27/09/2017
Guardia dijo a los integrantes del Tribunal Oral Federal que los represores que tenía enfrente lo torturaron pero no lo quebraron.
En tanto, Baudino, que era estudiante universitario durante la última dictadura, en un testimonio que brindó por primera vez dijo que terminó firmando una declaración fruto de la tortura.
En 1977 cuando cursaba sus estudios en la carrera de Contador Público Nacional, Baudino fue secuestrado y torturado. Estuvo preso por el término de dos años y ocho meses.
Fuente:LaArena
Baudino: "Terminé firmando una declaración fruto de la tortura"
Publicado el 27-09-2017
En su época de estudiante, el rector de la UNLPam, Sergio Baudino, fue secuestrado y torturado por los represores pampeanos. Estuvo dos años y ocho meses preso. Su testimonio, por primera vez.
“Terminé firmando una declaración fruto de la tortura”, contó este miércoles el rector Sergio Aldo Baudino, durante su declaración como víctima del terrorismo de estado en el juicio por la Subzona 14 II. Fue secuestrado y torturado. Terminó confesando pertenecer a un partido de izquierda, como si eso fuera un delito, “quebrado” por los tormentos con picana eléctrica. Identificó entre sus captores al imputado Carlos Reinhart y dijo que en esa época se sabía que Luis Baraldni, el jefe de Policía, manejaba toda la estructura represiva.
Baudino estuvo dos años y ocho meses preso y luego un tiempo más en libertad vigilada. Este miércoles la emoción lo embargó cuando dijo que pudo reconstruir una familia, estudiar y desempeñarse laboralmente hasta llegar a rector de la universidad. "Los equivocados no éramos nosotros", rescató.
“La apuesta de estos juicios es la comprobación jurídica de la verdad y la posibilidad de que las generaciones futuras entiendan de lo que somos capaces los seres humanos y no transcurramos por caminos similares”, reflexionó, al final de su testimonio. Su mujer y sus hijos, más profesores de la universidad, lo acompañaron en la declaración y se fundieron con él en un abrazo al concluir.
A golpes de picana
En su testimonio, el rector contó que fue detenido en febrero de 1977 en el domicilio donde vivía con otros tres estudiantes en Santa Rosa, en Centeno, entre 9 de Julio y la avenida. “Dos personas de civil me fueron a buscar, uno era Reinhart. En un auto verde, un Valiant, sin manijas para bajar el vidrio”, indicó. Lo llevaron a la Primera. Lo subieron al primer piso, esposado y vendado. Estuvo en un baño encerrado más de una semana. Lo retiraban a sesiones de tortura, siempre vendado, y lo interrogaban acerca de si integraba el Partido Comunista Revolucionario y por personas relacionadas a esa organización.
En el ’73 había venido a estudiar desde Caleufú y había participado de la movilización por la nacionalización de la universidad y de la “ebullición” política de la vuelta a la democracia. Había participado en la elección del centro de estudiantes en una lista de izquierda.
“Las preguntas venían acompañado por golpes de picana en el torso. No recuerdo golpes. Fue en más de una oportunidad. Terminaron cuando admito ser integrante de ese partido, que tenía posiciones en contra del golpe. Yo no me consideraba integrante pero termino firmando fruto de la tortura en base a golpes de picana eléctrica”, explicó.
En la tortura también le hacían preguntas sobre el abogado Ciro Lisandro Ongaro. Luego de la confesión arrancada a golpes de picana, cesó la tortura.
Detenido en La Plata
“A partir de allí, cuando firmo, estoy un tiempo en una celda y luego me pasan a la Unidad 4, donde veo a los otros detenidos, y cesa esa violencia inmediata. No sabíamos qué iba a suceder, en abril hay un momento en que hay una regresión en mi expectativa de libertad, cuando nos trasladan en avión un grupo a la unidad 9 de La Plata. Estoy ahí desde abril del 77 al 17 de octubre de 1979”, refirió.
En aquellas circunstancias, según rememoró, se sentía “atormentado” por las noticias de los detenidos que eran llevados a las celdas de castigo, donde eran torturados. “Sentir pasos en los pasillos era un alerta y un temor”, confió. El litigio con Chile por el Canal de Beagle lo preocupó aún más, con la idea de que terminaría “liquidado por una bomba” en una guerra porque “circulaban todo tipo de versiones sobre Menéndez, de Córdoba, o Camps, que tenían mucho poder y mucha vehemencia para actos dramáticos”, dijo.
También recordó que escuchaban los partidos del mundial 78 en la cárcel. “Veíamos el clima de acompañamiento de la población. Nos angustiaba nuestro futuro, por un lado deseábamos la libertad pero pensábamos en cómo nos iban a recibir, la marginación, que íbamos a ser despreciables”, confió. “Me golpeó muy fuerte cuando mis familiares me informaron que habían matado a Cristina Barbeito, una compañera del secundario. Fue muy duro para vivir adentro”, agregó.
