7 de marzo de 2015

LAS MUJERES y SU PAPEL EN LA DEMOCRACIA y EN LA HISTORIA.

Sábado, 07 de marzo de 2015 
Las mujeres y su papel en la democracia
La exposición repasa en imágenes y relatos, hitos y aportes destacables de mujeres que, a lo largo de la historia, realizaron grandes aportes a la construcción de la democracia.

Luchadoras. Madres de Plaza 25 de Mayo y su búsqueda interminable.En el marco de las conmemoraciones por el Día de la Mujer, en la sede da la Fundación Estudios Litoral Argentino (Sarmiento 702) se podrá visitar desde este lunes y hasta el viernes 13 la muestra Sin mujeres no es Democracia. La exposición repasa en imágenes y relatos, hitos y aportes destacables de mujeres que, a lo largo de la historia, realizaron grandes aportes a la construcción de la democracia.
   
El eje temático propuesto visibiliza a las mujeres en el desarrollo sociocultural de Rosario.
El objetivo no es añadir nombres a la cronología conocida, sino poner la mirada en los actos de esas mujeres que enfrentaron los prejuicios sociales y las desigualdades de género para sentar las bases para una mejor democracia.
   
El Día Internacional de la Mujer es la conmemoración de la lucha de la mujer por la igualdad ante el hombre.

Una lucha que durante décadas llevaron a cabo valiosas mujeres para lograr, entre otras cosas, el derecho al voto, la igualdad ante el trabajo y el derecho a la participación en la vida política, social y económica.
Los antecedentes de estas luchas fueron incansables, desde la revolución francesa hasta la actualidad, mujeres con valor y sacrificio han sido por décadas quienes sentaron las bases de los derechos de la mujer.
   
Las mujeres han demostrado que además de ser madres, hijas, esposas, hermanas, también pudieron afrontar diferentes situaciones que marcaron hitos como científicas, pensadoras, creadoras, revolucionarias, activistas, militantes sociales, deportistas, trabajadoras y profesionales.
   
Los derechos de la mujer y su igualdad sobrevuelan la persistencia de determinadas pautas culturales. La forma en que han sido socializados hombres y mujeres debe modificarse, promoviendo una crítica al sistema patriarcal y a las instituciones encargadas de su socialización.
Fuente:LaCapital




Viernes, 6 de marzo de 2015
8 DE MARZO
Una historia propia


Si la efemérides del llamado Día de la Mujer alude a una fecha en la que se cruzan las luchas políticas con las feministas, pocas oportunidades mejores para recorrer sobre qué huellas caminan los feminismos argentinos que hoy reinventan la vida cotidiana en relaciones fecundas con el movimiento de las diversidades sexuales, corporales y de género. Esta es una historia posible de esos pasos previos, situada en Buenos Aires y desde la izquierda, para capitalizar una memoria común con tensiones que todavía existen, desde las manos dibujando en un gesto la vulva para reconocerse hasta prescindir de la genitalidad para encarnar el feminismo.
Por María Moreno
Si lo personal es político, el estilo como singularidad o resistencia puede alejar de una historia común. Si bien la idea de que el argentino sería diferente es un mito megalómano –ah, ese estúpido chiste que dice que un argentino es el yo que todos tenemos adentro–, podríamos provisoriamente convenir en la historia de la posición de las mujeres en la Argentina con unos rasgos específicos, suerte de singularidad política o marca de fábrica que, según quién los interprete, puede tildarse de original o conflictiva: 1) la existencia de un movimiento con una rama femenina; 2) la proliferación y constancia de la psicología como carrera de mujeres, y 3) la existencia de las Madres de Plaza de Mayo.

1) En nuestra historia, a veces los feminismos actuaron en oposición a otros grupos de mujeres, como si respondieran literalmente al axioma Sandra-Celeste “mujer contra mujer”.
En un viejo afiche feminista unas gordas, una de las cuales lleva un parasol japonés y anteojos arlequín, se despiden desde un descapotable con las puertas abiertas de otras gordas que no se ven pero que deben estar detrás de la cámara. La separación no parece trágica, según la imagen se produce en un cruce de caminos. El texto del afiche, cuyo contexto se ha perdido, es emblemático: “¡Separatismo: qué pasión!

¿Cuáles fueron entre nosotras esos momentos de corte en que mujeres que se acercaron para reconocerse en experiencias comunes se separaron en nombre de otras filiaciones antagónicas? El fundamental seguramente ha sido el 3 de septiembre de 1945, cuando la Asamblea Nacional de Mujeres, presidida por Victoria Ocampo, resolvió rechazar el voto porque fue otorgado, según apresuradas palabras gorilas, por “el decreto de un gobierno de facto”. Después de que Perón ganó las elecciones, Eva pasó a presidir la Comisión Pro Sufragio Femenino. Entonces miles de mujeres seguramente, con el práctico turbante o el pañuelo anudado a la campesina y los zapatos de plataforma abrigados con democráticos zoquetes, salieron a la esfera pública. Que Evita acusara de “burguesas” a las sufragistas mientras les daba el sufragio a las mujeres plantea un tema recurrente: el de la autoadscripción. ¿Es feminista quien declara serlo o aquel/lla cuyas prácticas abren a la invención de un sujeto diverso y sexuado, individual o colectivo que determinada interpretación puede reconocer como feminista? En septiembre de 1947 se sancionó la Ley 13.010, que daba a las mujeres derechos políticos equiparables a los varones. A la urna Evita la abrió a las mujeres con una explicación estratégica: “Por Perón y para Perón”. Era su manera de enunciarlo y de conseguirlo: cierto feminismo decidió no reconocerlo.

