23 junio, 2019
Por Mónica Peralta Ramos
Desde los orígenes del tiempo las relaciones sociales estructuran relaciones de poder que se encarnan en todos los ámbitos de la vida en sociedad. En diversas épocas y en todas las culturas, la conflictividad social ha permeado a los agrupamientos humanos y ha derivado en el desarrollo de mecanismos institucionales destinados a producir un consenso que asegure la reproducción de la vida en sociedad.
Hoy vivimos en un mundo donde las relaciones económicas y financieras se han integrado mundialmente y donde, más allá de las diferencias culturales y políticas, existe una tendencia al ejercicio monopólico del poder en todos los aspectos de la vida en sociedad. En este mundo que avasalla y al mismo tiempo mantiene las fronteras y las diferencias nacionales, un núcleo de intereses cada vez más concentrado pretende imponer su dominio sobre el conjunto de la sociedad a través del ejercicio de una violencia cada vez más descarnada. En este mundo, la conciencia y el inconsciente de los actores sociales constituyen el campo de batalla privilegiado. Hoy existen mecanismos que hacen posible una manipulación de las ideas, de las opiniones y de los sentimientos en un orden de magnitud y complejidad nunca antes alcanzado. El enorme control de la producción y difusión de información y conocimiento por parte de un grupo reducido de grandes corporaciones permite ocultar la realidad objetiva con mentiras y noticias falsas cuya divulgación permitirá fragmentar a la sociedad en partículas aisladas y manipulables. Se monta así un poderoso dispositivo de control social que busca anestesiar el disenso colectivo detonando el miedo subjetivo a “los de abajo”, es decir a los excluidos de las relaciones de poder que dominan en la sociedad.
Así, el miedo —construcción psicológica, atávica e inherente a la condición humana— es utilizado como vehículo para imponer la dominación de unos pocos sobre el conjunto de la sociedad. Esta manipulación de las ideas y de las opiniones deriva en una progresiva erosión de la legitimidad de las instituciones democráticas y en la sustitución del Estado de Derecho, expresión del interés general de la sociedad, por un autoritarismo creciente derivado de intereses particulares, cada vez más poderosos. Estos procesos expresan el drama de una civilización cada vez más jaqueada por las fuerzas económicas que ha desatado y por el impacto que las mismas tienen sobre la vida social y sobre la naturaleza a lo largo y a lo ancho del planeta.
Nuestro país está sumergido en este mundo de fuerzas y contradicciones destructivas. Las mismas se expresan en nuestra realidad inmediata a través distintos fenómenos entre los cuales se destaca la impunidad mafiosa de un gobierno que pretende perpetuarse a través de la manipulación institucional, la intimidación y la fragmentación social. Paradójicamente, esta impunidad ilumina las relaciones de poder que condicionan el presente y la violencia inherente a las mismas sale a la superficie
Apagón e impunidad
El domingo pasado el país amaneció bajo la penumbra impuesta por un apagón generalizado, de índole inédita en la historia del país. Afectó a cincuenta millones de habitantes, incluyendo a algunas poblaciones de países limítrofes. Detonado por la caída de una línea de alta tensión, el apagón se propago inmediatamente al conjunto del sistema eléctrico argentino. Tres empresas: Transener, Yacylec y Litsa y dos organismos estatales: Cammesa y la Secretaria de Energía, fueron catapultadas al centro de la escena política por su posible responsabilidad en el incidente. Dos de las tres empresas están vinculadas a Macri, su familia y sus amigos íntimos. Una de ellas controla la mayor parte de la energía generada y transportada en el país. Así, el incidente saco a la luz la desinversión, la falta de mantenimiento y la falta de regulación y control estatal reinante. Al mismo tiempo, permitió atisbar la impunidad de un pequeño grupo de grandes empresas vinculadas al gobierno y con control monopólico sobre un área de importancia estratégica para el conjunto de la economía.
Olfateando la magnitud del problema, el Financial Times —influyente expresión de la comunidad financiera internacional— describió al apagón como un bochorno para un gobierno que impuso tarifas eléctricas altamente impopulares con la excusa de que mejoraría el sistema eléctrico del país (ft.com 17 6 2019). Sin embargo, el apagón ha sido algo más que un bochorno para el gobierno. Ha puesto en evidencia la impunidad mafiosa con la que saquea los bolsillos de la población para favorecer determinados negocios corporativos. El aumento de casi 3000% del costo de la luz impuesto al país en la era de Macri ha generado enormes ganancias para las empresas del Presidente, de su familia y de sus amigos dejando un tendal de desinversión, falta de mantenimiento y anarquía en lo que hace a la regulación de una actividad central para la economía y la seguridad nacional.
