22 de febrero de 2018

LA PAMPA - JUICIO SUBZONA 14 II: EL DOLOR DEL EXILIO y LA PERSECUCIÓN.

Juicio por la Subzona 14 II: el dolor del exilio y la persecución 
Publicado el 22-02-2018
El médico Jorge Irazusta viajó desde Canadá para relatar su caso. "Nos detuvieron porque se acababa el negocio de la medicina", dijo. Denunció el rol del Colegio Médico en la represión. 
Este jueves habrá otra audiencia del juicio de la Subzona 14 II. Entre otros testigos,  declararon Hermes Accattoli (era diputado provincial del Frejuli y fue ferozmente torturado en la Comisaría de Catriló) y el médico Jorge Irazusta. El dirigente del PJ ya declaró en el primer histórico juicio a los represores pampeanos, en 2010. Irazusta es la primera vez que declara en un juicio oral y público.
Este jueves declara el médico sanitarista Jorge Oscar Eugenio Irazusta, que viajó desde Canadá, dónde se exilió durante la dictadura, para prestar su testimonio sobre la detención y persecución que padeció por integrar el servicio social de Salud del Molas.
En enero 2012 Irazusta había viajado también a  La Pampa, para aportar su testimonio en el juzgado que instruía la causa. Irazusta tiene 73 años y fue uno de los médicos que integraron el Servicio Provincial de Salud en La Pampa durante los años 70 y cayó preso todavía en tiempo del gobierno constitucional. Estuvo detenido en la Colonia Penal del 13 al 21 de noviembre de ese año. El 23 de marzo de 1976, un día antes del golpe, se exilió en Canadá, dónde aún reside.
Una hermana del médico fue desaparecida por los represores en Córdoba. En agosto de 2010, Irazusta ya había viajado junto a su esposa Cecilia Cornejo para asistir al juicio contra el dictador Jorge Rafael Videla en Córdoba. Su hermana, María Eugenia Irazusta, fue torturada y asesinada en la jefatura de Policía de esa capital.
El médico Jorge Oscar Eugenio Irazusta relató que en junio del ’74 llegó a La Pampa porque lo contrataron junto a Antonio Mafrand para implementar un plan de salud en la provincia. Con el ministro de Bienestar Social, Néstor Ahuad, “discutió” la creación del Servicio Provincial de Salud, aprobado más tarde por la Legislatura.
“En noviembre recibí una carta de la triple A, decía que si no me iba de la provincia me iban a matar”, recordó. Ahí lo mudaron desde Anguil, al barrio de funcionarios en Santa Rosa, entre las viviendas del vicegobernador Rubén Marín y el ministro, Jorge Matzkin.
En abril del ’75 se hicieron los concursos para cubrir 270 cargos de médicos. En agosto, por la interna del PJ, el servicio fue intervenido por el doctor Vivini. “Fue el primer paso para su destrucción, comenzó el desmantelamiento durante el gobierno de Regazzoli y Marín, que finalizó con el gobierno militar”, evaluó. El interventor después del golpe siguió en su cargo.
A Irazusta, que era director de Atención Médica de la provincia, le hicieron un sumario y lo trasladaron a una oficina que llamaban “la congeladora”, con otros profesionales perseguidos, sin tareas.
A él y al médico Mafran les abrieron un prontuario, con huellas y fotos, por orden del gobierno. “No nos querían acá, nos teníamos que ir. Como no lo hicimos, el 13 de noviembre nos detuvieron a las 5 de la mañana, se presentó ese señor que está ahí, Baraldini, con dos camiones del Ejército y soldados con armas largas. Entraron a mi casa y me dijo que me detenían por orden del Ejército. No tenían un solo papel”, relató.
“Otra persona, Greppi, empezó a  dar vuelta la casa, que habíamos alquilado porque nos habían echado del barrio de funcionarios. Me subieron al camión, bajaron las lonas, dimos muchas vueltas hasta llegar a la Penal, y el sargento me dijo que él había entrenado a la guardia rural de Santa Fe, encargada de la represión en el territorio boscoso de La Forestal, dónde yo había estado”, prosiguió.
En la Penal lo dejaron en una celda, solo, con un tarro para sus necesidades. “El director me dio garantía que ahí no me iban a tocar. Me di cuenta que la cosa venía fea”, dijo.
Al día siguiente lo interrogó Baraldini “durante un tiempo largo, básicamente, sobre qué hacíamos nosotros en La Pampa”.  Su esposa intentó hacer gestiones ante el vicegobernador, Rubén Marín, pero no la recibió a pesar de que por meses habíamos sido vecinos. Después una comisión de médicos lo visitó al vicegobernador pero este tamibén se negó a recibirlos.
“Gracias a la mediación mi suegro, un coronel retirado, con Harguindeguy, que había sido su subalterno, me dieron la libertad pero (Ramón) Camps se negó a recibirlo. El 21 me dieron la libertad, pero no podía salir de mi casa de noche”, apuntó.
El exilio
Inmediatamente de la liberación, se fue con su esposa, Cecilia, y los cuatro hijos, a Salta. Alguien llamó a su suegro, y le avisó que tenía que salir rápidamente del país. Luego partió al exilio a Canadá. “Fue una suerte, porque quizás hubiera corrido la suerte de mi hermana y una amiga”, dijo, en relación a su hermana, fusilada en un supuesto intento de fuga, y su amiga desaparecida.
“En Canadá me enteré del golpe, el 30 de abril recibí el llamado de Cecilia, que estaba en Córdoba, que habían matado a mi hermana. Ahí ellos también viajaron a Toronto, y el 8 de mayo finalmente pudimos reunirnos. Allí comenzó en serio nuestro exilio”, completó.
