En el Colegio General San Martín
de la Ciudad de Neuquén,
el 24 de Marzo de 2017
el Grupo de Apoyo al Trabajo Parlamentario –
Derechos Humanos – del Compañero
Diputado Nacional Darío Martínez
organizó la convocatoria para la
Colocación de
Baldosas por la Memoria
de
RICARDO OMAR SAPAG – Caito. . .
Virulana o Tata, como lo bautizaron sus compañeros montoneros
y
ENRIQUE HORACIO SAPAG – Íque. . .
Arturo o Missi, como lo bautizaron sus compañeros montoneros
RICARDO “CAITO” SAPAG
Nació el 9 de abril de 1953
El 1º de Julio de 1977, Caíto perdió la vida en la lucha por una Patria Socialmente Justa, Económicamente Libre y Políticamente Soberana con la que soñaba fervorosamente.
La fecha de su caída, era el aniversario del fallecimiento de Juan Domingo Perón. Para ese día, la organización Montoneros, que integraba, tenía planificada actividades recordatorias.
ENRIQUE “ÍQUE” SAPAG
Nació el 20 de septiembre de 1958
El 17 de Ocubre de 1977, Enrique perdió la vida luchando por una Patria Socialmente Justa, Económicamente Libre y Políticamente Soberana con la que soñaba fervorosamente.
La fecha de su caída, a pocas semanas de la muerte de su hermano, era el aniversario del Día de la Lealtad Popular, fecha de la aparición del Peronismo en la historia argentina. Para ese día, la organización Montoneros, que integraba, tenía planificada actividades recordatorias.
En este nuevo aniversario, recordatorio del asalto al poder constitucional por una banda de facinerosos, que el 24 de marzo de 1976 instauró la más feroz tiranía cívico militar que recuerde la historia argentina, quienes colaboramos en sus grupos de trabajo parlamentario – en nuestro caso, en orden de los derechos humanos – con el diputado neuquino en el Congreso de la Nación, Compañero Darío Martínez, por cuya iniciativa en 2007, cuando era concejal en nuestra ciudad, se trató y aprobó por unanimidad la Ordenanza Municipal que desde 2009 habilita homenajes como el que venimos a realizar, nos sentimos emocionados con que esta importante y pluralista presencia ciudadana además de ser reivindicativa de nuestro DERECHO A LA MEMORIA y en este caso particular, de dos jóvenes destacados neuquinos que realizaron sus estudios secundarios en este establecimiento, sea también de reivindicación de todos los derechos que dan razón de ser al funcionamiento democrático en nuestra Patria.
Y uno de esos derechos, es a la MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA que con este encuentro hoy rescatamos del molde frío en el papel de la Ley, para trasladarlo a la calle, agitarlo y debatirlo en las aulas, promover su conocimiento en los lugares de trabajo, difundirlo a los cuatro vientos de la Historia para que de una vez por todas queden eliminadas las injusticias.
Este reclamo, no sólo es por lo de ahora. Por lo del 24 de marzo de 1976 solamente. Viene de lejos. De cuando a una negra, esclava, María Remedios del Valle, declarada por Manuel Belgrano tras la Batalla de Tucumán “Madre de la Patria” y ascendida luego por el propio General a Capitana de sus ejércitos, para la historia mentirosa del mitrismo que se recita en literatura escolar primaria y hasta universitaria, era una insignificante mujer, muchos la describen blanca, que por beneficencia curaba heridos en Vilcapugio y Ayohuma. ¡Miserables!, así, le arrebatan por su condición de mujer, la de guerrera. Pero hete aquí que por su condición de negra y esclava, esconden los secuestradores de su patriotismo, a lo largo de los tiempos, los nombres de los responsables de la colonización cultural – contra la que luchaban, en tiempos más recientes, los muchachos de la L.E.N. – Línea Estudiantil Nacional, en la Universidad Nacional del Comahue – en que militaba Caíto y de la explotación de los trabajadores, que en pocas líneas desmenuzaba su hermano, revolucionario y Peronista como él, en carta escrita a sus muy queridos padres.
