2 de septiembre de 2015

ROSARIO- DIFUSIÓN.

La Vigil y la apropiación de una entidad educativa 
La investigadora Natalia García presenta su libro sobre el accionar de civiles y militares para intervenir en 1976 a una organización popular 

La recuperación de una experiencia autogestionaria. 
Alfredo Montenegro 
"Investigar la intervención de la Asociación Mutual Biblioteca Vigil sirve para explicar cómo operó la dictadura cívico-militar en Argentina. En este caso podemos decir que hubo una apropiación ilegítima de una entidad de los vecinos", sostiene Natalia García autora de "El caso Vigil. Historia sociocultural política y educativa de la Biblioteca Vigil (1933-1981)". 

La docente e investigadora del Instituto de Investigaciones de la Facultad de Humanidades y Artes y de Derecho, de la UNR, explica que ya en sus inicios "en quienes inician la experiencia de la Vigil, tenían una intencionalidad política. No fue una distraída y solitaria acción, tenía que ver con la cultura letrada de los años 40 y se la vincula con el asocialismo barrial, el fomentismo". Ante esa expresión de la organización popular de una barriada, se desata su persecución e intervención. 

Hoy, tras años de lucha, la nueva comisión de la Vigil recuperó su personería jurídica y sigue la pelea para que les sean restituidos tras juicios los muchos bienes que fueron liquidados y saqueados por los interventores. En tanto, el jueves se levantará un Sitio de la Memoria en el edificio de la entidad. 

La investigación hace un seguimiento de documentos que habían permanecidos perdidos u ocultos, retomar otras indagaciones y rescata registros de actores de la historia. El riguroso trabajo fue apoyado por una beca del Conicet. 

Cruce de fuentes. Registros documentales y fuentes orales le dan profundidad al abordaje de una trama tan compleja, para lograr nuevos conocimientos sobre el caso y visiones inéditas de los hechos. Natalia también resalta el aporte de trabajos de Rubén Naranjo (1991) y Raúl Frutos (1997), ex miembros de la comisión directiva de la Vigil. Todo ello sirve para visibilizar la metodología, recursos, alcances y profundidad del terrorismo de Estado al interior de la educación en Santa Fe. 

"Me hubiera gustado conocer la experiencia pedagógica de la Vigil en la facultad, cuando me formé en el campo de la educación, pero era un tema que no figuraba en la currícula", dice Natalia García. "Por eso hoy, como docente de historia de la educación trabajo el tema, ya que permite entender nuestra historia. Pero los temas regionales y locales no son un principio organizador en las currículas, seguimos con la vieja mirada porteña", admite. 

La investigación. "El trabajo tenía un desafío  , poder hallar documentos originales de la institución, para no quedar en la novela, ver los grises, sacar las representaciones míticas que perduran, ver la humanidad en una organización que pretende una transformación social, no era una historia de buenos y malos".

"También intentaba hallar restos de pruebas sobre la institucionalidad, ya que siempre se decía ‘no quedó nada, quemaron todo', como si no hubieran quedado documentos originarios sobre los aspectos represivos que se vivieron". 

Desde 2004, al ponerme en contacto con esta historia, supe que debía contarla. Lo que propongo es una mayor indagación, salir de la idea de la construcción de una novela institucional, con miradas muy cristalizadas, de un antes y un después, y sin entender las rupturas y continuidades en el tiempo, de una historia tajeada por la dictadura", resalta. 

"Pero, a poco de andar, pude encontrar archivos, quizás por eso de estar en un momento y lugar indicado. También el momento político permite ahora investigar. Pero, como en el caso de la escuela secundaria, ex Instituto Secundario Vigil, hasta bien entrada la democracia se siguió sin renovar al personal que trabajaba en la dictadura. En ese momento sí era difícil indagar". 

"Tras denuncias de malversación de fondos, la directora es separada y queda en ese puesto una mujer que había sido maestra en la institución original. Me enteré de que se llamaba América Libertad Finamori. Ella me dejó entrar y ver los archivos, y así encontrar en el mismo sitio de la dirección un archivo destartalado con actas de la ex cooperadora firmadas por genocidas como Alcides Ibarra, Carlos Sfulcini y Raúl Pangia, toda la tríada despótica que toma posesión". 

