25 de marzo de 2019

¡MURIERON PARA QUE LA PATRIA VIVA!

DESAPARECIDOS EL
25/03/76 

ZOILO AYALA
Obrero naval, trabajaba en los Astilleros Mestrina S.A. de allí fue secuestrado-desaparecido el 25 de marzo de 1976. Militaba en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), espacio desde donde enfrentaba la prepotencia patronal y defendía los derechos de sus compañeros.
Fuente:RB
Casado. Argentino. Delegado. 
DNI No:5653455
No.CONADEP:384
secuestrado de su trabajo en CAPITAL C.Post:1000 
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.
CARLOS IGNACIO BONCIO

Entre el 24 y el 25 de marzo de 1976, sin pérdida de tiempo, fueron secuestrados de Astilleros Mestrina, en Chubut y Río Luján, partido de Tigre, seis trabajadores.  El primer día se llevaron a Hugo Omar Lascano, Antonio Pandolfino y Hugo Rezeck.  El 25, a Carlos Boncio, Zoilo Ayala y Cecilio Albornoz.  Están implicados y juzgados por esto Santiago Riveros y Fernando Verplaetsen.
Carlos Ignacio Boncio, 32 años, estaba casado con Blanca, con quien tenían una hija, Mariana.  Conoció a su mujer en una fiesta de casamiento, en 1973, se casaron el 30 de agosto de 1974.  Ella recuerda “Cuando nos casamos vivíamos en una casilla, teníamos el juego de dormitorio, la cocina, después compró la heladera, y comíamos sobre cajones de madera, porque no teníamos mesa.  El agua nos daba mi vecina.  De a poco, de a poco, empezó a comprar las cosas para la casa.  Estuvimos casados un año y siete meses.  Al año nació Mariana y a los siete meses se lo llevan a él”.
Mariana tenía siete meses cuando Carlos fue secuestrado, sólo conoce de su padre las historias que fue averiguando.  En su casa tiene una foto de su documento, ampliada, rodeada de flores.  Conserva su alianza y las fotos del casamiento que le entregó su madre.  “A mí me hubiese gustado tomar mate con mi papá, o que me rete, no sé, un consejo”.
Carlos era, sobre todo, una buena persona.  Se levantaba temprano, iba a trabajar y volvía a su casa.  Siempre que podía, escuchaba a José Larralde, tenía todos sus discos.  Y era un fanático de “la pantera rosa”: como no tenían televisor, iba a ver el programa a la casa de una vecina.  “Quería comprar una tele a color para ver el mundial 78.  Pobre, nunca llegó a ver televisión a color”.  Le gustaba bailar, leer.  Adoraba a su hija.  Era muy recto, con él y con los demás.  “Las cosas tenían que ser como tenían que ser.  Había que hacerle mucho para que se enojara, pero cuando se enojaba con alguien, no perdonaba. Si alguno nos hacía algo, a él o a mí, me decía, le pasé pintura negra, y no lo veía más”, recuerda Blanca
Fue subdelegado en los astilleros.  Para Carlos el delegado tenía que trabajar a la par de cualquier obrero, defendiendo sus derechos, sin privilegios de ninguna clase.  Pero la estructura gremial no le permitía ser consecuente con sus convicciones, por eso renunció al cargo a los pocos meses.  Según Mariana pudo saber “había muchos compañeros en los astilleros que por ahí no sabían ni leer ni escribir.  Me contaron que,  cuando cobraban, hacían fila para consultarlo a mi papá, para que él les hiciera la cuenta a ver si les habían liquidado bien el sueldo.  Más de una vez mi papá hacía las cuentas y los mandaba a reclamar, porque les faltaban horas, y eso”
En febrero de 1976 fueron asesinados Mario Echeverría, Luis “Huesito” Cabrera y Rosa Casariego. Blanca recuerda que Carlos y ella fueron al velorio. Después de este hecho, las cosas empezaron a empeorar.  Había un Falcon verde estacionado cerca de la casa de ellos, en la calle Marcos Sastre de El Talar de Pacheco.  Día y noche, cambiaban sus ocupantes, pero el auto siempre estaba ahí.  Adentro había gente armada.  Carlos llegó a pedirle a una vecina que si a ellos les pasaba algo, se quedara con Marianita.  Por las dudas se lo pido, le aclaró a Blanca.  Vivían con temor.  Nunca se quedaban los fines de semana en la casa, se iban a ver a amigos en Matheu o a la familia de Blanca en Tigre.  Declarándose “ofendida”, entre risas, Mariana cuenta que una vez, con el apuro de irse, la dejaron olvidada en su sillita sobre la mesa.   
