29 de mayo de 2016

ENTREVISTA CON ROGELIO GOIBURÚ.

domingo 29 de mayo de 2016
“No hay un interés político de que se sepa sobre el Operativo Cóndor”
Su padre, Agustín Goiburú, es uno de los 13 paraguayos que figuran en una lista de 105 víctimas incluidas en un largo juicio en Argentina que el viernes condenó a los responsables del siniestro plan de las dictaduras sudamericanas.
Optimista. Rogelio Goiburú alienta la oportunidad para que se reactiven las investigaciones sobre crímenes de la dictadura.
Por Susana Oviedo 
soviedo@uhora.com.py
Rogelio Goiburú siguió emocionado el viernes en la Embajada argentina en Asunción la lectura de la sentencia de un tribunal federal del vecino país que finalmente condenó a militares y ex agentes de Inteligencia por los crímenes perpetrados en el marco del Plan Cóndor, pacto firmado en 1975 por los gobiernos autoritarios de Argentina, Chile, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay para perseguir y asesinar a disidentes políticos. Este largo juicio contra los represores del Plan Cóndor comenzó en 1999 y fue impulsado en nombre de 105 víctimas, 13 de ellas, paraguayos. Entre ellos Agustín Goiburú, médico, activista del extinto Movimiento Popular Colorado, desaparecido desde que fue secuestrado en Argentina en 1977 en un operativo policial conjunto de agentes paraguayos y argentinos. Rogelio, sus hermanos y madre siguen buscando afanosamente los restos del doctor Goiburú "para hacer el duelo". Ellos conocieron la persecución y el miedo institucionalizados por el Plan Cóndor. "Nos vigilaban permanentemente. No solo en Posadas, sino también en Entre Ríos", cuenta.

 – ¿Cómo recibe la noticia de que un tribunal argentino deje patente con su fallo que existió un pacto entre las dictaduras latinoamericanas para asesinar disidentes y, además, condene a algunos de responsables de este plan? 
–Con satisfacción, por un lado, pero con dolor, por otro, porque muchos de los responsables directos de estos actos ya han fallecido. Ya no van a sentir el peso de la justicia. Pero es un paso importante, porque se va a conocer la verdad. Reabre la oportunidad para que cada país siga investigando. Más de 140 paraguayos fueron secuestrados en Argentina, y el juicio cuya sentencia acabamos de conocer es solo a favor de 13 paraguayos, entre los cuales está mi padre. Faltan muchos otros sobre los que no sabemos cuál fue su destino. Se puede suponer que la mayoría de ellos fueron traídos a Paraguay o que fueron eliminados en la Argentina.

–¿Cree que en Paraguay se pueda demostrar por completo cómo funcionó el terrorismo de Estado en la época del dictador Alfredo Stroessner?
–Por supuesto. Además, así como yo sé que no voy a encontrar más con vida a mi padre, la esperanza de mi familia y de otras muchas es por lo menor hallar los restos de nuestro familiar desaparecido y tener la posibilidad de hacer un duelo. La represión al opositor político, a su familia y a su partido político fue también una represión a la sociedad. Y sobre ella se implementó un plan, cuyas consecuencias hoy estamos sufriendo. No es casualidad que vivamos en un país donde ser corrupto y vivir en la impunidad es algo patente. La semilla de esto se sembró en la época de la dictadura.

–¿Hubo suficiente esfuerzo hasta ahora para no dejar impunes a los represores materiales e intelectuales de la dictadura? 
–No. ¿Qué es lo que hizo la Justicia paraguaya? La Comisión de Verdad y Justicia registró en sus 4 años de trabajo el testimonio de más de 2 mil personas, que permitió identificar a más de 690 victimarios. Personas que secuestraron, torturaron y participaron en la desaparición forzada de ciudadanos. De estos, se cuentan con los dedos de las manos los que fueron procesados, juzgados y condenados. Por eso hablamos de impunidad. Y detrás de los que formaban parte de las instituciones de seguridad, militares y policías, estaban numerosos civiles. Por eso se habla de dictadura cívico-militar. Civiles del país que colaboraron con ese régimen se beneficiaron y hasta el día de hoy están en el poder real y mantienen esta estructura de impunidad e injusticia.

–Los jóvenes en general desconocen esta etapa oscura del país, ¿qué hay que hacer al respecto? 
–Es así, pero en esto todos tenemos que sumar esfuerzos para mantener la memoria viva. Intelectuales, familiares y víctimas de la dictadura, medios de comunicación e instituciones educativas, porque todos los días intentan borrarla. Es necesario que los paraguayos conozcamos nuestra historia y nos inspiremos en el valor que tuvieron esos compatriotas que han desaparecido, y que para mí son héroes porque fueron capaces de dar su vida por un ideal, por un país soñado. Tenemos cerca de 450 compatriotas que han desaparecido.

–¿Qué pasó con unos 70 represores sobre los que organizaciones de derechos humanos y de víctimas de la dictadura habían pedido a la Fiscalía General que inicie las investigaciones? 
–Hasta ahora nada. La presión es muy grande. El establishment no quiere que se sepa la verdad y que se persiga a los culpables. Estos están protegidos, porque si se destapa la olla quién sabe cuántas cosas podridas van a salir de ahí. Por eso no hay un interés político en apoyar esa causa. Sin embargo, estamos luchando siempre y creemos con seguridad que cuando logremos las primeras identificaciones de los restos (esqueletos) que estamos encontrando –34 hasta ahora– eso va a abrir una gran puerta. Se sabrá con nombre y apellido quién fue, se podrá reconstruir su historia, y la Justicia no tendrá más remedio que investigar.

–¿Quién impulsó el Operativo Cóndor? 
–La CIA, de los Estados Unidos, de la mano del secretario de Estado de entonces, Henry Kissinger, que tenía además a sus agentes en todas las embajadas del Mercosur. Ellos fueron los que planificaron y financiaron el Plan Cóndor. Estoy seguro que en la CIA tienen todos los documentos sobre estos crímenes aberrantes que se han cometido.

–¿Cuál fue el papel de los consulados y las embajadas? 
–Todos sus consulados y embajadas funcionaban como centros de pyraguereato (espionaje). Los agregados militares recopilaban información acerca de los perseguidos políticos. Con el Plan Cóndor la tarea se torna sistemática y hay una logística financiada para ejecutar los secuestros.
Fuente:UltimaHora.com

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