19 de noviembre de 2018

TROPEL.

La rendición de la clase política en una nación que se resiste a ser colonia
Nada nuevo bajo el sol desde el Que se vayan todos

Por Jorge Falcone*, Resumen Latinoamericano, 18 de Noviembre de 2018.


Cuando la calle no consigue torcerle el brazo al palacio

“Nunca se hizo un ajuste de esta magnitud sin que caiga el Gobierno”.
Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne

No tenemos derecho a sorprendernos. Categóricamente, la partidocracia engendrada – y descompuesta – al calor de esta democracia representativa es capaz de entregar la Patria por una recompensa menor que la que recibió Judas Iscariote.
En efecto, la mediocridad de la clase dirigente que sobrevivió a la gran lobotomía social de 1976 en buena medida explica los extravíos que – con honrosas y modestas excepciones – hemos venido padeciendo desde que en 1974 el Tte. Gral. Perón formulara su Modelo Argentino para el Proyecto Nacional (http://www.bcnbib.gob.ar/uploads/Peron.-Modelo-argentino-para-el-proyecto-nacional.pdf)
Sin una mirada retroactiva de largo aliento, capaz de tomar nota de estas referencias, no se comprenderá cabalmente cómo un pueblo que ganó las calles desde el segundo día de esta gestión de gobierno (recuérdese el masivo Encuentro de los Pueblos convocado en diciembre de 2015 en Plaza de Mayo por el MP La Dignidad y La Tupac Katari del Perro Santillán) hasta la más reciente y desgranada concentración de protesta contra el Presupuesto 2019 no ve coronados sus esfuerzos por frenar la depredación nacional.
Conteste de la enorme vitalidad y entereza que demuestra a diario nuestro activismo, este cronista se pregunta si los reveses que venimos acumulando a lo largo de sucesivas vigilias de deliberación parlamentaria – sin pasar por alto la ausencia de grandes sorpresas con que vienen configurándose las opciones electorales de cara al año entrante – no erosionan significativamente el ánimo social. En caso afirmativo, ¿no será hora entonces de recuperar aquella audacia previa a los años de plomo y decidirnos a tomar a nuestro cargo las reglas de juego de esta democracia para expandir sus posibilidades? De momento, y novedosamente, sólo el trotskismo se anima a proponer a viva voz la alternativa de una Asamblea Constituyente como instancia de transición hacia una sociedad más justa.


El gobierno procura recibir a los dueños del mundo en un escenario ideal

“El hallazgo del submarino ARA San Juan fue un alivio en medio del dolor para los familiares de los 44 fallecidos. Pero ahora aseguran que pelearán por los otros dos objetivos que tienen: saber qué pasó y buscar justicia. Dudan del discurso oficial y creen que el Gobierno sabía antes sobre el descubrimiento”.
Redacción MDZ On Line
18 de Noviembre 2018 
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La última dictadura hizo abuso de maniobras distractivas que prorrogaran su debacle tanto frente a nuestra sociedad como al resto de las naciones. Baste con recordar el resultado final comprado del Mundial de Fútbol 1978, con la consiguiente inauguración de la TV color cuando existían apenas un puñado de receptores hogareños capaces de captarla, el traslado de detenidos-desaparecidos a lugares inaccesibles para las numerosas delegaciones humanitarias internacionales que intentaron dar con su paradero, o el extremo de improvisar una guerra con nulas posibilidades de victoria contra una potencia colonial asistida por “el gran país del norte”.
Apelando a la misma tesitura, el macrismo se apresta a recibir a los poderosos del planeta exhibiendo una Buenos Aires for export, previamente depurada de elementos residuales de Al Qaeda, Isis, y la milicia integrista Boko Haram.
Lo que dista de ser una mera ironía es la irrupción de un anarquismo del Siglo XXI que, acicateado por el asesinato de Santiago Maldonado, ha venido produciendo periódicas incursiones en la escena pública, ya desprendiéndose  de manifestaciones feministas como de protestas sociales, para ejercer la acción directa, al punto de haber perpetrado últimamente un par de intentos de atentado de carácter más bien simbólico. En este caso la sospecha o deliberado mote de “infiltrados” sabe a pachorra intelectual o botoneada lisa y llana. El pensamiento crítico recomendaría detenerse a pensar si una sociedad fragmentada y cada vez más carente de representación política genuina así como de mecanismos de justicia confiables no constituye un caldo de cultivo  para que la filosofía ácrata recobre vigencia. Resulta patético, sin embargo, que más de un/a comunicador/a afanad@s en posar de progres se desgañite cacareando hipótesis de carácter conspirativo que no resisten el más mínimo análisis de quien se preocupe por revisar un poco la historia del movimiento libertario, ejerciendo su legítimo derecho a no compartirla.
Un hecho de otra naturaleza, pero que va en igual sentido – deshacer entuertos para recibir a Trump en una Argentina digna del Norte Global – es la “oportuna” aparición de los restos del submarino ARA San Juan, siniestrado en oscurísimas circunstancias de las que aún se sabe poco y nada, pero se sospecha que “cuando suene un tiro para el lado de la Justicia” podría hacer rodar impensables cabezas de esta gestión cipaya y vendepatria.
En pocas palabras, ostentando “logros” semejantes se aspira a que l@s líderes internacionales arriben a una tierra de promisión libre de amenazas y mala onda. Pero el pueblo existe, y – aunque movido –  saldrá en la foto del G 20 que circule la prensa mundial.


