7 de febrero de 2016

HAITÍ.

La lucha de clases y la historia detrás de la crisis electoral de 2016 
P0r Kim Ives 

Extrapolando una observación formulada por su primer maestro, Hegel, Karl Marx dijo algo que se hizo famoso : « la historia se repite, la primera vez como tragedia, la segunda como farsa ».

Esta máxima me viene a la cabeza cuando examino la dinámica de clases que rodean los últimos días del régimen de Michel Martelly en Haití estos días. Se parecen a los que sucedieron hace 30 años cuando la dictadura de Jean-Claude « Baby Doc » Duvalier estaba cayendo.

Para comparar el Haití de 1986 con el de 2016 uno debe conocer el sustrato de clases del país.

UNA BREVE HISTORIA.
Después del nacimiento de Haití en 1804 emergieron dos clases dominantes. La primera era una burguesía compradora cuyo capital estaba invertido y se reproducía en la importación de manufacturas extranjeras y la exportación de los productos agrícolas de Haití, principalmente azúcar, café y cacao.

El otro grupo dominante eran los grandes terratenientes o grandons que poseían, arrendaban o controlaban la tierra agrícola de Haití. En un acuerdo semi-feudal los productores conocidos como dè mwatye (dos mitades) entregaban una gran proporción de sus cosechas para la venta a los grandons.

La historia de Haití, llena de golpes de estado, refleja la lucha entre estas dos clases dominantes rivales por el poder del estado, y en consecuencia, ventajas económicas. En 1915 los marines de EEUU comenzaron una ocupación que duró dos décadas ; hasta 1934.

Durante la misma favorecieron, tanto por razones racistas cuanto económicas la de color de piel más claro (aunque no totalmente blanca) burguesía compradora.

La reacción contra este régimen sangriento, racista y brutal impuesto por EEUU fue la emergencia en 1946 de un régimen que favorecía a los grandon dirigido por el presidente Dumarsais Estimé, a quien el general Paul Magliore, en representación de la burguesía haitiana destituyó mediante un golpe de estado en 1950. El régimen corrupto de Magloire dio lugar a la elección, en 1957 del Dr. Fançois « Papa Doc » Duvalier.

Éste había sido ministro de Salud y de Trabajo de Magloire y era un dirigente de los grandons. Para resistir el contra ataque de la burguesía y la presión política de Washington (que toleraba pero no se sentía cómodo con este régimen) Duvalier formó un cuerpo paramilitar infamemente represivo y arbitrario conocido como Voluntarios para la Seguridad Nacional ; informalmente los Tonton Macoutes (Tío Sack).

Esta organización viciosa mató decenas de miles de haitianos, frecuentemente bajo el pretexto de « luchar contra el comunismo » y su difusión desde la vecina Cuba. Papa Doc murió en 1971, traspasando su titulo de « presidente vitalicio » a su hijo Jean Claude.

Pero Baby Doc había asistido a escuelas de élite junto a los hijos de la burguesía haitiana, por lo cual su régimen se tornó algo así como un híbrido. La mitad de él estaba dominada por generales y hombres fuertes del grupo de Papa Doc conocidos como los « dinosaurios » mientras la otra mitad estaba integrada por « tecnócratas » burgueses, algunos amigos de la escuela y otros reformadores sugeridos por Washington.

Los « tecnócratas » favorecieron la invesrión extranjera y el desarrollo capitalista que se profundizó más en Haití después de la muerte de Papa Doc.

En 1980 Jean Claude se casó con una princesa burguesa, Michele Bennett, que devino un símblo de la infulencia burguesa, mientras su madre y viuda de Papa Doc, Simone Ovide Duvalier representaba al sector Macoute.

El régimen corrupto, represivo y bipolar de Baby Doc cayó finalmente en 1986 debido tanto a un levantamiento popular cuanto a un cambio en la política de EEUU de comenzar a reemplazar sus dictaduras militares, que provocaban revoluciones, con políticos « tecnócratas » y pro neoliberales elegidos con el apoyo financiero y político de Washington. 

EL NEO DUVALIERISMO RETORNA CON MARTELLY
25 años después, en 2011, Washington impone en el poder al presidente Michel Martelly en forma ilegal mediante el doblegamiento del soberano Consejo Provisional Electoral de Haití utilizando la presión de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton.

Durante 20 años la escena policia de Haití había sido dominada por dos presidentes alternantes : el cura y ex-teólogo de la liberación Jean-Bertrand Aristide y su viejo aliado, el burgués ilustrado, agrónomo y panadero René Prèval. Sus gobiernos fueron socavados, entorpecidos y doblegados por dos golpes de estado respaldados por EEUU en 1991 y 2004, sucedidos ambos por sendas ocupaciones militares.

El movimiento de masas que llevó al poder por primera vez a Aristide en las elecciones de 1990 tuvo un programa democrático, anti duvalierista y anti imperialista. El ascenso de Martelly con el apoyo de Washington fue el retorno a un régimen neo duvalierista con un ala « Macoute » y un ala burguesa y que estuvo, después del terremoto, dirigido a eliminar el debilitado pero aún existente movimiento popular.

