25 de enero de 2017

A 20 AÑOS DEL ASESINATO DE JOSÉ LUIS CABEZAS.

José Luis Cabezas: hacer las fotos que el poder dice que no se deben hacer 
enero 24 

Hay crímenes que tienen la potencia para definir una época. Como si en su funcionamiento se desnudara la lógica completa del entramado de poder. El asesinato de José Luis Cabezas el 25 de enero de 1997 fue, entre muchas otras cosas, también eso. La clave que hizo visible los hilos que anudaban al poder político con los empresarios, las fuerzas de seguridad y las patotas formadas durante la dictadura cívico-militar que seguían operando en las sombras de la democracia.

“El asesinato de José Luis -explica Ezequiel Torres, presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA)- tuvo importancia no sólo para nuestra organización o para los compañeros de profesión, tuvo impacto en todo el cuerpo social”.
Foto: José Luis Cabezas
Cabezas era fotógrafo de la revista Noticias y tomó fotos a Alfredo Yabrán, un empresario poderoso y ligado al poder político. Esas imágenes, como declaró Héctor D’Amico, el entonces director de Noticias, “no gustaron a alguna gente”. Cabezas viajó a Pinamar con su compañero Gabriel Michi. El periodista investigaba una red de corrupción dónde se trenzaban poderes públicos y privados. Ahí Yabrán funcionaba como punto de cruce.

La investigación y las fotos hicieron enojar a Yabrán. Y el empresario decidió enviar un mensaje. El cuerpo de Cabezas apareció en General Madariaga. Estaba quemado, dentro de un auto también calcinado, con las manos esposadas y dos tiros en la cabeza.

“El impacto que tuvo el asesinato puede leerse en dos niveles”, explicó Torres a Notas. “Por un lado las marcas inmediatas sobre nuestro trabajo cotidiano y sobre la opinión pública. Entender que estábamos frente al atentado contra la libertad de expresión más importante que haya sucedido desde el regreso de la democracia. Entendimos que era un hecho destinado a generar miedo, a paralizarnos. Pero, y ese es el otro nivel, también nos movió. Nos obligó a pensar acciones colectivas, a juntarnos, a hacer visible lo que había pasado”, añadió.

La investigación judicial estableció que Cabezas había sido asesinado por una patota a sueldo de Yabrán. Al mando estaba el policía Gustvo Prellezo -quien fue beneficiado el 9 de enero de este año con la libertad condicional- y todos ellos se vinculaban a Gregorio Ríos, un ex militar que oficiaba como jefe de la custodia del empresario. La policía de Pinamar hizo su parte liberando la zona

Era la consecuencia de haber investigado a un hombre que inició su fortuna con la dictadura, la acrecentó con el gobierno de Raúl Alfonsín y siguió creciendo mientras el país era gobernado por Carlos Menem.

El periodista Gustavo González contó que seis años antes del asesinato, cuando la revista iniciaba sus investigaciones sobre Yabrán, dirigentes radicales y peronistas llamaban a la redacción para interceder. Era todavía el año 1991 cuando él y Teresa Pacitti, directora del medio, fueron llevados a una entrevista personal con Yabrán por el diputado radical Roberto Sanmartino.

El ex presidente Menem, por su parte, siguió viajando en los aviones de empresario y hasta lo recibió en una visita oficial en Casa Rosada después del 25 de enero de 1997.

El respaldo político no evitó que la justicia ordenara su arresto el 15 de mayo de 1998. Cinco días después, un hombre se suicidó con una escopeta. Su rostro quedó irreconocible, lo mismo que su cuerpo. Una investigación forense aseguró que se trataba de Alfredo Yabrán.

A veinte del peor atentado en democracia contra la libertad de prensa
El crimen de José Luis Cabezas cumple 20 años. Sólo queda una persona detenida por su asesinato, el ex policía Anibal Luna. Los otros responsables fueron liberados o murieron en la cárcel. Se podría pensar que el escenario político se modificó desde su muerte. Varios presidentes pasaron por la Casa Rosada provenientes de distintas fuerzas políticas. Sin embargo, el contexto para ejercer el oficio no puede llamarse prometedor.

Desde la asunción de Mauricio Macri como presidente no sólo se han multiplicado los despidos en el sector y los cierres de medios, también se ha intentado intervenir sobre sus tareas desde el Ministerio de Seguridad. Por un lado se quiso imponer un “corralito” en las protestas públicas, que restringe el radio de acción de la prensa y, por otro, un protocolo de protección para periodistas ante investigaciones “de interés institucional”.

