María José Lubertino recibió a Diagonales en su casa y no esquivó las preguntas que habitualmente se deslizan en la sección Íntimo de todos los domingos. Infancia, militancia acción que inició durante su carrera de abogacía en la Universidad Católica Argentina y que luego la unió con el radicalismo-, fueron los primeros temas que tocó en la nota.
Además, la ex presidenta del INADI, valoró los movimientos feministas que se viven en la actualidad, pero manifestó que en las listas electorales aún no se le da el lugar que se merece la mujer. “Todavía no logramos que haya cantidad iguales de mujeres intendentas que varones”, declaró.
A la hora de hablar del contexto político pre-elecciones que se vive, Lubertino manifestó que el gobierno de Macri superó al neoliberalismo de Menem e invitó a reflexionar a la sociedad: “todos tenemos que pensar que es alarmante que continúe este Gobierno”.
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Al nombrarte dos pasajes de la vida como la infancia y la adolescencia. ¿Qué es lo primero que se te viene a la memoria?
-Mi infancia en la calle Callao. Me críe en el laboratorio de análisis de mi papá, porque él era un trabajólico total, inmigrante italiano que vino con una mano adelante y otra atrás; era el más chico de una familia de tanos inmigrantes. Allí desarrollé mi infancia, entre tubos de ensayo, ranas, microscopios y entre otros, esos fueron mis juegos. Me acuerdo mucho de mis primos de Ramos Mejías, que eran de una parte más humilde de la familia, pero ellos eran unos personajes.
Fui a un colegio de monjas, el Carmen, en la calle Paraguay y Callao. Tuve compañeras muy divertidas y con algunas tengo relación hasta hoy. Era una escuela de barrio, no era cheta a pesar de la zona en que estaba. En los últimos años del colegio lo conocí al Padre Carlos Mujica, porque era una institución con un compromiso muy fuerte y cuando me enganché con esas acciones vino el Golpe de Estado de 1976, justo en el último año del periodo escolar y todo cambió.
¿La militancia en qué momento aparece en tu vida?
-Yo no vengo de una familia política, mi familia más bien era de esa clase media que tenía al padre trabajando en su laboratorio, mi mamá docente, de una familia tradicional de Santiago del Estero, venida a menos en cuanto a su riqueza, pero más posicionada con su currículum. La verdad que no había una trayectoria militante, solamente un tío de San Isidro que era peronista, abogado, que siempre que íbamos a la casa en los años 70 me hablaba. Fue la única persona política que resonaba en la familia. Pero con el correr de los años me fui metiendo.
“Yo no vengo de una familia política. Con el correr de los años de a poco yo me fui metiendo”.
Yo estudié en la Universidad Católica Argentina (UCA), llegué ahí porque mi vieja era muy católica y porque mi novio de ese momento era de la UBA y transcurría su carrera sin clases, con amenazas de bombas. Nunca pagué en la UCA, siempre fui becada. Mi vida militando arrancó estudiantilmente, era la candidata al Centro de Estudiantes, en un momento donde no había en la universidad pública estos espacios de debate. En ese momento, en la UCA yo bien no entendía lo que pasaba, pero había más peronistas de derecha, estaba Urtubey, el que ahora es Senador; liberales de Martínez de Hoz y yo representaba a la clase media desinformada e intuitivamente iba tomando decisiones, pero que no venía de un interés creado.
“Mi vida militando arrancó estudiantilmente”.
La primera vez que yo voy a una marcha fue con mis compañeros peronistas, el 30 de marzo del ‘82, la famosa marcha de la CGT, que nos terminaron corriendo de la plaza. El segundo acto fue en la UCA cuando yo me manifiesto en desacuerdo de la de guerra de Malvinas en un acto, eso fue un escándalo que me costó que todos los de derecha se pusieran de acuerdo en contra mía. Ahí fue donde sufrí los primeros hechos de discriminación de género. Con los años, a mí me atrapó Alfonsín. Yo arranqué en un comité de barrio en Lavalle y Paraná, con la militancia por Raúl, cuando pensamos que él no iba a ganar. Ahí arrancó mi militancia pura, en la Juventud Radical desde los barrios, siempre fui de territorio, no de la UBA digamos, no de la Universidad.
