Santo Guerrillerito
“El Caído del Cielo”
“El Caído del Cielo”
“Siempre
pensé que era una historia que nunca se iba a contar, que era una historia de
estas tantas historias no dichas que están ahí, que están entre un pueblito en
Santiago del estero que es Pozo Hondo
donde aparecieron los restos, otro pueblito que es Santa Lucia en
Tucumán al pie del monte tucumano, familias humildes que por ahí no tienen
aproximación al mundo de los derechos humanos, al mundo más público, a la
contención de la militancia en los
organismos, es esa gente que sufre las consecuencias del terrorismo de estado
solita, …”
PABLO
GALLO (ANTROPÓLOGO FORENSE)
TEXTO DEL DIRECTOR
El 24 de Mayo de
2013, en un café de la provincia de La Rioja, Argentina, los amigos Anibal y
Hugo, mejor conocido como “El Sapo Rioja”, compañeros que integran la
asociación de ex presos políticos, me comentaron sobre la existencia de un
santo guerrillerito. Desde entonces me quedé pensando en el tema, pasaron los
meses y yo seguía pensando y soñando con el santo. Me preguntaba, ¿cómo será
ese asunto, de que en Pozo Hondo, un pueblo de Santiago del Estereo, que limita
con la provincia de Tucumán, hicieron alma milagrosa a un ex guerrillero
tucumano, al que los pobladores del lugar vieron caer de un helicóptero militar
en el año 1975 Su
cuerpo fue enterrado como NN en el cementerio local, y muchos creyeron que “el
caído del cielo” era una alma milagrosa, a la que se le podía pedir favores, y
que al parecer los cumplía.
En Tucumán la represión estuvo
siempre presente, desde principios del siglo XX se instauró el terror patronal
para reprimir cualquier intento de organización obrera. Uno de los principales
métodos de represión fue la invención de El Familiar, una especie de figura
mítica, devorador de hombres, el cual fue muy difundido y popular en los
ingenios azucareros del noroeste argentino.
En Argentina se describen
diferentes versiones sobre este tipo de espíritus familiares, pero la más
difundida lo identifica con una especie de criatura demoníaca, con forma de
perro, que da poder y dinero al dueño del ingenio, a cambio, generalmente, de
vidas humanas; que suelen ser aquellos trabajadores que luchan por sus
reivindicaciones.
Su existencia es tomada como
real por la gran mayoría de la población de las plantaciones de azúcar en esa
región, situación que muchas veces es aprovechada por los dueños de los
ingenios argentinos para coaccionar a su peonada.
Se ha denunciado que a El Familiar se le atribuyen, incluso
las desapariciones de trabajadores en varios ingenios durante el Operativo
Independencia. Cuenta el antropólogo forense Pablo que, estaba haciendo una
prueba de ADN a una habitante de la zona cuyo hijo le habían desaparecido, y
que ella le dijo: “¿para qué hacen esta prueba? Yo sé bien que a mi hijo se lo
llevó El Familiar. Como dice uno de los
personajes del documental: “Tucumán tiene una matriz de miedo”.
Pese a todo,
durante los años 60’s en Tucumán, se desarrollaron intensas luchas para la
liberación de los sindicatos en manos de dirigentes vendidos a la patronal. En
el año de 1966 la dictadura encabezada por el General Ongania, cerró los
ingenios azucareros, provocando grandes movilizaciones obreras, asesinatos y
encarcelamientos de trabajadores y estudiantes, que desembocaron en el levantamiento popular llamado “El Tucumanazo”.
En el año 2008, el Canal 7 de
Santiago del Estereo, realiza una entrevista a los pobladores de Pozo Hondo,
referente al alma milagrosa. Esta nota llama la atención de la delegación de
los derechos humanos, que pide la intervención de los antropólogos forenses. A
finales del año 2010, se identifican los restos, los cuales resultaron ser de
Tomás Francisco Toconás, hachero cortador de cañas, peón rural, habitante de Las
Mesadas, padre de 6 hijos.
Entramos en contacto con Cacho Ledesma, a quién no
conocía personalmente, él me ayuda a dar mis primeros pasos para acercarme a
esta historia. Me llamaba mucho la atención que un hombre tan humilde, que
vivía con su esposa y seis hijos en un rancho a orillas del río Totorillas,
fuera tan duramente castigado por los militares quienes además se ensañaron con
su familia, amparados por el Operativo Independencia, cuyo decreto firma la
entonces presidente Isabel Perón, y que contó con el beneplácito de López Rega,
quien ya había creado la Triple A y cuyas cabezas más visibles en Tucumán
fueran los generales Adel Vilas, Domingo Bussi y Mario Benjamín Menéndez, quien
además contaba con el apoyo del entonces gobernador de Tucumán, de los
diputados y senadores y de un amplio sector de los sindicalistas oficialistas
de la época, de la iglesia Católica, y de muchos medios de comunicación, entre
los que destacan el Diario La Nación y su periodista Rosendo Fraga, quien
reivindicaba la labor de los criminales.
