Cuba suministra la primera vacuna contra el cáncer de pulmón de forma gratuita
Resumen Latinoamericano / Cubatv / 15 de enero de 2016 –
Los especialistas aseguraran que los resultados son muy positivos porque logran detener el crecimiento de la enfermedad sin afectar la calidad de vida de los pacientes.
Un centro de investigación de los EEUU firmó un acuerdo con Cuba para iniciar un intercambio de información sobre la vacuna pero aún está lejos de poder comercializarse en ese país, debido a la vigencia del Embargo Económico.
“La vacuna contra el cáncer de pulmón es única en el mundo y es muy novedosa. Básicamente actúa sobre una molécula que esta exageradamente expresada en los tumores, por lo cual activa un crecimiento celular anómalo, provocando que el tumor crezca.
La vacuna inhibe esa progresión tumoral”, explica a Público Arlhee Díaz, farmacéutico y comercializador del centro de investigación. Agrega que “se trata de una vacuna terapéutica con muy buenos resultado en estadios avanzados del cáncer de pulmón”.
“Los resultados de la vacuna dan una sobrevida a los pacientes, no se elimina el tumor pero se detiene el crecimiento, permitiendo que los pacientes puedan vivir más y, sobre todo con una buena calidad de vida porque su toxicidad es mínima”, asegura el científico.
Los tumores afectan mucho la calidad de vida de los enfermos y los tratamientos convencionales, como la radioterapia o la quimioterapia, tienen una toxicidad muy elevada, lo cual deteriora el estado general del paciente.
Los cubanos tienen acceso a la vacuna a través de sus hospitales de forma gratuita. Los extranjeros deben contactar con Servimed pero necesitan también entrar en el sistema de salud de Cuba para que sus médicos sean quienes la apliquen. En el caso de estos último la aplicación de la vacuna tiene un costo económico.
El Centro de Inmunología Molecular de Cuba centra su trabajo en la investigación para la creación y producción de medicamentos contra el cáncer, la principal causa de muerte de los cubanos. Comienzan en el año 1994, en medio de la peor crisis económica de la historia de Cuba, produciendo anticuerpos monoclonales.
En la actualidad el CIM exporta a más de 30 países por valor de U$D 80 millones al año, además de abastecer al mercado nacional.
La vacuna ya está registrada en Cuba, Perú y Paraguay. En este momento se están haciendo ensayos clínicos en Europa pero son estudios que llevan tiempo —3 o 4 años— y resultan extremadamente costosos.
Esto es una traba porque Cuba cuenta con un buen plantel de científicos pero carece de los recursos financieros que se requieren para insertarse en muchos mercados. En este sentido resultan vitales las asociaciones con inversores extranjeros.
A pesar del optimismo de algunos medios de prensa, todavía está muy lejos el momento en que esta vacuna se pueda comerciar en EEUU. Especifica Arlhee Díaz que “hasta el momento lo único que hemos hecho es firmar una cuerdo de confidencialidad con un centro de investigación de ese país para empezar a intercambiar información. A partir de este punto en un futuro podríamos empezar ensayos de fase 1, ensayo de eficacia, etc. Es solo investigación clínica sin llegar a la fase comercial, un error en el que han incurrido muchos periodistas”.
El gerente general de la empresa comercializadora del CIM, Einar Blanco, asegura que la nueva ley de inversiones extranjeras, recién aprobada por el gobierno cubano, autoriza que el Centro de Inmunología Molecular firme contratos con socios extranjeros para la investigación, producción y comercialización de sus productos. Incluso tienen la posibilidad de utilizar la zona franca de Mariel, donde los beneficios para el inversor son mucho mayores.
Falleció Ernesto Vera Méndez, presidente de honor de la Unión de Periodistas de Cuba
Resumen Latinoamericano/ 11 de Enero 2016.-
En la mañana de este domingo 10 de enero falleció en La Habana, a la edad de 86 años y víctima de cáncer, el querido compañero Ernesto Vera Méndez, presidente de Honor de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) y de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), quien había nacido el 29 de julio de 1929 en Sagua la Grande, antigua provincia de Las Villas.
Las cenizas del compañero Ernesto Vera serán veladas este lunes 11, a partir de las nueve de la mañana en la sala H de la Funeraria de Calzada y K, en el Vedado, y las honras fúnebres tendrán lugar a las 3.00 pm en el Panteón de los Veteranos del Cementerio de Colón, donde se le rendirá el postrer adiós y homenaje.