Ante estos dos escenarios ARGRA -como también el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y otras organizaciones- denunciaron que se intentaba limitar la libertad de prensa. Torres lo explica así: “Sabemos que hubo un empoderamiento de las fuerzas de seguridad que ha derivado en acciones represivas contra organizaciones. Y también somos muy críticos del protocolo y el corralito que proponen desde el Ministerio de Seguridad. Entendemos que atenta contra la posibilidad de realizar nuestras tareas”. Pero, agrega el fotógrafo, “también acá reaccionamos muy rápido y coordinamos acciones con sindicatos y organizaciones. Denunciamos que, en verdad, lo que se persigue, es que no se hagan las fotos que se tienen que hacer”.

Este miércoles, a veinte años del asesinato, los periodistas organizados en ARGRA, Sipreba y la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa, instalarán dos fotografías en homenaje. Será al mediodía, en el espacio de la ex ESMA, donde hoy funciona el edificio de las Madres de Plaza de Mayo. Aunque ellos saben que la mejor forma de memoria para José Luis Cabezas es seguir haciendo las fotos que el poder dice que no se tienen que hacer.
Juan Mattio – @juanmattio
Fuente:Notas



El lugar donde mataron a Cabezas: la Cava en primera persona

Por Fernanda Jara
25 de enero de 2017

Entre cenizas. Los investigadores buscan pistas luego de que se removiera el auto incendiado donde apareció muerto José Luis Cabezas. Entre cenizas. Los investigadores buscan pistas luego de que se removiera el auto incendiado donde apareció muerto José Luis Cabezas.

Silencio, apenas el ruido de algunas hojas. Cruces, rosarios descoloridos, pastos crecidos que tapan las placas. Las imágenes de cada uno de los informes y de las fotografías que se vieron en estos 20 años giran como una película en la mente que juega a su antojo. Pese a no haber estado ahí cuando el crimen ocurrió pareciera que estuvimos todos, porque allí quedó la vida de un hombre junto a sus proyectos, junto a su mañana arrebatado. Porque en los cinco kilómetros del camino jamás asfaltado en los que José Luis Cabezas fue llevado esposado y golpeado es inevitable cerrar los ojos e imaginar lo que pensó. ¿Sabría que su vida pendía de un hilo? ¿Cuál habrá sido su ultimo pensamiento? Es imposible andar ese recorrido y no dejarse arrastrar por ese dolor que, en medio de tanta injusticia, también es nuestro.

En 2014 pisé por primera vez la cava de General Madariaga, pero no me animé a bajar al lugar exacto donde el auto, con el cuerpo de José Luis en su interior, fue incendiado. No pude. Tan sólo miré desde arriba porque, pese al verdoso pasto, ese lugar parecía la boca del mismísimo infierno. Permítame, estimado lector, compartir hoy la experiencia que viví el 25 de enero de 2014, porque mientras usted esté leyendo éstas palabras yo estaré nuevamente allí, en el homenaje al hombre que cambió el sentido de muchas vidas.

La Cava 

En la noche del 24 de enero de 2014, dos micros salían de la esquina de la editorial donde trabajaba Cabezas. La invitación para participar del homenaje anual al cumplirse los 17 años del crimen del reportero gráfico la hizo la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA). Mientras esperábamos la llegada de los micros, le conté a uno de los fotógrafos que preparaba mate que había ido al primer acto que se realizó en el centro de Pinamar el 25 de enero de 1998 siendo estudiante del segundo año de periodismo y del primero de fotografía; luego a los que se hicieron en la Ciudad de Buenos Aires. Esa fue la primera vez en la que muchos trabajadores de prensa pisamos el lugar donde mataron a nuestro compañero.
EL cartel sobre la ruta que indica el camino al monolito donde fue asesinado José Luis Cabezas y que hoy es una especie de santuario (Fernanda Jara) 
Partimos antes de la medianoche y el día nos encontró en Pinamar; allí descansamos, almorzamos y por la tarde partimos a la "Cava". Fuimos en los micros, pero sólo pudimos llegar hasta el cartel de la ruta que indica el acceso en el que se encuentra el monumento a José Luis. El camino sinuoso y colmado de pozos no nos permitió avanzar, por lo que arrancamos a pie. La solidaridad de quienes pasaban por la ruta y reconocieron nuestras remeras con los ojos de Cabezas impresos a la altura del pecho fue sorprendente: se detuvieron y se ofrecieron a llevarnos. Nos dividimos en tandas y emprendimos la última parte del recorrido.Cinco kilómetros nos separaban del lugar. No recuerdo cuánto tiempo llevó el trayecto, sólo recuerdo el silencio de todos y haberme visto en el espejo retrovisor con los ojos vidriosos. La sensación de ese momento es indescriptible. Pensé que por ese mismo camino, 17 años atrás, un hombre era obligado a despedir su vida, sus amores, sus sueños… Pensé que seguramente habría sentido miedo, mucho miedo.
Memoria latente. Al igual que cada año, un grupo de trabajadores de prensa, familiares y amigos de José Luis Cabezas se reunirán en la cava de General Madariaga para recordar al fotógrafo asesinado (Fernanda Jara) 
El llanto fue incontenible, sobre todo cuando los motores pararon y bajamos en el mismo lugar en el que a Cabezas le quitaron la vida, la única que tenía y la que seguramente no planeó que terminara en ese momento ni de esa manera. Una gran cruz blanca es protagonista de la escena lateral junto a un monumento mediano de piedra. Cruces, placas con su nombre y algunos rosarios colgados, víctimas del desgaste del tiempo, se repetían. Esa era "la cava", ese pozo en medio de la tierra llena de césped bastante crecido. Si uno no supiera lo que allí pasó no pensaría que un día hubo un cuerpo calcinado. No quedaron rastros de eso…

