Juicio Las Marias : Como hace 44 años el poder protege a Adolfo Navajas
Artaza
Por Lucho Soria
Los de los 44 años es porque a mediados de julio del 74 se concretó la
primera huelga en las estancias y cuando arribaron los trabajadores los
esperaba el Ejercito para la represión. Ahora La Gendarmería custodia las
audiencia conjuntamente con la´policía, ellos de civil, no solo donde se
desarrollaba sino también en Las Marias.
"No me dejaron relatar la historia de nuestras luchas, me lo
impidieron" afirma indignado Arturo Escobar, fundador con Carlos "
Pirincho" Aguirre, entre otros, de la delegación 502 de FATRE, germen con
el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de la rebelión
por exigencias de los derechos cercenados por Adolfo Navaja Artaza.
Después de los abrazos Escobar con sus compañeros y familiares,
regresamos en el tiempo, a mediados de 1974... Unos vinos y unas chipas, con
fondo de chamamés en un bodegón de Gobernador Virasoro, en rigor a la hora de
las citas era Vira... para dar cuenta de los hechos que dieron el puntapie
inicial. Un detalle particular compartí la cárcel de La Plata con el y
Pirincho...
"Compañeros con los que nos pagan no alcanza ni para la sal" gritó Aguirre,
activista del Movimiento Sindical de Base (MSB), a los asistentes a la asamblea
en el local del sindicato y no hizo falta insistir a mano alzada se respaldo la
decisión. Al otro día marcharon a Las Marias donde los esperaban el Ejército, y
tras una represión, los recibió en su despacho Adolfo Navajas Artaza, el que
accedió parcialmente el pliego tarefero de las demandas,
Lógicamente comenzó la persecución de los que participaron, una acción
que el 24 de marzo del 76 se concretó con la desaparición de los trabajadores,
las detenciones, los secuestros a ellos y el hostigamiento a sus familias
en el plan del terrorismo de Estado.
Una impunidad que persiste y quedo reflejada en las audiencias con una
accionar de la Gendarmería proveniente de Santo Tomé, quienes rodeaban y
hostigaban a los asistentes, menos, menos a los familiares del Torres Queirel
(quien es defendido por su yerno) y los empresarios, por ejemplo, el dueño de
la empresa La Amanda y de militares retirados que acompañaban en las audiencias
al único imputado.
Sin dubitar la imagen del presidente del Tribunal, Victor Alonso
saludando a los Gendarmes de la delegación de Santo Tome, por orden de la
Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, es la imagen que vale mas que mil
palabras. Empero el libreto judicial en construir en muro de impunidad se
enfrenta con la decisión de quienes la Memoria, la Justicia y la Verdad, es un
combate de largo aliento. Mas allá de los inquilinos del primer piso de
Balcarce 50.
EL HISTORICO JUICIO POR LAS MARIA EN UN ESCENARIO DE FUERTE
MILITARIZACION
Por Alejandra Esponda
Con notable presencia de fuerzas de seguridad se desarrollan en la
localidad correntina de Gobernador Virasoro. Se juzga la represion ilegal
contra trabajadores de la yerbatera.
El monopolio de la yerba y los
crímenes de la dictadura en el juicio por “Las Marías”
Por Juan Manuel Aprovitta
Con los testimonios de siete sobrevivientes de la dictadura, continuó
este martes en la localidad correntina de Gobernador Virasoro el juicio por las
desapariciones y la represión sufridas por obreros de la yerba mate.
Los argumentos reunidos en la segunda audiencia del juicio al ex
interventor militar en la comuna de Virasoro, Héctor Torres Queirel, si bien lo
tocaron de lleno en su función orgánica, calaron más en la responsabilidad
empresarial del establecimiento Las Marías y sobre la figura de su titular, el
ex gobernador de facto Adolfo Navajas Artaza.
“Fui trabajador de la cosecha de yerba en Las Marías y cuando vino el
sindicato los compañeros me eligieron delegado, pero cuando se terminó, el
patrón nos reunió en el yerbal a decirnos que ´se terminó el sindicato´, en una
oportunidad en la que también estaba el capitán (Juan Carlos) Sacco”, relató
Juan Manuel Gómez.
Y cuando se refirió al patrón, ante una pregunta del fiscal Juan Martín
García, Gómez aludió en forma concreta a Navajas Artaza.
