28 de septiembre de 2014

OPINIÓN.

 en busca de la identidad
Una herencia de dolor

25.09.2014

Un viejo reclamo. Las Abuelas de Plaza de Mayo en una de las primeras marchas pidiendo por los niños apropiados.


La dictadura cívico-militar que asoló el país entre 1976 y 1983 dejó su rastro de muerte, desaparecidos, sanguinarios represores que intentaron arrancarle el olvido y el perdón a la fuerza a la joven democracia. La voluntad política con las herramientas que da la Justicia se ha ido encargando de reparar los daños ocasionados por esa etapa de terror. La lucha de Madres y Abuelas, con los pañuelos blancos como símbolo, han marcado un camino que la democracia no debe abandonar.

Pero la herencia que han dejado los dictadores es muy pesada. De las heridas que nos han marcado, la de los chicos apropiados es una de las más dolorosas. La lucha inclaudicable de las Abuelas, las convicciones políticas de un gobierno y la necesidad de conocer la verdad de cientos de jóvenes han hechos que más de un centenar hayan recuperado su historia. Sepan la verdad.

Pero ahí están otros. Son testigos a la vez que víctimas del horror que vivió este país durante la dictadura. Dudan de su origen, de su familia, dudan de toda su vida pero no encuentran ningún análisis de ADN ni juicio oral y público que les devuelva lo que les robaron: su identidad. La heroica lucha de Abuelas de Plaza de Mayo, que pacientemente buscó a los nietos durante tantos años, es el faro que ilumina las esperanzas de muchos otros miles que buscan su identidad. Algunos testimoniaron para Veintitrés cómo llegaron a dudar de quienes los adoptaron y cómo fue recibir el resultado que no esperaban: negativo. Cómo es vivir con eso y saber que es probable que nunca conozcan su verdadera identidad. Cómo viven, cómo buscan, cómo se angustian y cómo resisten el boicot de aquellos que los criaron y les retacean la verdad. Un costado más, tan doloroso como otros, de lo que nos dejó la oscura etapa de la dictadura militar. Una herida que sólo pueden sanar la memoria, la verdad y la justicia. 
Fuente:Vientitres

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