¿Cómo ves en el rol de la mujer en política?
-En primer lugar, mi militancia feminista arranca en esos primeros años de la década del ‘80. Yo siempre creí que éramos iguales, pero me hicieron una campaña dura cuando fui candidata a presidenta del Centro de Estudiantes de la UCA, injuriándome en mi condición de género por mil aspectos, yo era una nena y no me daba cuenta lo que estaba pasando. Después en los primeros años de militancia en el radicalismo, construimos la Asociación de Mujeres Jovenes en el año 90, que era una organización trasversal, se puede decir que fuimos las primeras sororas porque realmente nos discriminaban. Ahí empezamos a luchar por el cupo femenino, luego trabajamos en el Instituto Social y Político de la Mujer, pero 1990 hubo un Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en San Bernardo y armamos la Red de Feministas Políticas. Yo era la más chica, era como la revolución de los pañuelos ahora, pero en esa época éramos cinco, ahora son millones.
“En estas elecciones en las listas nacionales va a haber paridad, pero todavía no logramos que haya cantidad  iguales de mujeres intendentas que varones”.
De ahí comenzamos, instaurando las leyes de Violencia Sexual, luego peleamos por las leyes de procreación responsable, comenzamos a pelear por el aborto en esos años en los encuentros Nacionales de Mujeres que arrancan en 1983. Sin embargo, éramos muy excluidas de las listas y a todas las que peleábamos por el cupo femenino, incluidas las diputadas y senadoras que eran poquitas, las ralearon de las listas. Estoy muy contenta y muy convencida que se den los cambios y las transformaciones, en estas elecciones en las listas nacionales va haber paridad, pero todavía no logramos que haya cantidad iguales de mujeres intendentas que varones.
“Se habla que tiene que haber gente de las villas en las listas y cuando uno tiene la oportunidad, pone al primo y no pone a la gente que dice que cree representar”.
Los mecanismos de los sistemas antidemocráticos y los aparatos de los partidos políticos que discriminan a las mujeres, pero no solo a las mujeres sino a los negros, trans, gays y se encargan de expulsar. Se habla que tiene que haber gente de las villas en las listas y cuando uno tiene la oportunidad, pone al primo y no pone a la gente que dice que cree representar.
Las lógicas de selección de candidatos, en manos monopólicas de los partidos políticos y sus aparatos han funcionado muy mal, expulsivamente. Eso se vio muy claro con las mujeres. Somos una masa crítica, con determinados poderes que esto se destapan y no se puede volver atrás. Me parece que es el camino, pero se debe profundizar, necesitamos no cualquier mujer, sino mujeres feministas en las listas, mujeres feministas sororas, porque hay personas que son feministas que hacen la suya, son feministas en la teoría, en los títulos y en la agenda, pero no en la praxis, actúan como varones y también necesitamos varones feministas, que defiendan esta agenda.
“Las lógicas de selección de candidatos, en manos monopólicas de los partidos políticos y sus aparatos han funcionado muy mal, expulsivamente”.
La feminista de larga data y las eco feministas en particular, no estamos pensando que hace falta un cambio de gobierno, nosotras pensamos que hace falta un cambio de modelo. Tenemos que salir del modelo patriarcal, pero también del extractivita, capitalista, consumista. Esto requiere un cambio más profundo y tiene que ver no solo con una crítica a las malas políticas de Macri, a la concentración de la economía en pocas manos y a la distribución de la riqueza, nosotras estamos pensando en un cambio mucho más estructural. Muchos de los errores que tuvieron los progresismos en América Látina, permitieron que volviera la ola conservadora, porque no se fue a fondo con reformas estructurales que tenías que ver con el cambio de modelo.
“Tenemos que salir del modelo patriarcal, pero también del extractivita, capitalista, consumista”.
¿Qué opinas del armado de las listas electorales?
-El sistema está intacto y sigue siendo patriarcal. Los que en general deciden las listas a lo largo y ancho del país son el núcleo duro del armado de las fuerzas políticas, que siguen siendo los varones que manejan los aparatos partidarios prioritariamente. En los partidos donde hay una mujer con peso propio, con caudal, ella también ha incidido en quién va o no va en la lista. Es decir, obviamente Cristina Fernández, Elisa Carrió en su espacio, dicen y deciden quiénes van o no, pueden acomodar. Pero en general el armado desde el último de los cargos hasta arriba siguen siendo los aparatos partidarios.