Elecciones e impunidad mafiosa
Al final de ese domingo la electricidad retornaba a la mayoría de los hogares e iluminaba el arrollador avance del peronismo en las elecciones mantenidas ese mismo día en varias provincias del país. Si la incorporación de Miguel Ángel Pichetto a la fórmula presidencial pretendió frenar la unidad de los diversos sectores peronistas en un frente común opuesto al gobierno, no lo logró. Sus hirientes y despectivas declaraciones contra dirigentes vinculados a CFK implicaron, en cambio, el inicio formal de una campaña política que busca profundizar el odio y el miedo, el racismo y la xenofobia que Pichetto ha expresado en innumerables circunstancias. Esto habría de confirmarse el 20 de junio, Día de la Bandera, elegido por Macri para iniciar la campaña electoral con un discurso agresivo e intimidatorio destinado a dirigentes sindicales. Escapando a los actos de conmemoración oficial presididos por el gobernador de Santa Fe en el Monumento a la Bandera, Macri se atrincheró en un club de Rosario y ante un elenco reducido, convocó al país a terminar con las mentiras, la corrupción y las mafias ejemplificadas en “la patota del transporte de Hugo y Pablo Moyano”.
En las elecciones de 2015 Macri cooptó el discurso de su adversario Daniel Scioli, y la “pobreza cero” se transformó por ese entonces en el eje de su campaña electoral. Ahora, el discurso del odio centrado en la “mafia de los bolsos” y la supuesta corrupción K buscará cooptar el mensaje de la oposición y naturalizar la impunidad mafiosa de su propio gobierno. La crisis económica ha acelerado los tiempos políticos y el gobierno intenta anticipar en las PASO el momento de una definición electoral favorable a su reelección. Macri no sumó a Pichetto para juntar los votos que nunca tuvo. El rol que le ha adjudicado es dividir al peronismo para garantizar el éxito del oficialismo en las PASO. Se teme la posibilidad de que resultados negativos para Macri en este evento precipiten la disolución de la economía antes de llegar a las elecciones presidenciales de octubre.
La incorporación de Pichetto fue bien recibida por el mercado financiero, gatillando una suba casi inmediata del 20% del valor de las principales acciones argentinas en Wall Street en apenas dos jornadas. El entusiasmo también hizo caer al dólar y al Riesgo País. Una semana después la cotización del dólar había llegaba a $44,5 en el segmento minorista acumulando un retroceso de un 3,5%. A ello se sumó la recuperación del 6% en la paridad de los títulos públicos y un 25% de aumento del valor de las acciones argentinas (ADR) que cotizan en Nueva York. El efecto Pichetto de los mercados financieros no implica un cambio radical de la crítica situación económica del país. Se explica a partir de la propia lógica de la especulación financiera.
El FMI no ha dudado en romper impunemente sus estatutos para financiar la campaña electoral de Macri, desembolsando su préstamo anticipadamente para sostener la fuga de capitales y la estabilidad ficticia del tipo de cambio. Algunos fondos de inversión han aprovechado estas circunstancias para hacer nuevamente el carry trade con el dólar estabilizado y las tasas de interés más altas del mundo, asegurándose rápidas ganancias en lapsos muy cortos con la garantía de poder fugarlas en el momento indicado, según sean los resultados de las PASO. La fragilidad de la coyuntura económica internacional y la confirmación esta semana de que la Reserva Federal va a recortar eventualmente las tasas de interés, impulsa nuevamente a los capitales golondrina a especular en la plaza local en búsqueda de mayores ganancias.
La proximidad de las PASO ha intensificado el apoyo de los sectores más concentrados de la economía al gobierno de Macri. Por más que la oposición les extienda la mano, estos sectores desconfían. En el caso de los exportadores, esta semana han liquidado la cosecha con ímpetu nuevo para aprovechar el aumento circunstancial del precio de la soja. Sin embargo, sus liquidaciones siguen siendo menores a los montos registrados el año pasado, un año de brutal sequía y disminución de los rindes de la cosecha. Por otra parte, la especulación financiera y la brutal recesión económica no parecen perjudicar demasiado a las grandes empresas industriales. Al decir de Cristiano Rattazzi, CEO de Fiat y admirador de Macri, la caída de la producción y de las ventas de la industria automotriz y la suspensión de 2000 trabajadores “son cosas que pasan». En su concepto, no manchan a un gobierno “que es el mejor de los últimos 90 años… Un gobierno que ha logrado que estemos saliendo de una cleptocracia” (infobae.com 19 6 2019).