Durante las últimas 3 décadas la economía de Haití que era semi feudal y dirigida a la exportación había sido mayormente destruida. Aunque aún importaba automóviles, refrigeradores computadoras y perfumes, la burguesía compradora de Haití se había dirigido mayormente a construir, poseer y administrar fábricas armadoras de artículos electrónicos y vestimenta dirigidas a mercado de EEUU.

La agricultura dè mwatye que había una vez mantenido a los grandons había sido aplastada en gran parte por la inundación neo liberal de productos importados, en especial arroz, de EEUU y la vecina República Dominicana.

La cambiante clase grandon, con su reciente pasado macoute se dedicó en forma cada vez más completa a negocios ilícitos como el tráfico de drogas, el secuestro, el robo de tierras y el mercado negro. Se dedicó también a hacer carrera en la policía y el ejército que resurgió bajo Martelly.

Éste último había sido desmovilizado por Aristide en 1994. Durante Martelly la burguesía ha estado representada por su primer ministro y socio de negocios Laurent Lamothe que se educó en escuelas de negocios de la Florida y se volvió un rico y exitoso magnate de las telecomunicaciones.

El ala duvalierista ha estado representada, a su vez, por la esposa de Martelly Sophia St. Rémy cuyo padre y hermano fueron traficantes de drogas, acompañada por los hijos de muchos oficiales relevantes de la era duvalierista como Constantin Mayard-Paul, Claude Raymond, la Sra. Max Adolphe y Adrien Raymond.

Incluso el hijo de Baby Doc, Nicolás, tuvo un empleo en el gobierno de Martelly, junto a algunos de sus ex embajadores como Daniel Supplice y el Dr. Pierre Pompée. También el notorio magnate Stanley Lucas, hijo de una familia grandon masacradora de campesinos que como agente del Instituto Republicano Internacional (IRI) de Washington tuvo un papel prominente en el golpe de 2004 contra Aristide, integró durante algún tiempo el gobierno Martelly.

Por su integración y programa el gobierno Martelly-Lamothe fue una fotocopia virtual del régimen de Jean-Claude que utilizó los mismos fundamentos económicos del turismo y las maquilas. Llegó hasta reflotar el mismo eslogan que había inventado los jean claudistas : « Haití abierto para los negocios ».

Pero, también como el régimen de Baby Doc, el de Martelly estuvo marcado por los excesos absurdos, las luchas intestinas, las disfunciones, la corrupción y la represión que lo llevaron al borde de perder el poder a fines de 2014.

Para salvar su presidencia Martelly sacrificó a su primer ministro, Lamothe, que hubiera sido en primera instancia candidato de su partido, el Partido de los Pelados Haitianos (PHTK) en 2015. De acuerdo a la constitución los presidentes de Haití están limitados a dos períodos no consecutivos.

Para elegir a su sucesor Martelly recurrió a un hombre de negocios desconocido : Jovenel « Neg Bananan » Moïse que había creado, con un subsidio de 6 millones de dólares del gobierno, una agro-industria libre de impuestos (« Agritrans ») para exportar bananas principalmente a Europa.

Con su agronegocio dirigido a la exportación, basado en la desposesión de pequeños campesinos, Jovenel Moïse representa lo que los haitianos llaman la alianza « burguesía macoute » que caracterizó a los regímenes de Martelly y Baby Doc.

Muchos especulan que las tierras estatales que han sido arrendadas a Agritrans serían eventualmente otorgadas a intereses mineros extranjeros para continuar la explotación de oro en las montañas del norte de Haití.

Esta operación destructora del ambiente ha sido frenada por ahora. Los hijos de la burguesía compradora de Haití y de los grandons, así como otras capas pequeño burguesas van habitualmente a colegios extranjeros en Europa, los EEUU o Canadá.

Allí devienen frecuentemente médicos, abogados, ingenieros u otros profesionales pasando a formar la « classe moyenne » o clase media de Haití. Con la degeneración de la economía haitiana docenas de integrantes de la « classe moyenne » se han volcado a la política con el fin de obtener un pedazo del estado, que se ha vuelto la « industria » más viable en los últimos años.

LA LUCHA QUE QUEDA POR DELANTE
A través del fraude electoral pergeñado en las elecciones de primera vuelta del 25 de octubre Martelly trató de colocar a Jovenel que debía ir a una segunda vuelta liderando con un 33% de los votos (esto a pesar de que una encuesta brasileña a boca de urna sugería que quedó cuarto con apenas 6% de los votos).

La segunda vuelta programada por última vez para el 24 de enero después de dos postergaciones, fue suspendida en forma indefinida el 22 de enero. Cinco de los nueve miembros del CPE, incluyendo su presidente Opont Pierre-Louis han renunciado. A pesar de que había 54 candidatos presidenciales hay sólo tres pesos pesados en la oposición a Jovenel y Martelly; dos de ellos son “Lavalas”.

El primer candidato Lavalas es el Dr. Maryse Narcisse del antiguo partido “Familia Lavalas” de Aristide que quedó supestamente en el 4o. Lugar con 7% de los votos. Después viene la disidente Plataforma de los Hijos de Dessalines del ex senador Moïse Jean-Charles que quedó supuestamente tercero con el 14% de los votos.

El tercer peso pesado es el que quedó supuestamente en el segundo lugar (con el 25%), Jude Célestin del Partido Haitiano para el Progreso y el Empoderamiento (LAPEH), afiliado, aunque sea informalmente, con las plataformas de Préval : Vérité e Inite. Célestin compitió bajo esas banderas en 2010.