Puede decirse que en 1943 las feministas de la Unión Democrática “devolvieron el voto”.
Según la historiadora Marysa Navarro (entrevistada en 2002), “las feministas argentinas al rechazar el voto femenino eligen la libertad entre comillas, se declaran democráticas, entran en el juego del Partido Socialista y del Frente Democrático y abandonan la lucha por el voto. Se organizan y dicen absolutamente no porque el voto no puede venir de un gobierno dictatorial. Entonces ellas pierden como en la guerra. Y cuando Evita tiene que organizar el partido lo hace con una base completamente diferente, la misma que tiene Perón, y eso tiene consecuencias gordas. Es sintomático que en las elecciones, Argentina tiene la mayor cantidad de mujeres en el Parlamento. No tendrán ninguna iniciativa pero se sienta el principio de que las mujeres tienen que estar en el Congreso, elegir y además ser elegidas. En esas elecciones fueron candidatas Alicia Moreau de Justo y Alcira de la Peña y eso es un cambio radical en la historia de América latina”.

2) Otro rasgo de estilo “argentino” en los feminismos locales fue que la peste de la psicología fue una peste femenina. Lo psi ofreció desde muy temprano una profesión accesible, un saber sobre la diferencia sin análisis de poder ni cuestionamiento del contrato simbólico entre los sexos. La APA, fundada en 1942, admitió mujeres desde el primer momento, practicando una cierta división de trabajo semejante a la doméstica: los doctores trataban a los adultos; las esposas, a los niños. Sin embargo hay en los trabajos de Arminda Aberastury y de Marie Langer, sobre todo con el pionero Maternidad y sexo de esta última, un espacio para la crítica de un feminismo en donde no está ajena la marca de Simone de Beauvoir, quien, feminista tardía, trazó eruditamente en El segundo sexo una monumental “historia del otro”.

Con la fundación de la Asociación de Psicólogos, la licenciada en cierto modo ocupó el lugar de la maestra sarmientina en número y presencia social. A menudo protegidas por el voto de abstinencia en sesión –que los doctores no siempre respetan–, las psicólogas podían atender en casa. Con el paso de las décadas se sumaron a dispositivos de control familiar y escolar, garantizaron la extensión, la publicidad y en gran medida el control institucional y el número en los momentos clásicos de escisión por las luchas de transmisión y herencia y los enfrentamientos teórico-políticos. La verticalidad en obediencia debida de las instituciones psi no fue desobedecida por mujeres que podrían haber organizado investigaciones sobre las obras de Luce Irigaray, Julia Kristeva, Hélène Cixous, teóricas del feminismo de la diferencia, que interpelaron al psicoanálisis en su lectura de la feminidad, “con Freud o contra Freud”, según la expresión de Sarah Kofman. El Foro de Psicoanálisis y Género, los trabajos de la licenciada Ana María Fernández, de Irene Meler y de la doctora Martha Rosemberg, las prácticas pioneras de María Luisa Lerer, Graciela Sikos y Mabel Burin, desde una heterogeneidad de posiciones teóricas y tareas militantes, no han consentido en ese silencio sobre los términos mismos con que la teoría psicoanalítica y psicológica define la feminidad.

Sin embargo, cabe sospechar que aún hoy cientos de licenciadas –no todas– practican en el secreto de su consultorio o sin que se les escape la palabra “feminismo” una escucha propicia para el deseo de las mujeres, en donde se revelan contra sus maestros o boicotean los dogmas que fingen sostener en sus papers.
Hipótesis para académicas un poco pop: ¿Es ese lugar dominante –al menos como cantidad– de las mujeres en el Imperio de la Psicología responsable de la veta asistencial de nuestro feminismo, de su cierto ostracismo político?

3) Una paradoja para feministas: la potencia de las Madres de Plaza de Mayo, cuya figura no cesa de ser pensada más allá de la política. En su pleno valor simbólico y en la mejor tradición de la militancia antifascista, feminista y Glttb, y aunque alguna vez recibieran una carta de una feminista radical enrostrándoles su “no feminismo”, las Madres jaquearon su rol tradicional y, bajo la injuria de “Locas”, se enorgullecieron de ella mientras que, despojadas de lo más sagrado para izquierda y derecha (los hijos y las hijas), organizaron la resistencia a la dictadura cuando más allá del género la mayoría callaba.

Esta nota intentará, a grandes rasgos, dar cuenta del feminismo en la Argentina, cometiendo la injusticia de centrarse en la experiencia porteña de la “segunda ola”, utilizando operativamente el término “género” y sin detenerse, a su tiempo, en marcar las diferencias entre “psicoanálisis” y “psicología” y poniéndose decididamente a la izquierda.

El recuadro pretende ser más que un recuadro y sí una respuesta a la frase de la investigadora Alejandra Vasallo (“Las mujeres dicen basta: movilización, política y orígenes del feminismo argentino en los ’70”): “En un país en donde toda una generación de madres aún busca a sus hijos y nietos desaparecidos, nos proponemos comenzar la travesía en sentido contrario. Queremos saber quiénes somos y qué luchas nos dieron a luz.

Queremos saber dónde están nuestras ‘madres’ y qué es lo que hicieron para que nosotras construyamos sobre ello”.

Mucho más que dos (libros)
Si muchas feministas de los setenta devinieron feminólogas, si a la moderada lucha de calles vino el aula universitaria con un plus en el género, si la izquierda a veces se comporta como si no tuviera sexo, hay dos trabajos académicos que pueden llenar los baches críticos de las feministas jóvenes y ordenar las prácticas recordadas por quienes tienen palabras para hacer su autobiografía de género: “Las ‘mujeres políticas’ y las feministas en los tempranos setenta: ¿Un diálogo (im)posible?”, de Karin Grammático, y el ya citado “Las mujeres dicen basta: movilización, política y orígenes del feminismo argentino en los ’70”, de Alejandra Vasallo. La inclusión en esa historia de momentos mayores, fiestas de unas pocas, coming-out, puede ser caprichosa, pero habla del principio feminista de no jerarquización ni separación entre cuerpo y alma, gravedad y chacota, Eros y Polis.

Según la investigación de Alejandra Vasallo, la condesa italiana Gabriella Christeller, fundadora del Centro de Investigación y Conexiones sobre la Comunicación Hombre-Mujer, relación para la que se acuñó en un principio el término “parejología”, aplicada archivista de las novedades teóricas del feminismo internacional y en relación con sus diversos colectivos, y la cineasta María Luisa Bemberg, que había despuntado como feminista a través del guión de Crónica de una señora, ambas lectoras de El segundo sexo en su lengua original, se asociaron en 1970 para fundar UFA (Unión Feminista Argentina). Luego se sumarían, entre otras, Nelly Bugallo, Leonor Calvera y María Elena Walsh.

