1 de marzo de 2015

LA DEFENSA DE REPRESORES DE LA BASE GRAL.BELGRANO AMEDRENTÓ A UNO DE LOS TESTIGOS.


JUICIO POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD
La defensa de represores de la base General Belgrano amedrentó a uno de los testigos del juicio
Luego de escucharse el testimonio del ex marino Roberto Del Valle en el juicio contra 25 represores imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos en jurisdicción de la Base Naval Puerto Belgrano de la Armada Argentina, el defensor oficial Gustavo Rodríguez se despachó con un pedido de relevamiento del juramento de decir verdad y de apertura de una causa que investigue si fue partícipe en alguno de los delitos denunciados y cuestionó la presencia de “ciertas sospechas” mencionadas en el otorgamiento de prueba.

Vuelos de la muerte. Foto desclasificada por la CIDH/InfoGEI.

Vuelos de la muerte. Foto desclasificada por la CIDH/InfoGEI.
2015-02-28
La Plata, 28 Feb (InfoGEI).- “Hijos de puta, están matando gente”, fue la expresión del ex marino Roberto Del Valle cuando en 1976 vio en un avión en la Base Aeronaval de Ezeiza “la cantidad de sangre que salía por la puerta y terminaba en el patín de cola”, además de “sogas, soguitas, ropa y el ojal con botón” que había adentro de la cabina del aparato. El hombre, quien luego se desempeñó en la Base Espora, describió además un vuelo de traslado de detenidos a Trelew.

El relato se escuchó ayer en el juicio contra 25 represores imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos en jurisdicción de la Base Naval Puerto Belgrano de la Armada Argentina, según publicó el portal juiciobahiablanca.wordpress.com que se ocupa de la cobertura periodística de los juicios orales por delitos de lesa humanidad.

El primer testigo fue el ex suboficial principal de la Armada (R) Roberto Venancio del Valle, quien durante la dictadura se desempeñó como radio operador en la Base Aeronaval Ezeiza, en la Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque de Espora -en el mantenimiento electrónico de aviones- y finalmente en la Base Aeronaval Ushuaia.
Del Valle expuso, tal como lo había hecho en el juicio ESMA, que mientras trabajaba en Ezeiza encontró claros indicios de que la Armada estaba usando los aviones para deshacerse de detenidxs. “Un día que llegué temprano, no tenía vuelo, fui a mi lugar de trabajo, la plataforma de aviones, preparé mate y me fui a recorrer los aviones que estaban ahí. Había cuatro. Verifiqué que esté todo bien y cuando voy al último me llamó la atención la cantidad de sangre que salía por la puerta y terminaba en el patín de cola, estaba lleno de sangre. Digo ‘estos habrán estado correteando'”.

La revelación
“Abro la puerta y vi sogas, soguitas, ropa, estaba el ojal con botón, dije ‘hijos de puta, están matando gente, asesinos’. Comenté que había un avión con sangre, decía ‘esta gente está matando gente’. Se corrió la bolilla, a la semana me llamó el comandante (capitán Norberto Horacio Dazzi), me informó que estábamos en guerra, que teníamos que bajar al nivel de ellos para combatirlos y el que tenga algún problema se las va a ver conmigo”, afirmó.
Del Valle sostuvo que la Armada había decidido que si un avión desaparecía o le pasaba algo “no existía más y a la familia (de los tripulantes) se le iba a notificar que era desaparecido en combate”. Por eso, cuando se terminaron las planillas de vuelo resolvió comenzar su propia libreta.