En agosto del ’77 lo notificaron de que estaba a disposición del Poder Ejecutivo Nacional y le iniciaban un juicio. Nombró de defensor a Ismael Amit porque consideraron que un profesional ligado a la política podía ayudarlo. En dos declaraciones que hizo primero no rectificó su confesión "por miedo" y en la segunda lo hizo pero no denuncio las torturas. "Luego del mundial, en el ’79, cuando viene la Comisión Interamericana de Derechos Humanos l país, va a las celdas el presidente, y denuncio en un sobre todo lo que estoy diciendo ahora. Me animé a denunciarlo”, narró.
“Se decía que el juez (Walter) Lema tenía una vinculación fuerte con el regimiento de Toay, se elucubraba que recibía instrucciones. No era fiable para hacer una denuncia que tuviera una repercusión positiva”, indicó.
Libertad vigilada y reivindicación
Salió de la cárcel el 17 de octubre de 1979, pero quedó bajo un régimen de vigilancia. Al principio no podía salir de Caleufú, donde vivían sus padres. En el 79 lo citaron al regimiento de Toay y le manifestaron que “el gobierno se había equivocado y que podía volver a estudiar”.
Le permitieron cursar dos materias en 1980 a través de un decreto que amplió la libertad vigilada. Pero tenía que ir a firmar todos los días a la Jefatura de Policía. En la causa judicial, resultó sobreseído.
Baudino agradeció que en Caleufú no se sintió discriminado. Y, ya en Santa Rosa, le dieron trabajo como pasante en el estudio contable Saez. En julio del 81 rindió la última materia de su carrera. En esa parte del relato, se quebró de emoción: en el 81 se casó con quién era su novia desde antes de la detención.
“Mi miedo era la discriminación, mi objetivo era formar una familia. Y ese objetivo fue cumplido sobradamente. Para mí fue muy importante en el 83 cuando me ofrecieron ser director de Rentas de la municipalidad. En el 83 entré a una cátedra a la Facultad. Fueron reivindicaciones de que estábamos en un rumbo correcto, uno no había sembrado en vano, había solidaridad en la sociedad. Y la máxima consideración que recibí fue ser elegido rector”, destacó.
“Los que nos reprimieron fueron serviles a un esquema dictatorial y a un mecanismo represor. Yo los veo como inmersos en una maquinaria, con distintos grados de responsabilidad", comparó.
Cuando le hicieron preguntas, contó que fue uno de los últimos detenidos de la universidad pero que no se había escapado porque consideraba que “no había motivo para lo que finalmente me ocurrió”.
Finalmente, reconoció que “hay responsabilidades civiles” en la represión que “no se han ventilado aún y probablemente no se vinculen nunca”.
Por tv
Dos acusados no estuvieron en las audiencias de martes y miércoles. El exmilitar Néstor Greppi se había ausentado sin aviso: el tribunal lo habilitó para que este miércoles siguiera la audiencia por videoconferencia, desde los tribunales de Comodoro Py. Está con arresto domiciliario en su casa, en Capital Federal.
Por otra parte, el excomisario Roberto Fiorucci sigue sin asistir al debate, por prescripción médica. El TOF ordenó que lo revisen los médicos forenses para determinar si puede concurrir a los debates o, finalmente, queda fuera del juicio.
El debate continuará el martes 10 de octubre. Comenzarán a declarar detenidos y secuestrados durante el copamiento del colegio de Jacinto Arauz. Luego será el turno de los estudiantes universitarios de Pico secuestrados y torturados antes y después del golpe.
Los acusados
El excoronel y exsecretario general de la Gobernación, Néstor Omar Greppi, está acusado por 91 víctimas; el exjefe de Inteligencia del Regimiento de Toay y exjefe de la Policía de La Pampa, Luis Enrique Baraldini, por 214; el exsubcomisario Roberto Oscar Fiorucci, por 216 casos; el expolicía Athos Reta, por 34; el exoficial Néstor Bonifacio Cenizo, por 33; el expolicía Antonio Oscar Yorio, por 31; el exoficial Carlos Roberto Reinhart, por 35; el exoficial Hugo Roberto Marenchino, por 7 casos; el exoficial Oscar Alberto “Miseria” López, por 23; el exagente Orlando Osmar Pérez, por 31; el excomisario Juan Domingo Gatica, por 26; el expolicía Miguel Ángel Ochoa, por 4; el exoficial Jorge Osvaldo Quinteros, por 4; el excomisario Luis Horacio Lucero, por 1; y el médico Máximo Alfredo Pérez Oneto, por 22 víctimas.
En el juicio actual, dos exmilitares y trece expolicías están imputados en total por asociación ilícita, genocidio y detenciones ilegales y tormentos de 234 personas. En el histórico primer juicio de 2010 solo se habían tomado 28 víctimas.
En el primer juicio, de 2010, el debate se realizó entre agosto y noviembre. Hubo condenas entre 8 y 20 años para el militar Néstor Omar Greppi y los policías pampeanos Roberto Fiorucci, Athos Reta, Omar Aguilera, Oscar Yorio, Néstor Bonifacio Cenizo, Carlos Reinhart y Hugo Marenchino. También fue condenado Roberto Constantino, quien falleció. Hubo 28 víctimas.
Fuente:ElDiariodelaPampa
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