Juicio Ford. Se reanuda el martes las audiencias
Sánchez: "A mi suegro le muestran la credencial de Ford"
Julio César fue uno de los más reconocidos luchadores de Titanes en el Ring. El personaje, desde 1982, era protagonizado por el fisicoculturista y luchador profesional Adolfo Sánchez. Adolfo Sánchez era, al momento de producirse el golpe de Estado en 1976, trabajador y delegado gremial en Ford Motors. En la planta industrial de esta automotriz ocurrieron uno de los más aberrantes crímenes de lesa humanidad de la historia argentina. Adolfo Sánchez fue una de las víctimas de aquellos delitos y el pasado 20 de marzo declaró en el "Juicio a Ford", donde se juzga a dos ex directivos de la empresa.
Adolfo Sánchez, como Julio César, en Titanes en el Ring, el emblemático programa de entretenimiento televisivo sobre lucha libre, que ocupó las pantallas desde 1962 y durante más de cuatro décadas. |
Trabajador de la sección subarmado desde 1971, el 24 de marzo de 1976, intentó ingresar a trabajar como todos los días, pero observó los retenes militares en el acceso y los comandos en el interior de la planta. Lo demoraron y luego, tras entrar, empezó a percibir que todo había cambiado: "Voy a la oficina gremial y estaba todo reventado", declaró Sánchez, agregando que entonces su capataz le dijo: "Ahora tenés que empezar a trabajar, se te terminó la joda". Por entonces, en la oficina gremial guardaban bien encarpetada una investigacion contra los directivos de la empresa por una estafa con concesionarios de autos: "No existía ni el armario, se llevaron todo", precisó.
PRÓXIMA AUDIENCIA: 3 DE ABRIL, 9.30 HS. TRIBUNAL ORAL FEDERAL Nº 1 DE SAN MARTIN, CALLE PUEYRREDÓN 3728, SAN MARTÍN, PCIA. BS. AS. DECLARARÁ UN EX TRABAJADOR SECUESTRADO EN LA PLANTA.
Reconstruyó ante los jueces el secuestro de tres delegados del comedor de la planta industrial, el mismo 24 de marzo, con quienes habían emprendido una lucha por el reencuadramiento sindical para afiliarlos al SMATA, que tenía mejores salarios y convenios que el sindicato de Comercio. Ese día, por pedido de las compañeras del comedor, se dirigieron con otros delegados, Pastor José Murúa, Juan Carlos Amoroso y Carlos Chitarrone, a los quinchos del club: "Estaba todo cerrado y tapado. Cuando vamos a preguntar nos apuntan con las armas los militares, dimos la vuelta y vimos que otro de los quinchos estaba tapado".
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