Carlos trabajaba en Mestrina con Zoilo Ayala, primo de Blanca.  El 25 de marzo a las 10 de la mañana, se presentaron en los astilleros fuerzas combinadas del ejército y la policía, buscando específicamente a Carlos y Zoilo.  Cecilio Albornoz, el delegado, preguntó por qué se los llevaban.  “Y vos quién sos”, preguntaron.  “El delegado”, contestó Cecilio.  “Vos te venís también”.  Los sacaron encapuchados, recorrieron la avenida Santa María, en Rincón, en un camión descubierto, del ejército.
Los llevaron a la Regional de Tigre.  El papá de Blanca les dio unos pesos a los policías, a cambio éstos permitían que les llevaran comida y abrigo.  Y cuando recibía los platos vacíos, Blanca encontraba notitas que Carlos escribía y los policías pasaban por alto.  En todas ellas siempre decía “Cuidála a Marianita”.
A los diez días, un sábado, cuando Blanca y su prima fueron a buscar los platos, se los devuelven intactos.  Inmediatamente supieron que algo había pasado.  Los policías alegaban desconocer por qué no había comido, la mandaron a preguntar al comisario mayor, González, recibiendo la misma respuesta.
Lo buscó en Campo de Mayo, en comisarías y cárceles.  Iba sola o con su prima, la hermana de Zoilo.  En los tribunales de San Isidro, contactaron unos abogados para presentar hábeas corpus, que les cobraron, pero nunca presentaron nada.  Allí fue donde escucharon que había gente que iba a averiguar en el Ministerio del Interior, a cargo del general Albano Harguindeguy.  Allá fueron, pasando en ocasiones la noche allí, dado que daban sólo quince o veinte números y cada vez era más gente la que iba buscando información sobre sus desaparecidos.  Blanca relata acerca de la última vez que fueron “Señora, me dice y me muestra un papel de lejos.  ¡Otra vez usted acá!  Hasta que no sepa la verdad no voy a dejar de venir, le dije yo.  Sí, pero usted no sabe con qué clase de gente se casó, me dijo. Perdón…yo sé con qué persona me casé; y me contestó usted no sabe lo que son estos.  Mire, ya tiene la libertad otorgada desde hace un mes atrás. ¿Qué? le dije yo, déjeme verlo. No, no, no, de acá está bien, (a un metro de distancia), acá está firmado, (lo puso sobre el escritorio), ya salió en libertad. No, es mentira, le dije yo.  Y me dice, señora, usted no sabe lo que son estos, se fueron del país, lejos, están en otro país.  Y yo le digo, mire, está bien, puede ser que yo, tres años estuve casada con él, puede ser que no me quiera ver, pero tiene una hija y tiene la madre.  Él no se va a ir a otro país sin ver a la hija, o dar señales de vida.  Si me mandó notitas, donde lo que más decía era cuidála a Mariana, cuidála a Mariana, que ya va a pasar, ya voy a salir. Él tenía fe”.
Eso sucedió en agosto de 1976.  El 21 de julio, uno de los hermanos de Blanca, Andrés Ayala, también había sido secuestrado junto con su compañera.  A ella la soltaron al día siguiente, él continúa desaparecido. 
Durante cinco meses Blanca no hizo más que cuidar de su hija y buscar a Carlos.  Pero llegó un momento en que su padre le dijo que ya no podía mantenerla más, que buscara un trabajo.  La búsqueda la continuó la madre de Carlos.
A mí no me gustan los siluetazos, porque los desaparecidos no son siluetas.  Cuando yo hice la silueta de mi papá, la hice diferente, con flores y colores.  Para mí mi papá no es una silueta, es una persona.  Siempre ponen fotos de gente seria, y mi papá no era serio, era un tipo con vida, se reía, cantaba, lloraba, como todo el mundo.  Yo lo reflejé con mi cartel, que hice con mis hijas.  Mi papá no es una sombra en la sociedad, no es un desaparecido sin rostro, una silueta.  
Fuente:BarriosyMemoria31 años. Casado. Argentino. Mecanico. 
LE No:8242272
No.CONADEP:608, Decl.No:666
Fue secuestrado de su trabajo en TIGRE BS AS C.Post:1648 
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.
RENE DANTUR
No.CONADEP:11113
Secuestrado sin indicación de lugar 
Visto en C.C.D. CENTRO DE EDUCACION FISICA TUCUMAN el:25/3/76
En testimonio No:05838
MARIO FACHINO