A UFA se acercaron grupos de mujeres políticas, como las pertenecientes al grupo Muchacha, del PST (Partido Socialista de los Trabajadores), que lograron incorporar algunas reivindicaciones feministas en el interior del partido, y Nueva Mujer, liderado por Mirta Henault, en su origen perteneciente al grupo Palabra Obrera.

El trabajo de Alejandra Vasallo es valioso porque cuestiona la separación radical entre mujeres dispuestas a revisar su condición en las praxis de los partidos revolucionarios y otras, a lo sumo liberales, que interpretaban a las mujeres políticas como no químicamente puras en las luchas de género, contaminantes cuando no coptadoras desde el patriarcado rojo. Si bien las escisiones fueron calculables, la militarización de las luchas y la presencia de la dictadura fueron las que cortaron devenires tal vez menos irreversibles y más complejos. Vasallo descubre en la biblioteca de UFA los libros capitales del feminismo radical nacido en los partidos de izquierda de Europa y EE.UU. como Escupamos sobre Hegel, de Carla Lonzi, Feminismo y revolución, de Sheila Rowobtham, o La infamia originaria, de Lea Melandri. Si la historiografía oculta la llegada de la izquierda a UFA para retratarla como burguesa, los títulos de esa biblioteca y las prácticas de formación mutua a partir de lecturas colectivas y talleres, de haber podido continuar en el tiempo, quizás hubieran generado en las mujeres no integrantes de partidos políticos una “marxistización” a través del feminismo y en las militantes aguzar sus críticas a lo que Lea Melandri llamó “ascetismo rojo”. No hay las unas sin las otras y es preciso mostrar los tiempos de cruce y entre nos inventivo.

En 1972 se fundó el Movimiento de Liberación Femenina (MLF), liderado por María Elena Oddone –compañera de andanzas de Néstor Perlongher–, quien sin experiencia política específica se animaba a panfletear su revista Persona en plena dictadura y aun con las amenazas de la fascista Cabildo. En el mismo año, Perlongher, que había llegado a encabezar la fracción de Política Obrera en la Facultad de Derecho, pretendió que el partido reconociera su condición de homosexual. No lo logró (dicen que entonces se fue a parar en Corrientes y Callao vestido de blanco y con capelina). El representó el ala ultra del Frente de Liberación Homosexual de la Argentina y formó parte de Política Sexual (un batiburrillo de disidentes eróticos, pedagogos y feministas de la izquierda exquisita). Cuenta la militante feminista Sara Torres que el PST intentó hacer una utilización electoralista de la cuestión homosexual: “En 1974 hicimos una campaña organizada por las feministas, el PST y el FLH por la derogación del decreto que prohibía la información y difusión de métodos anticonceptivos, a partir de lo cual se habían cerrado todos los centros asistenciales gratuitos de los hospitales. Perlongher y yo fuimos a hablar con Nahuel Moreno y el tema fue tomado por el PST, si bien de manera muy marginal”. Moreno destinó una habitación de un local en el Once para que se reuniera el Frente. En la puerta había un cartel que decía “Prohibida la entrada”.

De las orgas
En 1973 (versión Grammático), el PRT-ERP decidió lanzar un Frente de Mujeres y publicar un folleto con el título –cero glamour– “El ERP a las mujeres argentinas”. De acuerdo con el investigador Pablo Pozzi, esas iniciativas se debían a que la “rama femenina” del partido había alcanzado la friolera del 40 por ciento de la totalidad de la organización. Esos planes quedaron sepultados por banderas más urgentes o por el machismo rojo. Entonces, un grupo de mujeres militantes exigió que el Frente dejara de ser el anuncio bienintencionado y demagógico del Buró político y en un documento elaborado en el mes de julio bramó “que se dejaba de lado toda referencia a la familia, los hijos y la maternidad, para considerar a la mujer argentina como una parte fundamental de la revolución, en un pie de igualdad con el hombre”.

La investigadora Karin Grammático se pregunta si el Frente no sería una respuesta a Montoneros, que fundó en el mismo año la Agrupación Evita, que realizó entre las mujeres de barrio tareas acordes con sus tradicionales roles de madres, esposas y vecinas –las celebraciones del Día de la Madre y Día del Niño, lejos de ser sometidas a una discusión crítica, fueron importantes–, intervino en las cooperadoras escolares, colaboró para mejoras sanitarias y edilicias y, más allá de sus aparentes límites ideológicos, facilitó en el nombre de la voz de Evita la emergencia de cuadros políticos femeninos e ingreso de mujeres a la militancia.

El 22 de agosto de 1972, la masacre de Trelew interrumpió un plenario en UFA. Para las que tenían pertenencia política de izquierda, que el tema se haya considerado fuera del debate era inadmisible. Para otras, se trataba del desvío de las políticas de partido. El hijo de Gabriela Christeller sería uno de los sobrevivientes. En esa madre que creía haber perdido a su hijo, en la tensión con su filiación feminista había una figura simbólica de lo que vendría y pondría entre paréntesis la ganga del género, mientras que las Madres empezaban a rodear la Plaza.

En 1974, mujeres del FIP que habían empezado a reunirse en cuanto mujeres (una expresión de la época que ahorraba muchas explicaciones aunque provocara intensos y a menudo inútiles debates filosóficos), luego de intentar interpelar las posiciones del partido se escinden y fundan el Mofep, luego el Centro de Estudios Sociales de la Mujer Argentina (Cesma).

Grammático registra el testimonio de María Amalia Reynoso: “...El partido, sin malas intenciones, pero con una actitud netamente paternalista, impulsó a varias compañeras feministas a ocupar puestos directivos. Una de ellas incluso llegó a la máxima jerarquía: la Mesa Nacional. De esta manera, el grupo perdía compañeras pero el partido no ganaba feministas. ¿Por qué? Porque para poder avanzar en el feminismo nosotras necesitamos nutrirnos y fortalecernos ideológicamente en el propio núcleo. La compañera que pasaba a integrar los núcleos directivos quedaba aislada de su fuente. Rápidamente se desestabilizaba y pronto recuperaba los mecanismos tradicionales, especialmente los manejos `burocráticos’. Por esta razón el partido tampoco ganaba una feminista”.