Muchas son las coincidencias,
o si uno fuera creyente diría milagros, que me hicieron comenzar este
documental.
En el año 2013, antes de irnos
a Tucumán con Guillermo y el resto del equipo, tuvimos la fortuna de conocer a
tres hijas de Toconás, que estaban viviendo en Guernica, en la provincia de
Buenos Aires. Las entrevistamos, y su participación fue clave pues ellas nos
dieron mucha información y el lado más humano de la historia. Esto fue la punta
del ovillo.
Ya en Tucumán, sucedieron
muchas cosas importantes para el proyecto. El encuentro personal con Cacho
Ledesma (ex integrante de la Compañía de Monte y que conoció a Toconás en
vida), fue muy importante para tener una mejor ubicación de lo que estábamos
emprendiendo. Cacho nos acompañó al cementerio de Acheral, luego nos presentó a
una compañera que tenía a su madre y a su
hermano mayor desaparecidos, ambos vinculados a Toconás y a su familia.
Empezamos con el equipo a
seguir los rastros de Toconas, nos desplazamos a los lugares donde ocurrieron
los hechos y empezamos una investigación que duró dos años donde fuimos
encontrando algunos amigos que llegaron a conocerlo, la gran mayoría de sus
amigos ya habían fallecido, recorrimos los montes tucumanos, los pueblos donde
estaban asentados los ingenios azucareros, corroboramos las creencias como las del
El Familiar, encontramos algunos pobladores que estuvieron dispuesto a hablar
como la maestra Lucia Aguilar, El picaflor campesino de 103 años que vive solo
en el monte, su hijo Pascual Cisneros cortador de caña que fue secuestrado y
torturado y que por suerte todavía la puede contar.
La mayoría se negaba a
recordar, todavía tenían el miedo en su cuerpo, algunos se atrevieron a hablar
pero sin cámara, nos vinculamos con el antropólogo forense Pablo Gallo quien
llevó adelante la investigación que descubrió quien era el NN., nos vinculamos
con el historiador y periodista tucumano Marcos Taire quien nos fue ubicando en
el contexto histórico.
El abogado Emilio Guagnini,
uno de los querellantes en los juicios a los militares, nos facilitó esos
materiales, la gente del canal 7 de Santiago del Estero y los medios
periodísticos de Tucumàn y Santiago del Estero nos abrieron las puertas para
buscar en sus archivos, los pobladores de Pozo Hondo que vieron cuando tiraron
el cuerpo y vivieron todo el proceso de convertirlo en Alma Milagros nos dieron
su testimonio.
Cuenta el antropólogo forense
Pablo Gallo, que cuando estaban desenterrando los restos, pobladores de la zona
comenzaron a acercarse, inquietos los cuestionaban, querían saber por qué se
querían llevar al santo. Fue una situación algo tensa, se les tuvo que explicar
detalladamente las razones. Además, el día de la exhumación se desató una
intensa lluvia, en un pueblo, Pozo Hondo, en el que rara vez llueve,
lógicamente, la gente empezó a decir que el cielo lloraba por la partida del
santo. La velación de sus restos fue en Santa Lucía, en donde estuvieron
presentes sus seis hijos e hijas, algunos pobladores y varios de sus compañeros
de lucha. Cacho Ledesma, ex combatiente de la Compañía de Monte (campamento guerrillero
creado por el E.R.P.), colaboró mucho en todo lo relacionado con este
descubrimiento, y fue él quien lo despidió, cuando finalmente lo enterraron
junto a su esposa Francisca Eusebia Paz “la Negrita”. Ambos yacen enterrados en
el cementerio de Acheral, en donde se puede leer el siguiente texto que reposa
sobre la lápida:
Desde
1975 te decían la “Almita Milagrosa”. Los vecinos de Pozo Hondo, del
departamento de Jiménez, en Santiago del Estereo, no sabían su nombre, pero se
rumoreaba que les concedía “favores” a quienes se lo pedían con una plegaria.
Se acordaban de que vieron que su cuerpo era lanzado desde un helicóptero aquél
año, pero la tumba en el Cementerio Municipal, por todo concepto enuncia
borrosamente “Cadáver Desconocido”. Ahora ya no lo es. A partir de ayer, Lunes
27 de Diciembre de 2010, se sabe que desde el 22 de Abril de 1934, cuando
nació; en Trancas, Tucumán, la familia y sus amigos le llamaban Tomás Francisco
Toconás, y su apodo en la clandestinidad era “Alberto”.