Esta opinión parece ser compartida por las grandes empresas nucleadas en la UIA. Las autoridades de esta institución no se inmutan ante una brutal caída de la producción y paralización del 40% de la capacidad instalada en la industria, tasas de interés desorbitantes, y apertura indiscriminada de importaciones. Este sector industrial tiene espalda para recurrir a la bicicleta financiera y prefiere navegar el temporal de la recesión recurriendo a su arma de batalla preferida para aumentar su apropiación del excedente, los ingresos y la riqueza acumulada en el país: la inflación desmadrada. La política monetaria ha logrado imponer una brutal restricción monetaria. Sin embargo, el crecimiento del 4,9% de los precios mayoristas en mayo, con una suba acumulada en el último año del 68,5%, supera ampliamente a la inflación minorista y revela el poder que tienen para dispara los precios de la economía las grandes empresas que controlan monopólicamente a sectores estratégicos de la industria. Desde la trinchera de sus mercados resisten la dolarización de tarifas y combustibles, que el gobierno y sus empresarios amigos les quieren imponer y aguardan tiempos mejores, pero no se comprometen con la oposición.
Esto ocurre, en circunstancias en que el IIF (International Institute of Finance, organismo líder del capital financiero internacional) advierte que “la vulnerabilidad de la deuda argentina seguirá siendo elevada durante años, debido al riesgo de que se atrase el ajuste fiscal, a la alta proporción de la deuda en moneda extranjera y a la considerable amortización” (ámbito.com 19 6 2019). La imposibilidad de flexibilizar mínimamente el ajuste fiscal y el enorme peso de los intereses encierran a la deuda externa en una espiral de endeudamiento ilimitado característica de la usura. Este ha sido el objetivo perseguido por el FMI. Ahora el riesgo de caer en el endeudamiento ilimitado no solo amenaza al país, penetra e impregna a diversos sectores sociales, encadenando a los más vulnerables y a amplios sectores de la clase media. Un estudio reciente muestra que un 77% de la clase media está endeudada, un 58% tiene deudas con tarjeta de crédito, un 37% solo paga el mínimo y un 38% destina el 40% de sus ingresos familiares a pagar deudas (bae.com 19 6 2019).
El desquicio de las políticas de ajuste que este gobierno y el FMI han impuesto con total impunidad y pretenden continuar en el futuro se expresa hoy en una implosión de la economía en el primer trimestre de este año en relación a igual periodo del año anterior expresada en la brutal caída del empleo formal: -10.1%, del consumo: -10.3, y del PBI: -5,8%, mientras se cumplen dieciséis meses de caída consecutiva de los salarios y la inflación destruye su poder adquisitivo (INDEC). En circunstancias en que un 90% de los argentinos redujo el consumo de alimentos (D’Alessio, Irol y Berensztein), la implosión social acecha a la vuelta de la esquina.
Coyuntura internacional
Mientras esto ocurre en nuestro país, la coyuntura internacional se agita al calor de una militarización de la política económica que amenaza con desencadenar conflictos armados en distintos puntos del planeta.
Al mismo tiempo, la política monetaria de la Reserva Federal norteamericana y de los bancos centrales de los países desarrollados ha quedado encerrada en la trampa del endeudamiento ilimitado. Carecen de una política capaz de reactivar a la producción sin fomentar al mismo tiempo más endeudamiento y con él, mayores burbujas especulativas, mayor inestabilidad financiera y riesgo sistémico. Las tasas de interés cercanas a cero o negativas que prevalecen actualmente en los países más desarrollados quitan poder de fuego a los Bancos Centrales para combatir la recesión. Esto ocurre en circunstancias en que la guerra comercial con China desatada por Trump afecta al comercio y a la producción internacional y amenaza al mercado de acciones y a la propia economía norteamericana.
Desde mediados de 2018, Trump ha ejercido presiones sobre el Presidente de la Reserva Federal para que baje las tasas de interés a fin de estimular a la economía y al mercado de acciones norteamericano. Acosado por la posibilidad de un juicio político promovido por la dirigencia del partido demócrata en el Congreso y directamente involucrado en los últimos días en la campaña electoral 2020, Trump ha redoblado esta semana las presiones amenazando con echar al Presidente de la Reserva Federal si no disminuye las tasas (zerohedge.com 19 6 2019). Como resultado de estas presiones, la Reserva Federal anunció el miércoles que mantendrá las tasas en el nivel actual asegurando al mismo tiempo que ante el aumento “de incertidumbres en el panorama… actuará en forma apropiada para sostener la expansión” de la economía (zerohedege.com 19 6 2019). Esto abre una era de incertidumbre ante la posibilidad de que nuevos recortes de la tasa de interés norteamericana estimulen el vuelo frenético de los capitales golondrinas, buscando hacer ganancias extraordinarias en el corto plazo en las economías emergentes.
El Cohete a la Luna
Fuente:ElOrtiba
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