Rojo labial
Se ignora en qué medida partidos de izquierda tan sordos, cuando no con un rictus de “ascetismo rojo” –como el de Lenin ante los reclamos de Clara Zetkin–, fueron interpelados por una cuestión femenina que jamás se plantearon sino como algo a resolverse cuando los empujara el efecto dominó de un socialismo triunfante, pero ahí también la sangre impidió que se renovara la pregunta por el signo de la vagina hecha seña con la mano. Las mujeres de las agrupaciones políticas de izquierda, sin embargo, muchas de las cuales se habían animado a la segunda clandestinidad en UFA, las que ablandaron sus voces en las reuniones de concienciación y encontraron palabras para decirlo, son testigos de esos momentos en que deseaban ir más allá de los polos clase o imperialismo versus antiimperialismo, por sus propias vidas, por las otras mujeres y por la revolución.

La derecha, en cambio, aún abocada a enemigos internos de mayor visibilidad y afantasmados como antipatria –sobre todo durante la dictadura 1976-1983–, no dejó de ver en el feminismo un enemigo de bajo presupuesto pero enemigo al fin. En la revista Cabildo figuró en el árbol de la subversión un local de UFA y esa supuesta e inocua tertulia burguesa de mujeres viajadas con veleidades divorcistas fue allanada.

Si la dictadura cortó esos núcleos proteicos entre feministas y gays, entre políticas y feministas, interrumpiendo nuevos avatares entre alianzas y conflictos en la búsqueda de un movimiento más amplio y capaz de ir armando un campo de conocimientos y prácticas a ser transmitidas a nuevas generaciones, la democracia volvió a ponerlos en fricción fecunda. Si bien la clandestinidad no favorece la heterogeneidad de los discursos, la polarización de la lucha –en muchos casos, militarización– no da lugar a la reinscripción de zonas consideradas accesorias, como la diferencia de los sexos, la equidad en el acceso a los lugares de conducción, la revolución de los placeres –la diversidad–, la ética reproductiva, la relación entre estética y política. Hubo, de todos modos, algunas experiencias como el frente del PRT o la Agrupación Evita.

Para algunas militantes fue el exilio el que liberó el acceso a la experiencia feminista; a menudo disueltos sus partidos o exterminados, en los intersticios de las luchas internacionales por los derechos humanos alcanzaron a sentirse interpeladas por esas que hacían con la mano en alto la señal de la vagina y denunciaban a la izquierda machista, como Lea Melandri, o se divorciaban de Lacan en nombre de ese sexo que no es uno, como Luce Irigaray.

Los compases de la democracia y su performance legal han teñido las páginas de este suplemento y hacer hoy un resumen por la efemérides sería cosa de “vaguinas”, hallazgo misógino atribuido al crítico Pablo Shanton.

Contra la tiniebla del aborto libre y gratuito a conseguir plenamente, el femicidio y la esclavitud de las mujeres que constituyen la paradoja indeseable en plena potencia femenina presidencial –“¡somos todas yeguas!”, estalla Facebook haciendo el aguante en clave humor después de tanto “yo soy” espasmódico de escritorio gorila– los feminismos hoy se mezclan con o les entran a los grupos Glltbi y hacen de la vida cotidiana en la ciudad una constante invención política y sin que se tengan que usar certificados de vagina en el origen –¿acaso Lohana Berkins no es una de nuestras líderes más proteicas?–, hasta que el nombre les queda corto, no por ninguneados sino por su creciente soberanía.
Fuente:Pagina12