Tanto Washington como Martelly querían marginalizar a los dos candidatos de Lavalas y mantenerlos fuera de cualquier segunda vuelta. A pesar de que sus dirigentes adoptaron posiciones moderadas sus bases populares se mantienen muy movilizadas y son peligrosamente radicales.

Por lo tanto ; Washington quiere un sistema monolítico de dos partidos en Haití (parecido al de EEUU), que establecería una alternancia entre jugadores, parámetros de debate y programas políticos « aceptables ».

El símil republicano sería el PHTK, mientras que el demócrata provendría de la actual constelación de Préval : LAPEH, Verité o Inite. No sorprende que Lamothe, el cantante Wyclef Jean y grandes sectores de la élite dirigente haitiana apoyen ahora a Célestin, el cual daría a Washington la misma fiel, aunque reticente colaboración.

Tal cual Préval lo hacía. Célestin y otros siete de los candidatos líderes que compitieron (con la excepción del FL) integran el « grupo de los ocho » (G8) cuya unidad es más formal que real. Mientras que las masas en manifestaciones gigantescas demandan la anulación de las elecciones y el arresto de Martelly ; el GI y FL no lo hacen. Insisten, en cambio, en una « comisión de evaluación independiente » que revise los resultados del 25 de octubre.

Cada uno de los 3 « pesos pesados » afirman que ganaron la elección en primera vuelta. Cualquiera fuera el resultado de la comisión de revisión seguramente hará volar la frágil unidad de la coalición. Mientras tanto la masas continúan haciendo públicas su frustración y furia contra Martelly y las fallidas elecciones que permitó después de una demora de 4 años.

El presidente del senado y la asamblea nacional, Jocelerme Privert han propuesto una complicada transición basada en la salida de Martelly el 7 de febrero y la permanencia del parlamento electo.

Ello a pesar de que la elección de muchos de los parlamentarios elegidos es fuertemente cuestionada. El G8 propone una transición en la cual los parlamentarios electos en forma fraudulenta serían expulsados selectivamente.

El elemento que falta en este cóctel revolucionario, en este momento, es una vanguardia, partido revolucionario o frente para liderar y elevar las crecientemente radicales exigencias de las masas.

Corrientes como la Coordinación Dessalines (KOD) el Movimiento Democrático Popular (MODEP) y otros han mantenido conversaciones pero no han forjado aún una unidad operacional. Sin embargo, si nos atenemos a la historia, la crisis política de Haití y su potencial revolucionario prometen continuar por, al menos, varios meses.

La ventana después de la caída de Baby Doc en 1986 duró cuatro años, hasta que el movimiento popular llevó a cabo una revolución política el 16 de diciembre de 1990 con la primera elección de Aristide.

Muchos veteranos y estudiantes de las luchas de los 80 y los 90 se dan cuenta de que una revolución social más profunda (que cambie las relaciones de propiedad, sobre todo relativas a la tierra) es necesaria para que un gobierno progresista o revolucionario sobreviva. Más aún, la clase dominante está, o bien dividida, o bien insegura acerca de como avanzar y mantenerse en el poder.

Ello ofrece una oportunidad única para un levantamiento en Haití. Todos estos acontecimientos dan esperanzas de que el movimiento anti imperialista de campesinos, trabajadores y los desocupados urbanos que comenzaron con la expulsión de Duvalier hace 30 años puedan finalmente lograr algún avance después de sus muchas derrotas.


BATALLA OBRERA: SOBRE LA SITUACIÓN ELECTORAL EN HAITÍ
Puerto-Príncipe, Jueves 4 de febrero 2016 

Durante las elecciones del 2010 y analizando los discursos de los distintos candidatos, habíamos declarado: “Son 19 desgracias – ¡Están todos contra nosotros!” No fue dicho así por casualidad. En efecto, ningún candidato nunca se pronunció verdaderamente para el retiro de las tropas de la MINUSTAH; ninguno se pronunció sobre el salario mínimo de miseria que nos mata directamente; ninguno habló de la reforma agraria tan necesaria; tampoco sobre la proletarización acelerada que exige la imposición brutal de un neo-liberalismo sin límite; tampoco sobre la descarada dominación de los terratenientes arcaicos o de los sanguinarios burgueses de ahora… nada respecto a la “justicia” podrida que siempre le da ventaja a estos poderosos; nada sobre los parlamentarios “comelones” o sobre la corrupción generalizada en el Estado. Nunca uno hizo referencia a las relaciones arcaicas que siguen vigentes en las distintas ramas de la producción o en la formación social globalmente, relaciones que bloquean de hecho cualquier desarrollo de las fuerzas productivas y, así, cierto avance progresista. Ni una palabra concerniendo estos temas tan fundamentales para nosotros: ni una palabra pues sobre los espacios de conflicto, expresión de la lucha de clase y de la dominación en curso. Es simplemente porque todos, de una manera u otra, están atados a estos grandes intereses dominantes. Y son los que van todos a defender. ¡EN CONTRA DEL PROLETARIADO Y DE LAS MASAS POPULARES EN GENERAL! Si alguna vez denuncian la miseria popular extrema, ninguno indica las razones de esta desgracia estructural. Peor: de repente piensan que son los mismos explotadores (con las famosas “inversiones”, ¡sobre todo extranjeras!) quienes van a resolver la situación dantesca de la población.