De lejos vi a Gladys, la hermana de José Luis, abrazando a algunos conocidos. Ellos eran familiares de víctimas de otros crímenes impunes. De otro auto bajaba su compañero Gabriel Michi y Hugo Ropero, su último jefe, también se acomodaba para el homenaje. Se habló poco, lo necesario, en realidad. Al igual que en cada uno de los actos en que se lo recuerda, las cámaras fotográficas fueron levantadas con furia e impotencia, con sabor a impunidad. Y al grito de "¡Cabezas, presente!" todas ellas quedaron petrificadas en lo más alto —más allá de lo que el propio brazo permitía— y todos los objetivos miraron al cielo, regalándole ese instante de recuerdo y la promesa de jamás olvidarlo.
Cámaras en alto, el homenaje más simbólico de los reporteros gráficos a José Luis Cabezas. (Foto: ARGRA) 
Hoy, 20 años después de aquel 25 de enero de 1997, habrá homenajes a José Luis Cabezas en todo el país. El acto central, denominado "Memoria latente", será a las 20 en Pinamar en el monolito que lleva su imagen (frente a la terminal de micros). Luego se presentará la muestra itinerante con todas las fotografías que hizo Cabezas en el Centro de Innovación "El Vivero".

En la Ciudad de Buenos Aires el acto central, organizado por ARGRA, se realizará a las 12 en la ex Esma (Av. del Libertador 8151). Además, en el edificio de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora se realizará un acto homenaje en el que ARGRA junto a representantes del SiPreBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires) y de la FATPREN (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) instalarán dos fotografías en homenaje al fotógrafo asesinado.
Fuente:InfoBae



25 de enero de 2017 

A 20 años del crimen de José Luis Cabezas
A 20 AÑOS DEL ASESINATO DEL FOTÓGRAFO 
Gladys Cabezas: "Vivimos con la amarga sensación de impunidad" 
La hermana de José Luis Cabezas, asesinado el 25 de enero de 1997, denunció que las condenas a los autores del crimen fueron "una fantasía" ya que ninguno cumplió más de ocho años en la cárcel.
En 2000 fueron condenado los integrantes de "Los Horneros", el jefe de Seguridad de Alfredo Yabrán y tres policías. 
A 20 años del asesinato de José Luis Cabezas, la hermana del reportero gráfico, Gladys Cabezas, aseguró que la familia vive "con la amarga sensación de impunidad" en referencia a la reciente libertad condicional que recibió el ex policía Gustavo Prellezo, uno de los condenados a prisión perpetua por el crimen del fotógrafo.

"Toda la familia nos encontramos con la amarga sensación de impunidad, porque no hay ninguna persona detenida en un juicio que debió haber sido un precedente", afirmó Gladys Cabezas en declaraciones a radio El Mundo. La hermana del fotógrafo asesinado en Pinamar el 25 de enero de 1997 recordó que "la Justicia rápidamente encontró a los culpables materiales y al que ideó esto" y valoró la "condena ejemplar" pero lamentó que "sin embargo no la cumplieron, fue toda una fantasía".

"No cumplieron ni siquiera ocho años en la cárcel. Algunos salieron por el beneficio del 2 por 1 y otros porque las cárceles eran muy húmedas y sufrían asma, entonces les otorgaron la prisión domiciliaria. No está bien", remarcó Cabezas y volvió a cuestionar la libertad condicional otorgada en diciembre pasado a Prellezo.