Remarca que "estaba todo: legajos de alumnos, docentes y proyectos pedagógicos, entre otros documentos. Así es que encontré el legajo de una alumna que está desaparecida. Junto a ese material, estaba adjunta una nota de un juez que pedía a la ex directora una especie de la biografía de la chica. Y también un hábeas corpus del año 83. Estaba también la respuesta de la directora, en la que dice que no tienen datos de la alumna porque se trasladó a otra escuela. Pero debajo de esa nota estaba toda la documentación de la chica negada al juez que la buscaba en averiguación de su paradero, al inicio de la democracia". 

"También me documenté con la familia del gran pedagogo Mario López Dabat, que donó su enorme biblioteca a la Escuela de Ciencias de la Educación. Allí hallé materiales como una cajita que contenía el proyecto pedagógico de la Vigil, algo que era el tema menos abordado y analizado".

del carbonero a la rifa. "Estaban muy desdibujados los inicios de la Vigil, en 1959, al quedar la figura casi mítica del carbonero Alfredo Castro, el trabajador que pasaba deambulando por el empedrado barrial y un día se anima a pedir a los vecinos algún libro que no usaban para traerlos a la Asociación Vecinal Tablada Villa Manuelita para formar una biblioteca". 

"Pero la historia nos dice que Castro no deambulaba, era un comunista que militaba. Aquel relato del portugués analfabeto queda como una situación muy solitaria que no explica ese comienzo, ya que había otros protagonistas de esos días", 

"Sobre el nombre de la biblioteca, se paso de Constancio Carlos Vigil por un problema con la editorial Atlántida, a la Constancio C. Vigil, apellido ligado a la lectura infantil, pero con un apellido complicado, tanto que hubo problemas cuando se empezaron a editar libros". 

La Vigil es parte de una red de instituciones típica de los años 30 y 40, cuando se registra un desarrollo de los sectores populares, hasta que llegan la radio, el cine y esas movidas parecen entrar en un ocaso". 

"Pero cuando muchas asociaciones parecían caer, la Vigil hace un giro y despega. Sucede que con la implementación de una rifa con características inéditas, como el ser pagadera en cuotas, en el 58 comienza a crecer". 

Reparación. Natalia García remarca que "en el archivo personal de Rubén Naranjo, que me facilitó su hija, pude consultar todo. Hay expedientes judiciales del 77 y hasta la fecha, síntesis de tasadores y liquidadores. En el caso Vigil no se puede separar la cuestión ideológica de la económica". 

"La noche en que detienen a los dirigentes de la entidad, buscan a esas personas que pueden interponer fundamentos a la intervención, que halla un botín maravilloso, parte de lo cual se remata en el 79 en un proceso absolutamente viciado", asegura. 

En 1979 habían comenzado las gestiones para trasladar el edificio de la sede rosarina del Ministerio de Educación. En septiembre de 1981, tras una "supuesta venta" durante la gestión del ministro Eduardo Sutter Schneider, se "reinaugura" el entonces denominado Complejo "Pedro de Vega".

Llaves y donación."Recién en 2013, tras acuerdos con funcionarios de Educación y Cultura de la provincia, la comisión que siempre lucho por su entidad logra retomar la llave del edificio. Pero se trata de una donación. En el camino quedan 40 inmuebles liquidados, además de talleres que pasaron a una privada, vinculada a la familia Blaquier", agrega. 

Las escuelas que eran de carácter privado y en la intervención pasan a ser estatales, siguen como públicas, pero la provincia paga un alquiler por los inmuebles. 

Advierte que "no se puede aún hablar de recuperación, la restitución llegará con los juicios. Primero la memoria histórica que permita la reparación". 

En tanto, admite que "es bueno que la investigación, además de ser un libro, sirva para aportar a la causa Feced ". 