Hoy en día, si se podría añadir algunas exacciones más y la evidencia de un “Plan” único imperialista-burgués que incluye zonas francas, agro-industrias, turismo de lujo y extracciones de minerales casi gratuitamente, se puede decir que todavía es lo mismo. Nada ha cambiado de nuestras posiciones de aquel entonces. La sistematización y las exageraciones de la política pro-imperialista extrema de Martelly han facilitado la comprensión general de esta situación. E igual no nos sorprende que la “oposición” clásica de los partidos políticos tampoco hace ninguna referencia respecto a nuestros verdaderos intereses citados, sobre todo los que evidencian el antagonismo que hoy existe entre los intereses de las clases dominantes y los del proletariado y el pueblo en general.

Todos los vaivén que se están dando en la cabeza del Estado no son más que expresiones, por una parte, del bloqueo político de las clases dominantes en el marco de la crisis general que los arrebata (crisis de legitimidad, de representatividad, de funcionamiento…); y, por otra parte – justamente para tratar de resolver aquello – de un reajuste en el bloque en poder.

En este bloqueo, ciertamente, nuestras conquistas democráticas han sido muy duramente atacadas últimamente. Y el fraude descomunal que tratan de imponer el imperialismo junto con el equipo ultra-reaccionario en el poder en las elecciones del 9 de agosto y del 25 de octubre, en vistas de asegurar la continuidad de su proyecto, necesita de un control global y de una represión mayor. Igual pasó durante la ocupación norte-americana del 1915. De hecho, para asegurar su dominio, los Yankees no solo hicieron horrores en contra de los campesinos, los obreros y los trabajadores en general, pero también formaron y dejaron la entonces “Garde d’Haïti”, fuerza local reaccionaria y represiva al máximo, exactamente como lo están haciendo hoy con la policía nacional (PNH). No nos sorprende entonces su actuación brutal y dirigida. En este sentido, no nos sorprende tampoco la posición conciliadora de los ideólogos pequeño burgueses al servicio de las clases dominantes quienes tratan de asimilar la violencia policial a unos “errores”, pidiéndola de “reconsiderar su actuación” y “sinceramente proteger y servir a toda la población, tal como (supuestamente) lo dice la constitución”. Mientras que, por el otro lado y eso diariamente, criminalizan la violencia popular, respuesta exasperada frente a la dominación global de los sanguinarios en el poder. Estas mistificaciones no hacen más que desviar y bloquear las luchas populares.

Las movilizaciones que reclaman unas elecciones “honestas, creíbles etc…”, lo hacen en el marco de la mistificadora democracia burguesa. Pero, a pesar de esto, como espacio conquistado por las mismas luchas populares, vienen muy a propósito. Este espacio (otra vez, conquistado) facilita la organización y las necesarias movilizaciones a venir. En la medida que se hacen de una manera amplia y combativa, coinciden con nuestros intereses y estamos presentes en ellas. De allí la recién posición del Sindicato textil nuestro (SOTA-BO) que, también exasperado por la burguesía textil que se aprovecha de la situación reaccionaria para aumentar represión, dominación y explotación de una manera descomunal, alienta la participación de la clase obrera entera dentro de estas movilizaciones. También, bloquear el segundo turno del 24 de enero, fue una pelea frontal al imperialismo (Core Group, embajadas imperialistas de Estados-Unidos, Francia y Canadá, apoyadas por las principales de América Latina: Brazil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Chile…) y de la oligarquía local, representa ciertamente un logro en defensa de la apertura democrática conquistada en gran peligro. Es que estamos agobiados con la política de Martelly, la cual, en el marco del reajuste en el bloque en poder del cual hablamos, ha facilitado la vuelta de los más reaccionarios duvalieristas y, en este mismo movimiento, ha acompañado la dominación económica del proyecto imperialista de explotación sin límite con la actualización de la represión criminal de estos torturadores. Pero también estamos igualmente hartos de la dominación global. Si este régimen bajo pretexto de “desarrollo” ha reproducido y profundizado las relaciones de dominación y explotación, la “oposición tradicional” tampoco aborda este aspecto fundamental.

¡ ESTAMOS CANSADOS CON TODOS ELLOS !

Igual que estamos cansados con esta “democracia” que nos dicen “al servicio de todos” mientras que lo que vivimos concretamente es que sirve para oprimirnos de hecho, y de paso mistificarnos siempre.

Todo nuevo poder tiene que sobrepasar eso. Para ello, no hay otra solución: debemos basar nuestras organizaciones y movilizaciones en NUESTROS INTERESES ¡ NADA MÁS ! La FUERZA POPULAR en construcción debe entonces AUTONOMIZARSE TOTALMENTE de los partidos políticos de la supuesta “oposición” que quieren utilizar nuestra insatisfacción y nuestro coraje para ponerse a la cabeza del Estado, en vista clara de ejecutar igual el plan imperialo-burgués de dominación y explotación sin límite que abiertamente se proponen las clases dominantes. Esto exige que las BASES ORGANIZATIVAS nuestras, junto con nuestras MOVILIZACIONES, siempre estén construidas a partir de nuestros intereses: de obreros y desempleados, de pequeños campesinos dominados y explotados, de artesanos, de pequeñas comerciantes y vendedoras, de todos los pequeños empleados públicos como del sector privado…: del pueblo en su totalidad. ¡NADA MÁS!