Viernes, 6 de marzo de 2015
8 DE MARZO
Fechas marcadas
Una cronología tan exhaustiva como incompleta de los principales hitos de los feminismos argentinos, el movimiento de mujeres y el activismo lésbico
Por María Moreno
  • 1979 El 25 de noviembre la revista Así publicó una solicitada firmada, entre otras mujeres, por Pinky, Silvina Ocampo, Leonor Calvera, Sara Facio, María Elena Walsh y Nélida Lobato para protestar porque en Mendoza se intentó sancionar a una empleada del Poder Judicial por haber tenido un hijo soltera, ya que “habría incurrido en faltas a la moral y a la religión”.
  • 1982 Creación de Lugar de Mujer, un colectivo heterogéneo en el que convergían diversas organizaciones que acompañó las primeras leyes a favor de las mujeres como las de Patria Potestad compartida y Divorcio vincular y que aún existe como espacio político.
  • 1982 Fundación de ATEM (Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer) 25 de Noviembre, en homenaje al Día Internacional contra la Violencia Social, Sexual y Política establecido por el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Este grupo fue el primero en relacionar desde el vamos violencia política con violencia sexual e interesarse por las organizaciones de Madres, Abuelas de Plaza de Mayo y Familiares de detenidos-desaparecidos. Bajo el slogan de que la violencia contra las mujeres es una cuestión de derechos humanos, investigaron la situación de las mujeres militantes en cautiverio y bajo tortura, así como la visibilización de las mujeres desaparecidas en cuanto a género. Publican la revista Brujas.
  • 1984 El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se crea la Multisectorial de la Mujer en un acto del que participaron 3000 mujeres. Los puntos de su propuesta se centraron en cuestiones de desigualdad y no abordaron el tema del aborto.
  • 1986 Como una versión tal vez irónica de “rama femenina” de la revista político-cultural Unidos, un grupo de ex militantes del peronismo revolucionario como Liliana Chiernajowsky, Susana Gamba, Cristina García, Tati Ginés, Ana Lía Glas, Carmen Sara González, Olga Martín de Hammar, Lidia Henales, Lía Levit, Lila Pastoriza y Marta Vasallo comenzaron a editar la revista Unidas, un espacio teórico valioso para el debate sobre género y militancia nacional y popular.
  • 1986 Participantes de la Conferencia Internacional de la Mujer en Nairobi convocada por Naciones Unidas y las asistentes al 3º Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (Bertioga-San Pablo-Brasil, agosto de 1985) organizaron el 1º Encuentro Nacional de Mujeres con amplia presencia de feministas organizadas e independientes. Con el tiempo, junto con el número, aumentó la diversidad de grupos y participantes, incluida la derecha católica, aunque únicamente para boicotear el reclamo por el aborto legal.
  • 1987 Aparecieron los Cuadernos de Existencia Lesbiana dirigidos Ilse Fuskova.
  • 1987 Se instalaron en el país representantes de Catholics for free choice, que realizan una valiosa investigación sobre la historia del aborto en la Iglesia Católica y respeta la libre elección.
  • 1987 Fundación de la Subsecretaría de la Mujer, dependiente del Ministerio de Salud y Acción Social.
  • 1988 Dirigida por Lea Fletcher, comenzó a publicarse la revista bimestral Feminaria, que difundía teoría feminista internacional, literatura y debates en Latinoamérica.
  • 1988 Durante el Día Internacional de la Mujer, Ilse Fuskova, directora de Cuadernos de existencia lesbiana, salió a la plaza con carteles que difundían su publicación.
  • 1988 Durante una jornada de ATEM se fundó la Comisión por el Derecho al Aborto.
  • 1989 ATEM 25 de Noviembre, Casa de la Mujer, Casa María Martínez, Cuadernos de existencia lesbiana, Taller Permanente de la Mujer y Mujer-Iglesia en Argentina crearon la Comisión Feminista por los 20 años de la Segunda Ola Feminista y organizaron la Asamblea de Mujeres Feministas, que tuvo lugar el 6, 7 y 8 de abril de 1990 en Mar del Plata.
  • 1991 Ilse Fuskova, con un chal color fucsia –el color del feminismo–, abrió el closet sobre la mesa de Mirtha Legrand y se declaró lesbiana.
  • 1994 Fundación de La casa de las Lunas, primer lugar de encuentro, debate y pronunciamientos del lesbofeminismo.
  • 1995 Fundación de Lesbianas a la Vista, agrupación que por primera vez puso en agenda la necesidad de hacer visible la identidad lésbica.
  • 1995 Editada por el Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (actualmente dirigido por Nora Domínguez), se publicó la revista Mora, que se definía en su primer editorial “Un lugar de cruce, de circulación de iniciativas e ideas en el campo de las ‘humanidades’. Un territorio que nos permite abordar críticamente el lugar de las mujeres en el proceso histórico social, recorrer las representaciones simbólicas y las construcciones de género en los distintos discursos sociales y en los lenguajes artísticos, repensar los aparatos filosóficos, la constitución de los imaginarios, su poder y su vigencia, revisar la problemática relación entre la educación y las mujeres”.
    Otro espacio fecundo es el de la cátedra de la antropóloga Mónica Tarducci, docente e investigadora de la UBA y directora de la Maestría en Estudios de Familia de la Universidad de San Martín, una suerte de maestra 24 horas en política de género, que ha argumentado su práctica en el artículo “La profesora feminista como agente de transformación”.
  • 2000 Creación de la Red Informativa de Mujeres Argentinas (RIMA), un proyecto de comunicación fundado por las rosarinas Irene Ocampo y Gabriela de Cicco. Se trata de una lista de correo electrónico dedicado a compartir información y debates entre feministas de todo el país y América latina.
  • 2001 Se crea en el XV Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario, la comisión Estrategias para el aborto legal, seguro y gratuito que impuso el color verde para hacer visible ese reclamo y desde donde saldría después la Campaña Nacional por el aborto legal, seguro y gratuito.
  • 2005 Creación de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, que incluía 29 organizaciones muy heterogéneas de todo el país. Se realizaron acciones nacionales como una marcha multitudinaria de la que participaron 15.000 mujeres, acciones parlamentarias como el apoyo de 23 firmantes de todos los bloques legislativos, efectos en fallos en el Poder Judicial, como cuando se imputó y procesó a los médicos que se negaron a realizarle una intervención terapéutica a una mujer que sufría cáncer porque ponía en peligro su embarazo, y en Río Negro se autorizó el aborto a una menor de 13 años que había sido violada.
  • 2008 1º Encuentro Nacional de Mujeres Lesbianas y Bisexuales.
  • 2011 Creación del blog Potencia Tortillera, primer archivo documental digitalizado de activismos lésbicos.
  • 2012 La Corte Suprema de Justicia de la Nación pronuncia un fallo a favor del “aborto no punible”.
(Esta cronología se hizo en base a datos de “Política y lenguaje feministas”, de Magui Bellotti, y “Acciones emprendidas para la despenalización del aborto en Argentina”, de Cecilia Lipszyc, artículos publicados respectivamente en el Nº27 y 35 de la revista Brujas y del Nº 5 de la revista Travesías, temas del debate feminista contemporáneo editada por Silvia Chejeter (Feminismo por feministas. Fragmentos para una historia de 25 años de feminismo en la Argentina, 1996) y fuentes propias. Se agradece la asesoría y testimonio de Magui Bellotti y Marta Fontenla.
Fuente:Pagina12






Cultura presente en el mes de la Mujer y la Memoria
6 mar - El ciclo “Marzo, mujer y memoria” se llevará a cabo del 6 al 21/3, con actividades libres y gratuitas con entrada libre y gratuita. Desde el 6 y hasta el 21 de marzo se realiza la 4.° edición de “Marzo, mujer y memoria”, una propuesta artística y cultural en conmemoración del Día Internacional de la Mujer ―8 de marzo― y el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia ―24 de marzo―.




Organizado por el Auditorio Kraft CCNV y la organización Mujeres de Arte Tomar, con el apoyo del Ministerio de Cultura dela Nación, el proyecto conmemora dos fechas emblemáticas que condensan luchas por la ampliación de los derechos. En este sentido, el ciclo, apadrinado por la titular de Cultura, Teresa Parodi, propone una serie de acciones de formación, sensibilización, reflexión, representación y visibilización pública sobre estos temas, con el objetivo de poner en diálogo espacios y contenidos artísticos con el activismo ciudadano, para la transformación personal y colectiva.