"Estudiar es un derecho, lo mismo que ir a la Iglesia o estar en familia. Pero ser asesino es una elección. ¿Esa persona elegirá nuevamente o no matar por plata, planear un crimen como lo planeó, pegarle dos tiros en la cabeza a un tipo que quería vivir y era un laburador? Como agravante, era policía. ¿Hay alguna pericia psicológica de ese tipo que tiene un título en la mano y va los domingos a la iglesia? Muchos iban los domingos a misa y tiraban gente desde los aviones", lamentó la mujer.

José Luis Cabezas fue asesinado en la madrugada del 25 de enero de 1997 en Pinamar, luego de asistir a una fiesta organizada por el empresario Oscar Andreani. El 2 de febrero de 2000, tras un juicio oral y público, fueron condenados a prisión perpetua Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana, integrantes de la banda "Los Horneros", así como Gregorio Ríos, jefe de Seguridad del empresario Alfredo Yabrán (quien se suicidó en 1998 luego de que la Justicia ordenara su detención), y los policías Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo.

Sin embargo, ninguno cumplió la pena dispuesta, y el último en ser liberado fue Prellezo, quien ya gozaba de prisión domiciliaria desde 2010. MencionesJosé Luis CabezasGladys Cabezas
Fuente:Pagina12



Miércoles 25 de Enero de 2017

El libro de la buena memoria 
A 20 años del crimen de José Luis Cabezas, una entrevista a Gabriel Michi, compañero del reportero gráfico y autor de una investigación sobre el asesinato.
Gustavo Cirelli 

Foto Edgardo Gómez 
El relato de Gabriel Michi estremece. Hilvana, minucioso, cada instante del 25 de enero de 1997. Recuerda que su compañero, el fotógrafo José Luis Cabezas, con quien compartía la cobertura de verano en Pinamar para la revista Noticias, no aparecía a la hora fijada para retomar la rutina laboral. Se habían despedido horas antes, de madrugada, en la casa del empresario Oscar Andreani. Michi partió de la fiesta a las cuatro. Cabezas, media hora después.

Pasaron 20 años.

Gabriel desanda las horas dolorosas. La búsqueda inicial. Los indicios que insinuaban lo inimaginable. Su primer contacto con la Policía Bonaerense, la que horas antes liberó la zona.Repasa Gabriel. Su llegada a la cava del horror en General Madariaga. El Ford Fiesta que usaban ese verano, consumido por las llamas. El cuerpo de José Luis. Esposado. Fusilado por sicarios. Calcinado.

De regreso a Pinamar en un patrullero, en shock, Michi no dudó: "Fue el hijo de puta de Yabrán".

Alfredo Yabrán sería investigado como autor intelectual del crimen. El cerco que se fue cerrando hasta que se voló la cabeza en mayo del '98 en su estancia San Ignacio en Entre Ríos.

En un juicio histórico se condenó al jefe de seguridad de "Don Alfredo" Gregorio Ríos; a los malditos policías que brindaron la logística del asesinato Alberto "la Liebre" Gómez, Aníbal Luna y Sergio Cammarata (murió preso en 2015); a "Los Horneros", cuatro delincuentes que secuestraron al fotógrafo esa madrugada, Horacio Braga, José Luis Auge, Héctor Retana (muerto en prisión en 2001) y Sergio González (detenido nuevamente en 2015 por integrar una banda narco), y al oficial de la Bonaerense Gustavo Prellezo. Ya están todos en libertad. El 21 de diciembre salió el último: Prellezo, ya había gozado siete años de prisión domiciliaria. Se recibió de abogado tras las rejas. De escribano, en su casa.

Recién ahora Michi pudo escribir la historia, que es la suya. Cabezas, un periodista, un crimen, un país es un libro periodístico monumental. Quinientas páginas que retratan los días de locura y muerte, las amenazas; esa tristeza que era bronca, que era miedo entre sus compañeros de redacción, las movilizaciones, la trama política, y la actualidad del clan Yabrán. Algo más. Brillan los hijos de José Luis en el libro. Agustina que en días cumplirá 26 años. Juan de 24. Y Candela de 20 años, que vive con su mamá Cristina en España. 

Gabriel posa con la remera que una excompañera de Noticias atesoró como blasón de memoria: tiene el rostro de Cabezas en un dibujo de Hermenegildo Sábat. Fue la que lucieron los trabajadores al mes del crimen en un acto en la puerta de la vieja sede de la revista ante más de 35 mil personas en Corrientes y Talcahuano.

-¿Por qué escribiste el libro?