Con la relación de fuerzas que enfrentamos, es posible exigir que las personas electas por ejemplo rindan informe de su trabajo. Exigimos que nos hablen de su programa, al cual le confrontaremos nuestros intereses. Exigimos que nos describan claramente los mecanismos necesarios para implementar lo que pretenden. Y discutirlo. Al electo, cualquiera que sea, le exigimos un plazo para implementarlo. Y si no logra lo que ha prometido ¡que sea revocado! En cualquier momento que juzguemos necesario. De veras, esta “democracia representativa” ¡nos harta ya! Es tiempo de proponerse cambios en su funcionamiento. Serán conquistas que pueden desequilibrar en algo la estructura en poder y, de una vez, dejarnos más espacio para avanzar hacia nuestros objetivos adelantados. Sin revisionismo desviante y bloqueador, pero con una capacidad detrascendencia esencial.

Porque, hay que tener claro: ¡ NO TIENEN SOLUCIÓN ! Por una parte, el mínimo reajuste que tratan de ejecutar, no tiene en cuenta las profundas contradicciones que hierven en la formación social. Seguirán pues estallando en su cara. Por otro lado, la lentitud de sus resoluciones propuestas no llega nunca a alcanzar la velocidad del proceso, de tal forma que, en un desfase anacrónico, estarán siempre atrasados. ¡NO TIENEN SOLUCIÓN! Su mistificación de “democracia” es lo único que les queda. ¡NO HAY QUE ACEPTARLA! No hay que aceptar esta mistificación que supuestamente incluye el derecho “de todos” y no hace más que pisar los nuestros, mientras que sus ideólogos e intelectuales de todo índole se disputan la palabra sobre qué forma tiene que coger este cadáver, sin nunca cuestionarse sobre su esencia, su naturaleza. No queremos una “democracia”, ni elección, ni candidato que no cuestione las relaciones sociales de dominación en presencia, no queremos una “democracia” que no cuestione el proyecto imperialista de explotación y dominación que tratan de imponernos. ¡No queremos una “democracia” que no denuncie radicalmente la OCUPACIÓN!

Dirigiéndonos al pueblo en general, interpelamos sin embargo a los más conscientes, aquellos que sienten que, nacionalmente como internacionalmente, a pesar de las dificultades de este momento tan reaccionario, podemos aprovecharnos de cualquier brecha para avanzar más profundamente en nuestra construcción. Para esto, lo esencial, hoy, es reconocer y poner al frente NUESTROS PROPIOS, CONSCIENTES Y ACTIVOS INTERESES e imponerlos con nuestra organización y nuestra movilización autónoma. Sin oportunismo, individualismo o clientelismo.

¡VIVA UNA MOVILIZACIÓN ORGANIZADA Y ESTRUCTURADA A PARTIR DE NUESTROS INTERESES NADA MÁS !


Haitianos dialogan por una solución sin injerencia de la OEA

Los ciudadanos continúan desplegados en las calles de Haití protestando contra el Gobierno de Martelly y ahora en contra de la llegada de la OEA al territorio.
1 febrero 2016 
Gobierno, Parlamento y sectores empresariales se encuentran reunidos para llegar a una solución política y evitar el vacío de poder en el país. Este lunes los diversos sectores haitianos inician un diálogo en busca de una salida a la crisis política del país.

El encuentro se realiza antes de que una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) comience su labor injerencista a partir de hoy.

En las conversaciones participan Gobierno, Poder Legislativo, empresariado y otros grupos empeñados en llegar a una salida consensuada y rápida, antes del fin del mandato del presidente Michel Martelly el próximo 7 de febrero, sin haberse elegido aún a su sucesor.

Los contactos entre los sectores políticos y empresariales del país caribeño comenzaron poco después de que varios organismos internacionales llamaran a los haitianos a encontrar una solución rápida a la actual situación política.

El presidente del Senado de Haití, Joslerme Privert, indicó que están trabajando en una salida para evitar un vacío de poder y añadió que en los diálogos se habla de dotar al país de un Gobierno que organice las elecciones suspendidas ya en dos ocasiones, la última, el 24 de enero pasado.

La oposición haitiana inició este domingo una jornada de protestas para manifestar contra la llegada de la misión de la OEA, cuyo propósito en el país caribeño es “buscar un entendimiento” e interferir en el diálogo político.

Haitianos consideran que la llegada de este organismo dificultará más el diálogo, en lugar de arreglar la situación. Según los candidatos presidenciales por la oposición, conocido como el Grupo de los Ocho (G8), los líderes internacionales solo estiman dialogar con los que consideran “principales representantes políticos y sociales” y no con el pueblo en general que clama justicia electoral y una transición “pacífica”.
fuente:Telesur 

CELAC enviará misión mediadora a Haití 
En la última reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) los países miembros del organismo acordaron enviar una misión a Haití, para conocer la situación y proponer soluciones políticas que devuelvan la normalidad al pueblo haitiano.

La Misión de la CELAC estará integrada por los cancilleres de Venezuela, Uruguay, Bahamas y Ecuador, que viajarán al país en respuesta a la solicitud hecha por el Gobierno haitiano, para proponer a Michell Martelly posibles soluciones.

