Ayacucho: La historia de los nueve desaparecidos durante la última dictadura militar
La mayoría era militantes de la organización política-guerrillera Montoneros. Nacidos o criados en Ayacucho, durante la década de los 70´ abandonaron su ciudad para integrar la lucha revolucionaria. En un nuevo aniversario del golpe militar, su pueblo los recuerda.
La historia de algunos pueblos del interior de la Provincia durante la última dictadura militar, puede sorprender a más de uno. En el caso de Ayacucho, una localidad de solo 20 mil habitantes, son 9 las personas detenidas-desaparecidas registradas hasta el momento. Seis de ellos vivieron hasta su adolescencia y juventud en Ayacucho, el resto solo nació allí y más tarde desarrolló su vida en otras ciudades.
El caso de Rubén Bauer es uno de los más paradigmáticos, luego que la Justicia determinara que Evelyn Vázquez fuera su hija, una joven que fue apropiada por militares y en uno de los primeros casos en donde el Estado aprobó la extracción de sangre alternativa, ante la negación de la mujer a realizarse estudios de compatibilidad genética.
Cristina Coussement fue la primera pareja de Bauer. Militante activa en Ayacucho y más tarde en Mar del Plata, en donde la “pichi” elaboraba tareas en la inteligencia de la organización peronista, precisamente falsificando documentos. Fue capturada el 6 de agosto de 1976 en la ciudad costera, llevada al Centro Clandestino “La Escuelita” de Bahía Blanca y posteriormente asesinada. Sus restos pudieron ser recuperados y hoy descansan en el Cementerio municipal de Ayacucho.
Carlos Bruggi y Marta Blanco eran pareja, devenidos de la izquierda y más tarde incorporados a Montoneros. La última vez que los vieron ellos estaban con un niño de solo un año. Los jóvenes explicaron que se trataba del hijo de unos compañeros que habían sido asesinados hacía poco. El lugar de su desaparición todavía no es cierto, pero hay grandes posibilidades de que haya ocurrido en la terminal de colectivos de Mar del Plata, luego de que su familia los visitara.
Pascual Simonetti, de solo 20 años, se cree que puede haber sido detenido cuando escapaba de un allanamiento militar en una pensión en la que vivía junto a otros compañeros, en La Plata. Sin embargo, otros testigos afirman que él habría sido capturado cuando iba en moto junto a otro ayacuchense más, José Martínez. Ambos miembros de JP-Montoneros.
Por su parte, Ricardo Alberto Garralda, un joven rubio y de lentes, fue secuestrado en Bahía Blanca y llevado al mismo Centro Clandestino en el que estuvo Coussement. Aunque ellos difícilmente se hayan conocido previamente, siendo oriundos de la misma ciudad. Garralda, al igual que Cristina, fue asesinado en un falso enfrentamiento y sus restos se encuentran en Rauch, la ciudad en donde desarrolló gran parte de su niñez y juventud.
Los últimos casos se dieron en febrero y julio de 1977.
Carlos Alfredo Fernández Bastarrica, “el vasco”, fue captura en plena avenida Independencia, en capital federal. Fue subido a un falcon verde y desde entonces su familia jamás lo volvió a ver. Su pareja de entonces estaba embarazada de su único hijo. Sus más allegados lo definen como un “gran tipo”, solidario y desprendido de lo material.
La última desaparecida nacida en Ayacucho es Maria Esther Vázquez, quien junto a su esposo Néstor García, conformó la espeluznante cifra de desaparecidos durante la “noche de las corbatas” en Mar del Plata, aquella operación militar que secuestró y desapareció a once personas, de las cuales la mayoría eran abogados.
Vázquez era militante del Peronismo de Base, tenía a sus padres en Ayacucho y siempre visitaba la ciudad para la Fiesta Nacional del Ternero, una de las actividades por la cual es conocida la localidad.
Fuente:InfoCielo
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