Fin de año con más interrogantes que certezas

“…una democracia donde un@s votan para que otr@s decidan,
y donde la soberanía popular ha sido confiscada por los partidos políticos”.
Roberto Cirilo Perdía,
“Prisioneros de esta democracia”,
pág. 58, Cuadernos de Formación de Resumen Latinoamericano.
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Está a la vista: El sistemático esfuerzo del Norte Global por hacer del nuestro un país inviable aparece cada vez más nítido. La democracia de baja intensidad acordada entre los genocidas y el sistema político local durante los tempranos 80s sigue rindiendo sus frutos. Sin prisa y sin pausa, el gran capital sigue desguazando la Nación. La última gran lección represiva fue tan enorme que más de tres décadas no han sido suficientes para recomponernos y volver a pensar en grande, más allá de incontables expresiones de deseo.
La perspectiva en ciernes de una amplia reorganización del peronismo ha dado por tierra con la ilusión del siempre ubicuo senador Pichetto acerca de ofrecerle al poder una alternativa gatopardista capaz de maquillar este amarillo con algún celeste y blanco.
Una débil esperanza emerge entre las franjas más castigadas de la sociedad: Todo indicaría que, con previsible pragmatismo, sus aliados díscolos de ayer hoy no harían asco al 30/35% de caudal electoral aportado por la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, último liderazgo efectivo del movimiento fundado por Juan y Eva Perón.
Pero ninguna alternativa emerge huérfana de obstáculos en el gran TEG nacional. En caso de ser aceptada por la gran mayoría de referentes de su partido, el amplio espectro frentista que aquell@s vienen  convocando – y las nuevas colectoras dispuestas a sumarse por izquierda – condicionarían a la actual senadora a conducir un espacio mucho más amplio que el representado por sus incondicionales, con resultados que difícilmente se correspondan con la ilusoria expectativa de un “Kirchnerismo Volúmen II”, idea de campaña que alguna vez acuñara el ex candidato presidencial por el Movimiento Evita Jorge Taiana. Esta novedad explicaría la novedosa disposición de más de un@ a deponer viejos rencores. Sin embargo no son esas las mayores complicaciones de dicho armado. Estas consisten en la enorme expectativa social de cambios de improbable implementación inmediata en el escenario de posguerra que dejará el paso por el ejecutivo de la administración Cambiemos, a lo que se suma el lobby judicial oficialista que amenaza a la ex presidente con encarcelar a sus hijos en caso de que esta se postule como principal candidata opositora en los comicios del año entrante.
Tales son las vicisitudes con que deberá lidiar la que hasta ahora aparece como  única alternativa electoral capaz, en caso de prosperar, de cortar la digestión a una ceocracia que hoy se debate entre cumplir con el FMI o asegurarse un nuevo turno de gobierno.-
*Jorge Falcone es integrante de la Coordinadora Resistir y Luchar