Los cancilleres designados se encargarán de verificar el alcance de la mediación de la CELAC, ante la amenaza de una intervención extranjera por la emergencia política que atraviesa la nación caribeña.

Alianza opositora no se reúne con misión de la OEA 
Una importante alianza opositora en Haití declinó reunirse con una misión regional que llegó a Puerto Príncipe para mediar en un estancamiento político que pronto pudiera convertirse en una crisis constitucional.

Samuel Madistin, portavoz del “Grupo de Ocho” que incluye al candidato que fue segundo en los comicios presidenciales, Jude Celestin, dijo el lunes que la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) “no es bienvenida”.

La misión es encabezada por Ronald Sanders, un diplomático de Antigua que preside el consejo permanente de la OEA. La misión viajó a Haití a pedido del presidente haitiano Michel Martelly, quien deberá dejar el puesto para el 7 de febrero.

El presidente del Senado, Jocelerme Privert, dijo que se reuniría con la misión el lunes y que las autoridades buscan una solución viable a la situación.


Martelly se burla del pueblo y vuelve a reiterar su estilo chabacano y sexista al lanzar una canción para los Carnavales
Resumen Latinoamericano, 1 de febrero 2016.- 

Por si la crisis electoral no fuera suficiente, Martelly difundió hoy su canción para el próximo carnaval, que comienza también el 7 de febrero, y en el que critica a la oposición y a la periodista haitiana, Liliane Pierre Paul, una de las figuras más respetadas en la prensa local con más de 30 años de carrera a su espalda.

La canción comienza con la frase “me da igual cualquier situación, nada me importa”.

A lo largo de la misma además crítica a la oposición y usa metáforas sexistas para referirse a la periodista, llegando a referirse al plátano y a las partes íntimas de la conocida reportera.

Se trata de una publicación que a buen seguro levantará ampollas en esta marea electoral.


Consensuan plan en Haití para evitar vacío de poder 
Resumen Latinoamericano / PL / 01 de febrero de 2016 – 

El Ejecutivo y la Asamblea Nacional de Haití acordaron un plan para garantizar la gobernabilidad en el país cuando el presidente Michel Martelly deje el poder el fin de semana, reportó hoy la prensa local.

Según Radio Metropole, el pacto lo consensuaron el propio mandatario y los líderes de ambas cámaras del Parlamento, y fija la salida de Martelly para el próximo día 6.

Al jefe de Estado lo sustituirá un primer ministro interino, que debe tener el apoyo de todos los sectores políticos, la ratificación del Legislativo y dar cumplimiento a una hoja de ruta para poner fin a la crisis imperante en el país francófono.

El acuerdo también estableció la segunda vuelta presidencial para el 24 de abril y la toma de posesión del nuevo presidente sería el 14 de mayo.

Entre otras cuestiones, incluye la recomposición del Consejo Electoral Provisional (CEP) y fija para mañana la primera sesión de la actual Legislatura.

Sin embargo, la propuesta debe recibir el respaldo de los actores políticos y los asambleístas para que sea implementada.

Los líderes haitianos buscan así evitar un vacío de poder cuando Martelly deje el cargo y solucionar la crisis, agravada tras la renuncia del candidato opositor Jude Celestin a la contienda electoral por considerarla un fraude.

Intensas marchas de la oposición, la sucesión de actos cada vez más violentos y el desmembramiento del CEP obligaron al Gobierno a posponer por tiempo indefinido la segunda ronda presidencial, programada para el 24 de enero.

A la incertidumbre, se suma la amenaza de algunos sectores de emprender un levantamiento armado si se instaura un gabinete provisional solo integrado por políticos de Puerto Príncipe.

Además, la oposición rechaza la presencia de funcionarios de la Organización de Estados Americanos, que solicitó la administración de Martelly y hoy debe comenzar su misión mediadora.

Haití abrió el ciclo electoral el pasado 9 de agosto con las parlamentarias, atrasadas por casi cuatro años debido a las discrepancias entre el Ejecutivo y la oposición.

El 25 de octubre se efectuó la segunda ronda de las legislativas y la primera de las presidenciales.

La apatía popular, la violencia y los roces entre los partidos rivales empañaron todos esos procesos, considerados indispensables para renovar las entidades democráticas y restablecer el equilibrio institucional en el país caribeño.


Injerencia del embajador argentino y respuesta del Comité Democrático Haitiano
Resumen Latinoamericano /Telam / 30 de enero 2016.- 

Alejandro Guillermo Deimundo Escobal consideró como una posible salida a la crisis que vive el país la extensión del mandato del actual presidente, hasta el 14 de mayo, para que con el apoyo de la misión que decidió enviar la OEA se lleven a cabo las elecciones presidenciales suspendidas el pasado 24 de enero.

“La posición del Ejecutivo fue muy clara: quedarse hasta (el 14 de) mayo con una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que hablará con todas las partes para tratar de encontrar una solución”, destacó el embajador en una entrevista telefónica con Télam. 

Recordó que constitucionalmente la fechas del fin del mandato del presidente haitiano es el próximo 7 de febrero, pero la suspensión del balotaje del domingo pasado hace imposible realizar elecciones previas a esa fecha para elegir a su sucesor.

