28 de julio de 2017

ENTRE RÍOS: CONDENARON A 20 AÑOS DE PRISIÓN AL POLICÍA TORTURADOR MAZZAFERRI.

José Darío Mazzaferri fue condenado a 20 años de prisión 
Jul 28, 2017 
El rompecabezas se sigue completando: el expolicía federal José Darío Mazzaferri fue condenado a 20 años de prisión por delitos cometidos en su paso por Concepción del Uruguay durante la última dictadura cívico-militar.
El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó al ex comisario general de la Policía Federal por el allanamiento ilegal del domicilio de dos personas, la privación ilegítima de libertad e imposición de tormentos respecto de ocho víctimas, que fueron calificados como crímenes de lesa humanidad.
También fue condenado como integrante de una asociación ilícita, en el marco de un plan sistemático de persecución y exterminio de militantes políticos, aunque con la disidencia de uno de los jueces.
Asimismo, los jueces Beatriz Caballero de Barabani, Jorge Sebastián Gallino y Otmar Paulucci rechazaron los planteos defensistas de prescripción, excepción de falta de acción en la continuidad de la investigación por aplicación de las leyes de obediencia debida y punto final y extensión de los plazos razonables en la tramitación del proceso.
Antes de eso, el represor habló durante quince minutos ante el tribunal.
“Debo decir que no soy un genocida ni un apropiador de menores”, dijo Mazzaferri en el comienzo de su diatriba. “No vine a Concepción del Uruguay a integrar ningún grupo fantasma ni como integrante de una patota”, aseguró más adelante.
En otro tramo de su exposición, el represor de 64 años afirmó: “Yo jamás integré ninguna asociación ilícita; mi único pecado a esta altura es haber pertenecido a una fuerza bicentenaria”, en referencia a la Policía Federal.
También negó que en Concepción del Uruguay hubiera funcionado un centro clandestino de detención, “ni nada que se le parezca”, y que “en ese lugar no existía ningún terrorismo de Estado”; llegó al absurdo de decir que la acusación había sido promovida por algún tipo de persecución política; aseguró que las víctimas tenían “una memoria selectiva y eso modifica la verdad”, que las acusaciones no se sostenían en los hechos históricos” y que los dichos en el juicio eran “producto de relatos”.
OTRO DÍA DE JUSTICIA. Fue el de ayer un claro día de justicia, como gustan decir los sobrevivientes de las catacumbas, parafraseando aquel cuento de Rodolfo Walsh, porque Mazzaferri representa el puente que cubre la brecha entre los ideólogos del plan sistemático de represión y los ejecutores; era él mismo un ejecutor, el que disponía de su auto particular para secuestrar estudiantes secundarios y militantes populares, quien aplicaba la picana eléctrica y enseñaba a otros cómo hacerlo, el que infundía el miedo, “el azote de dios”, como lo describieron durante el juicio.
Mazzaferri fue condenado en el quinto juicio por delitos de lesa humanidad en Paraná y los organismos de derechos humanos lo celebraron en la calle, ya no solo por la condena, sino porque se hiciera justicia.
La fiesta popular que se montó frente al Tribunal Oral Federal, con una radio abierta, una intervención artística y bandas musicales, es una forma de continuar sembrando memoria, verdad y justicia, que es algo más que una consigna.
En la calle, frente a los tribunales, bajo un sol radiante que parecía haber sido prestado por la primavera, la emoción se transformó en gritos de celebración y enseguida le siguió el canto de que “como a los nazis / les va a pasar / adonde vayan los iremos a buscar”. La escena se replicó en el cuarto piso de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, donde una pantalla reproducía lo que pasaba en la sala de audiencias. Ahí también hubo abrazos y emoción entre las víctimas de Mazzaferri.
“Se hizo justicia”
La condena de Mazzaferri fue celebrada dentro y fuera de los tribunales.
“Siento una mezcla confusa de sentimientos, pero lo principal es una gran satisfacción porque el grano de arena que pudimos sumar es una victoria contra el terrorismo de Estado y contra las prácticas genocidas”, exclamó César Román, una de las víctimas de Mazzaferri, y el primero en denunciarlo, en el año 2006, cuando era un poderoso comisario general de la Policía Federal y estaba al frente de la Superintendencia de Planificación y Desarrollo.
Sin embargo, Román señaló que “todo esto, que hoy (por ayer) terminó en la condena de Mazzaferri tuvo que ver con un gran colectivo porque de otro modo habría sido imposible”.
La abogada María Isabel Caccioppoli, que promovió aquella denuncia iniciática, celebró “que se hizo justicia” y afirmó: “Me pongo en la piel de las víctimas y siento que llegar a una condena, después de tanto tiempo, va a servir para sanar muchas heridas que sufrieron en el camino, así que la sentencia es reparadora”.
Por su parte, Marcelo Boeykens destacó la pena de 20 años que recibió el represor, pero se lamentó de que el tribunal “no reconociera en la sentencia que lo que ocurrió en la Argentina fue un genocidio”.
El letrado hizo notar también que el tribunal no hizo mención al pedido para que se abran otras causas contra Mazzaferri por su posible participación en la detención ilegal de dos personas que se encuentran desaparecidas, aunque adelantó que presentarán las denuncias respectivas.
En tanto, el fiscal José Ignacio Candioti resaltó que “el tribunal no sólo reconoció la culpabilidad de Mazzaferri, sino que lo hizo respecto de todas las víctimas por las que fue acusado, en cuanto a las privaciones ilegales de libertad y los tormentos” y agregó que “es reconfortante que se hayan reconocido los secuestros y tormentos contra estudiantes secundarios y jóvenes que sin ningún tipo de razón fueron sacados de sus casas y torturados de manera brutal, tanto física y como psíquicamente, y eso les ha dejado secuelas hasta nuestros días”, concluyó.
Fuente:EntreRiosYa               