La XXVII Marcha del Orgullo llenó de colores a Buenos Aires
Resumen Latinoamericano, 18 noviembre 2018
La jornada arrancó temprano con un Festival del Orgullo en la Plaza de Mayo, con stands de las organizaciones de la colectividad Lgbtiq y una feria de indumentaria y regalos. A la tarde, la marcha tuvo su habitual recorrido, desde la Plaza hasta el Congreso.
Finalmente dejó de llover y en la Plaza de Mayo se prepararon para la XXVII Marcha del Orgullo de Buenos Aires. La concurrencia se reunió al ritmo de Ayelén Beker, la cantante trans revelación de la cumbia santafesina, Mimi Maura y Jimena Barón, entre otros. Desde el mediodía fue tomando forma la Feria del Orgullo, que cada año rodea la plaza con stands de libros, revistas, regalos, indumentaria y folletería de las organizaciones que defienden los derechos Lgbti y feministas. Entre la muchedumbre y los puestos, con los colores del arcoíris, se destacaba el blanco de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana. Gregorio explicó: “Soy sacerdote católico. Luego me fui de esa iglesia y ahora soy clérigo en ésta. Lo que motivó mi cambio es que para mí es inconcebible una iglesia no inclusiva. La iglesia es para todo el mundo, entonces no puede excluir a nadie. Pero al institucionalizarse, la iglesia empezó a preocuparse más por el poder que por los principios religiosos. El sexo es el camino para la dominación, que después acarrea poder y dinero, por eso la iglesia se ocupa tanto del sexo. Nos definimos como ecuménicos, porque a noso- tros llega gente de todos lados, católicos, protestantes, evangélicos. No rechazamos a nadie”.
El recorrido propiamente dicho comenzó después de la hora pautada, las 16, cuando las tradicionales carrozas y los camiones se pusieron en marcha. El punto de llegada fue, como cada noviembre, la Plaza Congreso, donde estaba preparado el escenario para el festival de bandas, con presentaciones de Dj Chanty y Dj Tomasa del Real, entre otros, y la lectura del documento oficial.
“Las marchas del Orgullo son emblema en nuestra Ciudad. Son la bandera de la lucha permanente por la igualdad de derechos y en defensa de todo lo conquistado. Hoy volvemos a acompañar la marcha junto para pedir que terminen los genocidios a las personas travestis y trans, y para que cese el ajuste, la violencia y la discriminación en todo el territorio nacional”, expresó durante la previa Alejandro Amor, Defensor del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires.
La XXVII Marcha del Orgullo Lgbtiq llevó entre sus consignas principales la denuncia del incremento de los travesticidios (crímenes de odio contra la población trans y travesti) y el “Ajuste en Salud de Mauricio Macri y los Gobernadores”, que implica, entre otros daños, un recorte de los tratamientos para el VIH en el Presupuesto 2019.
“Otro nuevo año nos encuentra unidxs para marchar por una Ley Integral para personas Trans, que garantiza el cupo laboral en la administración pública, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo para que tengamos aborto legal, seguro y gratuito y una nueva Ley de VIH, Hepatitis Virales e ITS porque no hay más tiempo”, expresó horas antes del comienzo del desfile Marcela Romero, presidenta de la Falgbt.
FOTOS: Nagore Aznárez (Resumen Latinoamericano)

























