5 de marzo de 2017

SANTA FE - CAUSA FERESIN: AMENAZAS EN JUICIO ORAL.

Amenazas en juicio oral a represores
Por Bruno Bettiol
3 Marzo 2017
La hija de Ramos lanzó una serie de amenazas a los jueces a cargo de la causa. “Cuídense ustedes tres, que las cosas están cambiando”. Así amenazó la hija de Eduardo “Curro” Ramos a los jueces que llevan adelante el juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro de detención ilegal “La Casita” en la ciudad de Santa Fe. Ramos está siendo juzgado por el Tribunal Oral Federal de Santa Fe junto con otros cuatro acusados por delitos imprescriptibles cometidos durante la dictadura militar. El juicio se lleva adelante desde este jueves por la mañana en la capital provincial.

A los gritos, desde el público, en el que había tanto familiares de víctimas como amigos y defensores de los militares juzgados, una de las hijas de “Curro” Ramos se despachó con una serie de amenazas a los magistrados a cargo de la causa. “Cuídense ustedes tres, que las cosas están cambiando”, gritó, en referencia al tribunal compuesto por los jueces Omar Digerónimo, Ricardo Vásquez y la jueza Beatriz Caballero de Barabani.

En diálogo con El Ciudadano, Juane Basso, director del semanario El Eslabón e hijo de Emilio Osvaldo Feresin, una de las víctimas por las cuales se juzga a los imputados, contó el clima que se vivió en la audiencia, la cual constó de tres testimoniales. Uno de los testigos propuestos por la defensa, el ex militar devenido escritor José D’Angelo, se presentó como “amigo de Ramos”. Realizó un descargo apologético de la represión y criticó el advenimiento de los juicios por lesa humanidad que comenzó en la última década. Y tampoco perdió oportunidad de promocionar su libro “Mentirás tus muertos. Falsedades y millones detrás del mito de los 30.000 desaparecidos”. En ese marco, ante el llamado de atención de la jueza Beatriz Caballero de Barabani, que le pidió que vaya al punto, “Curro” Ramos arremetió contra el tribunal, cuestionándole su independencia. Por la escaramuza, el represor fue retirado de la sala, tras lo cual su hija le espetó a los jueces: “Ya van a estar del otro lado, como está Brusa”, por el ex juez represor Víctor Hermes Brusa, hoy condenado a 21 años de prisión. Las siguientes testimoniales, a cargo del periodista Juan Carlos Tizziani y el abogado Jorge “Coco” Pedrazza, fueron reconstrucciones del sistemático plan de represión desplegado en Santa Fe, refirió Basso.

El Tribunal Oral Federal de Santa Fe lleva adelante el juicio contra el ex jefe de la Guardia de Infantería Reforzada (GIR) y coordinador del área de defensa 212, Juan Calixto Perizzotti; contra el ex comisario de la seccional 4ª, Ricardo Silvio Ferreyra; el ex ayudante del Departamento de Informaciones Policiales (D-2) de la Policía provincial, Eduardo Alberto Ramos Campagnolo; la ex escribiente de la GIR, María Eva Aebi; y el entonces secretario del Juzgado Federal de Santa Fe –y luego juez– Víctor Brusa, por delitos de lesa humanidad perpetrados en el centro clandestino de detención “La Casita”, en las afueras de la capital provincial.

Entre las víctimas se encuentra el responsable zonal para Santa Fe y Paraná de la agrupación Montoneros, Emilio Osvaldo Feresin, quien fue secuestrado el 10 de febrero de 1977 y muerto, un mes después por las torturas padecidas durante su cautiverio en “La Casita”. Además se juzgan las detenciones y tormentos contra otras 12 personas.
Fuente:ElCiudadanoyLaGente



Hija de represor a jueces: “Cuídense, las cosas están cambiando" 
En la audiencia de este jueves en la causa Feresín, que se lleva adelante en la ciudad de Santa Fe, la hija del ex policía Eduardo Ramos amenazó al tribunal. “Quieren darle miedo a los jueces para que no se juzgue a los genocidas”, aseguró Juane Basso, hijo de la víctima principal de la causa
02 de Marzo de 2017 
Juane Basso Feresín, abajo a la derecha, en la sala del juicio. Juane Basso Feresín, abajo a la derecha, en la sala del juicio. (Diario de los Juicios/Andrés Macera)
“Cuídense ustedes tres, que las cosas están cambiando". Esa fue la amenaza que gritó a los jueces del Tribunal Oral Federal (TOF) de Santa Fe la hija de uno de los cinco represores que son juzgados en esa ciudad, por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino La Casita.