Dos meses después del episodio en el yerbal, Gómez fue secuestrado por
las fuerzas y lo hicieron pasar por centros de detención de Posadas,
Resistencia, Coronda, Olmos y Paso de los Libres, hasta los albores de la
década del 80.
Formaba parte de la Federación Argentina de Trabajadores Rurales y
Estibadores (Fatre, hoy conocida como Uatre), que en Virasoro surgió del mismo
germen que el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación
(Stia), en reclamo de mejoras laborales para obreros agrarios y empleados del
establecimiento que industrializaba el té y la yerba mate.
Pablo de la Cruz Franco tiene 65 años y desde 1973 trabajó en Las Marías
hasta marzo de 1976, una fecha bisagra en la vida y la libertad de quienes,
como él, se empezaron a dedicar a la acción sindical en Virasoro.
“La producción y la industria era monopolizada por Las Marías, lo que
generaba una dependencia de la localidad hacia esa empresa”, relató Franco, que
fue secuestrado en su casa, donde vivía con su esposa, Noemí Acuña, hija del
primer secretario general que tuvo el Stia en la comunidad correntina, Marcelo
Acuña.
Como si estuviera subrayando el concepto de “dependencia” que aportó
Franco, al declarar este martes Noemí indicó que “por pertenecer a una familia
que fue perseguida por la dictadura y Las Marías no pude seguir en mi trabajo”,
en el ente recaudador de Rentas de la comuna.
Comuna que era conducida por el intendente de facto, Héctor Torres
Queirel. Noemí emigró a la provincia de Buenos Aires.
Se trata de un desarraigo similar al que reveló este martes ante los
jueces María Bernal, hija de otro sindicalista de Las Marías, Jacinto “Polaco”
Bernal.
Cuando tenía 8 años, pocos días antes de su cumpleaños, María sufrió una
avanzada militar sobre su casa, con una decena de hombres entre los cuales hubo
uno que la tomó de un brazo y le apuntó un arma a la cara mientras planteaba a
su madre “dónde están las máquinas y los papeles o no largamos a la nena”.
Su padre, amigo del obrero y sindicalista Marcelo Peralta, fue
secuestrado y torturado en Misiones, donde lo trasladaron hasta que en agosto
de 1976 lo liberaron “completamente sin ropas en Posadas”.
“Al poco tiempo volvieron a buscarlo, en forma muy violenta; yo después
no me sentí más cómoda en estos lugares, porque busqué trabajo en la empresa
Las Marías, pero me habían sacado tarjeta roja por ser hija de Polaco Bernal,
que defendía sus derechos”, relató.
.....
Los testimonios de la primera audiencia
declararon en calidad de testigos la esposa del desaparecido Neri
Pérez, Ramona Sánchez, y sus hijos Aníbal y Jorge, así como Clara Figueredo y
Aurelio Acevedo, un ex obrero de Las Marías.
“La primera vez que nos ´visitaron´ fue una madrugada en marzo de 1977 y
eran como diez hombres; mi marido estaba en el campo trabajando, recorrieron la
casa, le apuntaron en la cabeza a mi hijo mayor que tenía 14 años y voltearon
un aparador que había en el comedor porque buscaban papeles”, relató la esposa
de Pérez.
Y agregó: “Cuando agarraron unos carnet que la obra social del sindicato
nos daba dijeron ´acá está´ y se fueron pero me avisaron que en tres meses iban
a volver”.
Efectivamente, el 29 de junio de 1977 minutos después de las 21, una
patota irrumpió en la casa de Pérez, lo levantó violentamente de su comedor,
donde permanecía mirando televisión, y lo trasladaron con rumbo desconocido en
un automóvil blanco, pese a su resistencia.
Su esposa intentó demorarlos indicándole que le entregaría ropas de
abrigo, pero le respondieron “no se preocupe, a partir de ahora no va a
necesitar más nada de eso”.
Jorge Pérez, quien subrayó su testimonio al afirmar que su padre “luchó
por el bien de los trabajadores, porque en el lomo de ellos se consiguieron
cosas”, reveló en el juicio que a partir de una confesión aportada por un
policía retirado, llamado Ramón Giménez, logró certificar la denuncia que
arribo hoy a instancia de debate.
Fuente:AgnDDHH
Envío:Abajero



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