Demasiadas tensiones cruzadas en el G20, con el marco de una ciudad sitiada
Resumen Latinoamericano / 18 de noviembre de 2018 / Álvaro Verzi Rangel,Clae
Todos esperan que el estadounidense Donald Trump, el chino Xi Jinping, el ruso Vladimir Putin, el turco Recep Tayyip Erdogan, el saudita Mohammed bin Salman, la británica Theresa May y la alemana Angela Merkel sean los protagonistas de los cara a cara más esperados de la Cumbre del G-20 que organiza Argentina a fin de mes.
Y lo que se supone que es una reunión entre los jefes de los 20 países supuestamente más poderosos del planeta para solucionar los problemas del mundo, seguramente se reduzca a encuentros bilaterales y declaraciones individuales. Esta vez, los ejes –propuestos por Argentina- son trabajo del futuro, conectividad global y seguridad alimentaria.
Mientras los temas más acuciantes son la guerra comercial, el multilateralismo, el cambio climático, la crisis de las migraciones, la crisis del capitalismo, la carrera armamentista, la educación, son temas que difícilmente se aborden en la Cumbre. El anterior gobierno argentino intentó lograr reformas en la arquitectura financiera global, pero no lo logró. Y el giro ideológico a la derecha truncó las expectativas de cambio en el sistema financiero, ideado para favorecer a una minoría cada vez más acaudalada (menos del 1% de la población mundial). 
El G20 es solo un foro no vinculante de políticas donde líderes y sus “grupos de afinidad” de negocios, género, trabajo, ciencias,  think tanks, sugieren acciones a seguir. Y nada más. Es más diálogo que acción, insuficiente si lo que se buscara fuera cambios. Los países que lo integran son Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía, más la Unión Europea como bloque.
España es siempre invitada. Y cada anfitrión anual elige a otros invitados. Argentina lo hizo con Chile y Holanda. También suelen participar entes regionales como la Unión Africana, las naciones del Sudeste Asiático o las caribeñas del Caricom.
Los miembros activos del G-20 suman 85%  del PIB mundial, 80% de las inversiones globales, 75% del comercio y 66% de la población. O sea, que los otros casi 180 países se reparten el resto. En este cuadro cuantitativo, Occidente, minoritario en lo demográfico, también lo va siendo en lo económico, mientras crecen los países orientales, que reclaman su espacio en las decisiones globales.
Desde la asunción de Trump, la teoría que ve la guerra como inevitable, ha vuelto a prevalecer ante la destrucción que siembra el capitalismo, y se suman incidentes –por ahora aislados- tanto en el Mar del Sur de la China y Rusia -los “enemigos estratégicos” de EEUU-, mientras la injerencia de Washington y la desestabilización de gobierno se hace evidente en Latinoamérica y el Caribe.
Mauricio Macri, el anfitrión de la Cumbre, vive el peor momento de su gobierno, en medio de una enorme crisis social, económica y política, consecuencia de sus políticas neoliberales y la aplicación de las medidas de ajuste dictadas por el Fondo Monetario Internacional. Y, además,  tiene que asegurarse que no ocurra ningún acontecimiento negativo de envergadura.
En función de eso una buen parte de la ciudad se va cerrando a toda circulación que no tenga que ver con ese evento. La propia ministra de Seguridad Patricia Bullrich ha hecho la inédita propuesta que los habitantes de la ciudad abandonen la ciudad y fue declarado como día no laborable la jornada clave.
Con estas medidas aspiran que la zona quede totalmente liberada en función de dicha actividad y que las movilizaciones previstas en repudio de la reunión no tengan vínculos con la vida cotidiana, queden aisladas y con un disminuido apoyo social, fuera de los sectores militantes. Todo ello facilitará la tarea represiva, si ella fuera necesaria.
En los últimos días, el gobierno argentino disparó una serie de allanamientos, detenciones y protocolos de “seguridad” de espectacularidad televisiva, enfocados especialmente sobre el activismo anarquista y antifascista, pero que evidencian una voluntad política de crear un clima de alarma y vigilancia extrema  sobre la población en general y el conjunto de las organizaciones del campo popular en particular.