Jueves 27 de Julio de 2017 
Condenaron a 20 años de prisión al policía torturador Mazzaferri 
El TOF de Paraná dictó este jueves la sentencia, que fue bien recibida por las organizaciones de derechos humanos que se dieron cita en las puertas de los tribunales. por Alfredo Hoffman
El ex policía federal José Darío Mazzaferri fue condenado este jueves a 20 años de prisión tras haber sido responsabilizado como coautor de los delitos por los que fue acusado: asociación ilícita, torturas, secuestros y allanamiento ilegal de domicilios. Los hechos ocurrieron durante la última dictadura cívico militar en Concepción del Uruguay, durante los acontecimientos que se recuerdan como La Noche del Mimeógrafo.
El Tribunal Oral Federal de Paraná emitió el veredicto por mayoría, dado que uno de sus integrantes, Otmar Paulucci, votó en disidencia. Para este juez, a diferencia de lo que consideraron sus pares Beatriz Caballero de Barabani y Jorge Sebastián Gallino, Mazzaferri debía ser absuelto del delito de asociación ilícita.
El fallo consideró que los delitos fueron crímenes de lesa humanidad, aunque no se hizo lugar el pedido de la querella de que sean tenidos como ocurridos en el contexto del genocidio. Los fundamentos se darán a conocer el 3 de agosto a las 11.
Los querellantes, que habían solicitado una pena de 25 años de prisión, recibieron satisfactoriamente el fallo y manifestaron que esperarán a reunirse con los fundamentos de la sentencia para evaluar si es necesario presentar recurso de apelación. La Fiscalía, por su parte, había solicitado 20 años, la misma pena que dictó el Tribunal.

Mazzaferri fue retirado del edificio de calle Urquiza 868 en medio de un importante despliegue de seguridad y, bajo una lluvia de insultos y cánticos de los militantes, fue subido a una unidad móvil del Servicio Penitenciario que lo llevaría hacia su lugar de detención, la cárcel de Devoto. Allí venía cumpliendo prisión preventiva y donde ahora deberá purgar su pena.
En las puertas de los tribunales se cortó calle Urquiza y hubo un festival popular para acompañar la espera de la sentencia, con una radio abierta de Radio Comunitaria Barriletes, músicos en vivo y una intervención artística desarrollada por estudiantes de Teatro de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), estudiantes secundarios, la agrupación H.I.J.O.S. y el Área de Derechos Humanos de la Uader.

