Por Guillermina Roca Iturralde, Resumen Latinoamericano, 9 octubre 2019
La conocida antropóloga feminista argentina (que reside en Brasil) Rita Segato acercó su presencia solidaria a las mujeres indígenas que ocupan el Ministerio del Interior. Segato escuchó con atención los testimonios de las distintas hermanas de las naciones originarias, que le contaron los atropellos, pérdida de territorios, el papel nefasto de las multinacionales, violaciones de derechos, persecusión y hasta asesinatos de familiares de las mujeres de cada uno de sus pueblos. Una de ellas lo sintetizó en una frase: «Para nosotros (como pueblo) hay balas, represión, cárcel y muerte. La guerra para nosotros no terminó». Luego Juana Atienco, de la Costa de Lepa, dijo que después de 31 años de presentar reclamos administrativos, decidieron recuperar sus territorios. Pero ahora su hermano tiene una causa por usurpador.
Muy conmovida, Segato señaló que «las mujeres de Nuestramérica son las más que defienden sus territorios porque sienten el desarraigo con más fuerza, puesto que entierran el cordón umbilicar al nacer sus criaturas. Hay una raíz en ese lugar». Exhortó a las compañeras de llevar estos casos a la relatora de la ONU y que ella personalmente se encargaría de gestionar y apoyar ese planteo.,
Luego apuntó que «es muy bueno relatar y contar estas historias, pero también tenemos que crear nuevas formas de sensibilizar a toda la sociedad. Se debe saber que no hay ley para las mujeres indigenas, y que hay una vulnerabilidad de una persona por pertenecer a un pueblo determinado y a un tipo de piel». Después añadió que en la Argentina me llaman para hablar sobre la violencia a la mujer, pero nunca para hablar de racismo. «Creo que es un tema tabú. La gente debe saber que ciertos rostros son matables. Son pueblos-cuerpos, no razas. La pertenencia a este pueblo es el estigma de tener cuerpos-pueblos, y el Estado se muestra racista hacia esos cuerpos. Hay que levantar el dedo y acusar a la policía como racista y saber que los cuerpos no blancos son los que sufren la represión. Se debe empezar a hablar del racismo argentino».



Funcionario del gobierno llega a la toma de las mujeres indígenas: «He venido a plantearles que es imposible que venga el ministro». MOIRA MILLAN LE RESPONDE: «Dígale al señor ministro que no nos vamos a ir hasta que él venga»
Resumen Latinoamericano, 9 de octubre de 2019.
Adrián Pérez, secretario de asuntos políticos e institucionales del Ministerio del Interior, llegó a últimas horas de la tarde, al Ministerio, para dialogar con las mujeres indígenas que se encuentran ocupando la institución desde primeras horas de la mañana de este miércoles.
La toma pacífica aguarda por una entrevista con el Ministro del Interior, han recalcado las mujeres indígenas, que llevaron un conjunto de propuestas y reclamos al Estado, explicó Moira Millán.
«He venido a plantearles que es imposible que venga el ministro», dijo el representante del gobierno.
«El Ministro no está en la ciudad, está de viaje». «Me pidió que les informara que no está para recibirlos por esta razón», recalcó el secretario de asuntos políticos.
En efecto, el vocero del gobierno les propuso a las manifestantes seguir dialogando por otras vías en el día de mañana.
«Tenemos una situación dramática, urgente. Por estamos acá», informó a Pérez, la referenta Moira Millán
«El ministro nunca se acercó a nuestro territorio», explicó Millán, por eso, llegaron a la capital, luego de viajar más de 20 horas, para ver al ministro.
«Dígale al señor ministro que no nos vamos a ir hasta que él venga», concluyeron las manifestantes, que mantienen su resolución de ocupar el Ministerio.
A primeras horas del jueves ellas es posible que las luchadoras realicen una conferencia de prensa.
Mujeres indígenas ocupan Ministerio del Interior: «No nos vamos a ir hasta que nos reciba el Ministro». «Nos están violando, nos están matando» .COMUNICADO: La rebelión de las flores nativas
Resumen Latinoamericano, 9 octubre 2019.