Tenía 35 años
Ejecutivo
Fue detenido en Zárate 
No hay testimonio de su paso por un CCD
No.CONADEP:1704, Decl.No:927
DANIEL ALEJANDRO GASTALDI
No.CONADEP:6666
Secuestrado sin indicación de lugar 
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.
LUIS ROMAN GEREZ

Era empleado
Fue secuestrado en San Miguel de Tucumán
No hay testimonio de su paso por un CCD
No.CONADEP:2142, Decl.No:5976 
MARIO LASARTE (BETTY)
Nº.CONADEP:11191
Secuestrado sin indicación de lugar Visto en C.C.D. CENTRO DE EDUCACION FISICA TUCUMAN el:25/3/76
DIRIGENTE GREMIAL
En testimonio No:05838
HUGO JAVIER RECZK

Hugo era obrero y delegado sindical en el Astillero Mestrino, en la zona norte de Buenos Aires. Fue detenido el 24 de marzo de 1976, junto a otros delegados obreros. Todos estuvieron detenidos en la Comisaría de Tigre. Allí sus familiares pudieron hacerles llegar alimentos y ropa durante una semana, al cabo de la cual se les comunicó "que quien los había traído, se los había llevado".
Hugo Javier Rezeck fue visto en Campo de Mayo por Pedro Palacios García (Legajo CONADEP Nº 5603).
Su mujer, Carmen Godoy fue detenida-desaparecida el 16-3-76, mientras lo buscaban a él.
EMILIO YOSHIMIYA

Tenía 29 años
Fue secuestrado en Escobar, Bs. As. No hay testimonio de su paso por un CCD No.CONADEP:8470, Decl.No:2621


25/03/77
WENCESLAO EDUARDO CABALLERO

Tenía 26 años
Trabajaba en judiciales
Fue secuestrado en Capital
No tenemos testimonio de su paso por un Campo Clandestino de Detención
LAURA ADRIANA SERRA DE CABALLERO "MAFALDA"

Desaparecida el 29/1/77
Tenía 26 años.
Fue secuestrada en Capital
No tenemos testimonio de su paso por un Campo Clandestino de Detención
La pareja tenía un hijo llamado Carlitos.
RICARDO CARPINTERO 

Tenía 18 años
Ricardo secuestrado en la vía pública en Capital. Fue visto en la ESMA por su novia Adriana Gatti Casal, quien posteriormente fue liberada y luego asesinada (estaba embarazada de 9 meses). Su hermano Pablo también se encuentra desaparecido. Era de nacionalidad española.
GUSTAVO H. GARCIA CALDEROM
24 años. Soltero. Argentino. Obrero. 
LE No:10447355
No.CONADEP:2080
Fue secuestrado en CAPITAL C.Post:1000 
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.
ALBERTO EDUARDO MAZZUCCO

30 años. 
No.CONADEP:7300, Decl.No:460
Secuestrado sin indicación de lugar 
No hay testimonio de su paso por un C.C.D. 
CARLOS ALBERTO MORENO (NEGROBEBAN) 