"Una profesora decía verme muy enamorada del objeto de estudio, pero yo no quería la novela de la investigación, no hay buenos y malos, hay muchas grises. Desde la historiografía, debe haber un cruce fuerte entre oralidad y documento, entre memoria e historia documental. Así se debe hacer visible eso que no puede quedar en el olvido", afirma Natalia. 

La causa Feced y los sitios de la memoria
“La Vigil fue intervenida el 25 de febrero de 1977 por el gobierno genocida. Se cometieron delitos al amparo del aparato estatal contra la entidad y sus miembros. Su comisión directiva fue encarcelada, sus integrantes perseguidos y despedidos injustamente y la entidad vaciada y sometida a una liquidación en trámite durante más de tres décadas”, indican las abogadas Jésica Pellegrini y Gabriela Durruty.   

“La particularidad de la investigación radica en que los delitos contra la vida cometidos se investigan en el marco de la megacausa Feced y serán ventiladas en audiencia oral y pública en el próximo juicio Feced III”, agregan.   

“Los delitos económicos conformaron una nueva causa en la cual nos encontramos en la etapa instructoria, con el objetivo de deslindar las responsabilidades penales, tan complejas en cuanto al modo comisivo y prueba”.   

“En representación de la Comisión Directiva de la Vigil y querellando por la APDH, impulsamos la causa y esperamos que el descomunal desguace de esta institución no permanezca impune”, sostienen las letradas. 

Señalización. 
El viernes 4 de septiembre, a las 18, y en la vereda de la Vigil, por calle Alem, de acuerdo a la ley nacional 26.691 y el decreto provincial 0481/2013, se realizará la señalización y preservación del sitio de la Vigil, para “hacerla visible”   

La placa está firmada por el Museo de la Memoria, Gobierno de Santa Fe, Red Federal de Sitios de Memoria y Secretaría de DDHH, Ministerio de Justicia y DDHH, Presidencia de la Nación.   

Indica que: “En la madrugada del 10 de mayo de 1977 ocho miembros de comisión directiva fueron ilegalmente detenidos. Permanecieron algunos meses como «desaparecidos» en el Servicio de Informaciones que funcionara como Centro Clandestino de Detención y Tortura (Dorrego y San Lorenzo), hasta ser «blanqueados» como presos del Poder Ejecutivo nacional (PEN) en diciembre de 1977”.   

Agrega que “más de una veintena de socios, empleados, docentes, cooperadores, y alumnos están desaparecidos o fueron asesinados en este período. Los delitos de lesa humanidad de orden imprescriptible cometidos en este sitio se investigan en la Unidad de Asistencia para Causas de Violaciones a los Derechos Humanos durante el terrorismo de Estado”. 

Presentan al libro “El caso Vigil” 
El miércoles 2 de septiembre en el teatro de la Vigil, Alem 3078, teléfono 0341 481 9335, se presentará el producto de cinco años de indagar desde una tesis doctoral realizada en la facultad de Ciencias de la Educación de Entre Ríos, editado por la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).   

La historia retoma el surgimiento de la entidad que fue centro de la vida de La Tablada. En 1976, cuando se produjo el golpe militar, el jardín de infantes albergaba a 200 niños, la primaria a 650, a la secundaria concurrían 800 chicos, y en la universidad popular cursaban 1.200 alumnos. 

Rifas, observatorio, museo y universidad
“Hubo un momento histórico, muy particular. Llegaba un vecino con alguna propuesta concreta y se intentaba analizar la idea. Así, algunos interesados en la taxidermia y otros que eran amantes de la astonomía, y no faltaba alguno que le gustaba el teatro. La lógica era desarrollar la propuesta, experimentar y cuando la institución creció y alcanzó mayor poderío económico, esas pequeñas iniciativas se institucionalizan y terminan como la organización y concreción de un prestigioso observatorio astronómico, un museo y una escuela a de teatro en el marco de una universidad popular”, señala la investigadora.   

“Si alguien pregunta sobre la posibilidad de hacer un observatorio astronómico en La Tablada, desde la Vigil dirían: por qué no”, asegura.   

