27/03/2015
LESA HUMANIDAD
Otro genocida muere impune
Abogada CeProDH
LESA HUMANIDAD
Otro genocida muere impune
Abogada CeProDH
Luz Santos Morón
El domingo 22 de marzo falleció en el Hospital Naval el Capitán Antonio Ángel Mocellini, procesado por delitos de lesa humanidad en la causa de Fuerzas de Tareas Nº 5 de la Armada, cuyo juicio oral se llevará a cabo este año ante el TOF Nº 1 de La Plata. El 24 de marzo, mientras marchábamos a 39 años del Golpe Genocida, paradójicamente se realizaba su sepelio.
Fotografía: colectivoepprosario
Mocellini era segundo comandante y ex jefe a cargo del armamento del BIN3, cumplió funciones como comandante del grupo de tareas de la FT5 durante la última dictadura cívico militar. Luego de una extensa etapa de instrucción penal, este año iba a ser juzgado, conjuntamente con otros jerarcas que permanecen con vida y que ocuparon los grados más elevados de responsabilidad de la Fuerza de Tareas Nº 5 de la Armada, por delitos de lesa humanidad cometidos contra trabajadores de YPF, Propulsora Siderúrgica y Astilleros Río Santiago.
Los delitos que se le imputaban eran Privación ilegitima de la libertad y aplicación de tormentos que sufrieron: Luis Ramón Etchepare, Carlos García, Carlos Daniel Nuñez, Norma Raquel Raggio Baliño de Balbuena, Diego Arturo Salas y Elisa Noemí Triana; y homicidios agravados por el concurso premeditado de dos o más personas, de los que fueron víctimas Miguel Orlando Galván Lahoz y Roberto Pampillo. Es decir, que con la muerte del genocida sin haber sido juzgado, las victimas volverán a serlo producto de la impunidad biológica la cual es consecuencia de la paralización de las causas y la falta de celeridad en el juzgamiento de los responsables del genocidio perpetrado en nuestro país durante la última dictadura.
Esta circunstancia viene siendo denunciada sistemáticamente por los organismos de derechos humanos, ya que no ha sido el único caso y expresa claramente la impunidad de hoy en el gobierno kirchnerista. Uno de los más emblemáticos es el caso de Cesar Milani, que se lo acusa de estar implicado en la desaparición de Ledo, y sin embargo está al mando del ejército.
Por eso es que continúa la exigencia de juicio y castigo a todos los genocidas. En La Izquierda Diario venimos denunciando, el retardo en la investigación judicial, la fragmentación de las causas y la no apertura de los archivos lo que ocasiona que los genocidas mueran impunes.
El Capitán Mocellini formó parte activa de uno de los grupos represivos más duros que operaron en el polo industrial de La Plata, Berisso y Ensenada, persiguiendo, desapareciendo, torturando y asesinando a los centenares de obreras y obreros combativos de la región. Es así, que lo que se conoce como Fuerza de Tareas Nº 5 formó parte del Plan de Capacidades, que en noviembre de 1975 determinó tareas a la Armada Argentina para la prosecución del plan sistemático de exterminio de la última dictadura cívico-militar. Fue conocido como el “Placintara” e indicaba como orden de acción a los marinos que debían “operar ofensivamente contra la subversión en el ámbito de la propia jurisdicción y fuera de ella, en apoyo de otras Fuerzas Armadas, detectando y aniquilando las organizaciones subversivas a fin de contribuir a preservar el orden y la seguridad de los bienes, de las personas y del Estado”.
Es inadmisible que genocidas como Mocellini mueran sin condena, que las víctimas y familiares no tengan justicia. Este genocida falleció en el Hospital de la Fuerza a la que pertenecía con todos los privilegios, cuando pesaba sobre él la prisión preventiva y debería haber sido atendido en el nosocomio al que derivan a todo preso con problemas de salud.
Pero, lo más cínico y perverso es que el martes 24 de marzo se realizó su sepelio en un cementerio privado del Gran Buenos Aires, un día emblema de lucha y de repudio contra el golpe genocida, del cual él fue coautor de los atroces delitos cometidos.
Fuente:LaIzquierdaDiario
¿Hasta cuándo?.Foto:Web
Mocellini era segundo comandante y ex jefe a cargo del armamento del BIN3, cumplió funciones como comandante del grupo de tareas de la FT5 durante la última dictadura cívico militar. Luego de una extensa etapa de instrucción penal, este año iba a ser juzgado, conjuntamente con otros jerarcas que permanecen con vida y que ocuparon los grados más elevados de responsabilidad de la Fuerza de Tareas Nº 5 de la Armada, por delitos de lesa humanidad cometidos contra trabajadores de YPF, Propulsora Siderúrgica y Astilleros Río Santiago.
Los delitos que se le imputaban eran Privación ilegitima de la libertad y aplicación de tormentos que sufrieron: Luis Ramón Etchepare, Carlos García, Carlos Daniel Nuñez, Norma Raquel Raggio Baliño de Balbuena, Diego Arturo Salas y Elisa Noemí Triana; y homicidios agravados por el concurso premeditado de dos o más personas, de los que fueron víctimas Miguel Orlando Galván Lahoz y Roberto Pampillo. Es decir, que con la muerte del genocida sin haber sido juzgado, las victimas volverán a serlo producto de la impunidad biológica la cual es consecuencia de la paralización de las causas y la falta de celeridad en el juzgamiento de los responsables del genocidio perpetrado en nuestro país durante la última dictadura.
Esta circunstancia viene siendo denunciada sistemáticamente por los organismos de derechos humanos, ya que no ha sido el único caso y expresa claramente la impunidad de hoy en el gobierno kirchnerista. Uno de los más emblemáticos es el caso de Cesar Milani, que se lo acusa de estar implicado en la desaparición de Ledo, y sin embargo está al mando del ejército.
Por eso es que continúa la exigencia de juicio y castigo a todos los genocidas. En La Izquierda Diario venimos denunciando, el retardo en la investigación judicial, la fragmentación de las causas y la no apertura de los archivos lo que ocasiona que los genocidas mueran impunes.
El Capitán Mocellini formó parte activa de uno de los grupos represivos más duros que operaron en el polo industrial de La Plata, Berisso y Ensenada, persiguiendo, desapareciendo, torturando y asesinando a los centenares de obreras y obreros combativos de la región. Es así, que lo que se conoce como Fuerza de Tareas Nº 5 formó parte del Plan de Capacidades, que en noviembre de 1975 determinó tareas a la Armada Argentina para la prosecución del plan sistemático de exterminio de la última dictadura cívico-militar. Fue conocido como el “Placintara” e indicaba como orden de acción a los marinos que debían “operar ofensivamente contra la subversión en el ámbito de la propia jurisdicción y fuera de ella, en apoyo de otras Fuerzas Armadas, detectando y aniquilando las organizaciones subversivas a fin de contribuir a preservar el orden y la seguridad de los bienes, de las personas y del Estado”.
Es inadmisible que genocidas como Mocellini mueran sin condena, que las víctimas y familiares no tengan justicia. Este genocida falleció en el Hospital de la Fuerza a la que pertenecía con todos los privilegios, cuando pesaba sobre él la prisión preventiva y debería haber sido atendido en el nosocomio al que derivan a todo preso con problemas de salud.
Pero, lo más cínico y perverso es que el martes 24 de marzo se realizó su sepelio en un cementerio privado del Gran Buenos Aires, un día emblema de lucha y de repudio contra el golpe genocida, del cual él fue coautor de los atroces delitos cometidos.
Fuente:LaIzquierdaDiario
No hay comentarios:
Publicar un comentario