Me pregunto cómo es posible
que en Tucumán se pudiera llevar adelante tan siniestro operativo. Tucumán:
cuna de la Independencia, conocida en algún momento como “sepulcro de la tiranía”,[1] donde en
1812 el General Manuel Belgrano había librado la gran batalla que hizo posible
la Independencia. Ese operativo tenía como objetivo la creación de los centros clandestinos de
detención –hubo 33, sólo en esa provincia– y
la desaparición forzada de miles de personas. Utilizando la lucha contra la
subversión, movilizaron a miles de soldados para que combatieran en la zona
rural, junto a oficiales y suboficiales; levantaron el falso patriotismo de la
celeste y blanca, de viva la patria, “ningún pañuelo rojo remplazará a nuestra
bandera”, los subversivos obedecen a intereses extranjeros, etc., etc. Y después
aplicaron esta misma medicina en todo el territorio argentino y perpetuaron la
dictatura por muchos años más. El llamado operativo Independencia fue la prueba
piloto para tantear y producir el golpe de estado del 24 de Marzo de 1976, que
dejó más de 30.000 muertos y desaparecidos.
.
El objetivo de los militares
queda claro, era dar un escarmiento definitivo a los que creían que se podía
hacer una revolución por la vía armada y a aquellos militantes que por las
distintas vías combatían por un mundo mejor. La represión fue tan violenta, tan
sangrienta, que golpeó a mucha gente que no era militante. Violaciones,
torturas, asesinatos, sin ningún tipo de juicio, campos de concentración
clandestinos. El objetivo, queda claro, era sembrar terror. Miedo que todavía
hoy, perdura.
En definitiva el poder, a
través del ejército, no hizo una guerra a las guerrillas, sino que aprovecharon
las circunstancias para aplicar toda la crueldad posible para impedir los levantamientos populares de raíz.
Me conmueve la historia de
Toconás, porque en él está representado el hombre y la mujer común, capaces de
dar la vida para que otros vivan. Son aquellos seres de los que no tenemos
memoria. ¿Cuántos de ellos han ofrendado sus vidas para acabar con la injusticia?
¿De cuantas conquistas y derechos gozamos hoy en día, gracias a ellos? Estos NN
son los que hicieron patria. Sus nombres no quedaron para la historia, pero
igual debemos pensarlos cada paso que damos. Nosotros somos gracias a ellos.
Me llama la atención que
después de 38 años de ocurridos estos hechos, el miedo está aún instalado en gran parte de la
población del norte de Argentina. Costó mucho encontrar personas que estuvieran
dispuestas a hablar frente a una cámara. No obstante encontramos gente valiosa
y valiente.
En el transcurso de la
realización de este documental, se logró que el Concejo Deliberante de Pozo
Hondo pusiera el nombre de Tomás Francisco Toconás a una calle de un barrio
nuevo que se está por inaugurar, y en el lugar del cementerio que ocupó en
otros tiempos, se instaló una escultura en madera, hecha por habitantes del
lugar y una placa con un texto de Benedetti que dice:
"El
día o la noche en que el olvido estalle, salte en pedazos o crepite los
recuerdos atroces y los de maravilla quebrarán los barrotes de fuego,
arrastrarán por fin la verdad por el mundo y esa verdad será que no hay olvido.
El olvido está lleno de memoria".
Solo resta terminar de
organizar este rompecabezas para que esta historia, la historia de Tomás Francisco
Toconás, la historia de todos, sea bien contada en este documental.
La aproximación
cinematográfica del proyecto ha sido un ejercicio documental en toda la
extensión de la palabra. Contra la austeridad de una producción levantada con
recursos propios, se reunió a un pequeño equipo de técnicos que acudió a la
región del Tucumán, con el único objetivo de atestiguar la historia. Conforme
pasaban los días ibamos desenterrando nueva información en torno a lo que había
sido una mera intuición; creíamos que ahí había una historia, y la hubo. El
trabajo se limitó a permitir que los personajes que se iban cruzando en nuestro
camino nos la contaran.
No llevabamos grandes
cantidades de equipo cinematográfico, y no hubo nunca una intención preciosista
o contemplativa de los hechos. La escencia de esta película es la crudeza de
una historia inconclusa, de piezas inconexas, de preguntas más que de
respuestas, y en esa tónica fue que se levantó el registro de imagen y sonido.
El reto posterior fue hilar
las piezas, ensamblar los testimonios, contar a muchas voces una historia que
se escribió para ser enterrada y olvidada.
El esqueleto de la edición
está esbozado, hay trabajo que hacer todavía, para darle dinamismo a la
historia y permitir que el público nos acompañe con atención a lo largo de esta
historia, de la historia de Argentina. El material con el que se cuenta: los
testimonios, las entrevistas, las vistas de la región, el retrato de los
lugares donde sucedieron los hechos, el material de archivo, la música, todo
está dispuesto al servicio de la narrrativa histórica del documental. Sin
adornos, sin gráficos elaborados, sin sutilezas que maquillen una verdad
histórica que fue cruda, que fue dura, que fue y sigue siendo tormentosa para
muchos.
Esta es nuestra apuesta,
partir de la historia fatídica de Tomás Francisco Toconás para contar la
realidad de un país y de un continente.
Modesto
López López
Director
del documental
[1] Lo que había hecho
poner Bussi era “Tucumán, cuna de la independencia y sepulcro de la
subversión”.
Envío:AexPPCdba.
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