Con una relevante trayectoria revolucionaria y periodística desde los años 1955-56 en la prensa clandestina y el Movimiento 26 de Julio, Ernesto Vera Méndez enfrentó la persecución, el arresto y la censura y el exilio, por parte de la tiranía de Batista, que llegó hasta el asalto policíaco al periódico La Calle, donde laboraba. También participó en la edición y distribución clandestinas de los periódicos Revolución y Vanguardia Obrera.
Después del triunfo revolucionario, ocupó importantes responsabilidades en la prensa, como director del periódico la Calle, primero y luego de La Tarde, vicedirector del periódico Revolución, fundador del periódico Granma en 1965, del cual llegó a ser subdirector. Fue fundador del Partido Comunista de Cuba.
Al crearse la Unión de Periodistas de Cuba, el 15 de julio de 1963, ocupa el cargo de vicepresidente. En el año 1966, tras rendir el informe del Segundo Congreso de la Upec, fue elegido como presidente, función que desempeñó hasta 1986, cuando pasa a presidir la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), organización de la que fue declarado también Presidente de Honor.
Durante muchos años Ernesto mantuvo su presencia como profesor en las aulas tanto de la Universidad de La Habana como en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, el cual se fundó durante su mandato en la Upec, como centro insignia de la educación y superación profesional de periodistas cubanos y de varios países, con los auspicios iniciales de la Organización Internacional de Periodistas (OIP). En esta última, asumió una de las vicepresidencias y se desempeñó como director de la Oficina Regional para América Latina, con sede en México. Apoyó la participación de la UPEC en las luchas por un nuevo orden mundial de la comunicación y la información, en medio de una confrontación ideológica de carácter mundial y la avasalladora influencia de las transnacionales mundiales y sus organizaciones satélites.
Junto a la colega Irma Armas Fonseca, Ernesto Vera estimuló la creación e impulso de la casa editorial de los periodistas cubanos, la Editorial Pablo de la Torriente Brau, fundada en 1986, concebida para publicar textos de apoyo a la formación y superación profesional del sector, y servir de soporte económico de la Upec.
Durante los últimos años de su vida, Ernesto siempre se mantuvo vinculado estrechamente al periodismo, los periodistas y sus organizaciones, participando en Congresos, seminarios, acciones de superación y en la redacción de artículos para la prensa y ponencias, así como en la difusión de boletines y el intercambio de información utilizando la computación y las redes informáticas. Fue autor de varios títulos relacionados con la prensa y el periodismo.
Entre otras muchas condecoraciones, recibió el Premio Nacional de Periodismo José Martí por la Obra de la Vida; Premio de la Dignidad concedido por la UPEC, Premio Periódico Patria, Premio Internacional de Periodismo OIP y Medalla Julius Fucik, Distinciones Félix Elmuza y Raúl Gómez García, medalla de combatiente de la lucha clandestina, la Réplica del machete del Generalísimo Máximo Gómez y la medalla de la alfabetización.
Las cenizas del compañero Ernesto Vera serán veladas este lunes 11, a partir de las nueve de la mañana en la sala H de la Funeraria de Calzada y K, en el Vedado, y las honras fúnebres tendrán lugar a las 3.00 pm en el Panteón de los Veteranos del Cementerio de Colón, donde se le rendirá el postrer adiós y homenaje.
La Presidencia y el Comité Nacional de la Upec, se unen al dolor de todos los colegas de nuestro sector, familiares, amigos y compañeros de luchas de Ernesto, en Cuba y en América Latina, seguros de que su ejemplo como revolucionario, profesional de la prensa y como ser humano, perdurará por siempre.
Ernesto Vera.
Foto: Cubaperiodistas
(Tomado de Cubaperiodistas)
Celia, más allá de una hermosa tradición
Por Eugenio Suárez Pérez y Acela Caner Román / Resumen Latinoamericano / 11 de Enero 2016 .-
Nadie mejor que Teté Puebla —la eficaz colaboradora de Celia, como la calificara Fidel en su libro Por todos los caminos de la Sierra: La victoria estratégica— para rememorar los hechos y hablar de ella-
A la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado de la República de Cuba —donde gracias a la perseverancia de Celia Sánchez Manduley se guardan valiosos documentos de la lucha por la liberación de Cuba entre 1956 y 1959—, llegó la general de brigada Delsa Esther Puebla Viltres, «Teté», para revisar junto a nosotros documentos del Fondo Celia Sánchez sobre la Caravana de la Libertad y para conocer más acerca de la presencia de Celia en ese extraordinario hecho histórico que se iniciara en Santiago de Cuba el 2 de enero de 1959 y concluyera el 8 de enero, con la entrada victoriosa a la capital cubana.