“Llegamos a un punto clave, explicaba Enrique, sobre si es justo o no en nuestro caso el uso de la violencia… ellos (se refería a los explotadores, o negreros como solemos decir) son los prepotentes que quieren avasallar la voz de la Justicia… ellos, defensores del poder de unos pocos, son, no digamos ya los que torturan y asesinan con los rudimentos más salvajes a varios miles, sino, digamos mejor, que son los que torturan día tras día a las madres que no pueden dar de comer bien a sus hijos, a los hijos que no pueden vivir dignamente, a millones y millones de trabajadores que se desloman de sol a sol, para traer a la mesa un mísero mango…” Para esto, terminaba Enrique sus explicaciones, “murió Caito” sin imaginar, tal vez, que las retomaríamos.
Como retomamos que los historiógrafos mitristas todavía pueden esconder que los poderosos, descriptos por Enrique, no se desprenden fácilmente de la “herramienta” – en los viejos tiempos los esclavos; más acá los cabecitas negras – que les permitió amasar fortunas y hacerse dueños de la tierra, el comercio y las vinculaciones de ultramar.
La explotación y la esclavitud tuvo como responsables a delincuentes que se proyectan, aún, al día de hoy: Martínez de Hoz, Álzaga, Pueyrredón, Anchorena, Mitre, Patrón Costas, Blackier, Santamarina, Menéndez Behety, Braun Menéndez, componen junto a otros no menos conocidos el ábaco que desde la colonia a hoy, aparecen vinculados al tráfico de esclavos, a la leva guerrerista para diezmar el patriotismo paraguayo, a la segregación de negros en San Telmo para salvar los blancos de la fiebre amarilla, al genocidio y usurpación de tierras a los naturales del País, a los crímenes en los Talleres Vasena, a la explotación en los ingenios y quebrachales, a la matanza de obreros en la Patagonia, al genocidio sobre 30.000 compatriotas, al saqueo y eliminación de la estructura teórica y física del estado nacional. Todo, con un soporte político-cultural cipayo, conformado como superestructura política del poder y la dependencia del gran capital transnacional.
Todo, hasta el 17 de Octubre de 1945 – fasto en cuya organización celebratoria fue abatido Enrique – fue el período de la ignominia social y política. Que ya con el Peronismo en el poder, tuvo un punto final institucional el 11 de marzo de 1949, al ser reformada la Constitución que consagró derechos y principios – artículos 33, todo el 37 y el 40 – que a esta época, mantienen intacta vigencia como “los derechos humanos que nos acerquen al progreso, a la civilización y su estabilidad” según explicara Perón allá por julio de 1947.
Sin embargo, todas las acciones de justicia social, de independencia económica y de soberanía política adoptadas para la construcción de una nueva Argentina, más el prestigio con que nuestro país revertía en el concierto de las naciones y particularmente en América Latina nuestra historia anterior, siempre ligada a los intereses imperialistas, quedó trunco. Pero con las esperanzas sólidas de su recuperación, aún en épocas de bombardeos a ciudades, encarcelamientos, fusilamientos, exilios, proscripciones, secuestros y desapariciones, de Resistencia y combates populares a lo largo y ancho de la Patria, incluso sin descartar métodos que significaron jugarse la vida a jóvenes ejemplares como Caito y Enrique.
Esta historia que también suma en sus páginas de dolor las heridas que muchos, sin quererlo, causamos en nuestros padres, tiene explicación en el diálogo epistolar de Chela y Don Felipe con sus amigos, cuando este nos deja escrito: “…estamos orgullosos de nuestros hijos… mostramos al mundo nuestras cabezas altivas, porque en nuestra familia por fruto del amor creció y floreció Ricardo Omar Sapag y su hermano Enrique”.