“Un día me dicen ‘che Colo hay un vuelo a Trelew’. Salimos como tres y pico de la tarde de Ezeiza, acá se llegó a las cinco y media, para el lado de Harding Green, cuando me quiero acordar había un camión para el traslado de detenidos y había un mayor. Subieron gente encapuchada, más o menos veinte iban seguro, el avión tenía capacidad para 23. Todos varones y dos chicas todas cubiertas. Despegamos y aterrizamos en Trelew, ya estaba oscuro. Estaba el avión rodeado de gente de marina, con esos camiones celulares para llevar gente, nosotros nada que ver, me fui detrás de la cola del avión con el mecánico que iba conmigo, le temblaban las patas pobrecito, por la manera que trataban a la gente, los llevaban atados con las manos atrás, los llevaban a patadas a los vehículos, uno no podía hacer nada. Despegamos de vuelta a Espora y de Espora a casa. La libreta de vuelo la tiene el fiscal Córdoba. Eso fue en el ’76, no me acuerdo bien la fecha, era un avión DC3″, declaró.

Permiso macabro
Preguntado por detalles de aquel vuelo, comentó que el piloto era el teniente de corbeta Garavaglia, que uno de los detenidos preguntó si se podía descubrir la cabeza y alguien dijo: ‘Sí, total…’ y que escuchó comentarios “que hablaban de uno que era rector de la universidad”.

La defensa oficial indagó si podía haberse negado a volar y Del Valle contó que “uno se negó a volar hoy, al otro día no estaba más en la base. ‘Uy, lo hicieron sonar’, dijimos todos. Hace pocos años un amigo se retiró y se fue de vacaciones a Corrientes y lo encontró, no lo habían matado pero eso nos hicieron creer”.

“¿Supo si en la actualidad la Armada dio protección a personas involucradas en hechos de la dictadura?”, preguntó el fiscal José Nebbia. El ex marino aseguró que “por comentarios que me hizo mi hijo había gente grande en la Base Naval de Punta Indio, mi hijo estuvo entre 2004 y 2005. En 2006 estuvo en Espora y en 2007 me lo asesinaron acá”.

“Vi a uno que lo denuncié pero ese señor me lo cubrió la Policía Federal. Se llamaba Vildoza, fue en 2007 cuando mataron a mi hijo. Por eso fue que hice la denuncia porque ya estaba empachado de estas cosas. Sabía mucho, yo hablo de lo que vi personalmente pero a boca de ganso si me pongo a contar, chau. Yo lo vi en Bahía Blanca, acá en Vicente López, me sorprendí y se lo conté a (el fiscal) Abel Córdoba”, recordó.

El capitán de navío Jorge Vildoza fue su jefe en Ezeiza en 1973 y en dictadura dirigió un grupo de tareas de la ESMA. Entre otros centenares de crímenes de lesa humanidad al marino se le imputa la apropiación del hijo de Cecilia Viñas y de Hugo Penino, secuestrados en 1977. Javier recuperó su identidad en 1998. La esposa del represor, Ana María Grimaldos, comenzó a ser juzgada este martes. Si bien su familia lo dio por muerto, Vildoza se encuentra prófugo de la justicia desde 1986.

En cuanto a la muerte del hijo del testigo, oficialmente la fuerza habla de un suicidio pero Del Valle denuncia que fue un homicidio en la cuadrilla antisubmarina de Espora, “está involucrado el Estado también, había tráfico de drogas y armas”.

Defensa al ataque
Luego de escuchar el grueso del relato de Roberto Del Valle, al momento de optar por hacerle o no alguna pregunta, el defensor oficial Gustavo Rodríguez se despachó con un pedido de relevamiento del juramento de decir verdad y de apertura de una causa que investigue si fue partícipe en alguno de los delitos denunciados y cuestionó la presencia de “ciertas sospechas” mencionadas en el otorgamiento de prueba.

“Claramente hay una intención de amedrentar al testigo, lo mismo que aduciendo su carácter de defensor denunciarlo por ser colega de sus defendidos”, retrucó el fiscal Nebbia, subrayó el carácter “extemporáneo” de la “amenaza” y lo mandó a leer la causa. El tribunal pidió precisiones en los argumentos del defensor, Rodríguez no tenía “los papeles” por lo que el juez Martín Bava le reprochó estar “hablando en el aire”. Finalmente el tribunal rechazó el planteo.
Fuente:InfoGei

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