellos los agentes del terrorismo de Estado "ejercieron tormentos, torturas y privaciones ilegítimas de la libertad". "Tras 34 años de los hechos que hoy se le imputan a los acusados, se considera probado el objeto procesal de los hechos de lesa humanidad cometidos en Monte Peloni, las comisarías de Las Flores, La Plata y Tandil, donde también funcionó el centro clandestino de La Huerta, a cargo del Ejército.

Los magistrados dieron cuenta del funcionamiento operativo que tenían los centros clandestinos de detención, comandados por un jefe de campo, secundados por oficiales y diversas guardias. Además, se relataron las circunstancias en las cuales resultaron detenidas las víctimas para ser conducidas a los diversos centros de detención en operativos que estaban a cargo de los acusados. "Todos fueron privados de su libertad de forma ilegítima por sus actividades políticas y sometidas a torturas", apuntó
el Tribunal.

En la audiencia también estuvieron presentes los defensores de los acusados, los abogados Gerardo Ibáñez (Grosse); Alejo Baltasar Ordenavía (Verdura); Claudio Castaño, (Leites) y Carlos Devoto (Ferreyra). La querella por las 20 víctimas estará a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, coordinadas por los letrados Manuel Marañón y César Sivo, respectivamente. La acusación, a cargo del Ministerio Público
Fiscal, contó con la representación de Walter Romero y del fiscal Jorge Auat, titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.

"Las actividades que desarrollaron los acusados a las órdenes de Verdura estuvieron destinadas a eliminar a los integrantes de la Juventud Peronista de la zona represiva 124 del Ejército, a cargo de su responsabilidad como jefe de la unidad de caballería mecanizada de Olavarría", enfatizó el Tribunal.

En tanto, el titular de la Comisión por la Memoria de Olavarría y sobreviviente del centro clandestino de detención de Monte Peloni, Carmelo Vinci, consideró que el proceso por los delitos de lesa humanidad que se cometieron en ese lugar hace 34 años "constituye en verdad el comienzo de un nuevo recorrido en la lucha por establecer verdad y justicia". "Para mí, como sobreviviente, es muy importante llegar a esta etapa que pensé que no iba a ver en mi vida. Ahora empieza otro camino, el de juzgar las complicidades que los sectores civiles tuvieron con la dictadura", señaló Vinci.

Vinci es uno de los líderes históricos de la APDH, y desde ese lugar denunció durante años los crímenes que se cometieron en Monte Peloni como en el área represiva 124, a cargo de Ignacio Aníbal Verdura, por entonces coronel del Ejército. "Hoy se cumplen 37 años desde que me secuestraron y resulta emblemático que hoy comience este juicio", enfatizó Vinci, quien se negó a ingresar en la sala de audiencias a presenciar la elevación a juicio de parte del Tribunal.

Por su parte, Araceli Gutiérrez, sobreviviente de Monte Peloni que en la actualidad oficia como cuidadora del lugar en el que funcionó ese centro de detención, admitió que "la espera para llegar al juicio resultó muy larga". "Este juicio llega después de una espera muy larga. Muchos años de lucha. Bueno, pensé que después de las leyes de impunidad este día no iba a llegar, pero sí. Los genocidas están donde se merecen", señaló. Y en ese sentido, agregó: "Ahora, debemos ir por los cómplices civiles. Ese es el nuevo capítulo que se abre".

Al respecto, Carlos Fernández, que estuvo secuestrado en Monte Peloni, sostuvo que los efectivos que ejercieron la represión cometieron "crímenes aberrantes porque querían terminar con una juventud que luchaba". "Hoy vivimos una reparación histórica, la de una juventud que luchó y peleó por sus ideales. Este juicio es un homenaje a todos mis compañeros", puntualizó Fernández.

A su vez, el secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Guido Carlotto, consideró hoy que el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención de Monte Peloni, "puede contribuir a desentrañar la complicidad civil con el terrorismo de Estado en la ciudad de Olavarría". "Este juicio es muy importante, primero porque reivindicamos a las víctimas. Luego, establecemos claridad sobre cómo funcionó el engranaje represivo en la Provincia, y por último, podemos comenzar a avanzar sobre la complicidad civil con la dictadura", sostuvo Carlotto en diálogo con la prensa a horas de que comience el proceso.


