El 2015 fue un año de muchos logros y aprendizajes. Tantos que es difícil traducirlos en palabras.
¿Cómo explicar en palabras las emociones sentidas con el carnaval de febrero en Tablada, la biblioteca funcionando todo el año, la fiesta de inauguración del piso del hall de Gaboto con más de 500 personas, el señalamiento de nuestra institución como Sitio de Memoria del Terrorismo de Estado, la refundación de nuestro sello Editorial Biblioteca, la veintena de funciones teatrales con entrada libre y gratuita, el concreción de la Rifa N° 21 Vigil, la muestra final de talleres de este año que tuvimos que dividir en dos días por la cantidad de propuestas socio-educativas y la convocatoria que tuvimos? Y la lista sigue…
Este año nos deja como enseñanza escrita a fuego en el cuerpo de la institución (que no es ni más ni menos que este “nosotros” de socios, talleristas, bibliotecarios, personas que participan en el día a día ) que el camino más auténtico es el que se transita colectivamente. Que los logros no son el resultado de eruditos, mártires y elegidos sino, muy por el contrario, son el fruto del aprendizaje de gente común que decide dedicar tiempo, energía y mucho amor a este proyecto, con la convicción de que debe sostenerse y acrecentarse. Porque los ideales que fueron y son la piedra basal de Vigil: solidaridad, inclusión, compromiso, trabajo colectivo y bien común, no pueden ser medidos ni avasallados por la vara del individualismo, el lucro económico y el capital.
Nos espera un nuevo año en el que vamos a necesitar de todos ustedes para seguir construyendo.
Porque los sueños y el trabajo forjan el destino y ese destino es colectivo. Por un 2016 repleto de sueños y cultura popular… ¡Salud!
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