El mensaje de la hija del ex policía Eduardo Ramos fue contra los magistrados Beatriz Baravani de Cavallero, presidenta del cuerpo, Omar Di Gerónimo y Ricardo Vázquez. La situación generó un escándalo en la pequeña sala de la capital provincial, que continuó cuando la joven increpó también a parte del público.

Antes de que el lugar fuera desalojado, la mujer de unos 30 años redobló la apuesta y volvió a dirigirse a los jueces. “Ya van a estar del otro lado, como está (el ex juez Víctor) Brusa", señaló en una comparación sin asidero, ya que ese ex magistrado está acusado y condenado por delitos de lesa humanidad y los jueces del TOF llevan adelante un proceso oral y público con las garantías y las reglas de la democracia.

Juane Basso Feresín, hijo de la víctima principal de la causa -el militante montonero Emilio Feresín-, querellante en la causa y referente de Hijos Rosario, aseguró que no es el primer episodio de este tipo. Se trata de un grupo de defensores de los genocidas de Santa Fe que ya habían dejado carteles con el mensaje de “basta” de los juicios e incluso filmaron un acto realizado por familiares y militantes de derechos humanos.

“Ellos no quieren defender su verdad, o la otra verdad como dicen, lo que pretenden es no ser juzgados, que no haya juicios, por eso piden «basta»”, analizó Juane en diálogo con Rosario3.com y sobre la amenaza de este jueves añadió: “Quieren darle miedo a los jueces para que no se juzgue a los represores”.

“Estamos preocupados por la desarticulación de las políticas de memoria y las declaraciones de funcionarios a nivel nacional, pero se ve que ellos -por represores y sus familias- pretenden más: la amnistía de los genocidas”, consideró.

Reclaman sanciones 
La audiencia de este jueves en la causa conocida como Feresín o La Casita comenzó con la declaración de un testigo ofrecido justamente por la defensa del ex policía Eduardo “Curro” Ramos.

El hombre, autor del libro “Mentiras tus muertos”, fue interrumpido varias veces por la presidenta del Tribunal ya que su testimonio cuestionaba el número oficial de desaparecidos pero no se ajustaba a los hechos que se estaban juzgando. El único aporte vinculado a la causa fue que Emilio Feresín sí figura dentro de la nómina de desaparecidos que el investigador relevó.

Quien perdió la paciencia fue Ramos. “No hay igualdad de armas”, fue la extraña forma de cuestionar el proceder de los magistrados, quienes intentaban encausar la audiencia para no convertirla en una tribuna negacionista.

El Tribunal ordenó a Ramos dejar la sala. En ese contexto, la hija del ex policía, ya condenado por ser uno de los mayores torturadores de la ciudad de Santa Fe, lanzó su amenaza.

Al cierre de la audiencia, tras otros dos testimonios, la abogada de Basso Feresín, Nadia Schujman, solicitó a los jueces que se revean los videos de lo ocurrido para que se analice si los hechos ameritan algún tipo de sanción a la mujer que realizó la intimidación.

La causa 
El Tribunal Oral Federal de Santa Fe lleva adelante desde el jueves 2 de febrero el juicio contra el ex jefe de la Guardia de Infantería Reforzada (GIR) y coordinador del Área de Defensa 212, Juan Calixto Perizzotti; contra el ex comisario de la Seccional 4°, Ricardo Silvio Ferreyra; el ex ayudante del Departamento de Informaciones Policiales (D-2) de la policía provincial, Eduardo Alberto Ramos Campagnolo; la ex escribiente de la GIR, María Eva Aebi; y el entonces secretario del Juzgado Federal de Santa Fe –y luego juez–, Víctor Hermes Brusa, por delitos de lesa humanidad perpetrados en el centro clandestino de detención “La Casita”, que estuvo ubicado en las afueras de la capital provincial. 
Diariodelosjuicios.com
Entre las víctimas de esta causa se encuentra el responsable zonal, para Santa Fe y Paraná, de la agrupación Montoneros, Emilio Osvaldo Feresin, quien fue secuestrado el 10 de febrero de 1977 y muerto, aproximadamente un mes después, por las torturas padecidas durante su cautiverio en “La Casita”. Además se juzgan las detenciones y tormentos contra otras 12 personas –11 mujeres y un hombre–, secuestradas y luego torturadas en la Comisaría 4ª, la Guardia de Infantería Reforzada (GIR), y también en “La Casita”, informó el sitio Diariodelosjuicios.com.