-Fue un proceso muy largo. Su crimen atravesó mi vida. Ver el dolor de su familia durante estos años me hacía imposible sustraerme. Por otro lado, no quería que se sienta que había algún tipo de especulación, tiene que ser un ejercicio de memoria.Y finalmente, porque la familia de José Luis, en particular Gladys, su hermana, me decía que "nadie como vos puede contar esta historia porque nadie como vos conoce este sufrimiento".

-¿Qué aporta tu investigación? 

-Redimensiona a José Luis. Él se convirtió en ícono colectivo por eso mi idea fue traerlo a la tierra, que se conozca quién era, sumar el testimonio de sus hijos que eran muy chiquitos cuando lo mataron. Si es difícil de explicar para nosotros, que fuimos sus compañeros, al ver su nombre en una calle, imaginate para sus hijos. Por otro lado, creo que el libro aporta una mirada sobre lo difícil que es hacer periodismo cuando el periodista -o el medio- es parte de una tragedia así. Los laburantes tuvimos un aprendizaje a fuerza. En democracia, la variable muerte no estaba contemplada en la rutina profesional.

-¿Qué pasó con el emporio Yabrán?

-Después de su muerte se recicló su grupo económico. Su viuda y los hijos viven en Uruguay. El grupo económico sigue operando muy fuerte allá y en el país. Cambiaron de rubros, pero mantienen empresas que Yabrán reconoció como propias: la inmobiliaria Aylmer, o Yabito que tiene 90 mil hectáreas de campo en Entre Ríos. También las empresas aéreas. Royal Air que antes era Lonolec; y otras de taxis aéreos como Milenium, que fueron contratada por el Estado como en el caso Antonini Wilson. Se dedican al desarrollo inmobiliario, al negocio financiero. Crearon un holding. Y más. Después de la muerte -estoy convencido de su suicidio- hay dos cuestiones que llaman la atención. Una operación inmobiliaria en Estados Unidos al año de su muerte. Alguien dijo ser Yabrán, presentó su pasaporte y vendió una propiedad. E investigué una transferencia millonaria poco después de su muerte de una cuenta en Luxemburgo cuyo propietario único era Yabrán hacia Kersarge Corporation International, una offshore en las Islas Caimán de donde, a la vez, se giró a cuentas del Banco Francés en Buenos Aires de los Yabrán

"El poder es impunidad", definió Yabrán en una de las pocos entrevistas que dio. A veces, incluso, la muerte no es el límite.
Fuente:TiempoAr



A 20 años de la muerte de Cabezas, Marcos Peña le deseó "felicidades" a los reporteros gráficos
El jefe de Gabinete tomó como un día festivo a aquel que conmemora dos décadas del asesinato del fotógrafo de la revista Noticias a mano de la custodia del empresario Alfredo Yabrán.
25 DE ENERO 2017 

Se cumplen 20 años del asesinato de José Luis Cabezas. Por ese motivo, el 25 de enero se conmemora el día del reportero gráfico, como forma de homenajear al fotógrafo de la revista Noticias asesinado por la custodia de Alfredo Yabrán. Pero Marcos Peña parece no estar enterado de eso.

A través de su cuenta de Twitter, el jefe de Gabinete escribió: "Muchas felicidades a todos los reporteros gráficos del país en su día, quienes con su fotos cuentan una parte muy importante de la historia".

Este mensaje lo dio en un día que tiene poco para celebrar. Seguir Marcos Peña ✔ @marquitospena Muchas felicidades a todos los reporteros gráficos del país en su día, quienes con su fotos cuentan una parte muy importante de la historia. 10:01 - 25 ene 2017 102 102 Retweets 238 238 me gusta

Recién media hora después, y luego de que estallaran críticas contra el funcionario, Peña sacó una aclaración:

"También recordamos a José Luis Cabezas y su compromiso con la profesión". Seguir Marcos Peña ✔ @marquitospena También recordamos a José Luis Cabezas y su compromiso con la profesión, reafirmando nuestro deseo para que haya justicia. 10:32 - 25 ene 2017 62 62 Retweets 216 216 me gusta

El 25 de enero de 1997, José Luis Cabezas fue hallado muerto, con dos balazos en la cabeza, las manos esposadas y el cuerpo calcinado dentro de un auto. Cabezas estaba cubriendo la temporada veraniega en Pinamar junto al periodista Gabriel Michi.

La mencionada ciudad balnearia era lugar habitual de descanso del empresario Alfredo Yabrán, quien en una oportunidad declaró que sacarle una foto era como pegarle un tiro. 

Por el crimen, varios policías bonaerenses y la custodia de Yabrán fueron hallados culpables. El empresario fue declarado autor intelectual post-mortem, ya que antes del juicio se suicidó en su chacra en Entre Ríos, en 1998.
Fuente:ElDestape

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