Nadie mejor que Teté Puebla —la eficaz colaboradora de Celia, como la calificara Fidel en su libro Por todos los caminos de la Sierra: La victoria estratégica— para rememorar los hechos y hablar de ella.
Celia, al tanto del último detalle
Conversadora y memoriosa, mientras mira las fotos de Celia, Teté no deja de recordar que ella subió a la Sierra Maestra con apenas 16 años y, pícaramente sonríe al confesar que hasta tuvo que mentir diciendo que tenía un año más ante el temor de que no la aceptaran. Aunque los primeros días no vio a Celia Sánchez porque ella cumplía una misión en el Llano, cuando la encontró tuvo la certeza de que era «la mujer más grande que he conocido jamás; la persona más preocupada y ocupada de los demás que pueda haber nacido. Ella me protegió desde el principio, como protegía a todos en el Ejército Rebelde».
Teté nos dice que, al inicio de su vida guerrillera, como «yo era “muy muchacho”, no querían darme tareas serias». Pero más tarde, gracias a la confianza de Fidel y de Celia —quien ya había tomado las armas en el combate del Uvero y otras acciones en la Sierra— el 3 de septiembre de 1958, se formó el pelotón de las Marianas del cual la propia Teté fue la segunda jefa. Nuevamente, ella sonríe mientras cuenta que: «Como muchos hombres no nos tenían confianza, Fidel no solo fue quien nos enseñó a disparar sino que nos nombró su escolta personal. Por eso, cuando íbamos llegando a los lugares, la gente decía: ¿Llegaron las Marianas? ¡Seguro detrás viene Fidel!».
«El día en que la Revolución triunfa, una parte de las Marianas nos encontrábamos en Holguín con el comandante Delio Gómez Ochoa, jefe del IV Frente, y Fidel nos mandó a buscar. El día 2 llegamos a Bayamo y nos incorporamos a la Caravana de la Libertad para hacer el recorrido hacia La Habana. Nada he olvidado. Recuerdo en la Caravana que Celia —igual que en la Sierra—, apenas descansaba para estar siempre pendiente de todo. Ella era así. No tenía descanso. Estaba al tanto del último detalle de lo que necesitábamos las Marianas, los soldados del Ejército Rebelde, los niños que encontraba y, sobretodo, de lo que necesitaba Fidel».
En la Caravana, Celia —igual que en la Sierra—, apenas descansaba para estar siempre pendiente de todo. Foto: Cortesía de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
Además, muchos documentos revelan que ella era la encargada de hacer llegar las instrucciones del Comandante en Jefe a los jefes de las unidades rebeldes que se encontraban en todo el país. Una de aquellas indicaciones, escrita el 3 de enero de 1959, dice: «Víctor: Felicidades: Camacho lleva instrucciones del Comandante-Jefe para ti. Él espera que como siempre las cumplas estrictamente. Celia».
La conmoción causada por esta caravana hizo surgir una hermosa tradición en Cuba, que convoca a los cubanos cada inicio de año. Sin embargo, lo que tal vez muchos ignoran es que fue Celia quien, mientras tuvo un hálito de vida, organizó todas las reediciones de la Caravana de la Libertad. Teté, participante de todas esas reediciones, nos cuenta que: «Era Celia quien, personalmente, elaboraba el programa y escogía a los compañeros de la Columna 1 que serían parte del Estado Mayor de cada caravana. Ella fue quien dispuso que los niños participaran vestidos con los uniformes verde olivo, porque así nadie jamás podrá negar que fue el Ejército Rebelde quien ganó la guerra y nos trajo la libertad».
En la paz, como antes lo hizo en la sierra
Al comentar con Teté el encuentro de Fidel, en el aeropuerto Ignacio Agramonte, con los miembros del Gobierno Revolucionario que viajaban rumbo a la capital, recordamos un testimonio del doctor Luis M. Buch en el cual refiere: «Hablamos también de Celia Sánchez como ministro de Educación, pero Fidel no estuvo de acuerdo, pues ella debería continuar con la labor que realizaba en la Sierra».2 Por ello pedimos a Teté que nos hablara de esa labor que Celia hizo en la Sierra y que Fidel quería que ella continuara haciendo en la paz.