La opinión de Jorge Auat
El titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, Oscar Auat, afirmó hoy en Olavarría que "el proceso de construir Memoría, Verdad y Justicia en el cual está embarcado el país no depende de las coyunturas políticas", y estimó que los juicios contra el terrorismo de Estado "continuarán más allá de quien gobierne en 2015".

"El proceso de establecer Memoria, Verdad y Justicia seguirá más allá del gobierno que el país tenga en 2015. Esto no depende de las coyunturas políticas", apuntó Auat tras la primera audiencia del juicio de lesa humanidad que se sigue por los crímenes cometidos en Monte Peloni, durante la última dictadura cívico militar. "La importancia de estos procesos es que resignifican a las víctimas que salen de una larga noche de barbarie para concretar la aspiración de recibir justicia", destacó el fiscal, que asistió al comienzo de la etapa oral de este proceso en calidad de representante del Ministerio Público Fiscal.

En otro orden, el letrado sostuvo que "el juicio de Monte Peloni cierra una etapa de impunidad y abre el camino para que se inicien otras investigaciones". "Tras la información que se aporte en este juicio se podrán establecer nuevas investigaciones. El terrorismo de Estado tuvo responsables civiles que se enriquecieron con su ejecución. Sucedió en la causa Blaquier, con Las Marías y también con Loma Negra", puntualizó el fiscal.


Este la de Carlotto estuvo presente
La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, asistió hoy a la primera audiencia por los crímenes de lesa humanidad de Monte Peloni, en Olavarría, y consideró que la "única forma de decir Nunca Más es con Verdad y Justicia". "El verdadero Nunca Más lo constituyen la continuidad de estos procesos judiciales. Acá no hay venganza y se reclama la verdad", remarcó la dirigente de la emblemática organización defensora de los derechos humanos en Argentina.

Carlotto habló en el acto de cierre de la larga jornada que hoy se desarrolló en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), y consideró que "este juicio constituye un despertar" para la comunidad de Olavarría. "Se llegó a este juicio porque la lucha que se libró no fue en soledad. Hoy con este proceso, la comunidad de esta ciudad nos dice que no es posible el olvido cuando se comente crímenes de lesa humanidad. Eso es un nuevo despertar", destacó.

En otro orden, Estela valoró que el juicio se desarrolle en una Universidad, "un ámbito propicio para que los jóvenes se acerquen y se reconozcan en la historia de la generación que los antecedió". La titular de Abuelas se hizo presente de esta forma en la ciudad en la que vive su nieto, Ignacio Guido Montoya Carlotto, que en agosto pasado recuperó su identidad. Ignacio Guido es hijo de Laura Carlotto y Oscar Walmir Montoya, quienes fueron secuestrados en 1977 por las fuerzas represivas en la ciudad de La Plata.

El nieto recuperado 114 nació en 1978 y el empresario rural de Olavarría Francisco Aguirre -vinculado a las autoridades castrenses que en ese tiempo gobernaban Olavarría- se lo entregó a un matrimonio de puesteros de apellido Hurban. Hoy, Ignacio Guido, cantante y músico, participará del acto artístico con el que se cerró lo que significó una jornada completa de Memoria, Verdad y Justicia.


Impulsan Comisión Bicameral para investigar la complicidad civil
La Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires sesionó en Olavarría, en el marco del juicio de lesa humanidad de Monte Peloni que se inicia hoy, votó la creación de una instancia bicameral que investigue "la complicidad civil con el terrorismo de Estado". "Hoy decidimos sesionar de cara a la sociedad y en el marco de este juicio decidimos producir este dictamen en una jornada muy especial que tiene que ver con la Memoria, Verdad y Justicia", señaló la diputada provincial del Frente para la Victoria Fernanda Raverta, titular de esta Comisión legislativa.

La sesión de la comisión se llevó a cabo en una carpa instalada en el campus de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), donde por la tarde comenzará el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de Monte Peloni, durante la última dictadura cívico militar.