a los 22 años
"Nacho", (apodo que le habían puesto sus compañeros del Colegio Industrial), nació el 5 de abril de 1954, a la hora 1, en Mar del Plata. Estudió en el Colegio Industrial de Mar del Plata, en esa época E.N.E.T. Nº1, de la calle 14 de Julio y Alberti, en la rama Electrónica. Trabajó durante varios años como playero en la estación de servicio del Automóvil Club Argentino de Av. Colón y Santa Fe de Mar del Plata.
También trabajó en la fábrica y en la venta de alfajores Havanna. Se dedicó un tiempo, junto a Angel Alberto Prado (detenido desaparecido el 03/01/79), a la colocación de antenas colectivas de televisión en edificios de alto; y ya en el año 1975, se empleó como camionero en las obras de refacción de los hoteles de Chapadmalal,
Como los demás compañeros de nuestro Partido Socialista de los Trabajadores de Mar del Plata, que fueron secuestrados en otras ciudades, "Nacho", también se había visto obligado a dejar la ciudad frente a la brutal represión desatada.
Es así, que fue secuestrado, en Capital Federal, el 25/03/77, alrededor de las 18 hs., cuando fue a buscar una carta que habían enviado familiares, desde Mar del Plata, al departamento de su primo, en el barrio de Flores-Floresta.
Su papá denunció así en la Conadep: "A fines de marzo a primeras horas de la noche, un grupo de civiles fuertemente armados, diciendo pertenecer a seguridad federal, lo llevaron detenido del domicilio de su primo. Hasta el momento desconozco su paradero."
El martes 10 de mayo de 1977, en el diario Clarín de Capital Federal se publicó el artículo que reproducimos más abajo, con el título: "Abatieron a un extremista" "Un extremista fue abatido cuando intentó fugar mientras era trasladado luego de ser detenido. Abatido. Un extremista que pertenecía a la columna centro de la organización terrorista ilegalizada en 1975 fue abatido, cuando intentaba evadirse, por las fuerzas de seguridad, informó ayer el Comando de la Zona I. El comunicado oficial expresa textualmente:
El Comando de la Zona I informa a la población que fuerzas legales lograron capturar al delincuente subversivo Carlos A. Moreno, alias Negro o Beto, perteneciente a la columna centro de la banda marxista montoneros, quién en oportunidad en que se efectuaba su traslado intentó evadirse, siendo abatido al resistirse a la orden de detención impartida.
El citado Moreno estaba involucrado en varios hechos subversivos, pudiéndose mencionar su participación en robos de explosivos que fueron luego empleados en Mar del Plata, desarrolló una intensa actividad en la fabricación de bombas y en el transporte de armamentos, al igual que en tareas de relevamiento de domicilios de personal militar y de las fuerzas de seguridad; actualmente efectuaba tareas de infiltración y captación en el ámbito laboral."
Alrededor de esa fecha, un artículo similar se publicó en el diario La Capital de Mar del Plata.
Queda entendido que a la fecha en que el Comando de la Zona I informa que "Nacho" fue abatido, él se encontraba hacia aproximadamente un mes y medio secuestrado.
"Nacho" siempre fue militante del Partido Socialista de los Trabajadores y nunca de Montoneros. Por tanto, nunca realizó actividades militantes de características de ‘aparato militar'.
Ante la publicación de estos artículos, su papá viajó al día siguiente a Capital Federal a realizar gestiones a fin de confirmar la identidad de quién se hablaba y en todo caso, recuperar su cuerpo.
Habiéndose presentado ante el Comando de la Zona I (Palermo), sin siquiera atenderlo, lo mandaron ante el Ministerio del Interior, quienes sin darle respuesta, lo derivaron a la Morgue Judicial, donde le dijeron que nada tenían con relación a su caso.
En un listado de personas desaparecidas vistas en campos clandestinos de detención por personas miembros de la organización Clamor, se encuentran testimonios que declaran haber visto a Carlos Alberto Moreno en el C.C.D. La Cacha: dos ex detenidos desaparecidos declaran haberlo visto el día 06/05/77 cuando, dicen, fue ‘trasladado'; un tercer ex detenido desaparecido declaran haberlo visto sin poder aportar fecha. 
CARLOS ALBERTO PENA
30 años. Soltero. Argentino. Obrero. 
CI No:5692834
No.CONADEP:3921
Fue secuestrado de su domicilio en CAPITAL C.Post:1407 
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.
ENRIQUE HORACIO TARAMASCO


