Publicado el 15-05-2018
Siguen las audiencias en el juicio de la Subzona 14 II. Miguel Ángel Mingote, un estudiante universitario secuestrado tres años y medio, confió su "frustración y dolor" por las consecuencias de la dictadura aun vigentes.
Para hoy están agendados cuatro testigos, dos de los cuales declararán por videoconferencia.
En primer lugar, declaró Dora Haydée Zapata, que en el ’77 viajó desde Buenos Aires con sus dos niños a visitar a un tío en Pico. Allí sin orden judicial la demoraron con su marido, Carlos Alberto Enrique, les dijeron “por extremista” aunque ella negó esa acusación.
La trasladaron el mismo día a Santa Rosa. “Me hicieron pasar unos días terribles. Estuve mal mucho tiempo, me separaron de mis hijos, me la pasaba llorando. Fue algo injusto porque no sabía nada. Una novela, la verdad. Estaba sola, en un calabozo, incomunicada. Me gritaban que tenía que admitir que era extremista”, contó.
Alguien del Ejército la llevó al primer piso a las dos de la mañana y le hicieron firmar un papel para otorgarle la libertad después de varios días. Su esposo fue trasladado a Morón y estuvo secuestrado un tiempo más. Dijo que ni siquiera tenía participación política.
“Los que promovieron el golpe están en el poder”
En segundo lugar, Miguel Ángel Mingote relató que era estudiante de Económicas y tenía militancia política. En febrero del ‘77 fue citado a la Seccional Primera y allí lo encapucharon, lo interrogaron con violencia y quedó secuestrado. Recuperó la libertad recién después de tres años y medio.
Dijo que le aplicaron picana y golpes durante al menos dos interrogatorios, aunque no quiso extenderse en detalles. “Me preguntaban si tenía militancia política, si hacia actividad en contra del gobierno, qué contactos tenía”, comentó. Allí lo llevaban a un calabozo, siempre con los ojos vendados, donde pasaba pasó mucho miedo. Sus familiares hablaron con los militares Baraldini y Amarante para reclamar por su situación, aunque sus captores nunca se identificaron delante de él.
Luego de diez días lo trasladaron a la Unidad 4. Y después de unos meses lo llevaron en avión, esposado y encadenado, a la Unidad 9 de La Plata. Fue absuelto en una causa por asociación ilícita que llevó adelante el juez Federal, Walter Lema. Salió en libertad vigilada en junio de 1980, cuando retomó los estudios y se recibió de contador. “No me considero ni víctima ni héroe. De algún modo siento más frustración y dolor por aquellos ideales de la juventud, visto la realidad que soporta nuestro país, una sociedad donde se sigue incrementando la pobreza y la desigualdad social, se violan los derechos humanos en democracia. Los factores que promovieron aquel golpe de estado son los que hoy manejan los resortes del poder”, señaló.
“Si bien hay un juzgamiento, no tengo odio, ni rencor, ni venganza, sí quiero que haya justicia y que los acusados gocen de la presunción de inocencia que no tuvimos nosotros”, completó.
Palazzani
En la jornada de este martes estuvo el fiscal Miguel Palazzani –parte de la querella en el primer juicio- en remplazo de Alejandro Cantaro, de licencia. El abogado defensor Pedro Mercado intentó recusarlo porque intervino en una etapa anterior. Pero eso fue rechazado por el tribunal.
Además, fue la primera audiencia sin el represor Roberto Fiorucci entre los acusados, apartado por su estado de salud.
Otros testigos
Este martes, más tarde, declará Walter Emer, también por videoconferencia desde Río Cuarto.
Finalmente, la última testigo del día será Claudia Bellingeri, perito de archivo de la ex Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires (DIPBA).
Sin Fiorucci
El viernes pasado, la Cámara de Casación Penal dejó fuera del juicio al expolicía pampeano Roberto Fiorucci. La decisión se fundamentó en el dictamen de los peritos del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, que establecieron un deterioro cognitivo de Fiorucci: afirman que padece un deterioro mental por el que no entiende lo que se debate en el juicio.
Fuente:ElDiariodelaPampa
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