Durante la primera jornada, el viernes 6 de marzo alrededor de las 19, tendrá lugar en el ingreso del Auditorio Kraft, sobre la calle Florida, la “Marcha de las escobas”, una de las acciones activistas más importantes del encuentro, que reúne a más de 200 participantes. Inspirada en la histórica huelga de inquilinos de 1907, en la que cientos de mujeres se lanzaron a las calles alzando sus escobas contra la suba de los alquileres en las casas de inquilinato -popularmente conocidas como “conventillos”- de Buenos Aires y otras ciudades argentinas, la marcha asume el momento presente y se desarrolla bajo el lema “barrer las injusticias”. La movilización artística y performance contará con la dirección de Clodet García y la participación de la cuerda de tambores TumMBanda y del grupo de clowns de Leticia Torres. Luego, se realizará la apertura oficial, con un cierre musical a cargo de Viviana Scaliza.

Entre las actividades destacadas, el sábado 7 de marzo a las 20 en el Hall del Auditorio Kraft tendrá lugar la inauguración de la muestra itinerante “Ellos quieren contarnos”, realizada por Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y presentada por el Ministerio de Cultura dela Nación. Laexposición exhibe pancartas con cartas, poemas, fotos, boletines de calificaciones, diplomas y otros elementos, como un pañuelo que sirvió para proteger a una embarazada durantela Masacrede Ezeiza, a través de los que se recuperan las historias de vida de algunos de los 30.000 detenidos-desaparecidos por la última Dictadura cívico-militar de nuestro país. Además, se realizará una charla en primera persona con representantes de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

El jueves 12 de marzo a las 17:30 enla Casa Centraldela Cultura Popular, enla Villa21-24 del barrio de Barracas, se abrirá al público la muestra “Madre. 1983-2013. 30 años de democracia”, del fotógrafo Marcos Adandía. La exposición, que podrá visitarse hasta el 5 de abril, está compuesta por 40 retratos de distintas integrantes de Madres de Plaza de Mayo y 20 fotografías en blanco y negro. Las imágenes fueron tomadas durante los últimos 15 años. En el recorrido, puede trazarse un itinerario esencial de los últimos 30 años de la sociedad argentina en la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia, y valorar en la emblemática figura de las Madres y el aporte de los organismos de Derechos Humanos a la consolidación democrática.

También en la Casa Central de la Cultura Popular, el viernes 13 de marzo a las 17 se inaugurará “Luz en la piel”, la muestra del taller de fotografía del colectivo YoNoFui, realizado con mujeres en situación de cárcel enla Unidad Penitenciaria31 de Ezeiza, y se proyectará el documental Lunas cautivas. Historias de mujeres presas, de Marcia Paradiso, que retrata la realidad de más de 200 mujeres que viven en una unidad penitenciaria, a través de la historia de tres personajes principales, que participan de talleres de fotografía y de poesía. El documental investiga la capacidad liberadora de la palabra poética, la potencia del arte desde un espacio de encierro.

Más tarde, a las 19, tendrá lugar en el espacio Café Encuentro del Auditorio Kraft la presentación de la revista “Yo Soy”, a cargo de Cecilia Martínez Ruppel y María Medrano. Luego, se realizará una lectura de poesías surgidas de talleres realizados en la cárcel de mujeres de Ezeiza.

El viernes 20 de marzo a las 17, por su parte, se presentará en la Casa Central de la Cultura Popular el ensayo fotográfico “Puja, venir al mundo” y la proyección del documental homónimo, de Valeria Alvarez, Ana Luz Sanz y Max Boniface, acerca de la violencia obstétrica y los derechos de las mujeres a un parto respetado.

El cierre del ciclo será el sábado 21 de marzo a las 20:30 en el Auditorio Kraft y estará a cargo de la cantante Alika, con su proyecto de reggae roots y hip hop Nueva Alianza.

PROGRAMACIÓN DESTACADA
Viernes 6 de marzo
Florida al 600, hacia Plaza San Martín, CABA (actividad al aire libre).
18:30 hs. Acción poética
19 hs. Marcha de las escobas.
20:30 hs. Apertura oficial Marzo, Mujer y Memoria.
Cierre musical a cargo de Viviana Scaliza.

Sábado 7 de marzo
Hall Auditorio Kraft (Florida 681)
20 hs. Inauguración exposiciones “Ellos quieren contarnos” y charla.

Jueves 12 de marzo
Casa Central dela Cultura Popular(Av. Iriarte 3500, CABA)
17:30 hs. Inauguración de la muestra fotográfica “Madre. 1983-2013. 30 años de democracia”, de Marcos Adandía.

Viernes 13 de marzo
Casa Central dela Cultura Popular(Av. Iriarte 3500, CABA)
17 hs. 1.° piso. Inauguración de la muestra de fotografías “Luz en la piel”.

20:30 hs. Microcine. Proyección del documental Lunas cautivas. Historias de mujeres presas, de Marcia Paradiso.

Auditorio Kraft (Florida 681)
19 hs. Espacio Café Encuentro. Presentación de la revista “Yo soy”, a cargo de Cecilia Martínez Ruppel y María Medrano. Lectura de poesías surgidas de talleres realizados en la cárcel de mujeres de Ezeiza, coordinado por el colectivo YoNoFui.

Viernes 20 de marzo
Casa Central dela Cultura Popular(Av. Iriarte 3500, CABA)
17 hs. 1.° piso. Inauguración de la muestra de fotografías “Puja, venir al mundo”, de Valeria Alvarez, Ana Luz Sanz y Max Boniface.
Auditorio. Proyección del documental Puja. Venir al mundo.

Sábado 21 de marzo
Auditorio Kraft (Florida 681, CABA)
20:30 hs. Cierre oficial del ciclo. Recital de Alika y la nueva alianza.