“Tato” Taramasco (en la foto con bigotes y remera blanca) era natural de Chivilcoy, provincia de Buenos Aires –nacido un 29 de octubre de 1946- y como miles de pibes fue a hacer sus estudios universitarios a la ciudad de La Plata. ganado por la causa peronista militó en la Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURN), para luego fundar con Mirta Susana Clara y el “Flaco” Néstor Carlos Sala (ver sus respectivos registros), y siempre a nivel universitario, el Frente de Agrupaciones Eva Perón (FAEP). Fue miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y luego, con la fusión, se sumó a Montoneros. Era arquitecto. Fue secuestrado-desaparecido por la última dictadura militar el 26 de marzo de 1977 en Lomas de Zamora (calles Gorriti y Saavedra) provincia de Buenos Aires. Fue visto con vida en el centro clandestino de detención “El Vesubio” antes de su muerte. Por esas muecas del destino su apellido materno era Aramburu. Según el testimonio de otro detenido ilegal, Gabriel Alberto García, “Tato” Taramasco estaba totalmente desfigurado por la tortura: poseía una herida en su labio con pérdida de visión en un ojo, a la vez que había sufrido una conmoción cerebral por traumatismo de cráneo y tenía quemaduras de picana en tórax, abdomen y pelvis.
Fuente:RB
30 años. 
Divorciado. Argentino. 
No.CONADEP:8726
Fue secuestrado en la vía pública en L.ZAMORA C.Post:1832 
Visto en C.C.D. EL VESUBIO el:0/0/77ARQUITECTO QUE VENIA DE OTRO CCD 
NO SE SABE CUAL
En testimonio No:03048
RODOLFO JORGE WALSH

50 años. 
Escritor periodista. 
CI No:2845022
No.CONADEP:5413, Decl.No:2587
Fue secuestrado en CAPITAL C.Post:1000 
Visto en C.C.D. E.S.M.A. el:1/5/77
PERIODISTA.
testimonios Nos:06975, 4816, 4442 y 9019

Carta abierta de un escritor a la Junta Militar

1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese “ser nacional” que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio. 1
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aun en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el “submarino”, el soplete de las actualizaciones contemporáneas. 2
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.
3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y en horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de “cuenta-cadáveres” que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 o 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos. 3
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y a los partidos de que aun los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor. 4
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.
4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas. 5
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, “con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles” según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron. 6
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre “violencias de distintos signos” ni el árbitro justo entre “dos terrorismos”, sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte. 8
La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Bolivia y Uruguay. 9
La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de Prensa Libre Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.
A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: “La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal”. 10
5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar 11, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron. 12
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la “racionalización”.
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar “el país”, han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: “Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos”. 13
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el “festín de los corruptos”.
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional.
Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aun si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.
Rodolfo Walsh. – C.I. 2845022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.
Referencias:
1 Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos detenidos y de “liberados” que en su mayoría no son tales sino procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y las condiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.
2 El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un golpe. Testimonio de una sobreviviente: “Picana en Ios brazos, las manos, los muslos, cerca de Ia boca cada vez que lloraba o rezaba… Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba”.
3“Cadena Informativa”, mensaje Nro. 4, febrero de 1977.
4 Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: “El 17 de mayo son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son fusilados. Se trata de Miguel Ángel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y Carlos Sgadurra. Este último había sido castigado al punto de que no se podía mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también fusilados en un intento de fuga”.
5 En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600. Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.
6 Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de Noticias.
7 “Programa” dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron transportes Fokker F-27.
8 El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por La Opinión el 3-10-76 admitió que “el terrorismo de derecha no es tal” sino “un anticuerpo”.
9 El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de “simular” su secuestro.
10 Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según La Razón del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.
11 Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se agravó aún más.
12 Diario Clarín.
13 Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves en metalúrgicos y navales.
14 Prensa Libre, 16-12-76
Fuente:ElHistoriador

25/03/78 
ANA MARIA CRIS. ARAUJO
26 años. 
No.CONADEP:8521, Decl.No:3257
Fue secuestrada en BS AS C.Post:0 
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.

MARI CARCEDO

“Bichi”. Integrante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en el colegio Nacional Tomás Espora del barrio de Liniers. 15 años. Secuestrado-desaparecido el 23 de marzo de 1978 posiblemente en la estación terminal del Ferrocarril Roca.
Fuente:RB
16 años. Soltero. Argentino. 
CI No:9695323
No.CONADEP:908, Decl.No:2074
Fue secuestrado en CAPITAL C.Post:1073 
No hay testimonio de su paso por un C.C.D.
LUIS ALBERTO GUTIERREZ
21 años. 
DNI No:12805011
No.CONADEP:2423
Fue secuestrado en BS AS C.Post:0 No hay testimonio de su paso por un C.C.D.

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