Hoy, en una nueva etapa de la Historia, en que con mayor experiencia podemos asentar nuestros pasos con más solidez, nos animamos a pensar que es hora de la verdad. Y a partir de ésta, que junto al resentimiento hará desaparecer la cultura de la hipocresía que nos afecta, sin dudas también, podremos dedicarnos a la construcción de grandeza que tanto reclama nuestra Patria, con la memoria siempre fresca para acabar con los recuerdos de la muerte. Busquemos el imperio de la razón: que “no se pueden abrir las puertas del futuro sin abrir las del pasado”, sin venganza pero, eso sí, sin impunidad. Los que ya algo hemos crecido y como escribió el gran Neruda en “confieso que he vivido”, pongamos “una poca más de esperanza” por el empeño en que Caito y Enrique creyeron y por el que se la jugaron: ¡no aflojemos! Porque, aprendiendo otra vez con Don Arturo Jauretche, “… si no se acompaña a los jóvenes, seremos los viudos tristes de la Revolución…”
Los jóvenes que homenajeamos y los 30.000 que nos deben los tiranos genocidas desatados el 24 de marzo de 1976, han trascendido las fronteras de la pequeñez y los encontramos en la galería de los patriotas. ¡Son el lujo grande que no pudo arrebatarnos el sistema! Son esos, nuestros jóvenes, el ejemplo del valor en que hoy, antes que vilipendiarlos, debieran mirarse los políticos que des gobiernan.
Caito y Enrique. . . presentes!!!
¡fue genocidio! - 30.000 detenidos-desparecidos. . . presentes!!!
Ricardo y Enrique Sapag
Las
BALDOSAS DE LA MEMORIA
Colocadas
según lo establecido por la
Ordenanza Municipal
de la que en 2009 fue autor el entonces
Concejal del Partido Justicialista (PJ),
hoy Diputado de la Nación
por el mismo Partido en el Frente Para la Victoria
Darío Martínez
¡El Pueblo siempre VENCE! ¡VOLVEREMOS!
Gran cantidad de público se hizo presente
Se explica a los asistentes, las razones de la convocatoria
Luis Sapag, hermano de quienes se homenajeaba, habla a los presentes: "SOMOS UNA FAMILIA PROFUNDAMENTE ORGULLOSA DE CAITO Y ENRIQUE..."
Silvia Sapag, hermana de quienes se recordaba. Por vez primera en
público relató con crudeza la recuperación de los cuerpos de sus
hermanos
Darío Martínez, de las nuevas generaciones que se suman a no olvidar y reclamar siempre el derecho a la ¡MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA!
Descubriendo al público las BALDOSAS POR LA MEMORIA colocadas
Desde el 24 de Marzo de 2017, quienes pasen por la vereda del Colegio
San Martín de la Ciudad de Neuquén, serán testigos que en este rincón
de nuestra Patria, no olvidamos las víctimas del genocidio desatado por
los tiranos el 24 de marzo de 1976
Gustavo Crisafulli, rector de la Universidad Nacional del Comahue, entre
el público que participó del homenaje
históricos militantes de la Juventud Peronista de Neuquén, víctimas en
cárceles de la tiranía, presentes en el homenaje a Caíto y Enrique
El derecho a la MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA como política
de Estado, en la conciencia del Pueblo argentino
30.000 detenidos-desaparecidos ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
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Las fotografías fueron tomadas por el Compañero OSCAR VIRGINILLO y el Compañero JUAN MANUEL GALÁN colaboró en la preparación para su difusión
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Con saludos cordiales, desde la
Agrupación Señales Populares
en la Región Comahue (Pcias. de Neuquén-Río Negro)
"En el Año de su Vigésimo Aniversario"
del
Centro Cultural Enrique Santos Discépolo
Pasaje Rivarola 154 - (011) 4372-2358
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