Más información y programación completa: http://www.marzomujerymemoria.com
Fuente:PoliticayMedios









Las mujeres han batallado en la primera fila de las luchas revolucionarias de América Latina. Prueba de ello, son los movimientos sociales de madres que surgieron durante épocas de guerra y dictadura, cuya acción sentó las bases para los gobiernos progresistas de la actualidad y la llegada de la mujer a la presidencia. 

No ha habido revoluciones en la historia de América Latina sin la presencia e influencia de mujeres luchadoras y progresistas que se rebelaron contra autoridades y gobiernos dictatoriales.

Desde la época de la colonización, las mujeres han sido protagonistas de movimientos de luchas, en este caso para liberarse del yugo español. Ana María Campos en Venezuela luchó contra el último gobernador realista; Juana Azurduy en Bolivia combatió junto a las guerrillas; y Policarpa Salavarrieta en Colombia fue espía y enlace de los revolucionarios. 

Todas sufrieron el flagelo de la guerra y murieron a causa de sus ideales progresistas.

Sin duda, se puede decir que la participación de la mujer en los procesos de independencia de América Latina data de hace muchos años y ésto dio paso a una nueva generación de mujeres incorporadas en movimientos sociales progresistas de la actualidad.

Cambios generados por movimientos sociales de mujeres
A lo largo de la historia latinoamericana, los movimientos sociales de mujeres organizadas en el mundo y en América Latina han logrado avances significativos en derechos políticos y civiles: lograron votar, tener propiedades, educación y empleo.

Fueron las mujeres las primeras en marchar para exigir servicios públicos, seguridad social, salud, vivienda, derecho a estudiar y trabajar. Organizadas en movimientos cuyos nombres quizás se han perdido en la historia, fueron las mujeres las primeras en alzar la voz para exigir un mundo más igualitario, no solo para ellas, sino para toda la colectividad.

Y es que muchos de los movimientos de mujeres que surgieron en décadas pasadas, además del sentimiento revolucionario que los movía, tenían integrado un factor especial: muchas de estas luchadoras eran madres, condición que por naturaleza las hacía defensoras de toda la sociedad.

Éstos movimientos de madres sirvieron de ejemplo para gobiernos progresistas que adoptaron como norma la inclusión de la mujer en la política.

Mujeres por la supervivencia
Los Clubes de Madres, como se les denominó en Perú, Bolivia y Brasil, los Centros de Madres en Chile, y las Madres Comunitarias en Colombia, son solo algunos ejemplos.

Se estructuraron en torno a la responsabilidad femenina de la economía familiar, especialmente la alimentación y el cuidado de los hijos. También tuvieron una gran participación en las luchas de los sectores más humildes por la vivienda, la salud y la alimentación.

Éstos movimientos estaban estrechamente relacionados con el Estado, pues lo sustituían en tareas y obligaciones que éste no cumplía con los sectores populares de la sociedad.

Mujeres contra las dictaduras
Pero también fueron las mujeres las protagonistas de movimientos sociales que se enfrentaron a los regímenes dictatoriales y las guerras que azotaban a América Latina en las tres últimas décadas del siglo XX. Muchos de éstos fueron fundamentales para fundar las bases de los gobiernos progresistas que luego reivindicaron el papel de la mujer en la liberación de la región.

El caso emblemático es el de Argentina, donde en 1977 un grupo de 14 mujeres tomaron la Plaza de Mayo en busca de sus hijos desaparecidos y desafiando el poder de la dictadura militar de Rafael Videla (1976-1981). La plaza se convirtió en su territorio, los jueves en sus días de lucha y los pañuelos blancos en sus cabezas serían la insignia que identificaría su causa.

Después de 38 años, las Madres de Plaza de Mayo, aún con sus hijos e hijas desaparecidos –y algunos encontrados-– siguen teniendo un papel importante en el sector de los movimientos sociales en Argentina.

Conocidas como pioneras de la democracia, las Madres han ampliado su lucha contra la impunidad para incluir llamados por la paz y los derechos humanos alrededor del mundo, confrontar el neoliberalismo y la reciente crisis económica que enfrentó el Gobierno de Cristina Fernández en Argentina debido a los fondos buitres.
En El Salvador surgió un caso similar. Durante las dictaduras en la década de los setentas del coronel Arturo Armando Molina y el general Carlos Humberto Romero, centenares de personas fueron desaparecidas o asesinadas, por lo que muchas madres también vivieron la pesadilla de tener algún hijo o un familiar desaparecido.

Por ello, en 1977 surgió el grupo COMADRES "Comité de Madres Arnulfo Romero", formado por obreras, vendedoras y amas de casa. Para estas madres, los mercados se convirtieron en los lugares de comunicación y enlace, pues en las cajas de huevos escondían volantes que repartían sorpresivamente. También cuidaban a los niños huérfanos, conseguían medicinas y hacían huelgas de hambre. 

Aunque el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) era quien estaba al frente de la guerra civil en los 80 y 90 contra el gobierno militar, fueron las COMADRES quienes en las próximas décadas se constituyeron como actoras en la acción de reclamar justicias frente a los horrores de la guerra civil. 

Además, este movimiento social de mujeres fue quien instó al diálogo a los miembros del gobierno y a las fuerzas del FMLN. Gracias a su ayuda, los Acuerdos de Paz fueron firmados el 16 de Enero de 1992. 

Actualmente, el presidente de esta nación es Salvador Sánchez Cerén, miembro de FMLN. No cabe duda que este triunfo de las fuerzas revolucionarias no habría sido posible sin este grupo de mujeres. 
Un tercer caso es de las Madres de Héroes y Mártires de Nicaragua, un grupo de mujeres cuyos hijos e hijas fueron asesinados durante las décadas de 1970 y 1980, cuando el país era gobernado por la familia Somoza. 

Estas madres se identificaban con la lucha antiimperialista que inició el General Augusto C. Sandino frente a la invasión de los Marines de los Estados Unidos. Se definían a sí mismas como parte de la revolución y actoras de la misma. 