«Traemos denuncias, demandas, propuestas», explicó Moira Millán al ingresar junto a mujeres indígenas al Ministerio del Interior, al mediodía de este miércoles,
El «Estado históricamente racista», dijo la activista, no reconoce la plurinacionalidad.
«Las empresas extractivistas están contratando sicarios», denució Moria Millán. «Nos están violando, nos están matando», enfatizó.
«El problema lo tiene el Estado, por tantos siglos de explotación y discriminación», recalcaron durante la protesta.
«Del Ministro depende de que podamos liberar rápidamente este espacio», enfatizó la dirigenta Moira Millán, al explicarles a las y los funcionarios de la Institución por qué estaban allí llevando adelante esa medida de ocupación pacífica.







COMUNICADO: La rebelión de las flores nativas
Las mujeres indígenas en Argentina decimos BASTA al terricidio.
Nosotras las mujeres indígenas de diferentes territorios en conflicto, pertenecientes a diversas naciones indígenas de Argentina, venimos a traer el pensamiento, la palabra, la propuesta, que ha surgido desde el corazón de la tierra que late bajo nuestros pies. Este corazón está constituido por todo el mundo espiritual que sostiene la vida de la tierra, a las que nombramos de diferentes maneras, según las voces de nuestros pueblos, reafirmando la plurinacionalidad territorial que conformamos desde siempre. Nos autoconvocamos para venir porque los funcionarios tienen la obligación de escucharnos.
Nosotras somos dadoras y guardianas de la vida y como cuando una madre le dice a su hijx: basta, que pare, venimos a decirle basta a este sistema capitalista, racista y patriarcal que está poniendo en riesgo la vida del planeta.
A través nuestro, hablan miles de años de cultura que han construido una forma de habitar el mundo en relación de reciprocidad y amorosidad con la tierra. A través nuestros hablan nuestras ancestras y ancestros, que fueron guardianes de esa sabiduría y que con mucho dolor y sacrificio pudieron legarnos su saber. A través nuestro habla la tierra, esa tierra con la que nos vinculamos en nuestra espiritualidad, en nuestra forma de entender la vida. Honrando el suelo que pisamos, honrando el fruto de la tierra que nos alimenta. Honrando las distintas formas de vida, venimos con decisión, con coraje y dignidad a decir: Basta.
Acusamos de terricidio a los gobiernos, y a las empresas que están asesinando nuestros territorios. Llamamos terricidio al asesinato no sólo de los ecosistemas tangibles y de los pueblos que lo habitan, sino también al asesinato de todas las fuerzas que regulan la vida en la tierra, a lo que llamamos ecosistema perceptible. Esos espíritus, son los responsables de que la vida continúe sobre la faz de la tierra y ellxs están siendo destruidos conjuntamente con su hábitat. No habrá posibilidad de reparar y restablecer estos ecosistemas, por más que se pueda reforestar o crear espacios verdes, la fuerza que habitó esas aéreas habrá desaparecido para siempre, estamos a tiempo de evitarlo.
El emergente Social hoy es la tierra, y nosotras voceras de su dolor.
El terricidio además destruye pueblos enteros que son los guardianes de un modo de entender el arte de habitar, que es necesario para poder emplazar una nueva matriz civilizatoria. Cuando se eliminan, cuando se asesinan a los pueblos indígenas se esta asesinando también la oportunidad de construir un nuevo modelo de sociedad. Cada unx de nosotrxs, los pueblos indígenas no solamente tenemos las teorías, tenemos las prácticas de sociedades recíprocas con la naturaleza que sostienen la vida como principal valor.
En este momento en el mundo van surgiendo voces clamando contra el cambio climático, exigiendo a los gobiernos que pongan freno, voces que salen de Europa y que cuentan con todos los reflectores y amplificadores en los medios de comunicación. Sin embargo la política global racista, logra que las voces de los pueblos indígenas sean inaudibles e invisibilizadas, y nuestras muertes resulten socialmente indiferentes.