Sobre la dirección política de la entidad, remarca que “la comisión directiva, desde 1959, dirige la obra”. El único “extranjero era Rubén Naranjo, tras pasar tres meses en los andamios para pintar un mural en el frente del edificio, fue invitado por Duri para hacer una escuela de arte”.   

“Naranjo no creía en una escuela de arte en Tablada, pero cuando se abre la universidad popular, la mayoría de los inscriptos eran obreros, amas de casa y gente del barrio”, indica. 

En el barrio. “Se descentraliza la cultura a partir de la infraestructura que tenía, también contaba con planteles docentes de calidad, y eso hace que los sectores medios sean atraídos por el barrio. Duri y los demás dirigentes en los ‘60 pasaron a ser empleados para no depender del tiempo libre para llevar adelante semejante proyecto, cobraban como lo hacían en sus empleos anteriores”.   

“Al tener una escuela, club y biblioteca, pasa a ser mutual, tras nacer como una biblioteca de la Asociación Vecinal.   

Sobre la publicación de libros y revistas, indicó que “la Colección Apuntes tenía por lógica la osadía. Recurrieron a encuestas para conocer más las demandas y luego se contrató a sociólogos y expertos de la universidad para producir libros como ‘Su hijo que repite de grado’ o ‘La mujer, ama de casa o algo más?’. Pero, los borradores de los especialistas eran mirados y aprobados o no por los vecinos, por su contenido y lenguaje”.   

Ante ello, Natalia García marca la diferencia con las publicaciones de hoy, “ahora muchas son endogámicas, parece que publicamos para un grupo reducido de especialistas y colegas. Pero en la colección Apuntes se ve al universitario trabajando para la problemática barrial, y que también que al vecino tenia voz y voto. Ese producto iba y venía hasta que era comprensible para todos”. 

Autogestión. “Augusto Duri, joven de la subcomisión, luego presidente de la institución, propone realizar rifas. De allí surgiría la capacidad autogestionaria”.    

Con el impulsó de las rifas, la entidad adquiere inmuebles en Santa Fe, Mendoza , Córdoba, Buenos Aires. “Llegó a tener 21 hectáreas frente al Paraná en Villa Gobernador Gálvez, con una playa, canchas de fútbol, parrilleros, camping. Se pierden con la intervención de treinta años”.   

Pero, “tras un juicio, que gana el intendente Pedro González, con la supuesta idea de levantar un barrio. Pero no se construyó nada y se vendió parte del terreno a la firma Paladini. Hubo una acusación penal, pero se perdió. Hoy queda una villa, la playa contaminada donde nadie se puede bañar y parte de la empresa Paladini”.

Obras públicas. La Vigil administraba pequeñas empresas de obras públicas, aspectos sanitarios, todo lo social, cultural y deportivo, más los servicios de asistencia al barrio. Al no tener intermediarios y trabajar con transparencia, los costos se abaratan, mientras las rifas incluían Torinos a viajes a todo el mundo .   

Se emplearon 3.500 vendedores, y se levantó un centro de cómputos en 1968, para computarizar la venta, cuando sólo el frigorífico Swift tenía una computadora semejante. Desde el 65 se extiende la venta en otras provincias.   

Agrega que “en 2009, el ex tesorero Tomás Pedrido indica en una entrevista que las rifas dejan por mes unos 3 millones de pesos. Ese dinero, administrado socialmente volvía en obras y servicios a la comunidad.   

“Documentos del Archivo de la Memoria de Santa Fe me permiten datar cuán temprana había sido la persecución en la Vigil, a partir del conflicto que se plantea con la lotería de Santa Fe. Se crea una disputa económica, tanto que queda desierta la licitación al presentarse para manejar la lotería provincial. El poder lobbista de las agencias manejan el negocio desde 1968. Así la Vigil queda fichada por recelos económicos y aparecían trabajos de inteligencia.   

“En ese momento de la intervención, la entidad contaba con unos 19.500 socios y en su edificios trabajaban cerca de 600 empleados”, resalta.
Fuente:LaCapital

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