Si hace poco los “enemigos internos” elegidos eran los mapuches, ahora son los ácratas e islamitas. En diciembre de 2017, el Ministerio de Seguridad señaló conexiones entre mapuches, anarquistas e incluso miembros de la resistencia del Kurdistán, en un intento de configurar un “enemigo interno” para justificar su persecución. La prensa se presta a convertir algunas manifestaciones aisladas como parte de un plan desestabilizador, calificando vínculos solidarios como “complicidades delictivas”.
Queda claro que el escenario que busca el gobierno argentino es el de la “necesidad” de una avanzada en el nivel de legitimización del control social, cuyas repercusiones y derivaciones van mucho más allá de esta Cumbre, lo cual interpela al conjunto de las organizaciones del campo popular.
Demasiadas tensiones cruzadas
Si el G20 nació como un mecanismo para resolver crisis, ha fallado hasta ahora. Y esta reunión en una Buenos Aires sitiada amenaza con ser una de las más calientes después del fracaso de la cumbre de Hamburgo, donde hizo su aparición Donald Trump para tirar por la borda el Acuerdo de París para reducir las emisiones de carbono y enfrentar el cambio climático.Resultado de imagen para trump vs merkel
El G-20 nació en 1999 como un foro para intentar resolver la crisis asiática, aunque sólo reunía a los ministros de finanzas y Presidentes de Bancos Centrales. Luego de la crisis capitalista de 2008, son los presidentes que se reúnen para resolver otra crisis que ellos mismos siguen  provocando.
Dos corrientes dentro del capitalismo se encontrarán en Buenos Aires: los proteccionistas y los partidarios del multilateralismo. Por un lado, Trump y por el otro la escudería de la Unión Europea comandada por la canciller alemana Ängela Merkel (quizá su última cumbre) y su escudero Emmanuel Macron, que tratan de mostrar la contracara del proteccionismo estadounidense y mostrar posiciones autónomas.
La tensión fue subiendo desde la guerra comercial declarada por Trump. UE y EEUU firmaron una especie de tregua comercial meses atrás pero el diálogo no frenará el discurso a favor del multilateralismo que se ha convertido en bandera europea.
El repliegue quedó evidenciado con la salida de EEUU del Acuerdo de Asociación Transpacífica (TPP); el avance en un futuro acuerdo comercial entre EEUU y Reino Unido, tras el encuentro entre Trump y May; las divergencias políticas en relación a la contribución de los Estados en la OTAN y las amenazas sobre el incremento de aranceles en importaciones a varios países, entre ellos México y Brasil.
Merkel apoyó a principios de mes el proyecto del presidente francés de crear un ejército europeo, sin la participación de EEUU, mientras parece encaminado el acuerdo final para salida del Reino Unido de la Unión Europea. Tenemos que trabajar por una visión para crear un auténtico ejército común europeo, complemento para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), indicó Merkel, quien señaló que ello demostraría al mundo que nunca más volverá a haber una guerra entre países europeos. La propuesta no gustó a los eurodiputados de extrema derecha.
Según los analistas, el mensaje fue en defensa de la industria europea de armamentos. Merkel dijo que la UE debería desarrollar una política común de exportación de armamento. “Lo que no me gustaría es que los países europeos aumentaran su presupuesto en defensa para comprar armas a Estados Unidos o a otros países”, señaló Macron.
Ya Trump se exolayó sobre esta idea y renovó sus ataques con una nueva andanada de tuits contra Macron, a quien ridiculizó por tener un bajo índice de popularidad (26%), y resaltó la elevada tasa de desempleo en Francia (10%). Además, volvió a acusar a los aliados europeos de no pagar lo que les corresponde para mantener a la OTAN. El gobierno galo se negó a comentar los tuits, que consideró que estaban dirigidos al mercado interno (al público) estadounidense.
Imagen relacionadaPareciera que también la propuesta Macron-Merkel tenía su destino en el imaginario de  los ciudadanos de sus países en particular (ambos muestran una caída notable en su credibilidad e imagen) y al europeos en general. No está claro cómo podría formarse ese ejército. Para Macron podría comenzar a gestarse con una tropa de un número reducido de países que interviniera en crisis, por ejemplo en el continente africano, para ampliarse posteriormente. Merkel, en cambio, plantea crear la tropa de intervención fuera del marco de la UE, para incluir a los británicos, que saldrán del bloque en 2019.