Nosotras las mujeres indígenas somos los cuerpos que mas padecemos estas atrocidades.
A nuestros hombres le decimos: Despierten! Nuestra lucha antipatriarcal es una lucha anticolonial. Revisen sus conductas que están permeadas por esta mentalidad colonizadora, esclavista, occidental, que nos ha puesto en un lugar de sumisión, de humillación y de maltrato. Cuando antiguamente siempre fuimos dualidad complementaria unidos desde la reciprocidad y amorosidad entre los seres. Queremos volver a recuperar esta sabiduría que nos habita. En muchas de nuestras comunidades no hay agua, para lavar la ropa tenemos que caminar 3 o 4 kilómetros, cocinar el alimento para nuestra familia se ha convertido en una misión casi imposible, ríos represados, contaminados, bosques devastados, selvas asesinadas.
Denunciamos terrorismo de Estado ya que sufrimos cotidianamente detenciones y allanamientos arbitrarios; desapariciones y torturas; desalojos a nuestras comunidades que son una violación a nuestros derechos y leyes vigentes que nos resguardan. Así como no se respeta la consulta previa informada. También denunciamos la militarización de los territorios.
Nos toca a nosotras históricamente sostener y guardar la vida y de nuestras familias, es por ello que el ensañamiento contra las mujeres indígenas es mayor.
En el 2do Parlamento de mujeres indígenas por el Buen vivir se realizó una encuesta que da cuenta del feminicidio que exponemos. En la Argentina de hoy, ocho de cada diez mujeres indígenas sufren violaciones, abusos y violencia física. Siete de cada diez lo sufren por parte de policías y fuerzas de seguridad del Estado. De cada ocho mujeres, siete no pueden acceder a la justicia. Cinco de cada ocho mujeres violadas y asesinadas son ancianas, en la mayoría de los casos autoridades espirituales.
Hemos recorrido un largo camino para llegar a Buenos Aires, venimos con propuestas que creemos contribuirán a ayudar a la lucha contra el cambio climático, y a restablecer la equidad y reciprocidad entre los pueblos.
Tenemos la responsabilidad de ser portadoras de este mensaje, no podemos volver a nuestros territorios sin haber hablado y sin tener la certeza de que no solamente los máximos funcionarios que administran este país nos hayan escuchado, sino también seamos audibles ante todos los pueblos del mundo y consensuemos el buen vivir como derecho.
Salvaguardar la vida de los territorios, frenar el cambio climático, es nuestra obligación. Parte de las propuestas que traemos son fundamentales para que esta introduzcan en la agenda política pase lo que pase en las próximas elecciones. No seamos obsecuentes con los políticos de turno.
No hay para nosotras individuos líderes sino pueblos liderando su futuro. La vida no se negocia.
Hemos permitido la imposición de un sistema de muerte, que ha desnaturalizando a la humanidad, queremos recordarle que nada traemos al mundo al llegar y nada nos llevamos al partir, sólo dejamos nuestras huellas en el fugaz andar de nuestras vidas.
Les pedimos estar alertas! Sean ahora ustedes les guardianes de nuestras voces en esta ciudad.
Decretamos la rebelión de las flores Nativas.
Sembraron terricidio cosecharán Rebelión!!!
Resumen Latinoamericano / 09 de octubre de 2019.
Después de permanecer todo este miércoles ocupando pacíficamente el Ministerio del Interior exigiendo vanamente ver al ministro Rogelio Frigerio para plantearle la grave situación por la que atraviesan los pueblos originarios, la policía llegó hasta el lugar en las primeras horas de la noche con la intención de desalojarlas.
Desde dentro del Ministerio más de 20 hermanas indígenas de las naciones Mapuche Lof Pillan Mahuiza, Chubut, Mapuche-tehuelche Lof Newen Tuaiñ Inchin, Chubut, Qom Barrio NanQom, Formosa, Moqoit, Tostado. Mbya Guaraní Mbokajyty 2, San Ignacio, Misiones, Tapiete, Tartagal, Salta. QOM Rosario, sentaron posición de que resistirán cualquier intento de avance represivo «como lo hemos hecho siempre frente a este Estado colonial y racista». También, la weichafe mapuche Moira Millán señaló a Resumen Latinoamericano (uno de los pocos medios presentes durante toda la ocupación), un duro alegato dirigido a las mujeres blancas feministas.





esumen Latinoamericano, 9 octubre 2019.
Moira Millan decidió encadenarse mientras ocupa con mujeres indígenas el Ministerio del Interior
Continúa la ocupación del Ministerio


La policía de la ciudad fue hasta el Ministerio. Las mujeres indígenas le entregaron el Comunicado con las exigencias que son para el ministro, y explicaron que ellas quieren entregárselas directamente.
Además, declararon que van a seguir tomando pacíficamente el Ministerio hasta que se haga presente.

LECTURA DE PROCLAMA

La Plata feminista que se viene
Por Belén Rozas, Resumen Latinoamericano, 09 de octubre de 2019.
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Estamos a menos de una semana de lo que será el Encuentro más grande de la historia. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los distintos debates sin saldar, la discusión sobre los desafíos del movimiento para la etapa que viene y la expectativa de construir el evento feminista más grande de este año, se nos dispara la manija pero también algunas reflexiones necesarias.
En la previa hubo rosca patriarcal pero también redes feministas
Son de público conocimiento los debates alrededor de la organización del Encuentro, al punto de tener una fracción entre el sector Nacional y de Mujeres, y el Plurinacional y de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travas, No Binaries. Es necesario emitir opinión y desde estas líneas apoyo el cambio de nombre, coherente con el crecimiento cualitativo que ha atravesado nuestro movimiento durante los últimos años, cuando aprendimos a hermanar nuestras luchas atravesando las distintas barreras impuestas por el capitalismo, el imperialismo, el colonialismo, el patriarcado.
Ahí está la mayor diferencia, nosotres creemos fervientemente en la producción colectiva, autogestionada, horizontal
De todas maneras dichas discusiones no son una debilidad, como quieren instalar desde el poder en pos de bajar al sector que más ha rechazado en las calles sus políticas antipopulares. Estos mensajes se replican desde las mesas de algunos varones cis dirigentes, que viendo amenazados sus privilegios optan por la estrategia de avanzar por las “grietas” para poner la construcción feminista a la par de las formas patriarcales -”al final son igual que nosotros”-. No, no construimos igual.
Quisiera saber de alguna experiencia similar que hayan construido los varones cis heterosexuales y que haya crecido durante 34 años. Y no pongamos ejemplos random, pregunto sobre una actividad política semejante a los Encuentros, que reúne a las mujeres, lesbianas, trans, travas, no binaries de todas las generaciones, de todo el territorio y con cada vez más participación internacional para discutir, formarnos y generar redes que nos permitan avanzar en unidad. Ahí está la mayor diferencia, nosotres creemos fervientemente en la producción colectiva, autogestionada, horizontal. El Encuentro somos todes no es un hashtag, es una posición política.
Los desafíos para este Encuentro
Junto a la campaña malintencionada está el tema de las elecciones, que, evidentemente, atraviesa todo. Nuestra tarea más importante es no caer en las discusiones eternas entre convencides, sino poner foco en el hecho más importante que es que el feminismo no es macrista. No hay discusión en este punto, nosotres podemos tener muchísimas diferencias pero todos los modelos por los que peleamos son diferentes al que tenemos. Son con más derechos, con mayor soberanía, con justicia social. Nunca neoliberales.
Nuestro objetivo es no dar ni un paso atrás, y discutir en conjunto estrategias para conquistar lo que nos propongamos para avanzar en la siguiente etapa, con un nuevo gobierno. En 2015 presencié un debate agresivo en el taller que se proponía consensuar estrategias para la legalización del aborto. Era un ping pong de compañeras haciendo campaña, para convencernos a les demás de que su candidato iba a ser quien lo legalice. Ninguno ganó, y aunque hubiera ganado no es un candidato el que lo va a legalizar. Hoy ese debate puede volver, acompañado esta vez del conteo de los pañuelos celestes y verdes que integran las listas. Y no pasa sólo con el aborto, son varias reivindicaciones las que se responden con promesas electorales. No es ese nuestro terreno de disputa ahora, son las calles, las escuelas, las fábricas, los barrios, las universidades. La tarea es seguir desbordando todas las estructuras patriarcales y luchar para que todo lo que se proponga desde el feminismo sea ley.
Además, los Encuentros son momentos de profundo tejido de redes feministas. En un contexto local de endeudamiento feroz, máxima precarización de nuestras vidas, recrudecimiento de la violencia; y en un contexto regional con misóginos como Bolsonaro en el poder, avance del conservadurismo eclesiástico y de la derecha en general, es urgente que fortalezcamos nuestro tramado y avancemos mientras resistimos este embate.
Que la foto del Encuentro sea nuestra alegría de luchar juntes y no la que buscan ellos. ¡Nos vemos en La Plata, y que la Tierra tiemble!
Lorena Tapia Garzón, Mariana Aquino y Estefanía Santoro / Resumen Latinoamericano / 9 de octubre de 2019
Daniela Ruiz es salteña, actriz y activista travesti. Viajó a Buenos Aires a los 18 años para escapar de la pobreza, pero no lo consiguió. Sufrió la violencia y sintió de cerca a la muerte. Empezó a militar en el movimiento LGBTI+ y hoy considera que el feminismo es el lugar donde quiere estar.
Daniela Ruiz tiene 43 años, nació en medio de los Valles Calchaquíes al noroeste argentino. De niña creció como la hija de la criada que trabajaba para una familia de la clase alta y conservadora de Salta, donde su madre la dejó durante varios años de su infancia. A los 12 la volvió a buscar y la llevó de regreso a donde pertenecía: la pobreza. Como creían que era un “puto irrecuperable”, la llevaban los fines de semana a Gendarmería Infantil para “curarla”. A los 18 se pudo liberar y viajó a Buenos Aires con una amiga. Su color de piel y su aspecto de niño marica le impidieron conseguir trabajo, entonces hizo lo único que encontró posible hacer: prostituirse. Ya no se acuerda cuántas veces cayó presa, pero recuerda muy bien cómo varios policías la violentaron y violaron, y cómo sintió de cerca la muerte. Hasta que consiguió dejar la prostitución atrás y se dedicó a ser florista, artista, actriz, periodista, productora y un montón de cosas más que no pudo aprender en la Universidad donde no podía entrar.
Fue activista en el Movimiento LGTBI+, participó en la redacción de la Ley de Matrimonio Igualitario (2010) y de Identidad de Género (2012). Hace unos años llegó al feminismo, donde dice que descubrió el abrazo entre compañeras y pudo entender su historia, la de su madre y de todas las mujeres que la antecedieron. Este fin de semana viajará a La Plata para participar por primera vez del 34° Encuentro (Pluri) Nacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries. «Todas las que vuelven del Encuentro dicen que después de eso ya no son las mismas, así que iré a reencontrarme, y que explote lo que tenga que explotar en mi cabeza».
Fue activista en el Movimiento LGTBI+, participó en la redacción de la Ley de Matrimonio Igualitario (2010) y de Identidad de Género (2012). Hace unos años llegó al feminismo, donde dice que descubrió el abrazo entre compañeras y pudo entender su historia, la de su madre y de todas las mujeres que la antecedieron. Este fin de semana viajará a La Plata para participar por primera vez del 34° Encuentro (Pluri) Nacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales y No Binaries. «Todas las que vuelven del Encuentro dicen que después de eso ya no son las mismas, así que iré a reencontrarme, y que explote lo que tenga que explotar en mi cabeza».
Dice que su mayor miedo es que le suene el teléfono para avisarle que una compañera travesti ya no está, que al calabozo no vuelven nunca más y que es Daniela «desde siempre», aunque hayan querido hacer con ella lo que nunca quiso ser. Lleva una mariposa colgada al cuello. La muestra, la acaricia y la besa frente a cámara. Representa a todas las mariposas que ya no están y a las que siguen en pie de lucha.

«De qué sirve construir si no nos deconstruimos, si no nos empezamos a ver como sujetas. Es cuestión de mirar un poquito más allá, incluso de las pujas políticas», asegura. Y recuerda que la primera vez que marchó con el movimiento feminista en una movilización del Ni Una Menos, lo primero que descubrió es que no era insultada por varones como le había pasado en otras marchas. «Terminábamos todas abrazadas, no había esa dicotomía de violencia, había otro vínculo. Eso para mí también ha representado deconstruirme de algunas miradas heteronormativas que nosotras -las travestis- también tenemos, y construir otro vínculo posible«.
El abrazo, siempre el abrazo, para dejar atrás «todo lo que siempre nos han negado». «Nosotras las travestis no nos abrazábamos, no entendíamos el abrazo, yo no lo comprendía. Hoy lo entiendo y lo practico. Es como liberador. No hay lugar más importante para encontrarnos que con el abrazo. Y construir y discutir, pero también permitirte saber que hay algo alrededor que es el patriarcado y el machismo que a todas nos oprime, seas travesti, seas mujer, seas lo que seas, estás como un cuerpo visto y sujeto a violencias. Y ese lugar de violencia yo ya lo he vivido«.
Daniela repasa su historia que es, o podría ser, la historia de muchas más. «Soy hija de la criada de una casa de clase alta, burguesa, donde las señoras tomaban el té, de terratenientes plagados de moralina. Y en esa casa me deja mi mamá pensando que era un buen lugar para mí, era una bendición de la Iglesia. Ahí aprendí todo sobre el lugar de privilegio que tienen algunas personas. Después mi madre me viene a buscar y me encuentro con un hermano, con un padrastro, con una casa en una villa, con la escuela pública y, más allá de la clase, me encuentro en realidad con quién era yo«.
«No pude vivir la adolescencia como tendría que haberla vivido, bien, feliz, viajando a Bariloche con mis compañeros, primero porque mi familia no podía, y porque mi mamá y mi papá me llevaron a Gendarmería Infantil porque la psicóloga les había dicho que yo no tenía remedio, que era homosexual, que era puto, que no había vuelta atrás. Entonces me encontré todos los sábados y domingos en ese lugar para curarme, con otra corporalidad, la de esta feminidad, la de una niña travesti conviviendo con gendarmes, hombres de bien, de la patria, que tienen para conmigo una situación de violencia«.
Lo que siguió después es armar el bolso y viajar a Buenos Aires «para desarmarme, para construirme». No encontró más que la prostitución. En la gran ciudad, por lo menos, si la detenían era solo por 24 horas y no por 60 días como ocurría en Salta.
«Yo era una princesa india, bonita, y lo que recibía en los calabozos era que mi cuerpo se tenía que utilizar para la satisfacción sexual. Una de las veces los policías me violaron con un chumbo acá, en la cabeza. Yo pensé en la muerte. Llegué al máximo de una situación de violencia. Terminé en los yuyos en Godoy Cruz donde me dejaron, desnuda, llena de semen. Y pensé: ya no hay más nada después de esto. Pero entonces fue levantarme, tomar un taxi, volver, decir ‘sigo viva’, bañarme, cambiarme y volver a la Zona Roja».
Fue en un calabozo donde conoció a Lohana Berkins. Daniela tenía 18 años y estaba presa por 24 horas junto a una compañera y varios varones. «Lohana había ido a liberar a la otra chica y la escuché gritar y pelearse con los policías. Entonces nos sacó a las dos. Yo estaba ahí, con un vestido blanco transparente y unos tacos, la otra chica en tanga y portaligas. Nos retó a las dos, nos dijo que teníamos que defendernos. Y nos sacó de ahí en plena luz del día mientras todo el mundo nos miraba. Años después la volví a encontrar ya en la militancia», cuenta y no para de reírse.