La iniciativa de crear una entidad bicameral en el ámbito del Poder Legislativo bonaerense pertenece al diputado Gustavo Di Marcio (FpV), quien afirmó que el objetivo es "profundizar el camino de Justicia sobre los actores que fueron cómplices con el genocidio". "Creemos que en el ámbito de la provincia hay que profundizar investigaciones sobre las complicidades civiles empresariales, judiciales y mediáticas. Por eso resulta indispensable avanzar en este camino que se inició en 2003". La iniciativa recibió el respaldo unánime de los legisladores presentes que integran la Comisión de Derechos Humanos y fue celebrada por la concurrencia.

Por su parte, el secretario de Derechos Humanos de la provincia, Guido Carlotto, destacó el hecho de que "la Comisión salga a sesionar y a producir dictámenes en lugares públicos y abiertos para todos". "Si las instituciones públicas trabajaran así, de cara a la gente, tendríamos otra democracia y otro país", apuntó Carlotto, funcionario e hijo de Estela, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. "Es muy importante que estemos hoy acá, en Olavarría, una ciudad muy especial para mí porque es donde vivió durante años mi sobrino Ignacio (Guido Montoya Carlotto)", observó en referencia a quien es el nieto recuperado 114, hijo de su hermana Laura, asesinada en cautiverio durante la dictadura.

Antes de que se reuniera la Comisión se realizó una marcha por una de las calles aledañas a esta institución educativa, que contó con la presencia de militantes de varias fuerzas políticas nucleadas en la agrupación Unidos y Organizados. Marcharon también los integrantes de la Comisión por la Memoria de Olavarría y varios sobrevivientes del centro de detención clandestino de Monte Peloni, que funcionó entre 1975 y 1978 en la localidad de Sierras Bayas.

Por la tarde, comenzaría la audiencia con la lectura de la elevación a juicio contra el sargento Omar Antonio Ferreyra ("Pájaro"), el capitán Walter José Grosse ("Vikingo"), el general Ignacio Aníbal Verdura y el teniente primero Horacio Leites, acusados de "homicidio agravado con ensañamiento; privación ilegal de la libertad y torturas". A última hora, estaba planeada la realización de un festival artístico con la participación de varios artistas, entre los que se destacaría la presencia de Ignacio Guido Montoya Carlotto, músico y cantante que vive cerca de la ciudad de Olavarría.
Fuente:Telam





Lesa HumanidadEstá acusados cuatro represores
Comenzó el juicio por los crímenes de Monte Peloni

23.09.2014




Ayer, inició en Tandil el debate oral por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención ubicado cerca de Olavarría.

  • Fotos: Belén Cano/Ministerio Público Fiscal/www.fiscales.gob.arLa apertuFotos:Belen Cano

Fotos:Belen Cano
La apertura del debate se dio a sala llena en el SUM de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Centro, especialmente acondicionada el juicio. El Tribunal, integrado por los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Néstor Parra; el Ministerio Público estuvo representado por el titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, Jorge Auat; el Fiscal de distrito Daniel Adler, quien fue aplaudido al ingresar al lugar del juicio; el fiscal de juicio subrogante Walter Romero,  y el fiscal ad hoc Marcos Silvagni. También, dijo presente Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, su hijo Guido, y su nieto Ignacio. “Si quieren el Nunca Más, apoyemos a la Justicia, sostengamos este juicio”, exclamó la referente de los derechos humanos momentos después desde el escenario montado fuera de la Facultad.

En el banquillo de los acusados, están sentados los militares retirados Horacio Leites , Omar Ferreyra y Walter Grosse quienes se encuentran detenidos en la Unidad N°34 de Campo de Mayo; y Aníbal Ignacio Verdura, quien goza del beneficio de arresto domiciliario. Los represores están imputados de los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio calificado cometidos en el circuito represivo que comprendía los Centros Clandestinos de Detención Comisaría de Olavarría; Regimiento de Caballería de Tanques 2 “Lanceros General Paz” de esa localidad; Brigada de Investigaciones de Las Flores - Monte Peloni, y “La Huerta” de Tandil.

