Michelle Bachelet entre nosotros
Niko Schvarz
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l viernes 12 tuvimos el enorme placer
de escuchar una conferencia magistral de la presidenta de Chile, Michelle
Bachelet, en el Paraninfo de la Universidad de la República, que versó sobre un
tema de candente actualidad en su país y en el que está empeñado su obra de
gobierno: la reforma educacional y el desarrollo. Como se sabe, en torno a ese
tema se han estado movilizando los estudiantes chilenos en manifestaciones
caudalosas desde hace mucho tiempo, en particular a lo largo del anterior
gobierno derechista de Sebastián Piñera,
reclamando de una educación pública universal, gratuita y de calidad. Es
por otra parte un tema vivamente presente en los países de América Latina en su
conjunto; por eso las realizaciones del
gobierno chileno, al influjo y en consonancia con las movilizaciones
estudiantiles, desbordan ampliamente el marco de su país y son seguidas con
máximo interés a lo extenso del continente.
Michelle Bachelet llegó al Paraninfo,
con sensible retraso, luego de mantener un fructífero encuentro con el
presidente José Mujica, en que adoptaron una serie de acuerdos. Expuso los
principales objetivos de su gobierno y los logros que ya viene obteniendo, en
contraste con el período de gobierno anterior. Anunció que dos días antes se
había alcanzado, tras sostenidos esfuerzos, la aprobación parlamentaria, en
ambas ramas del Congreso, de la reforma
impositiva, basada en el principio de que pague más el que más tiene (¿les
suena?), lo que va a posibilitar la concreción plena de la reforma de la
educación. Todo ello para felicidad del ministro de Hacienda, que estaba
presente en la sala, integrando la comitiva de la presidenta, lo que fue
recibido con un gran aplauso. La presidenta delineó las características de
estas movilizaciones, por ahí apareció la imagen de Camila Vallejo, dio plena
seguridad de que ahora sí se va a concretar la reforma educativa. En ese
entorno se recordó que bajo el gobierno de Piñera se aplicaba un sistema de vouchers, que se entregaban a los
estudiantes que culminaban el ciclo secundario mediante el cual optaban por
realizar sus estudios superiores en universidades privadas o estatales, lo que
derivaba en los hechos en jugosas subvenciones que pagaba el Estado a las
universidades privadas, guiadas por el afán de lucro, y esto en proporciones muy elevadas.
La mandataria chilena cautivó al
auditorio por su estilo directo y modesto, libre de circunloquios, yendo
directamente al corazón de los temas. Defendió el contenido democrático de su
programa de gobierno, basado en la más amplia participación popular. Caló hondo
su definición de la participación popular plena como garantía de la democracia.
Enfatizó el contenido de la lucha por concretar los cambios, siempre engarzadas
en la participación de la gente, en la movilización popular. Nos dio la
seguridad de que ahora sí Chile va a ingresar a una etapa de cambios
progresistas, en primer lugar en la educación.
Destacó que Chile y Uruguay son
países hermanos porque están unidos por un mismo destino, y que la reducción de
la pobreza y de la desigualdad en Uruguay constituye un ejemplo. Lamentó que en
esta época en que la ciencia parece no tener techo, sigan persistiendo aspectos
lamentables como los conflictos bélicos, el deterioro del medio ambiente, las
enfermedades tipo ébola. En este contexto, “Latinoamérica debe alzar su voz”,
añadió, señalando que ambas naciones
están en la senda correcta, al asumir el desafío de llevar adelante proyectos
en común, en el entendido de que no hay desarrollo sin equidad y democracia.
Tuvo el buen gusto de citar a ese
respecto los versos de Alfredo Zitarrosa en su canción “Crece desde el pie”, en
particular las estrofas que dicen: “No hay revoluciones tempranas/crecen desde
el pie” y “después de la noche la aurora/crece desde el pie”, para culminar con
“Crece desde el pie el futuro/crece desde el pie/ánima del rumbo seguro/crece
desde el pie”. Por ahí asomó el rostro de la nueva América Latina, como lo
vimos en el reciente Encuentro del Foro de Sâo Paulo efectuado en Bolivia, y
que se afirmará en las elecciones del mes entrante, primero en Brasil con Dilma
Rousseff, luego en la propia patria de Evo Morales y por último en Uruguay con
Tabaré Vázquez y Raúl Sendic.
