21 de diciembre de 2014

BUENOS AIRES - DIFUSIÓN.

Ciudadano, ilustre y villero

En estos días ingresó a la Legislatura porteña un proyecto de Ley para declarar ciudadano ilustre a Teofilo Tapia. El proyecto lleva el número 3169-2014 y es de autoría de la Legisladora Lorena Pokoik. También cuenta con la firma de los Legisladores Paula Penacca, Gabriel Fucks y Gabriela Alegre.
Si hay un vecino de esta ciudad que merece esa categoría es el caminante Don Tapia. El campesino que avistó las grandes luces y no se obnubiló. El luchador incansable. El que resistió a la dictadura. El fundador del comedor Padre Mugica. El villero orgulloso y patriota. El espejo donde se reflejan las villas argentinas, cuando buscan su mejor perfil, el de la dignidad.
Entre los fundamentos, se destacan algunos de sus hitos vitales y, con mucha generosidad, el libro “Patria Villera” de Demian Konfino que retrata su vida y la historia de Villa 31.
Militaremos por la sanción de esta ley que no alcanzará para obtener el objetivo de la vida de “Johnny” Tapia, la urbanización de la villa, pero que repara el alma de los que no bajaron los brazos y reconoce a los que se la juegan por el otro.
A continuación, los fundamentos del proyecto:
Señora Presidenta:
El presente proyecto de declaración tiene por objeto el de homenajear a un militante político, social y barrial, a un vecino de esta Ciudad, que desde hace más de 50 años vive y milita en la Villa 31.
Teófilo Tapia llegó al barrio de Retiro allá por el año 1963. Inmediatamente, comenzó a vincularse con los vecinos, a charlar con ellos, a escucharlos, a comprenderlos, y a padecer en carne propia los mismos problemas que ellos sufrían solamente por vivir donde vivían. Desde ese mismo momento, comenzó a militar para remediar esas injusticias. Durante años, trabajó codo a codo con uno de los sacerdotes más comprometidos en la lucha por los derechos villeros que haya tenido la República Argentina: el Padre Carlos Mugica.
La llegada de la última dictadura cívico-militar implicó un nuevo desafío en la vida de Teófilo y abrió una nueva etapa en la lucha de los vecinos del barrio en pos de la solución de sus problemas. Los años del plomo y la represión ilegal impusieron un nuevo paradigma en cuanto al trato que el Estado les dispensaba a los barrios humildes de la Capital Federal. En palabras del entonces Intendente de facto, Osvaldo Cacciatore, quien quisiera vivir en la Ciudad debía “merecerla”. En función de esta concepción concentró todos sus esfuerzos en lograr la erradicación de las villas miseria y lograr la expulsión los vecinos que allí vivían. La tristemente célebre política de las topadoras encontró a Teófilo resistiendo y articulando con los vecinos de la Villa 31 para defender su hogar. Luego de avances y retrocesos, logró frenar la erradicación que se pretendía imponer, junto con 32 familias.
Teófilo es elegido delegado barrial una y otra vez desde hace muchos años por los vecinos de la Villa. Incluso cuando su familia se mudó al barrio Illia y él presentó la renuncia a su mandato, la misma le fue denegada por los vecinos del barrio.
Con el correr de los años y por toda su entrega y sacrificio, Teófilo se fue transformando en uno de los referentes indiscutidos y más importantes del barrio. “Yoni”, como lo llaman, es un caminador incansable de los pasillos de la Villa. Dicen que lo van a recordar así, caminando, sacándole el lustre al asfalto.
Tan referente, tan significativo y tan comprometido con su lugar en el mundo, fue uno de los protagonistas más relevantes del libro “Patria Villera”. Teófilo Tapia, es sin ninguna duda el principal referente e impulsor de la urbanización de la 31. Él hizo Patria en la Villa, y a la Villa como su Patria.

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