También señaló que Martelly asumió su cargo el 14 de mayo de 2010, fecha hasta la que se extendió la gestión del anterior mandatario, René Preval, acosado por una crisis política y electoral similar a la actual, con el apoyo del Parlamento, en aquella oportunidad, que votó una ley para habilitar esa salida.

“Y lo que quiere conseguir (Martelly) es un acuerdo con la oposición de cuál es la salida, como la que quiere la comunidad internacional para que se respete el proceso electoral. Haya una nueva ronda de elecciones respetando sus resultados”, precisó Deimundo Escobal.

El diplomático señaló que “hoy (por ayer) Martelly está negociando con la segunda fuerza (política de oposición), con ayuda de la Iglesia Católica, para tratar de encontrar una solución”, pero dijo desconocer cuales han sido los resultados de esas gestiones. 

“Básicamente, lo que está ocurriendo es que no hay un consenso en lo que quieren hacer los haitianos con su país. Son todas fórmulas que no conducen a una salida democrática”, dijo, y agregó que eso produjo que “se postergaran las elecciones de agosto, luego las del 27 de diciembre y ahora las del 24 de enero, y nos encontramos en esta situación”, de crisis.

Enfatizó que hay un informe de “Estados Unidos en el que ha pedido que se respete el proceso electoral, que se respeten los resultados de las elecciones y se llegue a un acuerdo antes del 7 de febrero. La realidad es que esto es lo que tienen que resolver los haitianos”.

Respecto al fraude que según toda la oposición haitiana habría caracterizado la primera vuelta electoral, que motivó el rechazó de su candidato presidencial, Jude Celestin a participar del balotaje, el principal ingrediente de la actual crisis política del país, mencionó varios informes que cuestionan esta hipótesis.

“Hay un informe serio de la Unión Europea, otro de la OEA, y uno particular canadiense, que afirman que no hubo fraudes masivos, sino algunos menores, producto de irregularidades como consecuencia del desconocimiento del proceso de las elecciones. Es un elemento a tomar en cuenta para una investigación”, señaló .

El embajador, de este modo, coincidió con el “core group”, lo que muchos llaman “la comunidad internacional”, integrado por Estados Unidos, Canadá, los representantes de la OEA y Naciones Unidas (ONU), Brasil, España y el Reino Unido, que reclaman que “se tomen en consideración los resultados de las elecciones anteriores y continuar con el proceso democrático”.

También destacó otra iniciativa del presidente Martelly “para descomprimir la situación”, que es su pedido de “incorporar a nuevos miembros del Comité Electoral Provisional (CEP) porque tiene nueve miembros y renunció” la mayoría, “pero todavía no se han presentado los nuevos candidatos”, dijo.

Horas después de este reportaje, renunció el presidente del CEP, Pierre-Louis Opont, quien cumplía esa función en representación de la cúpula empresarial de país, el Foro Económico, que también pidió que diese ese paso al costado para acelerar la recomposición del organismo.

Consultado por las continuas movilizaciones que se producen en Puerto Principe y otras ciudades, el diplomático calificó a los partidos de oposición de grupos “minoritarios” que realizan “manifestaciones tremendamente violentas” en la capital haitiana.

“Pero a su vez se hacen manifestaciones en el norte del país. Todos los presidentes son originarios del norte (y allí) están reclamando la realización de la segunda vuelta electoral para elegir a (el candidato oficialista Juvenel) Moise”. También mencionó que la misión de la OEA “está partiendo y llegarán a la brevedad”, y respecto a la de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) dijo que “es otra de las medidas que se han adoptado en esta muy compleja situación”.

Sobre la posición adoptada por el Parlamento haitiano, recordó que “está recién asumido” y consultado por la postura adoptada por el Senado de apoyar la postergación de las elecciones del 24 de enero y pedir un gobierno de transición, afirmó que hay “distintas propuestas del Senado y Diputados que no se conocen en su totalidad”, pero que “lo importante es trabajar acá a partir de la decisión de Martelly (de permanecer en el cargo hasta mayo) y de lo que propone la comunidad internacional”.


CRISIS HAITIANA Y RESPUESTA AL EMBAJADOR ARGENTINO EN HAITÍ 
Por Henry Boisrolin *, Resumen Latinoamericano, 31 de enero 2016.-
La crisis política y social haitiana ha entrado en una nueva etapa y dinámica. Hoy, sin lugar dudas, queda claro que la máscara de la dominación ha perdido de manera significativa su eficacia y eficiencia de antaño y se desarma casi al mismo ritmo que la descomposición del sistema de dependencia impuesto hace más de un siglo.

Salvo un observador mal intencionado o afectado por una severa ceguera política no puede aprehender la rebelión popular que ocurrió en Haití como la principal arma que ha hecho imposible la aplicación en los últimos meses de varias maniobras y estrategias del poder imperial que pretendían seguir con el statu quo.

En este sentido, la farsa electoral trágica empezada con la primera vuelta de las legislativas el 9 de agosto último pasado y luego con la escandalosa jornada de la primera vuelta de la presidencial el 25 de octubre pasado, ha sido bloqueada por la voluntad popular a partir de una resistencia marcada por una movilización popular activa y combativa a través de las calles del país.

Puerto Príncipe, la capital, se transformó en el epicentro de esta rebeldía, y la gigantesca manifestación del viernes 22 de enero de 2016 asestó el golpe mortal a la pretensión de hacer avalar a todo un pueblo lo inaceptable.