Las audiencias continuarán este viernes con las declaraciones de imputados y la sentencia está prevista para el 23 de marzo.
Fuente:Rosario3



Causa “La Casita” de Santa Fe: Noticias de un secuestro 
El plan de exterminio desplegado en la dictadura dejó expuesta su sistematicidad una vez más este jueves en Santa Fe, donde se ventilan los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención conocido como La Casita. La articulación de la inteligencia militar con las diferentes fuerzas que intervinieron durante el terrorismo de Estado se va haciendo evidente en el proceso, que tramita en paralelo con otra causa en Rosario (Guerrieri III), pero que se encastran como un rompecabezas. El caso de Emilio Feresin, secuestrado junto a Guillermo White en la capital provincial en febrero de 1977, por el que declaró su cuñada Analía Saint Girons, se torna una pieza clave que vincula a los dos expedientes.

La causa 
El Tribunal Oral Federal de Santa Fe lleva adelante desde el jueves 2 de febrero el juicio contra el ex jefe de la Guardia de Infantería Reforzada (GIR) y coordinador del Área de Defensa 212, Juan Calixto Perizzotti; contra el ex comisario de la Seccional 4°, Ricardo Silvio Ferreyra; el ex ayudante del Departamento de Informaciones Policiales (D-2) de la policía provincial, Eduardo Alberto Ramos Campagnolo; la ex escribiente de la GIR, María Eva Aebi; y el entonces secretario del Juzgado Federal de Santa Fe –y luego juez–, Víctor Hermes Brusa, por delitos de lesa humanidad perpetrados en el centro clandestino de detención “La Casita”, que estuvo ubicado en las afueras de la capital provincial.

Entre las víctimas de esta causa se encuentra el responsable zonal, para Santa Fe y Paraná, de la agrupación Montoneros, Emilio Osvaldo Feresin, quien fue secuestrado el 10 de febrero de 1977 y muerto, aproximadamente un mes después, por las torturas padecidas durante su cautiverio en “La Casita”. Además se juzgan las detenciones y tormentos contra otras 12 personas –11 mujeres y un hombre–, secuestradas y luego torturadas en la Comisaría 4ª, la Guardia de Infantería Reforzada (GIR), y también en “La Casita”.

Nuevos testimonios 
El jueves pasado y por teleconferencia desde la embajada de París (Francia), declaró Analía Saint Girons, cuñada de Feresin. El testimonio se produjo 24 horas después que los brindados en Rosario en la causa Guerrieri III (ver Nuevos testimonios en la causa Guerrieri III) por Stella Buna y María Rosa White, prima política y prima hermana de Analía, que presentaron una estrecha complementariedad. “Conocí a Emilio en el año ‘75. Mi hermana (María Eugenia) lo trajo a casa y me lo presentó”, comenzó su testimonio Analía. Y luego amplió: “Era una persona brillante”.

La testigo contó que la pareja se conoció en Villa Constitución y luego vivió primero en Campana, para después radicarse en Paraná. “Siempre nos seguimos viendo”, remarcó Analía, al punto que relató cómo el 2 de febrero con su padre Enrique Saint Girons, su madre Ernesta “Chiquita” Gerlo y su primo hermano Guillermo White, fueron a visitarlos y pasaron una jornada en La Toma, un balneario de la capital entrerriana. “Pasamos un día muy lindo, María Eugenia estaba a punto de parir”, recordó.

Desde la embajada francesa, la mujer continuó con su preciso relato: “A la noche yo me volvía porque tenía una fiesta en Rosario. Emilio nos llevó en el auto a Guillermo y a mi hasta la terminal de ómnibus de Paraná y ahí pude escuchar cómo se ponían de acuerdo para encontrarse la semana siguiente en un bar de Santa Fe. Fue la última vez que lo vi a mi cuñado”, dijo visiblemente acongojada. Saint Girons, añadió que luego viajó con su primo hasta la capital santafesina y que se quedó conversando con Guillermo hasta que salió su colectivo rumbo a su ciudad.

La testigo declaró que del secuestro de Emilio y Guillermo, ocurrido el 10 de febrero de 1977 en Santa Fe, se enteraron “inmediatamente”, al igual que de la detención en Paraná de su hermana junto a Juan Emilio, su hijo nacido el día siguiente. “Papá fue a Paraná enseguida. Mamá estaba en la puerta del hospital. No los dejaban entrar. Ahí nos enteramos de lo de Emilio y Guillermo”, indicó.

Analía también contó que su tía María Rosa Saint Girons de White (madre de Guillermo), “fue hasta el bar de Santa Fe” y que pudo hablar con empleados del lugar, quienes refirieron “cómo se llevaron a un joven que describieron con las señas particulares de Emilio, y cómo atraparon a otro que venía llegando al lugar y quiso escapar corriendo”.

La mujer continuó su narración con el relato de otro episodio que muestra la conexión entre la represión desatada en una y otra ciudad. “Días después, fueron a casa en Rosario, dieron vuelta todo, como si buscaran algo, nos tiraron al suelo y nos encañonaron en la cabeza”, dijo la testigo. Y agregó: “Después me enteré que abajo en un auto la tenían secuestrada a Stella Buna, la esposa de mi primo Guillermo. Algo que luego cotejamos con ella”.

