En el marco del Congreso de Literatura de UADERSe inauguró “Memoria en llamas”, las muestra de fotos sobre la quema de libros del Centro Editor
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| La muestra documenta el día que la dictadura ordenó quemar un millón y medio de libros de del CEAL. |
Consiste en la exposición de 17 reproducciones de negativos originales registrados el día de la barbarie por los trabajadores y testigos del hecho, Amanda Toubes y Ricardo Figueiras, fotógrafo.
La quema sucedió un 26 de junio de 1980 en Sarandí, partido de Avellaneda, provincia de Buenos Aires. A corta distancia de lo que entonces se llamaba Capital Federal. Entraban y salían camiones cargados de libros de un enorme depósito sobre las calles O’Higgins y Agüero (actual Crisólogo Larralde). Se trataba de veinticuatro toneladas de libros.
El depósito y todos los libros pertenecían a la conocida editorial Centro Editor de América Latina, una de las más prestigiosas y originales casas editoras de libros del país y el continente, fundada y dirigida por Boris Spivacow. Los libros fueron llevados hasta un baldío que había entonces a muy pocas cuadras, para ser quemados.
Rosario Badano, decana de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, homenajeó a Amanda Toubes y puso de relieve la necesidad de ver "otras quemas" de libros. Más cercanas y que por ser más cercanas a veces pareciera que no sucedieron", dijo en clara alusión al destino de los libros de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER que fueron sacados de circulación, durante la dictadura.
Amanda Toubes se ocupó en mencionar a cada uno de sus compañeros de trabajo en el Centro Editor de América Latina (CEAL). Puso el acento en resaltar: "No tuvimos nada de héroes. Eramos gente que trabajo mucho, que aprendió mucho", marcó tras repasar escenas y anécdotas cotidianas de la tarea de la editorial fundada por Boris Spivacow.
Toubes agradeció y destacó el trabajo realizado por la Universidad de Entre Ríos por las políticas de inclusión y de reivindicación permanente de la memoria. "No es casualidad –observó-, que sea esta Universidad, joven, la que rompe los esquemas, que no es `la academia´".
También habló Eduardo Ayala, de la agrupación de ex presos políticos “La Solapa”, quien emparentó la situación de los militantes perseguidos con la de los libros, en tanto ocultado y desaparecidos. Contó algunas de las estrategias más usuales que fueron corrientes para poner a salvo los libros o para "disfrazarlos" con las tapas de otros. Así, resumió su idea de que la persecución y el miedo terminaron por lograr que, finalmente, no se leyera en público, en un tren por ejemplo, en un colectivo. Y que finalmente por un acto de autocensura se dejara de leer.
En el panel estuvo también el secretario de Cultura, Rubén Clavenzani; habló además un estudiante del centro de Humanidades, y entre el público estuvo el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, que en esta jornada recibió el Doctor Honoris Causa.
El rector de UADER, Aníbal Satller, fue el encargado de dar cierre al panel. Recordó lo sucedido 35 años atrás, aquella quema que a Toubes le tocó presenciar y sufrir. “Esta mujer quizá no imaginó entonces que un día compartiría esta tarde con todos nosotros. No pudo suponer el inmenso orgullo que hoy sentimos al nominarla profesora honoraria de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. No supuso, tal vez, que un día en este país se hiciera memoria, memoria del fuego; que se buscara revivir aquella tarde de invierno como una marca más del lugar al que no queremos volver; quizá no imaginó que su testimonio, su mirada, su recuerdo y el recuerdo de sus sensaciones fuera tan importante 35 años después. El testimonio de Amanda es clave. Estamos hoy reunidos para escucharla con todos los sentidos, con el corazón despabilado. No sólo para no olvidar el horror, el oscurantismo, que se apoderó de nuestra cultura. Estamos aquí, con ella, para conocer un poco más, de su voz como protagonista, acerca del inmenso emprendimiento editorial que implicó el Centro Editor de América Latina”.Fuente:AnalisisDigital
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