La postergación sin die del balotaje que estaba previsto para el 24 de enero como consecuencia directa de la misma no ha sido sólo una derrota del gobierno del presidente Martelly y del CEP -Consejo Electoral Provisorio- sino también de la llamada Comunidad Internacional comandada por el imperialismo norteamericano.

Pues esta entidad fue la que -a pesar de todas las denuncias con pruebas irrefutables de fraudes masivos, de actos de violencia perpetrados sobre todo por los partidarios del actual gobierno para imponer a sus candidatos, de la decisión de la inmensa mayoría de las organizaciones haitianas exigiendo una revisión de lo actuado antes de seguir con el proceso electoral- alentó al gobierno y al CEP de seguir con la mascarada.

Pero la ira popular que se desató ese viernes 22 de enero pasado, por ejemplo, al llegar la manifestación frente a la Embajada de Canadá, fue determinante e hizo comprender a los enemigos del pueblo que era preferible suspender la comedia.

Así, minutos después el presidente del CEP en un mensaje televisado anunció al país la postergación sine die de la elección. Ni siquiera la presencia y el accionar represivo de la MINUSTAH como fuerza de apoyo a la Policía Nacional Haitiana han podido doblegar esa determinación popular.

Ahora, cabe resaltar que esta victoria y manifestación de la soberanía popular es la característica de la actual etapa. Y es el primer paso en un nuevo camino donde la injerencia internacional tuvo que retroceder.

Hace bastante tiempo desde que el despertar de la conciencia en medio de una terrible situación de miseria generalizada, del colapso de las estructuras de dependencia, y gracias a un trabajo de hormiga en el seno de las masas a pesar de las enormes dificultades por parte de varias organizaciones populares, que la lucha de clases en Haití se ha agudizado.

Pero se trata de una victoria parcial que provocó solo un retroceso y no puso todavía un punto final a la injerencia extranjera. Así hay que interpretar, por ejemplo, el llamado efectuado por Martelly sobre todo a la OEA para el envío de una Misión Especial para constituirse en árbitro de la crisis.

Se trata de un nuevo Plan para retomar la iniciativa perdida por la acción de la calle. El embajador argentino en Haití, el Sr. Alejandro Guillermo Deimundo Escobal, lo revela claramente a partir de unas declaraciones realmente escandalosas, injerencistas y ofensivas para el pueblo haitiano.

Este Sr. no sólo se siente complacido por el rol de la OEA sino que se atrevió a plantear que Martelly podría seguir en su cargo hasta el 14 de mayo, una idea que fue desestimada hasta por dos principales consejeros del propio Martelly. Y así, según este diplomático, Haití podría seguir adelante con este proceso electoral.

Una postura que se asemeja a la sostenida unos días antes por el Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, cuando afirmaba que los haitianos han de seguir con el proceso electoral hasta su finalización y que su gobierno no va a tolerar a ningún gobierno de transición en Haití por un tiempo prolongado.

En vez de imitar de manera tan obsecuente a Kerry, hubiese sido mucho más útil para el Sr. Escobal leer el libro Haití: Fracasos y Desafíos Internacionales del profesor brasileño Ricardo Seitenfus, el ex representante de la OEA en Haití durante las escandalosas elecciones de 2010-2011 donde la OEA contribuyó a la designación de Martelly como presidente.

Su intromisión en los asuntos internos del país manipulando los resultados electorales transformó a este organismo regional en uno de los responsables directos de la actual crisis.

Así lo interpreta el pueblo haitiano que resiste en la calle. Y, por favor, Sr. Embajador Escobal, las imágenes de las masivas protestas de la oposición que circulan a través de todos los medios de prensa muestran con contundencia que es totalmente ridícula e insostenible su afirmación acerca del carácter minoritario de la oposición a Martely.

También, Sr. Embajador, sería importante para no seguir ofendiendo de manera tan liviana al pueblo haitiano tratar de entender por qué la Iglesia Católica Haitiana hasta ahora se niega a dialogar con los miembros de la Misión de la OEA.

Ahora para llevar adelante esta especie de Plan B, los supuestos presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados han elaborado con Martelly una propuesta de salida. En esta nueva maniobra macabra tratan de neutralizar hasta el Grupo de los 8 candidatos a presidente y, obviamente, nada de consultar a las masas movilizadas.

Y el descarte del G 8 de su vergonzosa propuesta se debe a que los 8 candidatos no reconocen a esos usurpadores de cargos y exigen una revisión por una Comisión de cómo llegó cada uno a su puesto.

Entre tanto, entonces, Martelly y sus cómplices nacionales e internacionales pretenden que los manifestantes que estuvieron detrás de las barricadas, que marcharon kilómetros y kilómetros, que enfrentaron la represión, que recuperaron la dignidad del país, que dijeron NO a Martelly, al CEP y a la Comunidad Internacional, sean borrados de un plumazo del escenario para que unos traidores que ocupan ilegalmente el Parlamento a partir de elecciones fraudulentas sean los que determinen el futuro del país.

Pero esta maniobra no pasará, por lo menos tan fácilmente como lo suponen. La lucha será larga y difícil, pero el pueblo haitiano es un hacedor de proezas.
La historia lo avala.
* Coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina
Envío:ResumenLatinoamericano

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