Complicidad civil con la dictadura
Torturado en la Ford
“Yo soy argentino y peronista”, recordó Luis María de Giusti que le respondió al militar que, mientras le pegaba patadas, no paraba de preguntarle quién era él para hablar de derechos laborales. Era 24 de marzo de 1976 y él, delegado de uno de los comedores de la Ford Motors, se encontraba maniatado y tabicado en el piso del quincho de la fábrica que funcionó como centro clandestino de detención.
El recuerdo, que gracias a su sentido del humor compartió entre risas, fue parte del testimonio que brindó ayer en el marco del juicio oral por los delitos de lesa humanidad cometidos contra trabajadores de la automotriz y en el que, por primera vez, se juzga a empresarios civiles. De Giusti había ingresado con 17 años a los comedores de la Ford. Al poco tiempo, cansado con sus compañeros de las condiciones de trabajo y la imposibilidad de sindicalizarse –a quienes lo intentaban los echaban, contó ayer– se acercaron a la CGT para pedir consejos. El titular de Smata, José Rodríguez, los instó a que se sumaran a esa estructura, desde la cual lograron varias victorias laborales. Así se convirtió en delegado y, también, en víctima del terrorismo de Estado. Ante el TOF 1 de San Martín, contó que fue secuestrado el mismo día del golpe junto a su compañero José Constanzo y delegados de otros sectores; torturado en el quincho y en la Comisaría de Tigre, donde estuvo encerrado diez días; trasladado a Devoto, donde fue blanqueado, y luego a la Unidad Penal 9 de La Plata, desde donde fue liberado en enero de 1977
Fuente:Pagina12
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