Fueron madres que vistieron, hospedaron y alimentaron a los jóvenes soldados que lucharon contra la dictadura de los Somoza en los 70 y la guerra frente a la Contra (de Contrarrevolcuonarios) en los 80, una milicia financiada por el gobierno norteamericano para acabar con el sandinismo. También ocultaron información y pasaron armas de contrabando, acciones que les acarreó secuestros y torturas. 

Aunque poco se habla de ellas en la historia revolucionaria de Nicaragua, su papel fue fundamental para superar la amenaza imperialista del norte y lograr que los principios sandinistas de libertad e igualdad llegaran nuevamente al poder de la mano del actual presidente Daniel Ortega, militante del FSLN.
Fuente:TeleSur





Mujeres: ternura y fortaleza

Julio César Roca De Castro
Dijo Kofi Annan, exsecretario general de la ONU: “En las guerras, las mujeres aseguran que la vida cotidiana pueda seguir. Cuando las tensiones étnicas provocan un conflicto o lo exacerban, son las mujeres quienes construyen puentes y muros. Las mujeres piensan primero en sus hijos y en su futuro, antes que en sí mismas”. También en la literatura ellas son constructoras de paz: Lisístrata, mujer ateniense, detiene la guerra de su ciudad con Esparta, con su huelga de piernas cruzadas y de las piernas de otras mujeres. Pero también en ese campo de rosas y espinas, desde que el hombre empezó a dominar a la mujer, se ha expresado el desprecio masculino. Hasta la maternidad ha sido objeto de ello: Apolo, el segundo dios del Olimpo griego, que despechado porque Casandra no le correspondía a sus pretensiones amorosas y la condena a que nadie crea sus predicciones, manifestó que una madre no es más que el surco inerte donde el hombre echa su semilla.

Aunque san Clemente de Alejandría decía que cada mujer debería morirse de vergüenza por el solo hecho de ser mujer y Cicerón proclamaba que las mujeres debían estar sometidas a guardianes masculinos por la debilidad de su intelecto, esos mismos varones misóginos que crean a los dioses le dieron a Atenea el título de diosa de la sabiduría. Fue ella quien le sopló a Ulises la idea de construir el caballo de Troya.

Más aún, en la vida real, mujeres solteras que por tal estado desarrollan más su intelecto y las casadas o unidas que pueden hacerlo para aportar al mundo y no solo a su hogar, desvirtúan el mito discriminador del macho, expresado antaño en la teoría, hoy en la práctica. Y las que realizan trabajos manuales, no menos dignos, en la urbe y en el agro, contribuyen con sus manos a forjar una obra que algunos hombres creen que es de su principal autoría.

Veamos algunas páginas de gloria militante femenina. Túpac Amaru, líder indígena del Cuzco que acaudilló la mayor rebelión contra España en América, no fue descuartizado solo. Con él cayeron las jefas Micaela Bastidas y otras.

A los revolucionarios franceses, que rompieron el viejo régimen, se les olvidó mencionar la igualdad de sexos en su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Olympe de Gouges enmendó el yerro y escribió la de la Mujer y Ciudadana. Exclamó: “La mujer tiene derecho de subir al cadalso. Debe tener también el de subir a la tribuna”. Y llevaron al cadalso a quien luchó no únicamente por los derechos de las mujeres, sino por otras causas, como las de los esclavos negros.

En 1802, en Zalongo, 60 mujeres, para no ser esclavas de los turcos, que iban a invadir la villa griega, prefirieron lanzarse al acantilado cantando, una detrás de otra. Hoy, hombres y mujeres luchan por un mejor destino en la tierra de Sócrates, conducida por quienes de verdad aman a su pueblo.

En la segunda mitad de ese siglo, levantado nuevamente el pueblo parisino por la libertad en la Comuna, también las mujeres están en primera línea, como Louise Michel y más de mil de ellas son procesadas por tribunales militares.

En la revolución mexicana, muchas mujeres siguieron a los hombres a bregar por ella. Dice Galeano que llevaban el bebé prendido a la teta y a la espalda las ollas, y se ocuparon de que no faltasen municiones ni tortillas, empuñando el arma cuando los hombres caían.

Mientras estos y los caballos iban en los vagones, ellas viajaban en los techos. Ahora son las madres de los estudiantes de Guerrero desaparecidos por la criminal alianza de la Policía con el narcotráfico, las que luchan por ellos.

En 1955, una mujer negra en los Estados Unidos de América se negó a ceder su puesto a
un hombre blanco en un autobús. Fue apresada. Hizo lo que los hombres no se habían atrevido. Y empezaron los afrodescendientes un boicot exitoso contra la ley hecha por blancos para blancos, de que les convenía a los negros viajar parados viendo a los blancos sentados sin indignarse. Si viviera Rosa Parks protestaría por la discriminación que aún sufren sus hermanos de color.

Las madres de la Plaza de Mayo en Argentina también perdieron el miedo y reclamaron por sus hijos desaparecidos por la dictadura militar. A algunas de ellas se las arrojó al mar y fueron carne dulce para los tiburones.

Y las muchas mujeres que en Israel han declarado guerra a la guerra en Israel contra Palestina son blanco de los guerreristas.

¡Cuánto han conseguido las mujeres con el apoyo de hombres que no quieren cadenas para nadie! Hoy en Ecuador está tipificado como delito el femicidio para castigar más severamente a las bestias antediluvianas y se ha avanzado en materia de igualdad real de los sexos, pero aún hay camino que recorrer, como en el ámbito laboral y en la política. Y en las mentes: la preposición “de” que usan algunas mujeres casadas anteponiéndola al apellido de sus esposos, denotando propiedad, es un yugo que puede ser suprimido, en la facultad legal y en el ejercicio. Las redes sociales de acceso exclusivo de varones ultrajan a la mujer, ayer fue Viviana Bonilla, hoy Mary Zamora. Detengamos la iniquidad contra quienes llenan de ternura el planeta y nacieron del fuego que enciende.

Y en las mentes: la preposición “de” que usan algunas mujeres casadas anteponiéndola al apellido de sus esposos, denotando propiedad, es un yugo que puede ser suprimido, en la facultad legal y en el ejercicio.
Fuente:ElUniverso

No hay comentarios: