12 de julio de 2019

El testimonio de los religiosos palotinos.

El testimonio de los religiosos palotinos 
Al cumplirse 43 años del asesinato de tres sacerdotes y dos seminaristas de la congregación palotina, en lo que es considerado uno de los más brutales crímenes cometidos durante la última dictadura militar, con distintas actividades en distintos puntos del país se recordó esta semana a las víctimas de ese infausto episodio de la historia argentina, también conocido como Masacre de San Patricio. 
11 de Julio, 2019
Organizaciones religiosas y de derechos humanos homenajearon a los sacerdotes Pedro Dufau, Alfredo Kelly y Alfredo Leaden, y a los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti. Los cinco fueron víctimas de un crimen que, como señaló oportunamente la Comisión Permanente del Episcopado Argentino al cumplirse 40 años de la ruptura del orden constitucional, se produjo en el período más oscuro de la historia argentina, cuando el país sufrió una escalada de violencia que culminó en el terrorismo de Estado, con crímenes de diversa índole, entre ellos la tortura, el asesinato, la desaparición de personas y el secuestro de niños.
El hecho ocurrió el 4 de julio de 1976 en la parroquia de San Patricio, en el barrio de Belgrano de la Capital Federal, donde un “grupo de tareas”, como se denominó a los grupos conformados por miembros de las fuerzas armadas y de seguridad del Estado y paramilitares, que tenían a su cargo el secuestro, tortura, asesinato y desaparición de personas que eran consideradas enemigas por el régimen militar, acribilló dentro del templo a los sacerdotes y a los seminaristas.
El periodista Eduardo Kimel investigó pacientemente los hechos y luego publicó el libro titulado La Masacre de San Patricio, donde confirmó que un grupo de tareas de la Marina fue el responsable de tremendo crimen. Una especial mención al trabajo de Kimel se hizo en el homenaje que se rindió a los religiosos en la Casa por la Identidad, el edificio de las Abuelas de Plaza de Mayo ubicado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Allí, la titular de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dijo que las víctimas de la Masacre de San Patricio son parte de “la Iglesia de Cristo, esa que queremos todos, comprometida con el pobre, con el necesitado”. También en Roma, en la iglesia San Silvestro, que pertenece a la orden de los palotinos y donde una placa recuerda a los sacerdotes y seminaristas asesinados, se ofició una ceremonia religiosa en su memoria. Por otra parte, cabe recordar que en el año 2005 el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, promovió la apertura de la causa de beatificación de los cinco palotinos invocando el martirio como motivo.
No puede dejar de mencionarse que el periodista Eduardo Kimel debió enfrentar un juicio por un párrafo de su libro en el que puso en duda la voluntad de un juez de la dictadura militar para esclarecer el crimen. En el año 1995, la justicia lo halló culpable de haber cometido el delito de “calumnia” contra el magistrado al que había mencionado en su libro y lo condenó a un año de prisión en suspenso y al pago de una indemnización de 20.000 pesos. Luego de atravesar varias instancias judiciales, su caso llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que entendió que el periodista no había cometido ningún delito, tras lo cual solicitó al Estado argentino anular los efectos de la sentencia y exigió reformas a la legislación sobre calumnias. En 2009 el Senado de la Nación sancionó una ley que eliminó del Código Penal los delitos de calumnias e injurias, dando respuesta de esa manera al pedido de distintas organizaciones periodísticas y al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que le había reclamado a la Argentina que adecuara su legislación a los preceptos de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Con motivo de conmemorarse el 43º aniversario del asesinato en la parroquia de San Patricio, la comunidad de los palotinos en la Argentina emitió un comunicado en el que observa que aquella masacre “fue un atentado a una comunidad comprometida en el anuncio del Evangelio”. “El compromiso de fe los llevó a defender el valor de toda vida y promover los valores evangélicos de la justicia, de la paz y del compromiso con los indefensos de la humanidad‘, agrega el mensaje de la congregación religiosa que debe ser leído como un llamado a proteger esos valores en la Argentina de estos días.
Fuente;Norte                                                                  

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