Las violaciones a los derechos humanos investigadas en esta causa elevada a juicio hace más de dos años habrían comenzado en la ciudad de Tandil el 13 de septiembre de 1977 con la detención del subcomisario Francisco Nicolás Gutiérrez; continuaron el 14 de septiembre de 1977 con los arrestos de su hija, Isabel Gutiérrez de Ledesma, y de su yerno Juan Carlos Ledesma, en Olavarría; la lista se completó con las detenciones del 16 de septiembre de 1977 de Osvaldo Roberto y Jorge Fernández, Mario Elpidio Méndez, Ricardo Alberto Cassano, Carlos Leonardo Genson, Lidia Araceli Gutiérrez y Néstor Horacio Elizari, Rubén Argentino Villeres y Graciela Follini de Villeres; el 20 de septiembre de 1977 de Roberto Edgardo Pasucci y Guillermo Oscar Lujan Bagnola; el 21 de septiembre de 1977 de Osvaldo Raúl Ticera y Juan José Castelucci; el 22 de septiembre de 1977, Rubén Francisco Sampini y Carmelo Vinci; el 26 de septiembre de 1977 Eduardo José Ferrante;el 29 de septiembre de 1977, Alfredo Serafín Maccarini y el 1° de noviembre de 1977, Juan Carlos Butera.

Cómo funcionaba Monte Peloni
Hacia 19771, Las únicas construcciones existentes en el predio de 323 hectáreas ubicadas sobre la ruta 76 eran las correspondientes a un viejo casco de estancia protegido por la ladera de las sierras, rodeado de un bosque variado que dificultaba la visión desde el exterior. A la construcción, sólo podía accederse por un único camino de tierra de aproximadamente un kilómetro, lo que resultaba compatible con la necesaria clandestinidad que debían revestir los lugares de detención.

El edificio cuenta, hoy muy deteriorado, con varias habitaciones. En el patio, se instalaban carpas cuando la capacidad de la vivienda se encontraba colmada. Tanto las tiendas de campaña como la vajilla que se utilizaba en el predio llevaban la inscripción "E.A." (Ejército Argentino).

Este centro clandestino comnezó a ser utilizado como improvisado LRD, según la terminología represiva, aproximadamente al año del golpe de Estado. En concreto, en septiembre de 1977, obedeciendo tal vez a la gran cantidad de secuestros simultáneos que asolaron la ciudad de Olavarría, (a partir del 16 de ese mes, alrededor de veinte jóvenes en una única redada), se habilitó al predio militar como centro de interrogación, detención permanente y tortura.

Según el texto del Ministerio Público Fiscal, luego de los operativos de secuestro “los detenidos eran conducidos esposados y encapuchados al Monte Peloni, donde eran recibidos con palizas de bienvenida por la custodia de suboficiales voluntarios del regimiento local”.

A fines de 1977, en plena actividad del Monte como campo de concentración, los testimonios de quienes permanecieron allí prisioneros y salieron con vida, creen diferenciar dos etapas distintas, basadas en el “tratamiento” recibido.

“La primera, en la que los detenidos eran obligados a permanecer desnudos, con sus ojos vendados, las manos esposadas a la espalda y arrumbados sobre el piso. Sometidos a un casi completo ayuno de sólidos y líquidos durante semanas enteras, los detenidos eran sistemáticamente apaleados por los guardias. Luego de ese periodo de ablandamiento mediante el cual se buscaba quebrar toda resistencia física y psíquica de los prisioneros, recién comenzaban los interrogatorios sistemáticos, realizados por torturadores de inteligencia”, detallaron desde la Fiscalía, a cargo de Romero.

Para los detenidos no había diferencia entre el día y la noche. Permanentemente encapuchados perdían la noción del tiempo. “Los interrogatorios se realizaban en horas impredecibles en otra habitación contigua, ya que el resto de los detenidos podían escuchar los gritos y sollozos de los sometidos a los tormentos de la picana alimentada por un ruidoso grupo generador con motor a explosión”, detallaron.

Terminada esa primera etapa, sobrevenía la siguiente de un relativo “mejor” trato, posiblemente obedeciendo a la finalización de la clasificación de los detenidos en “grupos de interés” para la inteligencia militar; darles un destino “final” o el traslado hacia otros centros clandestinos de detención.
Fuente:Fisvales.Gob.ar

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