6 de febrero de 2016

ROSARIO: EL HURACÁN MORENO.

El ex secretario de Comercio, en Luz y Fuerza 
El huracán Moreno
05/02/2016
Por Eugenia Arpesella | Horacio Çaró
Foto: Andrés Macera
Foto: Andrés Macera
Guillermo Moreno, secretario de Comercio de Néstor y Cristina Kirchner, estuvo en Rosario. Fiel a su costumbre, no pasó desapercibido. Ante una sala de Luz y Fuerza largamente desbordada, le habló a la militancia y al resto.


Como era de esperar, a pesar de que le habló a todos y todas, El Napia, como le dicen los más allegados, comenzó por la militancia, en su mordaz estilo. “Los compañeros de Rosario están medio locos”, comentó, y acto seguido lanzó un mimo: “Gracias por este amor, que transpiramos cuando nos juntamos los peronistas”.

El dirigente, que recientemente fundó la agrupación La Néstor, siguió su alocución ante un público enfervorizado. “Necesito hablarles a los compañeros del movimiento nacional justicialista pero también a los que no nos acompañaron con el voto. Ténganme paciencia, que vengo especialmente a hablar con los que no nos acompañaron, que no son pocos”.

En ese tono, y con la mirada puesta en las futuras luchas que tiene por delante el peronismo, pero con la mira puesta en la reciente derrota del Frente para la Victoria frente a Macri, expresó: “Si nosotros nos comprometemos a recuperar ese 6 por ciento de votos vale el doble. Si eso lo conseguimos, cuantitativamente cambia todo”.

El hombre que enfrentó al Grupo Clarín en su propia casa, sentenció cómo considera que se recuperará ese terreno perdido: “Con paciencia y comprensión”. Moreno en estas cuestiones no es suave, ni “prolijo”, como él mismo califica a quienes miran más lo que dicen las encuestas que lo que piensan las bases, y tiene salidas como ésta: “Vengo a plantarme, no a decirles lo que quieren escuchar, sino lo que yo creo que está bien y que hay que hacer en este momento histórico”. La platea ardía.
Foto: Andrés Macera
Foto: Andrés Macera
Refiriéndose a las peripecias de Mauricio Macri en su afán por interferir en la interna del peronismo, advirtió: “Si éste quiere poner al presidente del partido vamos a obligarlo a ir a la interna. Y si nosotros hacemos afiliación masiva, hacemos un hecho (político) para impedir el desembarco de ellos en nuestra fuerza”.

Moreno no dejó de arengar respecto de cómo militar en esta etapa: “Detrás de cada compañero peronista tiene que haber una pareja peronista”, guiñando un ojo al público. Aún no había terminado la frase y ya estaba enviando otro mensaje. “A la familia hay que convencerla. Si no lo logramos es porque no pasamos el tiempo suficiente con ella”.

¿Cómo convencer a los familiares incrédulos? Para Moreno es simple: “Explicándole la contradicción entre la pobreza y la oligarquía, los precios de los alimentos. Después vamos por los vecinos”.

El dirigente más demonizado por los medios hegemónicos durante los tres gobiernos kirchneristas, acaso contagiado del clima que generó el público militante, siguió recomendando el cómo de una tarea que, presupone, debe ser casa por casa y boca a boca, aunque depende de algo: “Si entendemos, claro, el mensaje que tenemos que decir, porque los votos se cuentan de a uno”.

Para desvirtuar a quienes tal vez lo perciben como un referente arrogante o soberbio, su mensaje fue conciliador, como el de un león hervíboro: “Venimos con humildad, con cariño y paciencia, les explicamos a  los que peinan canas que estaban confundidos. Porque si no nos van a ganar de verdad”.

Para Moreno, la etapa posterior a la elección de autoridades en el peronismo no resulta demasiado compleja: “Después de la interna, quien tenga que ser el presidente del partido, con que el año que viene no acompañe a Macri a Davos nos alcanza”.

Para finalizar, el Napia no dejó pasar la oportunidad de pasarle una facturita a los tradicionales adversarios del peronismo: “La editorial de La Nación del último domingo es la que saca cada 30 años. Habló la oligarquía. Dijo que del 43 para acá está todo mal. Porque nadie se animó a restablecer el modelo oligárquico. Ahora quieren hacerlo. Lo expresaron, lo dijeron, y son tan brutales que al único empresario que nombraron en esa editorial fue al CEO del Banco Macro, Jorge Britos. Están pasando el peine fino. Le dijeron a Macri que tiene que entender la alternancia, que tiene que venir otro. Y ése es uno de los nuestros. Massa”.
Foto: Andrés Macera
Foto: Andrés Macera
El remate hizo vibrar incluso a las butacas: “A nuestros compañeros les tenemos que decir que los días más felices, fueron, son y serán peronistas”. Y como en cada acto en el que se tañen las cuerdas del arpa peronista, el final no podía ser otro: hasta los taxistas que pasaban por la puerta de Luz y Fuerza cantaron la Marchita.
Fuente:RedaccionRosario

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