13 de enero de 2017

MIRTHA BARAVALLE CUMPLIÓ 92 AÑOS.

Mirtha Baravalle cumplió 92 años: una madre que hizo de la lucha por los 30 mil desaparecidos un camino de dignidad.
Por Carlos Aznárez
Jueves 12 de enero, Plaza de Mayo, Buenos Aires, Argentina.

El sol cae como un mazazo en la cabeza y el calor se hace más que agobiante, el termómetro marca 34 grados. Sin embargo, Mirtha camina con lentitud pero con esa firmeza que saca de las entrañas y el dolor acumulado por años. Toma con fuerza la pancarta de las Madres-Línea Fundadora, mientras da una vuelta más alrededor de la Pirámide, justo frente a la Casa de Gobierno donde anida lo peor del capitalismo criollo y trasnacional. A su lado, como todos los jueves, va Norita Cortiñas, otra todo-terreno que no se arredra ante ninguna convocatoria para denunciar injusticias. Detrás, numerosos compañeros y compañeras, gritando “Presente” ante cada nombre de uno de los 30 mil luchadores y luchadoras asesinadas por la dictadura militar.

Mirtha es delgada y se podría decir, si no se la conociera, que hasta un poco frágil. Pero de esto último, nada de nada, ya que como muchas de estas mujeres que dejaron sus actividades habituales y se metamorfosearon en leonas para defender la vida de sus cachorros, fueron creciendo con el tiempo hasta convertirse en un factor fundamental en la lucha por los derechos humanos. Son peleonas pero también alegres en la lucha.

Este jueves, Mirtha cumplió 92 juveniles años, y como ocurre, al finalizar de marchar, ambas madres lanzaron las consignas imborrables en el tiempo, mientras quienes las acompañábamos gritamos para que retumbe en la Plaza, que los 30 mil están presentes hasta la victoria siempre, y que venceremos y que también necesitamos que aparezca con vida Jorge Julio López, ya, y que a todo esto le sumamos el repudio a la represión contra los mapuche en Chubut. O sea la realidad de un país que comienza a parecerse peligrosamente a otro de 40 años atrás.

Ya bajo la sombra de un par de árboles, Norita y Mirtha tomaron en sus manos una bandera mapuche y ambas arengaron a los presentes, hablaron de solidaridad con los que luchan y anunciaron que viajarán a Esquel a exigir que cese la represión. Mirtha con su sonrisa pícara y los 92 celebrados en su puesto de combate, asintió señalando que hasta cuando se va a perseguir a los más humildes de esta Argentina nuestra.

Así son estas queridas Madres, que no se callaron ni se callarán la boca ante los poderosos, y sólo saber eso, nos hace sentir más fuertes para afrontar las contingencias desfavorables. Después, con Mirtha y con Norita, nos fuimos como siempre a un bar cercano y tuvimos la posibilidad del festejo, de besar a la cumpleañera, de festejarle sus ocurrencias y de homenajearla por su arrolladora vitalidad y su dignidad a prueba de balas. Nunca mejor dicho.

Fuente:ResumenLatinoamericano

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