“Los que en general deciden las listas a lo largo y ancho del país son el núcleo duro del armado de las fuerzas políticas, que siguen siendo los varones que manejan los aparatos partidarios prioritariamente”.
No se ve que se esté apostando a este cambio epocal por el momento. Si bien uno puede decir, es mejor una lista u otra, pero en relación a cómo jugó la paridad, jugó así. Incluso en muchos lugares está ésta dinámica de poner a las esposas, las parientes o las que vienen de afuera de la política porque creen que les va a dar un punto más y como saben menos de cómo funciona esto, ponen una figura que les levanta en la campaña, pero después los sistemas creen que estas son más maleables porque no saben cómo funcionan las cosas, hasta que aprenden como se juegan estos juegos, pueden llevarla a votar algunas cosas que no quieren votar. Esto sucede a lo largo y al ancho del país.
Yo tengo muchas expectativas de que esto siga creciendo, no hay que parar acá, sino que hay pensar en paridad a niveles locales y en alianzas que permitan que más mujeres ocupen cargos ejecutivos por su propio peso y no porque las pone algún dedo de arriba.
En pocas palabras, ¿Cómo calificas el Gobierno de Mauricio Macri?
-Creí que en democracia nunca iban a superar el gobierno de Menem, pero Macri lo hizo ampliamente. Menem, de un partido popular termina metiéndose en los intereses del poder económico, pero estos vinieron a llevar adelante un proyecto por sus propios intereses. Es el ejemplo más paradigmático de este capitalismo prebendario de las empresas. Es la filosofía antitética a la lógica popular, donde hay una necesidad hay un negocio, la concentración económica de la riqueza en las empresas sojeras, mineras, el sistema financiero que arranca en la década de los ‘90 y que nunca fue terminado de desmontar por los gobiernos posteriores se agudiza de manera impactante.
“Creía que en democracia nunca iban a superar el gobierno de Menem, pero Macri lo hizo ampliamente”.
Ellos hablan de todo esto como si fuesen catástrofes naturales, acá no hubo una guerra, no hubo un tsunami, no hay terremoto, esto se generó desde la política y es impactante la insensibilidad. Tienen una lógica clientelar en un punto de la peor política, pero las políticas de ajustes siguen a la orden del día y encima dicen que van a profundizar, continuar y que están en el rumbo correcto. Todos tenemos que pensar que es alarmante que continúe este Gobierno.
“Todos tenemos que pensar que es alarmante que continúe este Gobierno”.
Pensando en octubre, ¿quién es el candidato de la gente?
-No está claro quién es el candidato de la gente y la gente somos todos. Hoy es una pelea y dura, está todo muy polarizado y debe librarse en una batalla cultural. Además, yo creo que desde la política hay que hacer docencia y todavía no lo hemos logrado, por eso es importante el rol de las mujeres, para dar esta batalla, que hay que darla al interior del campo popular porque los varones que han manejado la escena durante todos estos años no han terminado de profundizar algunas cuestiones.
“Hay que profundizar definiciones más claras en relación a no seguir con la depredación que se está haciendo”.
Del lado de Alberto Fernández, hay sensibilidad social que es un ingrediente que para las grandes mayorías desbalancea el tema. Para mí y para muchas otras que estamos pensando el cambio de modelo, hay que profundizar definiciones más claras en relación a no seguir con la depredación que se está haciendo. Es alentador para mí que esté Pino Solanas encabezando la lista de Diputados Nacionales porque él ha sido muy coherente en estas posiciones a nivel nacional, esperemos que su inclusión no sea solo un cargo en la lista, sino que los que tenemos estas posiciones eco feministas podamos dar esa batalla en el interior de este grupo. Me parece interesante pensar que la campaña recién empieza, de acá a octubre hay que construir esa empatía entre una ciudadanía más activa, comprometida y participativa a los cambios que queremos.
“De acá a octubre hay que construir esa empatía entre una ciudadanía más activa, comprometida y participativa a los cambios que queremos”.
Fuente:Diagonales