Asimismo las víctimas de Mazzaferri estuvieron en el Salón del Concejo Deliberante de Concepción del Uruguay, donde se transmitió en vivo el dictado del veredicto y luego brindaron una conferencia de prensa.

Los crímenes

En esta causa se investigaron los hechos ocurridos en Concepción del Uruguay en julio de 1976, durante la última dictadura cívico militar, que tuvieron entre sus víctimas a estudiantes secundarios que fueron detenidos el 19 de julio de ese año y permanecieron cautivos ilegalmente en la Delegación de la Policía Federal, donde también fueron torturados.

Los jóvenes eran militantes políticos que protestaban contra la dictadura de Jorge Rafael Videla, para lo cual distribuían panfletos que habían impreso con un mimeógrafo. La búsqueda de ese instrumento fue el eje de los interrogatorios, dado que la protesta era considerada un acto de "subversión", y por eso estos episodios se recuerdan como "La noche del Mimeógrafo".

Mazzaferri era quien comandaba la patota que se encargaba de secuestrar a los militantes y mantenerlos cautivos en la sede de la Policía Federal, donde él mismo se encargaba de someterlos a salvajes torturas. Además era él quien enseñaba a sus pares cómo usar la picana.

Últimas palabras
Antes de que los jueces se retiraran a deliberar, Mazzaferri hizo uso de su derecho a decir sus últimas palabras. Se dedicó a negar los hechos: "En Concepción del Uruguay no hubo terrorismo", dijo. Vale aclarar que estos crímenes del terrorismo de Estado ya fueron acreditados hace cinco años en la sentencia de la causa Harguindeguy, cuyo juicio se realizó mientras el torturador se encontraba prófugo de la Justicia, y ese fallo fue luego dejado firme por la Corte Suprema.

En su intervención también buscó victimizarse, presentándose casi como un perseguido. En ese sentido llamó "daños colaterales" del juicio al hecho de que por estar preso no puede ver a sus nietos. Y cerró su declaración con un acto fallido: "La verdad es selectiva", dijo, para luego corregirse: "La memoria es selectiva". Así quiso desacreditar lo denunciado y relatado por sus víctimas en la causa.

El fallo
La presidenta del tribunal, Beatriz Caballero de Barabani, leyó la parte resolutiva de la sentencia por la cual se condenó por mayoría a José Darío Mazzaferri a la pena de 20 años de prisión. Se lo halló coautor material de los delitos de asociación ilícita; allanamiento ilegal de domicilio (en dos hechos); privación ilegítima de la libertad, agravada por haber sido cometida sin las formalidades de ley y con violencia (cinco hechos) y agravada por haber durado más de un mes –además de los mismos agravantes anteriores– (tres hechos); y tormentos agravados por la condición de perseguidos políticos de las víctimas (ocho hechos), todos considerados crímenes de lesa humanidad.

Se lo absolvió del delito de allanamiento ilegal por tres de los hechos. Además el vocal Paulucci votó en disidencia para absolverlo del delito de asociación ilícita.

El mimeógrafo como símbolo
En el marco de las actividades desarrolladas en la calle, un grupo de estudiantes realizó una recreación de los hechos desde una mirada artística. Frente a la puerta del tribunal se instaló un mimeógrafo como el que utilizaban los militantes víctimas de Mazzaferri y se distribuyeron volantes que representaban aquellos panfletos que motivaron las detenciones y torturas. Caracterizados como los jóvenes de la época, los actores y actrices sostuvieron también una puesta en escena que evocaba aquellas detenciones masivas propias de las dictaduras.
Fuente:DiarioUnoER

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