En la mencionada conferencia de
prensa efectuada el mismo viernes 12 junto a José Mujica, la presidenta
Bachelet señaló que su país necesita más verdad y justicia, y por eso su
gobierno derogará la ley de amnistía sancionada durante la dictadura de
Pinochet (1973-1990) para las violaciones de los derechos humanos ocurridas
principalmente entre 1973 y 1978. “Hemos creído que a 41 años del golpe de
Estado que conmemoramos ayer 11 de setiembre, Chile tiene que seguir avanzando
en más verdad, más justicia y en reparación”, señaló la presidenta. “Mucha
gente en nuestro país está muriendo, y está muriendo sin la verdad. Y queremos
la unidad del país, pero hermanándonos con la verdad. Y es por eso que hemos
tomado esas medidas”, agregó, especificando que otras iniciativas en el mismo
sentido se darán a conocer en próximos días, siguiendo la línea trazada en su
programa de gobierno en materia de DDHH. Ambos presidentes firmaron, entre
otros, un acuerdo para que los dos países intercambien información sobre
violaciones de los DDH perpetradas durante las respectivas dictaduras.
El día jueves 11 de setiembre en Santiago
de Chile, en el marco del 41º aniversario del golpe de Estado de Pinochet, el
ministro de Justicia José Antonio Gómez anunció que la presidenta solicitará al
Congreso que debata con suma urgencia un proyecto retenido en el Parlamento
desde 2006, que busca anular o derogar la ley de amnistía. Ésta es un legado de
la dictadura de Pinochet, que permite a los violadores de DDHH no ir a la
cárcel. La norma cubre el período que va de setiembre de 1973 a abril de 1978,
período en el cual se cometieron los peores crímenes y violaciones de los DDHH.
Se requiere mayoría simple para aprobar la norma, y el gobierno cuenta con
mayor número de legisladores en ambas Cámaras. La presidenta Bachelet formuló
además, el mismo jueves 11, un enérgico llamado para que civiles y militares
entreguen la información que obre en su poder sobre los desaparecidos durante
la dictadura.
Todos estos hechos también fueron
evocados en el entorno del acto en el Paraninfo de la Universidad, donde estuvo
presente la imagen y el recuerdo del presidente mártir Salvador Allende.
Ambos presidentes también conversaron
sobre la posibilidad de recibir presos que Estados Unidos retiene en el
territorio cubano de la base naval de Guantánamo sin haber pasado por ningún
proceso judicial. Mujica expresó que Uruguay se ofreció para recibir a estos
presos porque “dar refugio y hospitalidad es una cuestión de principios a favor
de la humanidad”. Dijo también que los refugiados son “un precio de las
barbaries que se pueden cometer a veces en situaciones de guerra”. Bachelet
apoyó estos dichos e informó que su gobierno está evaluando la posibilidad de
recibir presos de Guantánamo.
La presidenta chilena también se
interesó por la ley que hizo de Uruguay el primer país con un mercado regulado
de marihuana desde la producción hasta la comercialización, lo que se encuentra
todavía en vías de aplicación. Dijo que su país tiene la obligación de revisar
la legislación vigente, ya que las leyes chilenas actuales no han sido eficaces
para combatir el narcotráfico y reducir el consumo de drogas por parte de la
población.
Los dos gobiernos firmaron un
memorándum de intercambio de documentación sobre violaciones graves a los
derechos humanos, un acuerdo de intercambio de información tributaria y una declaración conjunta en materia de
cooperación para el desarrollo, suscrita esta última por los cancilleres Luis
Almagro y Heraldo Muñoz. El primero de los memorándums suscritos se articula
con los trabajos que Uruguay y Chile desarrollan en el marco del grupo técnico
para la obtención de datos y relevamiento de archivos de las coordinaciones
represivas del Cono Sur. Cabe recordar además que ambos países habían suscrito
un acuerdo de asociación estratégica en el año 2008.
Por último, y no por eso menos
importante, antes de abandonar el país Michelle Bachelet se entrevistó con el
candidato presidencial Tabaré Vázquez. En el pasado, ambos coincidieron en
buena parte de sus respectivos primeros gobiernos, y es muy probable que esta circunstancia
se repita en sus respectivos segundos mandatos.
Publicado en BITÁCORA digital, Nº 582, 15 de setiembre 2014
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