Daniela se prostituyó por dos años, hasta que empezó a hacer cursos para dedicarse a otra cosa. «No podía entrar a la Universidad, así que estudié peluquería y maquillaje para poder entrar en el circuito del trabajo. Y en ese proceso conocí a mi compañero de la vida, con quien estoy en pareja desde hace 23 años. Yo siempre digo, él no me salvó. Pero en ese proceso lo conocí. En enero pasado nos casamos».

«Yo siempre fui una artista, es como me considero», dice. Y por eso no paró hasta llegar al teatro. Y es así que también incursionó en la docencia, la producción, la fotografía, la escenografía. Estudió comedia musical en la Fundación Julio Boca, escribió tres años en El Teje (revista travesti), donde aprendió herramientas de la comunicación, y fue algunos años presidenta de la primera cooperativa de trabajo teatral conformada casi íntegramente por personas trans. «Ahora estoy haciendo obras de teatro, ya hice ocho obras, algunas fueron reconocidas de interés por los derechos humanos de la Ciudad».
Relata que mientras se formaba en actuación se daba cuenta que a ella y a sus compañeras, cuando iban a los casting, solo las llamaban para papeles de travestis o prostitutas. «Una situación violenta, porque la comunicación y la producción es toda heteronormativa. Yo puedo hacer cualquier papel: puedo hacer de madre de familia, de pájaro, de todo, porque tengo capacidad para hacerlo. Ahora, cómo ve mis capacidades el otro… sumado a mi color de piel y mis rasgos andinos, significa que no voy a tener privilegios en el sistema, significa que me van a poner a hacer de chorra o de la señora que limpia». Actualmente, además, trabaja en el Ministerio de Trabajo como capacitadora en diversidad sexual.
Su vida como activista comenzó en el movimiento LGTBI+, donde conoció más profundamente a Lohana Berkins, que con el tiempo la convenció de acercarse al feminismo. «Yo entro de lleno al feminismo hace poco. Lohana me insistía que tenía que estar, pero era difícil luchar como lo hacía ella, porque por entonces parecía que todo estaba determinado por si tenías pene o vagina. Y la verdad que nosotras veníamos de la lucha por una reivindicación legítima en las calles, en el territorio, de otra manera. Pero al mismo tiempo, mientras militaba en el movimiento gay, travesti y transexual y en el armado de la ley de identidad de género, yo sentía que a ese ámbito algo le faltaba. Con las compañeras travestis nos dábamos cuenta que nosotras luchábamos activamente ahí, pero todo lo que era visibilidad, viajes, lo hacían ellos, nosotras no. Éramos supuestamente las ignorantes, las analfabetas, no entrábamos en ningún catálogo. En el feminismo encontré el lugar donde quiero estar».
Y el feminismo fue también el lugar donde pudo analizar su historia. «Es donde encontré las herramientas para encontrarme, para encontrar a mi mamá, pobre, analfabeta, racializada, india. Ahí encuentro la mirada de mis tías, de mis maestras. Empiezo a unir el hilo de nuestra historia política, cultural, de nuestro movimiento travesti, incluso de lo que me enseñaron: en Salta me hablaban de Martín Miguel de Güemes pero no de Macacha Güemes. Es ahí donde también pude romper la norma de lo binario, del hombre-mujer».
Sobre el próximo Encuentro en La Plata, en el que participará por primera vez, dice: «Sé que algo me voy a traer, me quiero traer el encuentro con las de Tierra del Fuego, las santacruceñas, las catamarqueñas, y quiero que nos vean también. Quiero ir a descubrir pero también a debatir y sentir la energía que traen las compañeras».
Revista Cítrica
Envio:RL







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