13 de febrero de 2018

LA RIOJA: LAS TORTURAS SUFRIDAS POR LOS CADETES A CUATRO DÍAS DEL MODELO CHOCOBAR.

13 de febrero de 2018 
Las torturas sufridas por los cadetes de La Rioja a cuatro días del Modelo Chocobar 
Cuando el modelo termina como un boomerang 
La muerte del cadete Emanuel Garay (18), la internación en estado gravísimo de otro cadete, Luis Oropel (25), y la atención de otros 10 principiantes se produjeron en un marco de extrema violencia habilitada como mensaje desde la Presidencia.
Por Horacio Cecchi
Con la vara, el instructor va recorriendo los cuerpos de los cadetes y al que se mueve lo apalea. 
–¿Sabe a que llaman la sartén?
–¿La sartén?
–No, no sabe –dedujo el informante–. Hay una cancha de básquet. Es externa. Tiene piso de baldosas. A las dos de la tarde, en La Rioja, día de calor, imagínese. No hay sombra en ningún lado. La llaman la sartén porque si tiran un huevo se cocina.
El informante fue claro. Se refería al espacio de la Escuela de Policía donde, durante la instrucción, el lunes 5 de febrero, doce cadetes recién ingresados terminaron internados por deshidratación, y uno de ellos, Emanuel Garay de 18 años, falleció porque sus riñones no resistieron la deshidratación extrema a que fue sometido su cuerpo. Otro de los cadetes, Luis Oropel, se encuentra en terapia intensiva en una clínica de Córdoba, con diálisis y en grave estado. El caso de la Escuela de Cadetes de Policía de La Rioja ocurrió cuatro días después de que Macri recibiera como un héroe al policía Luis Chocobar, procesado por haber baleado por la espalda a un adolescente en La Boca, en la misma fecha en que la ministra de Seguridad Patricia Bullrich comenzaba su alegato público en favor del cambio de doctrina que permitiera dejar a los policías libres de sospecha; y un día antes de que los efectos del Modelo Chocobar hicieran su efecto en las calles céntricas porteñas, con una jueza, un escribiente y un asaltante heridos por algunas del casi centenar de balas y múltiples esquirlas distribuidas a mano suelta por uniformados y asaltantes.
La tortura a la que fueron sometidos los cadetes el día 5 de febrero reconoce antecedentes habituales en el sistema de instrucción policial. Pero desde la convocatoria a la violencia policial instalada nada menos que por el Presidente, lo que estaba prohibido ahora es alentado.
Por la muerte de Emanuel Garay, la Justicia modificó la calificación del delito, de lesiones gravísimas a homicidio. Y detuvo a ocho policías entre comisarios jefes e instructores: Dardo Gordillo, Ramón Leguiza, Jorge Leguiza, Nadia Bravo, Elio Marcial, Marcos Miranda, Karina Luna y Adriana Rodríguez. También fueron denunciados seis cadetes, de 1º a 3º año que participaron en una golpiza de bienvenida que sufrieron los principiantes. Además, fueron desplazados el secretario de Seguridad, Luis Angulo, y el jefe de Policía, Luis Páez. 
Adriana Rodríguez es quien aparece en la foto de tapa pateando a un cadete, obligándolo a mantener la cabeza bajo el agua en el río. Por otro lado, circuló la imagen de una nota pegada en una puerta de la Escuela de Cadetes, con la firma de “crio. Rodríguez” y con una orden dirigida a la “oficial Bravo” en la que se comunica que “tiene todas las cadetes de 1º año femeninas a su disposición para darles instrucción destructiva por cochinas”.
La sartén a la que hacía mención el informante, en concreto, se utiliza no exactamente para fritangas sino para cocinar los cuerpos de los cadetes. Deben arrojarse al piso a hacer ejercicios de todo tipo, en contacto directo con el calor ardiente. A veces, está tan caliente el piso que deben envolverse las manos con alguna vestimenta o con trapos, para soportar más tiempo.
“Los que no aguantan el tiempo que marca el instructor o se levantan, por ejemplo –describió el informante–, los mandan detenidos en castigo”. 
La información sobre la “sartén” de todos modos no se refiere específicamente a la instrucción del lunes 5, sino que se dio como dato habitual, una costumbre. No es lo mismo concentrar la lupa sobre un hecho, ocurrido un día, por una persona o un grupo, que un método conocido y repetido en el tiempo, con diferentes instructores y distintas autoridades.
Según la información recopilada por este cronista, la práctica supera con holgura la década y es presumible que sea bastante más antigua. De hecho, el informante llegaba casi a los 15 años de haber finalizado la instrucción. Pero la práctica estaba prohibida. Ahora es alentada por el Modelo Chocobar.
La sartén no es el único obstáculo con que son sometidos los cuerpos y mentes de los cadetes y suboficiales antes de su admisión en la policía. Están el raneo, la vara, escenarios dentro y fuera de la Escuela, como el que se desarrolla en el monte con una especie de carrera de supervivencia, y el del río próximo en el que son sometidos a asfixia bajo el agua.
“El raneo –describió el informante– es el salto en cuclillas, pero también es caminar de rodillas por las piedras del río Huaco, próximo a la Escuela. O ranear hasta un pozo lleno de agua y permanecer en esa posición durante toda la noche”.
La vara es la herramienta de castigo, tal como se observa en la foto. Un instructor va caminando alrededor de los cadetes, que se encuentran en alguna posición de inmovilidad en el piso, y aquel que por falta de resistencia, se mueve o se siente obligado a levantarse es azotado con la vara.
Los métodos son diversos, todos utilizados por décadas, semejantes a los de la “colimba”, prohibida luego de la muerte del soldado Omar Carrasco, durante el menemismo. Pero prohibidos o invisibles a la mirada del público. Ahora, el Modelo Chocobar habilitado desde la Presidencia liberó de amarras el sistema de la crueldad y el castigo.