«Decir Fidel en la Sierra era como decir Celia —afirma Teté— del mismo modo que decir Celia era como decir Fidel. Ella era imprescindible: cumplía y hacía cumplir todas las órdenes del Comandante. Ella llevaba toda la logística, se preocupaba y ocupaba de todo y de todos, ayudaba a los campesinos, a las mujeres que estaban de parto, a los enfermos y a los niños. La vida nómada en la Sierra era muy difícil. Una vida de mucho sacrificio. La comida era una especie de ajiaco o sancocho, con un poco de ajo y algunas malangas, luego un pedacito de queso y de miel de abeja. Cuando no teníamos dinero para pagarle a la gente, íbamos a comprar y entregábamos unos comprobantes firmados por ella que luego del triunfo, Celia los pagó todos. No había privilegios, hasta Fidel tenía los zapatos rotos —cosidos con alambre— y cuando llegábamos a los lugares había que machacarlos para que no se zafaran y resistieran. También tenía una sola muda de ropa y, cuando había que lavarla, él se envolvía en una frazada y esperaba a que el uniforme se secara cerca del sitio en que se cocinaba ese sancocho… A veces, si llegaban los aviones, se ponía la ropa mojada. Pero a pesar de eso nunca se perdió la fe en la victoria».
Fidel reconoce que el funcionamiento del dispositivo de la retaguardia de nuestra acción militar durante la Ofensiva «fue, sin duda alguna, una de las razones de nuestra victoria. Ya dije antes que en la labor de la retaguardia fue decisivo el papel desempeñado por Celia. Gracias a ella y a sus colaboradores, yo pude despreocuparme muchas veces de los miles de detalles que coadyuvaban al mejor desempeño de nuestras unidades en el plano militar, y concentrar mi atención en los aspectos estratégicos y tácticos de la operación».3 Y así fue Celia en la Caravana de la Libertad y así continuó trabajando después del triunfo de la Revolución.
Ante el dolor la patria no distingue
Teté nunca podrá olvidar que pocos días después de llegar a La Habana, Fidel la mandó a localizar. «Cuando llegué, él le preguntó a Celia: “¿Qué cantidad de dinero nos queda?” y ella respondió: “1 700 pesos”. Entonces Fidel le dijo: “Dale 700 a Teté”; y me indicó irme a Oriente para comenzar la tarea de atender a las víctimas de la guerra y aclaró: “Tanto a familiares de los combatientes caídos del Ejército Rebelde y la clandestinidad, como a los familiares de los soldados de la tiranía que han muerto o están presos por sus crímenes y abusos”. Cuando oí eso de los familiares de los guardias, de momento no entendí y le dije: “¿Por qué?”. Solo me respondió: “Porque esta es una Revolución y ante el dolor la Patria no distingue. Salvar un niño es salvar la Patria”.
“Fidel y Celia me enseñaron que teníamos que preocuparnos por todas las víctimas de la guerra, sin importarnos en qué bando estuvieran, porque los hijos no tenían la culpa de los errores de sus padres. Por eso siempre tendré que agradecerles que hicieran de mí una mejor persona. Celia siempre atendió a los huérfanos, a las madres y las esposas. Esta es una historia que necesita todavía ser más conocida porque representa el sentido de humanidad y grandeza de la Revolución en sentido general y, muy particularmente, de Fidel y de Celia”.
Aereopuerto Ignacio Agramonte, Camaguey, 5 de enero de 1959. Foto: Cortesía de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
Aeropuerto Ignacio Agramonte, Camagüey, 5 de enero de 1959. Foto: Cortesía de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
Camagüey, 4 y 5 de enero de 1959. Foto: Cortesía de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
Cárdenas y Varadero, Matanzas, enero de 1959. Foto: Cortesía de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
Celia en la Caravana, junto a Teté, Lilia e Isabel Rielo y otras combatientes. Foto: Cortesía de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado
Libros citados:
1 Oficina de Asuntos Históricos. Fondo Celia Sánchez, caja 1, folio 1.
2 Luis M. Buch Rodríguez. Gobierno Revolucionario Cubano: génesis y primeros pasos. C.S, La Habana, 1999, p.55.
3 Fidel Castro Ruz. Por todos los caminos de la Sierra: La victoria estratégica. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana, 2010, p. 343.
Foto de portada: Teté, desde que la vio, tuvo la certeza de que Celia era «la mujer más grande que he conocido jamás».
Foto: Eugenio Suárez Pérez
Envío:ResumenLatinoamericano









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