10 de junio de 2017

EAAF - TUCUMÁN - POZO DE VARGAS: RECONOCEN E IDENTIFICAN RESTOS DE OTROS 19 DESAPARECIDOS.

POZO DE VARGAS 
Reconocen e identifican los restos de otros 19 desaparecidos 
Son más de 100 los restos que ya tienen un nombre y apellido como debió ser siempre y que la ignominia del genocidio dictatorial transformó en ausencia y dolor.
viernes, 09 de junio de 2017
Julio César Campopiano, Pablo Rondoletto, Federico Furth, Armando Archetti, René Castellano y Hugo Demetrio Castro son algunos de los diecinueve nombres que bien pueden resultar desconocidos para cualquiera que lea estas líneas. Pero estos son reales y cada uno contiene historias, recuerdos, dolores, alegrías pero también un destino común. Ahora se suman a otros 102 nombres que, como ellos, fueron identificados en la fosa común que quizá sea la más grande de la Argentina y que se conoce como Pozo de Vargas. Allí los genocidas pretendieron ocultar para siempre sus aberrantes crímenes. Un intento que fracasó ante la tozudez popular y permanente de la memoria, la verdad, la justicia y la lucha de los familiares de las víctimas.

Como desde hace quince años, el meticuloso trabajo que realiza el Colectivo de Arqueología, Memoria e Identidad de Tucumán (Camit) permite el rescate de cada vez más restos humanos que luego identifica el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Ya llevan 107 identificaciones que dan cuenta de la magnitud de los crímenes de la dictadura y son las pruebas que condenan a los genocidas en los juicios que se están realizando en Tucumán.

Diecinueve nuevas identidades de personas desaparecidas se establecieron a partir de restos hallados dentro del Pozo de Vargas, según publicó la secretaria de Derechos Humanos de Tucumán, Erica Brunotto. 

Los restos identificados son:
 
Archetti, Armando
Arias, Dardo Exequiel
Campopiano, Julio César
Castellano, René Armando
Castro, Hugo Demetrio
Cosentino, Alba Luz
Furth, Federico Adolfo
Herrera, Nestor Ubaldo
Iramain, María Trinidad
López, Felix Daniel
Manfredi, Ángel Vicente
Martín, Julio Antonio
Medina, Ángel Alfonso
Pisculichi, Ricardo Alberto o Pisculichi, Rolando de Jesús (son hermanos, siendo indistinguibles desde el punto de vista genético)
Ponce, Humberto Rubén
Rondoletto, Pedro
Sánchez, María Teresa
Trejo, Juan Carlos
Vega, Hugo Arnaldo.
 
El abuelo volvió y aún falta el nieto

La periodista y militante de derechos humanos Marta Rondoletto manifestó su dolor luego de conocer la información que salió del Pozo de Vargas. "Por lo menos ahora ya sé dónde están todos los míos. Siento que el horror me atraviesa", manifestó. Indicó, sin embargo, que continúa buscando a su sobrino, un bebé que podría haber nacido en cautiverio.

De esta manera, los cinco familiares de Marta Rondoletto que fueron secuestrados el 2 de noviembre de 1976 fueron identificados en el Pozo de Vargas. Se trata de sus hermanos Jorge (25 años) y Silvia (26), su cuñada Azucena Bermejo (23) -embarazada de cuatro meses-, y de sus padres María Cenador de Rondoletto (51 años) y Pedro (56). No hay antecedente de tantos miembros de una familia hallados en un mismo sitio de enterramiento clandestino.

El Colectivo de Antropología, Memoria e Identidad de Tucumán (Camit) y el Equipo Argentino de Antropología Forense trabajan en conjunto para recuperar los restos del pozo y para establecer las identidades de las víctimas. 

El fiscal federal Pablo Camuña, coordinador de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de Tucumán, confirmó que hasta la fecha se recuperaron 37.000 fragmentos de restos óseos, además de 100 proyectiles, prendas de vestir, anillos y vendas. "Resta aún trabajar sobre los últimos siete metros del Pozo de Vargas. El Consejo de la Magistratura debe habilitar fondos para ese trabajo", indicó en su cuenta de Twitter.

Qué es el Pozo de Vargas

El ducto de ladrillos es centenario y está ubicado en una finca, perteneciente a la familia Vargas. Abastecía a las máquinas a vapor. Se cree que fue usado entre 1975 y finales de los ‘70 por las fuerzas represivas para ocultar cadáveres de secuestrados que fueron asesinados.

El Pozo de Vargas fue declarado como Sitio de Memoria en diciembre de 2015, cinco años después de la primera identificación de un desaparecido: el ex senador peronista Guillermo Vargas Aignasse. Desde entonces, salieron a la luz decenas de indicios y pruebas de que ese lugar era un sitio de enterramiento clandestino.
En el lugar se trabaja en el lugar desde 2002, aunque con interrupciones en los primeros años. Desde 2009, las labores son continuas. Una vez por semana se efectúan extracciones y una vez al mes, el material es enviado al Equipo Argentino de Antropología Forense.
Fuente:7aLasSiete

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