Si en Hamburgo el clima fue caliente, la tensión fue subiendo desde allí gracias a la guerra comercial declarada por Trump, en especial contra China, donde se juegan más allá de la supremacía en el comercio mundial, miles de millones de dólares en aranceles. Se anunció una reunión bilateral entre los presidentes Trump y Xi Jinping, no confirmada, y también encuentros –más allá de los protocolares- entre el mandatario estadounidense y el ruso Vladimir Putin.
China busca, además, tejer alianzas con aliados históricos de EEUU, por ejemplo con Japón, cuyo primer ministro Abe (también participante de la Cumbre) visitó en octubre a Xi, y con Gran Bretaña, primer país europeo que ingresó al Banco Asiático de Inversiones y Infraestructuras impulsado por China y atado a la Nueva Ruta de la Seda, pese a la advertencia de Washington: Eurasia renace, mientras el peso de EEUU en lo económico, tecnológico y militar, merma en términos relativos. Y nadie confía en la imprevisibilidad de Trump.
La prensa pro-oficialista argentina habla de un posible acuerdo–armisticio, pero Trump, luego de la semiderrota electoral en su país,  redujo su estancia en Buenos Aires y la agenda no deja demasiados espacios. Quizá deje algunos tuits de despedida.
Resultado de imagen para trump en chinaUn año atrás Trump llegó a China en el marco de una gira asiática, en una visita que no arrojó más resultados que vistosas fotografías ya que el estadounidense no logró las concesiones chinas que buscaba y de regreso a los EEUU comenzó a agudizar su proteccionismo y a estudiar los aranceles al acero y al aluminio a varios países, desatando el pánico mundial.
Con China, el listado de importaciones prohibidas crece periódicamente y el gigante chino contraatacó: se calcula en mil millones de dólares los aranceles cruzados impuestos desde entonces.
Pero la guerra comercial viene acompañada por el fracaso (también en Buenos Aires) de la cumbre de la Organización Mundial de Comercio y por tensiones cruzadas entre la Unión Europea de Emmanuel Macron y Ángela Merkel y el Reino Unido de Theresa May que insiste en la salida de su país del paneurepeimo.
Por el otro lado, el jefe de estado turco Erdogan se las verá con el príncipe heredero de Arabia Saudita (si es que al final confirma su viaje) con el escándalo de Jamal Khashoggi , el periodista opositor descuartizado de por medio. May también  se topará con Putin después del escándalo por el envenenamiento del ex espía ruso Serguei Skripal en Londres.
Turquía, rápida de reflejos, mediatizó el asesinato a nivel internacional. Según sus investigaciones, el periodista fue abordado por unos 15 agentes de inteligencia sauditas que lo asesinaron y descuartizaron pocos minutos después de que ingresara a la delegación diplomática. La magnitud del homicidio puso en una incómoda situación a la monarquía que, después de negar durante días que Khashoggi hubiera sido asesinado, debió admitir que “algo” había ocurrido en ese consulado.
EEUU respaldó todo lo que pudo a Arabia Saudita, su aliado estratégico en la región, pero debió soltarle la mano ante el aluvión de condenas internacionales. En el medio, el 12 de octubre, Turqupia liberó al pastor estadounidense Andrew Brunson, y logró descomprimir su relación con Washington.
Después de la polémica cumbre de Helsinki donde el republicano prácticamente inculpó a Putin de la intervención rusa en las elecciones presidenciales, en Buenos Aires quizá se juegue el segundo tiempo después dde que Trump anunciara el abandono del tratado de desarme nuclear firmado en 1987 por Mijail Gorbachov y Ronald Reagan. Trump lo calificó de obsoleto, Putin dijo que provocará una carrera armamentista. Y quizá de eso se trata, precisamente..
EEUU ha impuesto varias tandas de sanciones a funcionarios y empresas asociadas a Rusia por supuestas actividades ilegales en suelo estadounidense  y europeo; y por intentos de ciberataques que, según la Casa Blanca, tienen nexos con el Kremlin. Estas sanciones, también podrían estar en al agenda del encuentro bilateral.