13 de febrero de 2018
Denunció un hermano de Emanuel Garay 
“Lo torturaron”
“En su primer día de instrucción, a mi hermano lo mataron. Lo torturaron como en la dictadura”, lamentó Roque Garay, hermano de Emanuel, el cadete de la Policía de La Rioja que falleció tras sufrir un cuadro de deshidratación aguda grave por el severo entrenamiento físico al que fue sometido en la Escuela de Policía. “Les aplicaron el famoso ‘baile’, que es sinónimo de tortura”, denunció Roque y subrayó que otros 17 cadetes sufrieron los mismos síntomas que su hermano, y que algunos de ellos aún luchan por su vida.


Entre los que luchan por su vida, precisamente, se encuentra Luis Oropel, trasladado a un sanatorio de mayor complejidad de la ciudad de Córdoba, donde fue internado en la unidad de terapia intensiva en estado delicado. Ingresó con un cuadro grave de deshidratación e insuficiencia renal.
Lucía, hermana de Oropel (25), señaló a la prensa que “sigue con diálisis” y que su familia espera que “comience a recuperar la función renal, que es lo que de momento permanece paralizado”.
Según su testimonio, el cadete fue sometido a “nueve horas de entrenamiento físico muy duro y bajo altas temperaturas que hubo ese día, pero más allá de eso (los instructores) han tenido la crueldad de no darle a los chicos ningún tipo de hidratación”.
La joven precisó que su hermano sufrió una “deshidratación severa, y como todos los chicos tenían todos los músculos rotos debido al excesivo trabajo físico que tuvieron y eso ha liberado toxinas que se les pegaron en los riñones, los ha paralizado y dejaron de funcionar”. Indicó que su hermano tiene también “lastimaduras en los codos y las rodillas, en las manos y tiene toda lastimada la espalda y moretones”. 
Fuente:Pagina12

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