“Con mi hermano Marcelo y mi cuñada Mirta Enrigo fuimos a hablar con Jorge Feresin, el hermano de Emilio, para que hicieran algo”, rememoró Analía en otro tramo de su declaración. La testigo también compartió otro recuerdo pero con respecto al secuestro de su hermana: “El día que nació Juan Emilio mis padres hicieron una guardia en la puerta del hospital. En un momento, del hospital (San Roque de Paraná) salió una ambulancia que mis padres siguieron hasta el hospital militar”. “Luego un vecino de mi hermana que trabajaba ahí, creo que como médico –prosiguió –, nos confirmó que María Eugenia estaba en el lugar. Él, un día que yo fui a buscar cosas a la casa donde habían vivido mi hermana y mi cuñado, me confió que había renunciado al trabajo, que su mujer estaba embarazada y que si su hijo era varón se llamaría Emilio y si era mujer María Eugenia”.

Analía dijo que luego de parir y pasar por el hospital militar, su hermana fue llevada a la Unidad Penal Nº 6 de Paraná junto a su hijo recién nacido, donde estuvo seis meses hasta que fue trasladada a Devoto. En ese lugar, tanto María Eugenia, como la familia que iba a visitarla, tomó contacto con otras detenidas que les contaron haber visto a Emilio en un centro clandestino de detención en Paraná, en “muy mal estado producto de las torturas”. Esa información coincide con el testimonio brindado semanas atrás en el juicio por Beatriz Pfeiffer, quien relató cómo vio a Feresin antes que se lo lleven de Paraná a La Casita en Santa Fe.

La testigo contó, además, que a “María Eugenia se la llevaron a Devoto de un día para otro, dejando a Juan Emilio con las otras presas políticas en Paraná”. “Gracias a una detenida que pidió un visita extraordinaria para pasar el dato a un familiar, nos enteramos de eso y con mis padres fuimos inmediatamente a buscarlo. El nene no quería comer y no paraba de llorar, tuve que ponerme ropa de mi hermana para que sienta el olor y se calme”, rememoró. Por último, Analía hizo un alto para recordar a su cuñado, a quien dijo haber “admirado profundamente”. “Era un tipo tranquilo, que sabía escuchar, muy tranquilo y muy inteligente cuando hablaba. Sí, defendió sus ideas, pero todo el mundo debe tener derecho a eso”, culminó.

La compañera de Daniel 
Tras la teleconferencia de Saint Girons, se presentó en la audiencia a prestar testimonio María Graciela Aguinaga, la esposa de Daniel Gatti, otro de los secuestrados en La Casita, que declaró en juicios anteriores, pero que falleció en mayo de 2012.

En el caso de Gatti, ex militante de la Juventud Universitaria Peronista, al igual que los otros detenidos que pasaron por La Casita –salvo Feresin , por quien se investiga además su homicidio–, se juzgan los delitos de privación ilegítima de la libertad y los tormentos a los que fue sometido. Su mujer compareció ante el tribunal para compartir los recuerdos que le transmitió su compañero.

Graciela contó cómo se casó con Gatti luego de que este saliera en el ‘82 de la cárcel, tras haber pasado por diferentes penales durante la dictadura. También relató que su compañero fue secuestrado de su pensión en la ciudad de Santa Fe, de donde había llegado a estudiar proveniente de Basavilbaso (Entre Ríos).

La testigo, refirió que Daniel le contó su cautiverio y los tormentos que padeció primero en la Comisaría 4ta de Santa Fe, en la Guardia de Infantería y en La Casita, a fines de marzo de 1977. También apuntó algunos nombres de los que su pareja pudo identificar tras su detención, como los de Brusa, Ramos y Aebi, entre otros. Además, Graciela repasó hechos que le transmitió su marido, de quien dijo que “siempre tuvo presente lo que había pasado con sus compañeros”.

Al igual que otros testimonios de sobrevivientes de La Casita, que ya declararon en este juicio, Graciela aportó datos sobre las personas que compartieron cautiverio con Daniel, y recordó que su marido le contó el episodio –también ya relatado en el proceso– en el que escuchó cómo, en el medio de una sesión de torturas, los represores mataron a Emilio Feresin. Finalmente, Graciela indicó al tribunal que su esposo tuvo graves secuelas producto de las torturas padecidas. “Tenía un hundimiento en el tórax y quemaduras en el cuerpo”, señaló la testigo, quien comentó además que “Daniel sufría momentos de profunda tristeza”.
Imagen: Los represores imputados en el juicio. | Foto: Andrés Macera.
Fuente:ElDiariodelosJuicios

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