Khashoggi asistió al ex jefe de inteligencia saudita y trabajó en distintos medios antes de romper con la monarquía, para exilarse en EEUU. Escribía para el Washington Post. El 2 de octubre a las 13:30 ingresó en el consulado saudita en Estambul, pero. nunca salió. Lo que vino después se transformó en un tsunami para Riad.
La conservadorImagen relacionadaa May, mientras trata de sobrevivir con su propia crisis de poder, tras la concreción del Brexit como uno de los temas más álgidos de Europa.  En la UE se habla de un acuerdo a nivel técnico que aún debe ser ratificado a nivel político por ambas partes, tras acordar sobre el principal escollo en la negociación: la frontera entre la República de Irlanda –miembro de la UE– y la provincia británica de Irlanda del Norte, que implica el mantenimiento de todo el Reino Unido en un pacto aduanero con la UE.
No hay garantías de que el acuerdo sea aceptado por el gabinete ni por el Parlamento británico. En el referendo del 23 de junio de 2016, el voto a favor de abandonar la UE fue del 52 por ciento.
Y con Putin, May tiene una cuenta pendiente: en una trama de espionaje y asesinato Serguei Skripal  (fue espía ruso y luego reclutado por el MI6 británico) y su hija Yulia fueron envenenados con un agente químico en Salisbury, al sur de Londres. En 2006, las autoridades rusas lo arrestaron y condenaron a 13 años de prisión por la traición, pero cuatro años después fue entregado al Reino Unido en un canje de agentes. Como en la Guerra Fría.
Reino Unido responsabiliza al Kremlin por el ataque, y expulsó a decenas de diplomáticos rusos de su territorio y logró que otros 18 países del mundo tomaran la misma decisión. Ya en 2006 el ex espía y opositor al gobierno Putin, Alexandre Litvinenko, fue intoxicado con un té con polonio que lo mató tres semanas después.
Los latinoamericanos
Resultado de imagen para temer macri peña nietoMéxico, Argentina y Brasil son los tres países latinoamericanos que llegan a la cumbre del G20 este fin de mes. Estos son los retos a los que se enfrentan en este evento.
El presidente de facto brasileño Michel Temer –quien ya no representa a nadie- invitó a su sucesor Jair Bolsonaro a la Cumbre , oportunidad para que el ultraderechista, que en enero tomará posesión como jefe de Estado de la mayor economía latinoamericana, tenga un estreno diplomático de primera línea, pero también enfrentaría encuentro incómodos tras sus declaraciones.
Por ejemplo la que desconcertó a Mauricio Macri cuando dijo que Mercosur –que hace dos décadas busca un Tratado de Libre Comercio con la UE-  no será la prioridad de su gobierno y anunció su primer viaje al extranjero será a Chile y no a Argentina. También irritó al mundo árabe cuando anunció que quería emular a Trump y trasladar la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén.
Lo que busca Bolsonaro es lograr fotografiarse con Trump, con quien espera tener una relación especial. Con China el diálogo ha sido áspero: cuestionó en campaña las cuantiosas inversiones del gigante asiático en Brasil, y a la vez dijo que quiere aumentar el comercio con el país que compra a Brasil productos por 20.000 millones de dólares.
El retorno de la derecha a los gobiernos de Argentina y Brasil significó el fin del fortalecimiento del Mercado Común del Sur (Mercosur), el vaciamiento de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) -y su Consejo Sudamericano de Defensa-, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Esto marcó el final de esa etapa de integración soberana regional y, a la vez, la destrucción de ambos países con economías en expansión: el mejor regalo para Trump y su regreso a la guerra fría.
Al igual que Temer, Enrique Peña Nieto, presidente de México, está de salida, pero buscará que el nuevo acuerdo comercial (Unscam) con EEUU y Canadá, que sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), sea firmado al margen de la cumbre del G20 donde coincidirá con Trump y Justin Trudeau, el mandatario de Canadá. De firmarse en Buenos Aires, Peña Nieto, que entrega el 1 de diciembre la presidencia a Andrés Manuel López Obrador, estará a tiempo para dejar cerrado el nuevo pacto, la única justificación de su presencia.
*Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Envío:ResumenLatinoamericano

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