Explicó que “en el exilio a uno lo desarraigan, le quitan todo lo conocido, hasta el significado del viento, dejan de tener algo que querían mucho. Es muy dura la pérdida, y reconstruirse como persona”.
“Cuando llegué a Canadá no teníamos más que un nombre y el apellido, no tenía el idioma, la profesión ni con qué darle de comer a mis hijos. Y ellos pasaron por lo mismo, en la escuela, sintieron que habían perdido todo. Sebastián, que tenía siete años, perdió dos años de la escuela”, contó. Recién en el '82 pudo recuperar su habilitación como médico. Y a partir de allí cumplir su "sueño" de brindar un servicio de salud ligado al estado y no al lucro capitalista.
El rol del Colegio Médico
Irazusta recordó que el Colegio Médico hizo campañas en contra del nuevo servicio y sus referentes. Dijo que publicaron solicitadas afirmando que eran “comunistas, que quitábamos la libertad de elección de los pacientes, y que quitábamos la libertad de trabajo a los médicos”.
“Quiero aclarar que el servicio no era estatizante ni prohibía nada. Lo único que decía era que trabajaban en el sistema privado o el público. Y el único objetivo era eliminar el lucro de la relación del paciente y el médico”, consignó.
"La pelea con el Colegio Médico fue que se acababa el negocio. Ese fue el fondo, porqué nos detuvieron. Era mentira lo que decían, que éramos subversivos, que queríamos montar un hospital para la guerrilla", completó. 
“Todo lo que hicimos fue bajo la ley y después, por las razones que sea, nos soltaron la mano. Nos detuvieron no por subversivos, sino porque alteramos el sistema de salud que operaba en la provincia y defendía los intereses del Colegio Médico, lo único que querían era defender su pequeño negocio. Tenían en poder de llegar a las orejas de los sicarios que ejecutaron las cosas. Lo único que hicimos fue patear el tarro, no acepto ningún tipo de otra acusación”, finalizó.
Accatolli: "la tortura era un divertimento"
Accattoli fue detenido el 24 de marzo de 1976 en General Pico, alojado en la Comisaría de esa localidad y trasladado junto a otros detenidos políticos a la Unidad 4 del SPF , previo un breve paso por la Jefatura de Policía de esta ciudad. El 6 de abril fue llevado junto al también diputado Roberto Gil, encapuchados y esposados, a la Comisaría de Catriló, donde fueron fuertemente torturados y devueltos al día siguiente a la Unidad 4. Accattoli también fue trasladado al Penal de Rawson, puesto a disposición del PEN y dejado en libertad el 17 de junio de 1977.
Accattoli relató que lo trasladaron encapuchado en un camión a la comisaría de Catriló. Primero lo golpearon en la cabeza -“vi las estrellitas”- y luego lo picanearon. Alguien con aliento a alcohol le preguntaba por qué los diputados se aumentaron la dieta, por las armas, por la toma de la UTN de la que él había participado.
Luego escuchó los gritos de dolor de Gil, sometido a la “parrilla”. En la segunda oportunidad, advirtió que la tortura y los golpes en el estómago “eran un divertimento”. Avanzada la madrugada, lo ubicaron frente a una máquina de escribir para registrar sus respuestas.
En el regreso, lo sentaron en la rueda de auxilio y lo devolvieron a las 8 al Penal. Diez días después lo sacaron en una camioneta, también con Gil, y lo llevaron a la Primera.
“Ahí escuché la voz que me había quedado grabada, y lo vi, un señor morocho. Me llevaron a la Raul B. Díaz y el oficial Gualpas me puso la capucha, me sentaron en la silla con las manos atrás, había una radio. Me pegaron piñas y estaba la voz, y dijo: no seas tonto, no protejas a nadie porque ya te vendieron, diga lo suyo”, relató. Dijo que cree que ese oficial era el represor Roberto Oscar Fiorucci.
Confió que “agregué algunas cuestiones” y en un Valiant de civil lo regresaron al penal. No volvieron a interrogarlo ni golpearlo. Pudo ver a su padre moribundo por intervención del obispo Arana.
En la Penal lo fue a ver el represor Cenizo. Dijo que llevaba unos zapatos iguales a los que vio por debajo de la venda cuando lo torturaron en Catriló.
Luego lo trasladaron a Rawson con Gil. Allí también sufrió golpes, hasta que salió.
Consultado sobre los demás detenidos, recordó que “Aragonés llegó tarde y se fue temprano, nosotros llegamos del fundillo y él con su bolsito”. En ese sentido, recordó que la CGT y las 62 Organizaciones tildaron de "zurdos y comunistas" a los estudiantes que tomaron la UTN en solicitadas que publicaron en el diario La Reforma para esa fecha.

Más testigos
También declaran otros testigos este jueves. Entre ellos, el exdecano de la UTN de Pico, Carlos Agaya, que fue secuestrado y desplazado de su cargo aún antes del golpe militar.
Después, las audiencias continuarán a partir de marzo -los días 6, 7, 19 (en esta jornada será de mañana y tarde), 20 y 21; y en abril, los días 3, 4, 16, 17, 18, 25, 26 y 27.
El histórico segundo juicio a los represores pampeanos se desarrolla a partir del 29 de agosto del año pasado. Los imputados son Néstor Omar Greppi, Luis Enrique Baraldini, Roberto Oscar Fiorucci, Carlos Roberto Reinhart, Antonio Oscar Yorio, Néstor Bonifacio Cenizo, Hugo Roberto Marenchino, Oscar Alberto López, Athos Reta, Miguel Ángel Ochoa, Jorge Osvaldo Quinteros, Juan Domingo Gatica, Luis Horacio Lucero, Máximo Alfredo Pérez y Orlando Osmar Pérez.
Fuente:ElDiariodelaPampa

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