26 de febrero de 2017

EN MEMORIA DE CARLA ARTÉS, CONTINUAMOS LA LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD.

RELATO 
En memoria de Carla Artés, continuamos la lucha contra la impunidad 
Porque no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos este 24 de Marzo seamos miles en las calles. 
Maine García Hija de desaparecidos | Miembro del CeProDH
Sábado 25 de febrero

Tremenda paliza le dieron a Carla cuando preguntó por segunda vez quién era la mujer que con la foto de ella y de su madre en el pecho, la buscaba. La primera vez le respondieron que era una bruja que le quería sacar su sangre.

Carla vio a su abuela, sin saber que era ella, en la televisión, y se reconoció en aquella foto: “Esa soy yo”. Después de la golpiza, se hundió en el silencio. Años más tarde abuela y nieta se fundían en un abrazo largo y profundo.

Siempre es triste la partida de un hijo o una hija de personas desaparecidas, en una historia común que nos hermana. Varios de ellos y ellas se quitaron la vida. A Carla se la quitó una enfermedad que, me animo a pensar, fue producto de una vida tan llena de dolor, y atravesada por todos los horrores inimaginables. Quizá su cuerpo no pudo con tanto. Aunque pese al horror, a partir del encuentro con su abuela materna Matilde Artés Company, conocida como Sacha, conoció al amor y dio vida además a sus tres hijos.

El padre de Carla, Enrique Joaquín Luca López y su madre Graciela Antonia Rutila Artés eran militantes políticos. Su padre era uruguayo y fue asesinado en Bolivia. La madre y Carla fueron secuestradas en el mismo país y víctimas del Plan Cóndor entregadas a la Gendarmería argentina y trasladadas al centro clandestino de detención Automotores Orletti. Allí Carla siendo una beba fue torturada delante de su madre. Luego apropiada por Eduardo Alfredo Ruffo, miembro de la banda de Aníbal Gordon de la Triple A y uno de los responsables del mencionado campo de concentración. Ruffo sometió a Carla durante nueve años, maltratándola psicológica y físicamente y abusando sexualmente de ella desde sus cinco años de edad.

Además de las terribles marcas del genocidio, sufrió -como sufrimos todas las hijas y todos los hijos de los desaparecidos- las marcas de la impunidad. Con las leyes de punto final y obediencia debida del Gobierno de Alfonsín, Sacha temió por la vida de su nieta y una posible nueva apropiación, por lo que decidió radicarse en España junto a su nieta.

Pese a todo el horror del que fueron víctimas, tanto Sacha como Carla fueron luchadoras contra la impunidad. Carla declaró en el juicio por el plan sistemático de robo de bebés frente a su apropiador que no pudo mirarla a los ojos, gracias a lo cual el genocida fue condenado. 

Saludo a su abuela, a sus hijos e hijas, a su nieta y a toda su gente querida.

Este 24 de Marzo nos encuentra enfrentando una campaña gubernamental que intenta volver a imponer la teoría de los dos demonios al tiempo que niega que la dictadura cívico-militar que se instauró en 1976 fue un genocidio de clase y también con una nueva victoria de la lucha contra la impunidad como lo es el hecho de que el genocida César Milani, defendido durante años por el kirchnerismo, esté preso. Por la memoria de Carla y por los 30000, llenemos este 24 de Marzo las plazas de todo el país.

No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos.

¡Hasta la victoria siempre Carla!
Fuente:LaIzquierdaDiario

No hay comentarios: